Carlos 3 la modernizacion de los estudios y la ciencia

CARACTERÍSTICAS DEL ANTIGUO RÉGIMEN


1. Definición:


Con Antiguo Régimen se designa al conjunto de estructuras e instituciones políticas, económicas y sociales existentes en Europa antes de las grandes transformaciones que tuvieron lugar en el siglo XVIII. Estaba caracterizado por albergar una economía de base agraria, una organización estamental de la sociedad y un intento por parte del monarca de ejercer el absolutismo.

2. Los aspectos políticos: la monarquía de derecho divino

La monarquía de derecho divino era el eje central del sistema político del Antiguo Régimen. Según ésta, la autoridad del monarca provenía de Dios, en nombre de quien ejercía el poder. El Estado estaba controlado por el monarca, que concentraba en sí todos los poderes, sin compartir la soberanía con ninguna institución. Además, la arbitrariedad era la norma del Estado, y ninguna ley protegía a sus súbditos del despotismo. En definitiva, el rey no rendía cuentas a nadie y su poder estaba únicamente restringido por la Ley Divina.
El absolutismo nace en Francia en el siglo XVII y llega a España cuando la dinastía de los Borbones se implanta en el país tras la muerte sin descendencia de Carlos II.

3. Los aspectos económicos. a)


La agricultura:

La agricultura seguía constituyendo la base de la economía, y a ella se dedicaba más del 80% de la población. La mayor parte de la tierra estaba amortizada, era lo que se llamaba de “manos muertas”, y no se podía comprar ni vender, manteniendo el deber de transmitirla en herencia. En consecuencia, muchos de los campos no eran cultivados, y la existencia de instituciones como el mayorazgo, hacían que la inmensa mayoría de la población no pudiera acceder a la propiedad, ya que la mayor parte de las tierras estaban fuera del mercado. Así ocurría con las tierras de la Iglesia, la nobleza o la propia Corona. Aunque existían pequeños propietarios de sus tierras, en general, todos eran arrendatarios o jornaleros, y sus condiciones variaban dependiendo de las zonas y del contrato al que estaban sujetos: –

En Cataluña

La mayoría de las tierras eran de señorío laico o eclesiástico y estaban cultivadas por campesinos con contratos enfitéuticos, es decir, estables y perpetuos. –

En Galicia y Asturias

Los arrendamientos, foros, eran fijos durante tres generaciones, pero la falta de tierras originó la subdivisión de estos foros, subforos, y un problema de minifundios, ya que las parcelas subdivididas resultaron poco productivas. –

En Castilla, Extremadura y Andalucía

Existían enormes extensiones, latifundios, en manos de la nobleza y el clero, trabajadas por arrendatarios a corto plazo o jornaleros. Estos sufrían también las consecuencias de los derechos de Mesta. En general, las condiciones del campesinado eran muy duras; si se trataba de arrendatarios, no podían acumular nunca excedentes al serles aumentadas constantemente las rentas; y si eran jornaleros, dependían de un mísero salario para vivir. Además, la ganadería ovina extensiva todavía era muy fuerte en algunas zonas, por lo que muchas veces los propietarios primaban la tierra para pastos frente a su uso para el cultivo, lo que afectaba a los campesinos que dependían de la tierra para su subsistencia (por ejemplo, los citados derechos de Mesta).
B)

La industria y el comercio:

La industria seguía organizada de forma gremial con un fuerte control sobre la producción y la creación de nuevas industrias. Además se vio limitada por la falta de excedentes de la agricultura y de la ganadería. Respecto al comercio, el mercado interior era débil y escaso. Existían graves problemas de transporte y las zonas del interior peninsular continuaban aisladas de la periferia. Pero el problema más serio derivaba de una economía casi de autoconsumo que no generaba excedentes para comerciar.


4. Los aspectos sociales


La sociedad seguía manteniendo la organización por estamentos y sus características esenciales eran la desigualdad jurídica y el inmovilismo. Los grupos privilegiados (nobleza y clero) constituían una minoría dentro de la población, y sin embargo, eran dueños de la mayor parte de la tierra, no pagaban impuesto y ostentaban cargos públicos. El clero representaba menos de un 2% de la población, pero controlaba más del 40% de la propiedad territorial. La nobleza, a la que se pertenecía por nacimiento o por nombramiento real, no sobrepasaba el 5% de la población, aunque poseía extensas propiedades y detentaba numerosos señoríos, en los que administraba justicia y de los que extraía cuantiosas rentas. El resto de la población, era el grupo de los no privilegiados (campesinos, burguesía y sectores populares de la ciudad), que soportaba la mayor parte de la carga económica del Estado y estaban excluidos de las decisiones políticas.

5. La Ilustración

El siglo XVIII, también conocido como el siglo de las luces, está caracterizado por el desarrollo de una nueva forma de pensamiento llamada Ilustración. La Ilustración es un movimiento cultural que defendía que la razón, la ciencia y la educación, eran esenciales para el progreso y el alcance de la felicidad. Con estas ideas los ilustrados criticaban los principios en los que se basaba la sociedad estamental y la rígida organización económica del sistema absolutista. Por otro lado, defendían la igualdad y el derecho a la libertad de todo ser humano, un sistema que garantizase la propiedad y libertad de comercio e industria y un contrato social entre gobernantes y gobernados. En España estas ideas penetraron con dificultad y lentitud, en parte, por la casi inexistente burguesía y por el predominio ideológico de la Iglesia.
Sin embargo, a partir de 1750-1760 aparecerán una serie de pensadores que se interesarán por el progreso, la ciencia y la educación como medio para transformar el país.

II. LA POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES

1. De los Austria a los Borbones 1.1


El testamento de Carlos II y la Guerra de Sucesión


Carlos II, el último monarca de la casa de Austria, muere sin descendencia en 1700. Su testamento designa como sucesor a un príncipe Borbón, que es proclamado rey con el nombre de Felipe V, nieto de Luis XVI de Francia y Mª Teresa, hermana de Carlos II. Este hecho suponía el fortalecimiento de los Borbones en Europa, por lo que rápidamente, Reino Unido, Holanda y Portugal, se opusieron a la elección y se manifestaron a favor de otras dinastías, como por ejemplo la Casa de Austria en la persona del Archiduque Carlos. De esta manera entraron en guerra con Francia y España, y la sucesión al trono español se convirtió en un conflicto internacional que durará hasta 1714, cuando se firman los Tratados de Utrecht y Rastadt. En España, la cuestión sucesoria también había dividido los territorios peninsulares. Castilla se mostró fiel a Felipe V, a excepción de una parte de la nobleza que se mostraba temerosa ante la idea de perder poder e influencia con el absolutismo borbónico. En cambio, en la Corona de Aragón, las instituciones representativas de los diversos sectores sociales y las clases populares, respaldaron al otro candidato al trono español: el Archiduque austriaco Carlos, hijo del Emperador de Austria. El enfrentamiento derivó en una guerra civil que duró casi una década.


2. La Monarquía Absoluta de España


Al instalarse los Borbones en el trono español, impusieron el modelo de absolutismo implantado en Francia con Luis XIV en el siglo XVII, con el objetivo de fortalecer el poder real. Los primeros Borbones españoles, Felipe V (1700-1746) y Fernando VI (1746-1759), asumieron la tarea de reorganizar y unificar los diferentes reinos peninsulares.
Felipe V, mediante los Decretos de Nueva Planta impuso la organización político-administrativa de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca, que perdieron su soberanía y se integraron en un modelo uniformador y centralista.
La Nueva Planta abolió las Cortes de los diferentes reinos, integrándolas en las de Castilla, que se convirtieron en las Cortes de España
.
Del mismo modo se suprimió el consejo de Aragón, y el consejo de Castilla asumió sus funciones. No obstante, por encima de cualquier institución se situaba el monarca, que intervenía y decidía sobre todos los asuntos del Estado. Así crea las Secretarías y nombra y destituye Secretarios para gobernar y ocuparse de la administración del Estado.
Los Borbones también reorganizaron el territorio eliminando los antiguos virreinatos y crearon demarcaciones provinciales gobernadas por capitanes generales
.
Además se generalizó para el gobierno de las principales ciudades la institución de los corregidores castellanos
.
La aportación más relevante del nuevo modelo administrativo fue la introducción del cargo de intendente, que se encargaba de la recaudación de impuestos y de la dinamización de la economía. Otra novedad se produjo en los intentos de reorganización de la Hacienda, que comprendía el pago de impuestos, de forma proporcional, entre todos los habitantes
.
No obstante, la oposición por parte de la clase privilegiada impidió su aplicación. En el plano de la política exterior, el reinado de los Borbones se inició con una importante pérdida de poder e influencia de la Corona española en el contexto internacional. La monarquía española se liberó de la pesada carga económica y militar que había supuesto el mantenimiento de las numerosas posesiones europeas en los siglos XVI Y XVII. A pesar de esto, España se vio envuelta en diversos acontecimientos bélicos relacionados con Italia, que comportaron el enfrentamiento con algunas potencias europeas. En este contexto cabe señalar los Pactos de Familia que realiza España con Francia con el objetivo de llevar a cabo una actuación conjunta entre los Borbones de ambos países. La llegada al trono de Fernando VI inauguró una época de neutralidad en la política exterior española. Centró sus esfuerzos en la reestructuración del ejército y de la flota para lograr una mejora del comercio colonial.

3. Carlos III y el despotismo ilustrado

El siguiente rey en la línea de sucesión borbónica es Carlos III (1759-1788). El principal objetivo de su reinado fue seguir algunas ideas ilustradas siempre y cuando no atentaran contra la estabilidad de su monarquía. Con este monarca se inicia la época de despotismo ilustrado, que en conjunto presenta un balance positivo ya que intenta impulsar y desarrollar todos los ámbitos de su reino. Para llevar a cabo su programa, Carlos III se apoyó inicialmente en los italianos Grimaldi y Esquilache.

Este último intentó organizar el orden y la limpieza urbana tomando medidas para el saneamiento de las ciudades y el vestido. Sin embargo, en 1766, el pueblo ante la carestía y el elevado precio de los alimentos, desaprueba al ministro extranjero y paraliza estas iniciativas con el Motín de Esquilache.
El mismo año, Carlos III se muestra regalista y defiende la autoridad del rey frente a la Iglesia, expulsando a los jesuitas por el poder y la influencia que ejercían contra él. Más tarde el rey se rodeó de una serie de ministros y colaboradores españoles que lo auxiliaron en su labor. Entre ellos destacan:

Feijóo, Campomanes, Cadalso, Jovellanos, Floridablanca y Olavide

A partir de 1783, Carlos III intentará realizar las siguientes reformas:
Limitar el poder de la Mesta y reformar la agricultura, así como mejorar la situación de la tierra a partir de las ideas fisiócratas. Fomentar la libre circulación de mercancías en el interior de España y la liberación progresiva del comercio colonial. Mejorar los transportes. Defender las manufacturas españolas con aranceles. Crear Sociedades Económicas de Amigos del País.
Estas reformas, especialmente el intento de reforma agraria, suponían trastocar profundamente el poder de los privilegiados, lo que significaba en el fondo, destruir la base de desigualdad sobre la que se asentaba la propia monarquía absoluta. Reformar tenía como límite el poder del monarca y mantener el esqueleto del Antiguo Régimen.

4. Los cambios económicos del siglo XVIII

Mientras que en Europa hubo un cambio profundo gracias a la Revolución Industrial, en España el cambio sólo se produjo en Cataluña y en el País Vasco.
La población española pasó de 7 a 10 millones aunque su crecimiento estuvo limitado por la inmovilidad de la economía o las crisis de subsistencia, por ejemplo. La agricultura fue incapaz de prosperar por la dura climatología, la falta de tecnología, la distribución y propiedad (manos muertas) de las tierras. Por otro lado, destacamos que los borbones favorecen la creación de manufacturas reales y posteriormente el desarrollo privado frente a los gremios.
Además, Carlos III se empeña en reorganizar los monopolios comerciales de Cádiz y Sevilla con América.
En 1779 se permite que todos los puertos españoles comercien libremente con América. Al morir Carlos III, Carlos VI será rey de España desde 1788. Cuando la Revolución Francesa, en 1789, anunció el fin del viejo orden, el nuevo monarca, Carlos IV (1788-1808) observó con gran temor los efectos de las ideas ilustradas. Inicia entonces un cambio radical en la política congelando todas las reformas iniciadas por el rey déspota Carlos III y tomando medidas proteccionistas ante las ideas revolucionarias francesas. Así mismo, apartará de su gobierno a todos los ministros ilustrados, confiando el poder a un joven de origen humilde, Manuel Godoy quien conducirá a España hasta la Guerra de la Independencia.

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