Como influyen los reinos absolutistas en las colonias americanas

5.1 La Guerra de la Independencia:


antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra.
En los primeros años del Siglo XIX, la monarquía de Carlos IV (1788-1808) estaba muy desprestigiada por la crisis interna debido a la fuerte oposición al valido Manuel Godoy. A su vez, el reinado comenzó condicionado por la Revolución Francesa. Tras la anulación de los Pactos de Familia, España declaró la guerra a Francia. La derrota en la Guerra de Convencíón (1793-1795) restauró la alianza Franco-española (Paz de Basilea(1795)). Esta política, impulsada por Godoy, llevaría a la derrota de Trafalgar (1805) contra Inglaterra, por la que España perdíó gran parte de su armada. En 1807 se firma el Tratado de Fontainebleau, España autoriza la entrada de las tropas francesas para invadir Portugal. Sin embargo, Napoleón también planeaba ocupar España, Godoy trama la huida de la familia real a Andalucía y la Corte se desplaza a Aranjuez pero estalla el Motín de Aranjuez en 1808, Carlos IV destituye a Godoy y abdica dándole el trono a su hijo Fernando VII (obligado por el levantamiento popular). Ante esta situación Carlos IV pide ayuda a Napoleón para recuperar el trono, Napoleón lleva la familia real a Bayona donde obliga a Fernando VIl a devolverle el trono a su padre, a su vez obliga a Carlos IV a darle a él la corona española, que se la cede a su hermano José I (abdicaciones de Bayona-mayo1808). Debido al no reconocimiento de José I como legitimo rey se produjo una revolución política, intentando establecer un sistema de gobierno fundamentado en la participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y formando las juntas. Además de esto el pueblo español produjo el levantamiento del 2 de Mayo contra las tropas francesas en Madrid, que dio comienzo a la guerra de la Independencia (1808-1814). Los distintos bandos del conflicto fueron la España de José Bonaparte (afrancesados); y la España de la resistencia, dividida en los liberales (que buscan un nuevo tipo de monarquía) y los absolutistas (quieren el retorno de Fernando VII como monarca absoluto). La guerra se resume en tres fases: la primera (Mayo-Octubre 1808), se caracteriza por la resistencia de algunas ciudades (Gerona y Zaragoza) y se consique la primera derrota de Napoleón en campo abierto (la batalla de bailén-19 de Julio); la segunda (Octubre 1808-Julio 1812) Napoleón entró a España y restablecíó a José como rey, predominó el dominio francés y la aplicación de la guerrilla popular (pequenas emboscadas al ejército francés aprovechando el conocimiento del terreno); y en la tercera (1812-1814), debido a la apertura de un frente en Rusia, Francia retira parte de sus tropas, tomaron las riendas de la guerra los rebeldes y las tropas inglesas, vencen en la Batalla de los Arapiles(1812) a Francia, a finales de 1813 se firma el Tratado de Valencay, Napoleón reconoce a Fernando VII Rey de España. Las consecuencias principales de la guerra fueron las pérdidas humanas, el descenso de la natalidad, la economía desestructurada, impulso de la independencia de la América española y la repercusión internacional fue el principio del fin del Imperio Napoleónico, da lugar a la Europa de la Restauración (con Fernando VII).


5.2 Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812


Durante la Guerra de Independencia, en la España no ocupada por el ejército francés no solo se resistíó y combatíó en el terreno militar; al mismo tiempo se pretendía sentar las bases necesarias para modernizar el país y que el rey, cuando volviera tras la guerra, solo tuviera que aplicar las nuevas leyes. Así pues, partimos de un intento de revolución liberal iniciado por la Junta Suprema Central, la cual fue reemplazada en 1810 por un Consejo de Regencia. Este fue el encargado de convocar las Cortes en Cádiz, dado que era la única ciudad que resistía al asedio francés. Los liberales consiguieron que la convocatoria no se realizara por estamentos, sino como una Asamblea Única en la que a cada diputado le correspondía un voto. Los diputados de cada provincia eran seleccionados a su vez mediante el voto de los varones mayores de 25 años. Sin embargo, llama la atención la ausencia de representantes de las clases populares. Hay tres ideologías distintas: los absolutistas, quieren que vuelva el monarca absoluto; los jovellanistas, renovadores, mezclan las dos reformas pero respetando el Antiguo Régimen; y, los liberales, son innovadores, defienden la soberanía nacional, la sociedad de clases y la promulgación de una constitución. En las Cortes reside la soberanía nacional, encargada del poder legislativo y su principal objetivo fue elaborar una Constitución. Debido a la dominancia del sector liberal, las Cortes de Cádiz representan el primer episodio de revolución liberal burguesa en la historia de España. Su objetivo final era la implantación de un nuevo modelo de sociedad basado en los fundamentos del liberalismo: la libertad económica, que exigía la abolición del régimen señorial y la liberalización de la propiedad y del trabajo; la igualdad jurídica, que requería la abolición de los privilegios feudales y considerar a toda la población como ciudadanos iguales ante la ley; y un sistema político parlamentario y la aprobación de una Constitución que cambia el régimen político del país. La Constitución de 1812 fue la primera constitución liberal del país. Esta recogía 384 artículos en los que se pone de manifiesto el compromiso entre liberales y absolutistas (aunque fue más favorable para los primeros). Las carácterísticas de esta constitución son las siquientes: Se establecíó el principio de soberanía nacional, el poder reside en la nacíón; imposición de nueva estructura de gobierno (monarquía limitada, no absoluta); se decretó el sufragio casi universal masculino para mayores de 25 años mediante el sistema de elección indirecto; se establecíó la división de poderes: el legislativo correspondía a las Cortes unicamerales, el ejecutivo recaía sobre el rey, y el judicial correspondía a los tribunales de justicia. Sin embargo, no se reconocía la libertad de culto (imposición del catolicismo). La constitución apenas pudo aplicarse por el contexto bélico en el que se promulgó y la restauración absolutista que seguiría al fin de la Guerra de la Independencia, pero su relevancia es fundamental puesto que supuso el inicio de la descomposición del Antiguo Régimen en España.


5.3 El reinado de Fernando VIl: liberalismo frente al absolutismo


El proceso de independencia de las colonias americanas. A la vuelta de Fernando VIl, este decidíó no jurar la constitución. Apoyado por el sector absolutista, con el Manifiesto de los Persas (documento público firmado por diputados que mostraban su apoyo a la vuelta del absolutismo), y firma el Decreto del 4 de Mayo con el que se inicia el Sexenio absolutista (1814-1820). Se impone la vuelta al antiguo régimen: se restablecieron los Consejos, la Inquisición y la jurisdicción señorial y se suspendíó la desamortización; estos hechos, sumados a la guerra potenciaron la incapacidad de recuperación con el sistema económico absolutista. Mientras tanto, la represión sistemática contra los liberales los aboca al exilio y la clandestinidad dando lugar a una nueva forma conspirativa: el pronunciamiento. El 1 de Enero de 1820 el teniente coronel Riego se pronuncia con parte de las tropas destinadas a América. Esto provocó la reacción de Fernando VIl, que finalmente juró la Constitución de Cádiz de 1812 dando paso al periodo del Trienio Liberal (1820-1823). Así pues el liberalismo se divide en dos tendencias, los moderados o doceañistas, que optan por llegar a una transacción con la Corona y los poderes del Antiguo Régimen, y los exaltados o veinteañistas que prefieren acelerar y radicalizar las reformas. Existe además una oposición absolutista, respaldada por Fernando VIl, que promovía la restauración del régimen absolutista. Finalmente, en un gobierno de liberales exaltados, el Congreso de Verona decidíó autorizar a Francia a enviar a los Cien Mil hijos de San Luis(1823), un ejército destinado a apoyar a Fernando VIl contra los liberales para restablecer absolutismo iniciando la Década Ominosa (1823-1833). Este retorno del absolutismo fue más débil, debido a la necesidad de apoyo en la burguésía por la fuerte crisis. Esto no fue aceptado por los absolutistas, que sumado a la cuestión sucesoria (Fernando promulga la Pragmática Sanción(1829) que derogaba la Ley Sálica para que su hija Isabel pudiera acceder al trono, dejando a Carlos desplazado de la línea sucesoria) finalmente derivaría en la Primera Guerra Carlista (1833-1839). Mientras tanto se produjo el proceso de emancipación de las colonias americanas. La extensión de las ideas ilustradas y liberales, y la debilidad de España junto a los intereses ingleses constituyen las principales causas de este proceso. Podemos diferenciar dos fases del proceso emancipador. En la primera fase (1810-1814), paralela a la Guerra de la Independencia, ante el vacío de poder comenzaron los levantamientos en México y en Venezuela.Durante la segunda fase (1815-1825), hay una crisis definitiva por el poder español como consecuencia del pronunciamiento de Riego. La batalla de Ayacucho (1824) marca el final del dominio español en Sudamérica. A su vez, el proceso de independencia generó grandes repercusiones en España: la pérdida del control del mercado americano agravó los problemas políticos, fiscales y económicos de la monarquía; la reexportación de metales preciosos cayó en picado y perjudicó a los sectores comerciales; y, por último, las industrias y los cultivos se vieron perjudicados puesto que perdieron la protección que tenían dentro del comercio colonial.

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