Consecuencia de la primera república de Venezuela

INTRODUCCIÓN A partir del Desastre de 1898 se puso en evidencia el fracaso del Régimen de la Restauración, un sistema que estaba agotado, incapaz de dar respuesta a las necesidades reales de la población. A partir de entonces diversas circunstancias políticas, sociales y económicas, como las crisis de 1909 y de 1917, fueron preparando el golpe militar de Primo de Rivera en 1923. Se dio paso entonces a un régimen dictatorial cuya máxima consecuencia será el descrédito de la Monarquía y el fin de la Restauración. Aunque con la Dictadura parecen solucionarse algunos problemas no fue posible acabar con las principales dificultades del país. DESARROLLO Para profundizar en el desarrollo del tema plantearemos las causas que favorecieron el Golpe de Estado de Primo de Rivera y los periodos políticos del mismo, con el directorio militar y el civil para acabar analizados las razones que acabaron con la dictadura. Preparación y pronunciamiento. El pronunciamiento militar de Primo de Rivera vino propiciado por la descomposición del sistema político de la Restauración, la incapacidad de los gobiernos de resolver los problemas del país. Los conflictos sociales en Barcelona y el auge del nacionalismo catalán y vasco, jugaron un importante papel. Por otra parte, el creciente protagonismo de ejército en la vida política, la “cuestión marroquí”, con el desastre de Annual de 1921, que agravó la situación y acentuó las diferencias entre el ejército y el gobierno, sobre todo con la instrucción del Expediente Picasso que pretendía averiguar la verdad sobre Annua, como también la crisis económica y la violencia social, alentaron es opción. Asimismo, las consecuencias de la Primera Guerra Mundial agravaron la crisis económica, a la vez que el triunfo Bolchevique en la Revolución Rusa y el ascenso del fascismo en Italia, influyeron sobre la opinión pública. Todas estas razones animaban a una intervención militar, una «mano de hierro» que pusiese freno a las adversidades por las que atravesaba el país. Primo de Rivera entra en contactos con partidarios de un golpe de fuerza. El 13 de Septiembre de 1923, declara el estado de guerra exigiendo la dimisión del Gobierno, al tiempo que entrega a la prensa el “Manifiesto al País y al Ejército españoles”, proclamando un Directorio Militar en Madrid y enumera los problemas a resolver. El Consejo de Ministros se muestra poco decidido yel Rey, de vacaciones en San Sebastián, tampoco actúa. El 14 de Septiembre, el Rey se niega a apoyar la tardía reacción del gobierno inducíéndole a presentar la dimisión. El Rey lama a Madrid a Primo de Rivera para entregarle el poder. El 15 de Septiembre juraba como Presidente y Ministro universal asistido por un Directorio militar compuesto por ocho generales en calidad de vocales. Ante esta situación, el gobierno de Concentración Liberal mostró una actitud pasiva, tampoco se opusieron los dirigentes republicanos, los socialistas y la UGT permanecieron a la expectativa; el Ejército, la Iglesia, los industriales y la aristocracia lo vieron como el restaurador del orden en las calles. Tan solo el Partido Comunista y la CNT muestran una oposición abierta al nuevo régimen, sus dirigentes serán detenidos y sus organizaciones declaradas ilegales, algunos intelectuales constituyeron la más clara oposición al régimen El directorio militar (15 de Septiembre 1923/3 de Diciembre 1925). Formado exclusivamente por militares de alta graduación. Sus primeras medidas se orientaron a mantener el orden público, con la prohibición de manifestaciones y la censura de prensa, contener el problema nacionalista, acabar con la guerra de Marruecos y con el caciquismo, a través de los Gobernadores que eran los que nombraban a los alcaldes y diputados provinciales. Por lo que se refiere al nacionalismo, Primo de Rivera les atacó directamente, suprimiendo la senyera y el himno catalán, se decretaron medidas contra el uso de la lengua catalana y se prohibieron sus clases, reservando su uso al ámbito privado. Sin embargo, agradó al catalanismo, el que Primo de Rivera extendiese por España la institución catalana del Somatén, cuerpo paramilitar contrarrevolucionario adicto al régimen. El País Vasco vio igualmente limitada su autonomía. Respecto al conflicto de Marruecos, en Abril de 1925, Abd-el-Krim atacó el Marruecos francés, lo que propició la colaboración Franco-española en una acción conjunta, que dio sus frutos el 8 de Septiembre de 1925 con el desembarco de Alhucemas, un rotundo éxito.


El líder rifeño se entregó a las autoridades francesas, siendo pacificado el territorio en 1927. El problema de Marruecos se convertía en el mayor éxito de la Dictadura a la vez que potenció la influencia del sector africanista dentro del ejército, e hizo creer a Primo de Rivera que su fórmula de gobierno debía ser institucionalizada. Por otra parte, la dictadura logró un cierto éxito económico gracias a la bonanza económica de los años 20, como también en las importantes inversiones que se realizaron en las obras públicas, principalmente en carreteras y obras hidráulicas. El directorio civil (Diciembre 1925/Enero 1930). Primo de Rivera sustituyó el Directorio militar por uno nuevo al que incorporó civiles, procedentes de la Uníón Patriótica, en un intento de institucionalizar la Dictadura. Su objetivo era consolidar políticamente el régimen dictatorial, a través de la Asamblea Nacional Consultiva. La Uníón Patriótica había sido constituida en 1924. Este movimiento servía para buscar los colaboradores necesarios y dotar la administración con un personal político propio adicto al régimen. Su medio de propaganda lo constituía el diario de la noche La Nacíón. El intervencionismo estatal será el eje de la política económica, con el objetivo de fomentar la producción industrial y modernizar las infraestructuras, beneficiándose de los “felices años 20”. Para ello, realizó grandes obras públicas y una política monopolística mediante la creación de compañías como CAMPSA o la ITT. Esta concesión de monopolios estuvo ligada a los grandes financieros amigos personales de Primo de Rivera. Primo de Rivera realizó una política laboral que organizaba a los obreros en un sistema productivo tutelado por el Estado. En 1924 se crea el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria y poco después el Instituto de Reformas Sociales. En 1926 se promulga el Código de Trabajo, pero lo más llamativo fue la creación de la Organización Corporativa Nacional, a semejanza de las corporaciones fascistas italianas. Su objetivo era regular las condiciones laborales, controlar el movimiento sindical y evitar la conflictividad social. Después de varios años en el poder Primo de Rivera seguía sin mostrar la menor inclinación a regresar a la vida militar y así tuvo que considerar una reorganización del Estado y una reforma constitucional. Optó por la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva para deliberar sobre la reforma constitucional, maniobra que trató de legitimar mediante un plebiscito en el que por primera vez participarían las mujeres. El fracaso de este proceso residía en que los miembros de la Asamblea Consultiva eran elegidos directa o indirectamente por el gobierno; sin conseguir integrar a los opositores al régimen. Una comisión de la Asamblea, formada por viejos políticos conservadores de la Restauración, elaboró un Proyecto constitucional, que no agradó ni a Primo de Rivera. La situación cambió a partir de 1927. El fracaso de la dictadura era patente, crecíó la oposición, asimismo un importante número de los políticos de los partidos del turno se negaron a colaborar y exigieron a Alfonso XIII el restablecimiento de la Constitución. Ante la negativa del Rey, se fueron alejando del monarca. Paralelamente se fue fortaleciendo el movimiento republicano. En el ejército crecíó el descontento. Las rivalidades personales y diversos incidentes enfrentaron a Primo de Rivera con numerosos generales. De igual modo crecíó la oposición entre los intelectuales. Unamuno, Ramiro de Maeztu, Marañon… expresaron su oposición abiertamente. Los partidos obreros y los sindicatos comenzaron una creciente movilización. CONCLUSIONES A este panorama de creciente oposición y crítica, se suma la grave crisis económica como consecuencia de la crisis de 1929, caída de la peseta, aumento de la conflictividad social, conspiraciones militares… Primo de Rivera consulta si seguía teniendo el apoyo del ejército para gobernar y ante la fría respuesta recibida, presenta su dimisión al Rey, que la acepta el 28 de Enero de 1930 y se exilió en París, donde murió. Alfonso XIII nombró presidente del Consejo al general Dámaso Berenguer con la intención de volver a la normalidad anterior al golpe de 1923, pero la sociedad reclamaba cambios políticos. Con la firma en Agosto de 1930 del Pacto de San Sebastián, republicanismo y fuerzas políticas al margen del régimen formaron un Comité Revolucionario para conseguir el cambio de régimen. Los socialistas también participaron en la acción. Se celebraron elecciones municipales el 12 de Abril de 1931, Alfonso XIII consciente de que contaba con escasos apoyos en el país se exilió voluntariamente. Tras su salida del país se proclamó la Segunda República.

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