Causas y consecuencias de la crisis del siglo XVII

8.3. El ocaso del Imperio español en Europa


Las costosas guerras mantenidas por Felipe II y su padre en el siglo XVI habían provocado el agotamiento económico de Castilla, por lo que el reinado de Felipe III comenzó con una política de pacificación, firmándose la paz con dos enemigos tradicionales: Inglaterra y Francia. También en 1.609 se firma con Holanda la Tregua de los Doce Años (1.609-1.621), debido al estancamiento de la guerra y al cansancio de ambos bandos. Sin embargo, los holandeses mantuvieron de forma soterrada ataques a intereses económicos de la monarquía hispánica.

Con Felipe IV y Olivares la tregua con los Países Bajos no se renovó y la política exterior española estuvo marcada por la incorporación a la Guerra de los treinta Años (1.618-1.648).

La Guerra de los Treinta Años se inició por motivos religiosos y por enfrentamientos políticos entre los príncipes alemanes (protestantes vs. católicos), y terminó siendo una guerra europea, en la que participaron los países más importantes. En ella se enfrentaban dos concepciones de Europa:
Los intereses de la Casa de Austria (los Habsburgos)
, defensora de la fe católica y de su preponderancia dinástica e imperial, y los países protestantes (como Holanda, Inglaterra, Suecia más los principados alemanes protestantes)
y la católica Francia, que sostenían principios basados en el individualismo renacentista y reformador y un incipiente nacionalismo que definía Europa como una suma de estados soberanos independientes
.
La entrada de Francia en la guerra (1635) resultaría determinante tanto para el interior peninsular , como para alcanzar la paz.

Durante los primeros años, los Habsburgo llevaron la iniciativa y consiguieron victorias importantes (conquista de Breda, derrota de la armada inglesa en Cádiz,…). Sin embargo, los problemas con la llegada de plata americana repercutieron negativamente en la guerra. Además la entrada en el conflicto de Suecia y Francia al lado de Inglaterra y Holanda, debilitó la posición estratégica de los Habsburgo. Finalmente, los países, agotados por el esfuerzo bélico, firmaron la Paz de Westfalia (1.648). Este tratado significó el fracaso de los Habsburgo españoles y austriacos, la confirmación de la hegemonía de Francia y la independencia de Holanda. Además cambiaba la forma de hacer política en Europa, ya que ponía los derechos y la razón de Estado por encima de las relaciones entre los príncipes cristianos. La diplomacia y la política internacional se hacían más laicas. El Imperio Romano Germánico mantenía el título, pero desaparecía en la práctica dividido en 354 soberanías, con Austria, Prusia y Baviera como principales poderes.

España se negó a negociar con Francia, por lo que la guerra entre ambas continuó hasta el Tratado de los Pirineos (1659)
, donde ya sí se reconoció el orden europeo nacido en Westfalia.
Mazarino en nombre de Luis XIV, y Luis de Haro en el de Felipe IV, acordaron intercambiar territorios y plazas (entre otros el Artois, el Rosellón y la Cerdaña para Francia), fijando la frontera natural pirenaica como una de las más antiguas de Europa. Otra cláusula de importantes repercusiones futuras fue la que unía en matrimonio a Luis XIV con Mª Teresa, hija de Felipe IV, que posibilitará el acceso de los Borbones al trono español en el siglo XVIII.

Durante el reinado de Carlos II, la política exterior europea estuvo marcada por la hegemonía de Luis XIV , pasandola Monarquía Hispánica a ser una potencia de segundo orden en el mapa europeo.


8.4. Evolución económica y social de la España del siglo XVII

El siglo XVII se caracterizó por una grave crisis demográfica y económica, que tuvo mayor repercusión en Castilla. La crisis demográfica tuvo como resultado un periodo de estancamiento y regresión de la población. A comienzos del siglo XVIII la población española era de unos ocho millones de habitantes, algo inferior a la de cien años antes
.
Las causas fueron:

·
Crisis de subsistencia,
provocadas por sucesivas malas cosechas, que dieron lugar a hambrunas.
·
Epidemias
periódicas, favorecidas por la desnutrición de la población. Fueron especialmente graves: la epidemia de 1.598-1.602 (afectó sobre todo a Castilla, causó unos 500.000 muertos); la de 1.647-1.652 (afectó a Andalucía y Levante, con 200.000 muertos); y la de 1.676-1.685.
·

Guerras

: Entre 1.640 y 1.668 las guerras en suelo peninsular fueron permanentes (rebelión de Cataluña y Portugal) además de la guerra con Francia y Holanda.
·

Expulsión de los moriscos

: Tuvo una incidencia importante en los reinos de Valencia (pierde un tercio de su población) y Aragón. Unas 300.000 personas se vieron obligadas a abandonar la península.

La crisis económica fue también importante y afectó a todos los sectores productivos:

En agricultura descendió la producción, a causa de diversos factores:
·Falta de mano de obra, como consecuencia de la crisis demográfica.
·Descenso de la demanda.
·Sucesión de plagas y malas cosechas.
·Estancamiento o subida de precios.
·Fuerte presión fiscal.
La ganadería también se vio afectada, reduciéndose la cabaña de la Mesta de tres a dos millones de cabezas de ganado, lo cual supuso un descenso de las exportaciones de lana.

La industria textil sufrió también pérdidas, debido a la caída de la demanda, a la presión fiscal y a la rigidez de las normas gremiales. En Cataluña y Valencia la producción industrial se reorganizó, en cambio en Castilla se acentuó la ruralización.

Las dificultades económicas afectaron también al comercio interior (deficiente red de caminos, tendencia al autoconsumo), y al comercio exterior (bloqueos marítimos, aumento del coste de los fletes, competencia de otros países). En 1.700 únicamente el 5% de los productos que se enviaban a América se realizaban en España.

La grave situación económica afectó también a la Hacienda pública, que sufrió sucesivas bancarrotas, con el consiguiente endeudamiento y descrédito del Estado.

La crisis económica tuvo graves repercusiones sociales, al verse afectados por ella especialmente los sectores más desfavorecidos de la población, que vieron como aumentaban las cargas fiscales y la presión de los señores. El crecimiento del número de mendigos y pícaros es característico de esta época y responde a la crisis y a la desprotección social que sufrían los más débiles. La estructura de la sociedad española no varió, siguió siendo una sociedad estamental, cerrada a la movilidad social, con dos estamentos privilegiados (nobleza y clero) y un tercero, en el que predominaban un elevado número de campesinos sin tierras, que trabajaban a jornal. En España el papel de la burguesía era reducido, como consecuencia de la baja actividad artesanal y de comercio.

8.5. Esplendor cultural. El siglo de oro


Las últimas décadas del siglo XVI y el siglo XVII coinciden con una etapa de elevada creatividad artística y literaria denominada el Siglo de Oro.
En este periodo el movimiento artístico dominante es el Barroco.
La cultura barroca era propagandística y estaba al servicio de la Iglesia católica y de la monarquía, sus mecenas más importantes. El pensamiento y el arte español defienden los principios de la Contrarreforma católica establecida en el Concilio de Trento. Así en literatura, una de las creaciones más características y propias es el auto sacramental, pieza teatral de tema religioso, cuyo gran maestro fue Calderón de la Barca.
En pintura y sobre todo en escultura predominan los temas religiosos cargados de gran dramatismo, que buscan conmover al espectador y difundir los principios católicos.


Junto a estos valores, que impregnan la mentalidad de la época, conviven otros que reflejan un afán por ennoblecerse y un desprecio por el trabajo manual.
Otra característica de la forma de pensar de esos años es el pesimismo vital, reflejo del malestar social y económico. La literatura una vez más nos refleja este mundo en obras maestras de la novela picaresca tales como El Buscón, de Quevedo.

No obstante, pese a la presencia de auténticas obras de arte en pintura (Velázquez, Murillo, Zurbarán,…) o en literatura (Lope de Vega, Cervantes, Calderón Quevedo, Góngora)
, la cultura española de la época tuvo un carácter conservador y aislado, sobre todo en lo referido al pensamiento intelectual y al científico. Las causas de ello hay que buscarlas en el clima de catolicismo que impregnaba las universidades, en la falta de una burguesía emprendedora y en el atraso económico y social imperante. A España prácticamente no llegaron las ideas científicas y filosóficas de la época (Galileo, Descartes, Newton)
porque estaban prohibidas y perseguidas por la Inquisición.
La ciencia española experimentó así un gran atraso en el siglo XVII en relación con el resto de Europa.

Un comentario en “Causas y consecuencias de la crisis del siglo XVII

  1. ¿Acaso ha habido algún país dónde la iglesia católica no haya actuado como potente fuerza consevadora, atrasando el progreso económico- social? Incluso hoy en día, no hay estado dónde la religión oficial sea la confesión católica del cristianismo que presente un sistema país más adelantado y eficiente de uno cualquiera de los países de confesión protestante. Por algo será.

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