Consecuencias de la desintegración de la gran Colombia

T. 7

La guerra de Cuba. A España solo le quedaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas de su gran Imperio Español del S.XVI- XVII.El resto de las posesiones españolas se independizaron delirante el reinado de Fernando VII.Causas, La primera guerra cubana coincidíó con el auge del imperialismo estadounidense, pues EEUU se había convertido en la gran potencia industrial y militar de América. Cuba estaba muy ligada a la economía estadounidense y admiraba la democracia de este país. De hecho, el interés de EEUU por Cuba aumentó hasta el punto de querer comprar la isla a España. Detrás del conflicto también se encontraba la cuestión de la abolición de la esclavitud, que en el caso de Cuba era difícil pues no sé podía prescindir d la mano de obra esclava para plantaciones. La paz de Zanjón pone fin al conflicto de Cuba. España reconocía algunas mejoras: amnistía o libertad de los presos políticos en la guerra, pero no concedía el estatus de provincia española y de  autonomía que solicitaba la isla de Cuba. Por esta razón, el problema estallaría de nuevo a partir de 1895.Así, tras la Paz de Zanjón de 1878, la promesa del general Martínez  Campos de conceder cierto grado de autogobierno a Cuba no se cumplíó. Precedentes Rebelión liderada por Carlos Manuel de Céspedes, quien dio el grito de Yara , aldea donde se inició una guerra por la independencia de Cuba, que llamó la guerra de los Diez Años o Guerra Larga.  Esta guerra adoptó un carácter de lucha por la Independencia. La fase más dura de este conflicto se desarrolló en la etapa de la Restauración hasta la firma de paz de Zanjón en 1878. Desarrollo, Así, en la isla se creó un partido
Independentista por José Martí, quien fundó el Partido Revolucionario cubano. Procesos independentistas también se dieron en Puerto Rico y las islas Filipinas. En esta última, el movimiento de independencia fue liderado por José Rizal, quien fundó la Liga Filipinas. En 1895, se produjo la lucha definitiva que dio lugar a la independencia en 1898 se produjo la intervención de los EEUU contra España. La guerra colonial se desarrolló en varias fases. El general Martínez Campos, que había sido enviado por España para controlar la situación, se vio incapaz de frenar el proceso independentista. Entonces Cánovas envió al general Weyler que sustituyó a Martínez Campos con la misión de llevar la guerra hasta el final. Weyler dividíó la isla en zonas fortificadas separando la población y provocando su desabastecimiento, lo que aumentó el odio contra España. Paralelamente, en EEUU se estaba creando un ambiente hostil de la prensa y la opinión pública contra España, coincidiendo con la máxima expansión del imperialismo estadounidense De hecho, la ayuda de EEUU a los independentistas cubanos fue constante.Sin embargo, las reformas introducidas en la isla por el nuevo gobierno de Sagasta, en 1897 tras el asesinato de Cánovas, no satisficieron las exigencias del presidente de los EEUU, el republicano McKinley.


En este contexto bélico, en Febrero de 1898, se produjo la explosión del acorazado estadounidense Maine, que estaba anclado en el puerto de La Habana, lo que fue el pretexto de la declaración de la guerra de los EEUU. En medio de una fuerte campaña de presión de la prensa y de la diplomacia estadounidense contra el gobierno español acusándolo de haber provocado el hundimiento, EEUU declaró la guerra a España en Abril de 1898.A la guerra se opusieron los carlistas, los republicanos, los anarquistas, los socialistas y los sectores populares, porque soportaban el conflicto como soldados.Consciente de la inferioridad militar, España se enfrentó a la poderosa armada de los EEUU con dos grandes derrotas: una en Cavite en Filipinas y otra en Santiago de Cuba.

 La guerra finalizó con la firma del Tratado de París en Diciembre de 1898, por el que España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a EEUU a cambio de 20 millones de dólares. España entregó al Imperio alemán las islas Carolinas, las Marianas y las Palaos, a cambio de 25 millones de dólares. Quedaba así liquidado el Imperio español, cuyos restos pasaron a las grandes potencias imperialistas del momento. Las consecuencias de la guerra colonial fueron de diversos tipos. En primer lugar, se produjeron importantes pérdidas humanas; se calcula que unos 120.000 muertos y parte de los supervivientes regresaron mutilados y pobres. España perdíó el trato preferente que tenía con sus colonias para comprar materias primas (café, tabaco y caña de azúcar) a bajo precio. Por otra parte, se produjo un fuerte desgaste de los dos grandes partidos dinásticos y el desprestigio del Ejército. La consecuencia más grande fue el enorme golpe que supuso a la conciencia nacional, que comenzó a plantearse la necesidad de un cambio profundo en las estructuras sociopolíticas y económicas del país. Fue el llamado «regeneracionismo». Así, se desarrolló un regeneracionismo político, Se intentó llevar a cabo varias reformas que acabaran con los vicios políticos de la Restauración (corrupción, fraude electoral, caciquismo y oligarquía). Sin embargo, el efecto real de este regeneracionismo fue muy limitado. Por otra parte, también se produjo un regeneracionismo intelectual con un grupo de escritores y pensadores que diagnosticaron la situación de España, como por ejemplo Joaquín Costa, Picavea y una generación literaria, la Generación del 98. Destacaron autores como Unamuno, los hermanos Machado, Baroja, Valle-Inclán y algunos intelectuales catalanes. También hay que destacar la labor crítica de los miembros de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) Otra de las consecuencias de la derrota colonial fue el auge de los nacionalismos y el desarrollo del movimiento obrero. De este modo, la crisis de 1898, aunque extendíó un deseo de cambio o de regeneracionismo, no consiguió acabar con el desprestigiado sistema de la Restauración, que continuó durante el reinado de Alfonso XIII hasta el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923.


TEMA 8

La desamortización de Mendizábal: Las grandes desamortizaciones se realizaron durante el reinado de Isabelino. La primera de ellas, la desamortización de Juan Álvarez de Mendizábal, tuvo efecto durante la Regencia de María Cristina. La regente tendía a favorecer a los liberales moderados frente a los progresistas, que ejercieron el gobierno durante breves intervalos en los que se adoptaron medidas liberales. De hecho, previamente, durante la regencia de María Cristina, Mendizábal disolvíó los conventos con menos de doce religiosos. Además, Mendizábal ocupó ocasionalmente la jefatura de gobierno y el ministerio de Hacienda durante la regencia. Desde su gobierno, Mendizábal realizó la desamortización de los bienes eclesiásticos, en concreto, de las del clero regular (órdenes religiosas) que no se dedicaban a la enseñanza ni a la asistencia hospitalaria. El decreto de las amortizaciones se concretó en 1836 y se convirtió en ley en 1837, cerrándose mil conventos.Con ello, se pretendían conseguir varios objetivos: 1.Disminuir la deuda pública. 2.Conseguir apoyos a la causa liberal de María Cristina frente al bando carlista.3.Crear una capa media de campesinos, situada entre los grandes terratenientes y los pequeños campesinos y jornaleros. Estos campesinos, al ser favorecidos por la desamortización, apoyan al bando liberal representado por María Cristina y su hija Isabel II. La desamortización de Mendizábal se completó en años posteriores durante la Regencia de Espartero, extendíéndose a las tierras del clero. Secular, si bien se paralizó durante la Década Moderada. El proceso de desamortización eclesiástica consistíó en la expropiación de cómo se desamortizar las tierras, nacionalización de las mismas y su venta en pública subasta. La venta se realizó emitiendo deuda pública a bajo precio, lo que favorecíó la especulación y la compra de estas tierras por parte de la pequeña nobleza y sobre todo de la alta burguésía, que se convirtieron en grandes terratenientes. Consecuencia de la desmoralización: Paradójicamente, no se consiguió la deseada capa media de campesinos y los pequeños campesinos resultaron perjudicados por la desamortización, al tener que pagar alquileres más altos a los nuevos propietarios que habían comprado las tierras en las subastas. Por esta razón, parte del campesinado no apoyó el liberalismo de María Cristina. No obstante, la producción agrícola aumentó en general por la expansión de las superficies cultivadas, aunque fueron muy pocas las inversiones realizadas por los nuevos propietarios en estas tierras. No se mejoró ni modernizó la agricultura y los grandes latifundios continuaron con una baja producción. La 2* desamortización: La segunda gran desamortización tuvo lugar en el Bienio Progresista (1854-1856) y fue proyectada por el ministro Pascual Madoz. Fue una desamortización esencialmente municipal, ya que se desamortizaron terrenos municipales, aunque también afectó a otras propiedades de la Iglesia. Además, a esta ley se opusieron la Santa Sede y la reina, que la firmó a regáñadientes, e incluso provocó levantamientos carlistas. Esta nueva desamortización civil también benefició a los burgueses (terratenientes), desfavoreciendo a los campesinos, que se quedaron sin las tierras de los ayuntamientos. A su vez, las arcas municipales perdieron los ingresos que durante siglos habían percibido de los campesinos por los alquileres de estas tierras.


Tras las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, queda establecido el liberalismo económico carácterístico de la Revolución Liberal del Siglo XIX. Conclusión del tema: Junto a las medidas desamortizadoras se adoptaron otras económicas de carácter liberal, tales como la abolición del régimen señorial, la desvinculación del mayorazgo, la abolición de los diezmos y la abolición de los privilegios de la Mesta y los gremios. Con todas estas medidas queda implantada la libertad de fabricación, comercio y contratación. El poder económico de la Iglesia sufríó un fuerte golpe. En compensación, el clero recibíó dinero a cargo de los fondos públicos y por el Concordato de 1851 se vio reconocida la confesionalidad católica del Estado español. La nobleza tampoco se vio afectada por la desamortización y mantuvo sus latifundios. Por su parte, la burguésía terrateniente se enriquecíó, dando lugar a un nuevo tipo de latifundistas urbanos. Desde mediados del Siglo XIX hasta el final del mismo, continuaron las desamortizaciones que afectaron, sobre todo, a las tierras del sur, perfilándose un mapa de grandes latifundios en Extremadura, Andalucía y La Mancha. Quedaba pendiente el capítulo de una verdadera reforma agraria en España.

Bloque 9.   introducción. Durante el Sexenio democrático se creó una sensación de desgobierno, que algunos sectores interpretaron como una amenaza al orden. Por esta razón, en la dictadura del general Serrano en 1874, la iglesia, el ejército y la aristocracia apostaron por la restauración monárquica de Alfonso XII. Esta fue producto del trabajo llevado a cabo por Antonio Cánovas de Castillo. Además previamente, Isabel II había abdicado en su hijo y Antonio Cánovas había creado un partido alfonsino. Sumando a la vez el Ejército, con el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto (1874.) Por otra parte, se había realizado el manifiesto de Sandhurst redactado por Cánovas y firmado por don Alfonso en la academia militar donde se formaba. Este manifiesto defendía el abierto carácter de la monarquía constitucional y la traducción católica. El régimen de la Restauración se desarrolló a lo largo de tres etapas: el de Alfonso XII 1875-85, la regencia de su mujer María Cristina 1885-02 y el reinado del hijo de ambos, Alfonso XIII 1902-23. El creador de la restauración borbónica fue Antonio Cánovas del Castillo que diseñó un sistema político basado en la importancia de los partidos, es decir, el turnismo o bipartidismo: el conservador o liberal. La monarquía era el pilar del sistema de restauración y el turnismo y alternancia pacífica de los partidos. Su estabilidad fundamental fue la estabilidad del sistema de la restauración mediante el uso del turismo , el fraude electoral y el caciquismo. El partido conservador era moderado, defendían el orden social y el público , así como los de los progresistas. Se apoyaban en la aristocracia y la jerarquía católica . Su líder más importante es Cánovas. El partido liberal, sin embargo, defendíó las reformas sociales, la educación y un cierto laicismo. Estaba formada por parte de los progresistas, los demócratas y exrepublicanos . Se apoyaban en la burguésía, en las profesiones liberales y funcionarios, además de las clases medias, líder más representativo, Sagasta. El ejército, cuyo mando era el rey, tuvo que mantenerse al margen de la política. Con esto pretendía acabar con los pronunciamientos militares

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