Falseamiento electoral y caciquismo

Por  “Restaurar”  se entendía estrictamente restablecer la dinastía borbónica y crear las condiciones necesarias para mantenerla. Para entender el restablecimiento de la dinastía borbónica al trono español es necesario tener en cuenta varios factores:1La fragilidad y la incapacidad de la I República para resolver tres guerras simultáneas (colonial, cantonalista y carlista).2La debilidad de la oposición social a la Restauración. Ni los obreros ni los campesinos opusieron resistencia, pues jamás se identificaron con la Democracia surgida de la Revolución del 68.3La gran fuerza de los grupos sociales favorables a un cambio político y al regreso de los Borbones:–La Alta burguésía necesitaba estabilidad para sus actividades económicas (no se la proporcionaban ni los gobiernos del sexenio ni las continuas guerras).–Los intereses coloniales, que temían los proyectos republicanos tendentes a conceder autonomía política y a suprimir la esclavitud en las colonias.–Los grandes terratenientes, querían seguridad y orden. –Para ellos,democracia y república eran sinónimos de reparto de tierras, revolución,etc.–Los mandos del ejército que, aunque liberales, pensaban que la revolución del 68 había ido demasiado lejos.–La Iglesia católica: la mayoría del clero era de ideas antidemócratas y antisocialistas.—OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO EN ANDALUCÍA.Para garantizar el falseamiento de las elecciones, el partido en el gobierno elaboraba, pactándolo con el partido en la oposición, la lista de los distritos electorales, situando junto a ella el nombre del diputado que debía salir para

ganar las elecciones. Esta práctica se llamaba el “encasillado”.Para asegurar el resultado, era imprescindible el papel de los caciques: eran individuos muy poderosos e influyentes en la vida local, que controlaban las elecciones en los pueblos para garantizar los resultados fraudulentos.Los caciques, tanto liberales como conservadores, utilizaban distintos procedimientos para controlar las elecciones en su localidad, contando con el apoyo de jueces y de la Guardia Civil:o Utilizaban la violencia y las amenazas sobre los votantes. O Realizaban trampas el día de las elecciones. O Cambiaban votos por favores: dar trabajo, bajar impuestos, influencia en decisiones variadas, etc (“Para los enemigos, la ley, para los amigos, el favor”). El caciquismo fue un hecho sociopolítico carácterístico del mundo rural, aislado y mal comunicado.Sin duda, el caciquismo no fue el mismo en todas las regiones: más persuasivo en la Castilla y Galicia, más coactivo y amenazador en Andalucía, Castilla la Mancha y Extremadura. La corrupción fue utilizada por el caciquismo  en forma de compra de votos en toda la geografía española. La manipulación electoral era menos fácil en las grandes ciudades donde empezaba a despertar la conciencia ciudadana. En Madrid, la candidatura republicana obtuvo la mayoría en las primeras elecciones legislativas tras la implantación del sufragio universal («masculino»)  en 1891; y en Barcelona, la candidatura catalanista de la Lliga arrasó en las elecciones de 1901. Pero estos resultados en las grandes ciudades no alteraban el panorama político

general ya que la ley concedía una proporción mucho mayor a los representantes de los distritos rurales. La oligarquía dominante seguía así manteniendo el bloque de poder.—-CACIQUISMO EN ANDALUCÍA.Aunque el caciquismo se dio en toda España, fue en Andalucía donde tuvo mayor arraigo, significación y violencia. Andaluz era Romero Robledo, el cacique conservador más importante, ministro de Cánovas y gran amañador de elecciones. Ejercíó una gran influencia en Antequera, su pueblo natal, y en toda la provincia de Málaga. También en esta provincia, pero en el campo liberal, destacó la familia Larios.El sistema político de la Restauración, pues, se basaba en la oligarquía articulada a través de la alianza de los grupos políticos provinciales bajo el control de sus jefes. En Andalucía la oligarquía se centraba en unas cuantas familias de la alta burguésía que controlaban los aparatos de los partidos a nivel provincial, y que estaban fuertemente imbricados con la red de caciques locales. Aunque se ha repetido constantemente la expresión “oligarquía y caciquismo” para referirse a la forma de gobierno de la Restauración, la realidad fue más compleja, pues por entonces se constituye ya un verdadero sistema de partidos políticos en España.EL SURGIMIENTO DE LOS REGIONALISMOS Y NACIONALISMOS.El último tercio del Siglo XIX español estuvo marcado por el surgimiento de movimientos políticos periféricos que defendían la particularidad de identidades nacionales distintas a la española: los nacionalismos gallego, catalán y vasco. El

nacionalismo, como  movimiento político se basaba en la diferenciación cultural y lingüística de sus territorios con respecto al resto del Estado y fue la culminación ideológica de un proceso iniciado con los movimientos regionalistas, que defendían una autonomía administrativa, fundamentaban sus reivindicaciones en sus instituciones tradicionales (La Generalitat en Cataluña o Los Fueros en el País Vasco).La base social difería de un territorio a otro. Los cambios económicos y sociales producidos por la industrialización en el País Vasco entre las décadas de 18601880 tuvo como fenómeno anejo la llegada de inmigrantes otras provincias de España, para emplearse como mano de obra industrial. Esta llegada masiva provocó la reacción de sectores más conservadores que veían la llegada de “maquetos”, como una amenaza para la organización social tradicional vasca. En Cataluña, el dinamismo económico creó una burguésía local poderosa con gran influencia en los círculos políticos de Madrid, sin embargo, parte de la clase media y mediana burguésía no se sentían identificadas con las decisiones políticas y económicas de Madrid. Los primeros se decantarían por un Regionalismo que diese cierta independencia administrativa a Cataluña dentro del Estado y afianzara la influencia política del círculo de empresarios Catalanes en  Madrid. Los segundos, influidos por las tendencias federalistas y mezclados con algunos sectores del radicalismo obrero, evolucionarán a un nacionalismo político de tendencia independentista y la creación de L’Etat Catalán.En Galicia, la base del movimiento Regionalista, y posteriormente el nacionalista, está en la defensa de la identidad cultural y políticamente derivaba, fundamentalmente, del liberalismo. El Galleguismo político contó en sus inicios con una bases social mucho más débil que el Catalán y el Vasco.


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