4.- LA DIVISION DEL IMPERIO ROMANO

Debido a la gran extensión del imperio romano, era difícil su organización política y las luchas por el control del Imperio se sucedían a lo largo de su historia.

De hecho, los romanos tuvieron diferentes sistemas de gobierno, con el fin de tratar de dirigir de forma efectiva y práctica un imperio tan complejo. Pero en el siglo III, aquel imperio  de vastas dimensiones, era una caricatura de lo que había sido antaño, estando totalmente desestructurado, dividido y sus líderes, muy lejos de ser las grandes figuras que le habían dado forma en siglos anteriores.

Debido a esta crisis, los intentos de reunificación y reorganización, fueron muy difíciles, ya que la crisis era económica, religiosa, militar y política. Desde el inicio de este siglo, el imperio experimenta la anarquía facilitada por la falta de una figura poderosa en el liderazgo y los cambios constantes en el poder, disputándose los militares más poderosos entre ellos el poder, autoproclamándose con cierta frecuencia los generales rebeldes como emperadores y los gobernadores mas grandes conspiran surgiendo constantes enfrentamientos civiles y rebeliones.

Diocleciano durante su mandato ( 285-305 )
  intentó una gran reforma del Imperio a todos los niveles, reorganizando el ejército, diviéndolo en dos , uno encargado de la defensa de las fronteras y el otro en el control de los territorios internos, separando el poder civil y político del militar, para evitar que los gobernadores de las provincias, mandaran también las tropas. A nivel político, quita funciones al senado y personaliza en la figura del emperador todo el poder, convirtiendo el estado romano, en una monarquía absolutista donde los ciudadanos, pasaron a ser súbditos. A nivel administrativo, duplica el número de provincias a fin de así los gobernadores sean menos poderosos y no pudieran planear una rebelión. A nivel económico y social trata de salir de la crisis provocada por la insostenibilidad del sistema esclavista, dio vínculos    

De los campesinos con la tierra que trabajaban en forma de colonato  y crea corporaciones de artesanos, gravando a los ciudadanos con nuevos impuestos y obligaciones fiscales. También perseguirá duramente a los cristianos para revitalizar el paganismo. Pero además, realizará una división administrativa del imperio, nombrando dos emperadores uno para oriente y otro para occidente, que gobiernan a su vez con dos corregentes ( cesares )
conociéndose este sistema de gobierno como Tetrarquía y a pesar de sus intentos de unificación, esto será el inicio de la división real del Imperio, porque en la práctica ya es una división formal, que acabará dividiendo en dos el antiguo territorio imperial.

Las reformas de Diocleciano, tienen un éxito inicial aparente y el imperio revive parcialmente, sobre todo en la parte oriental, que es dirigida por él. Trasladando la capital del imperio a Nicomedia siendo la parte oriental, desde hace tiempo, la parte más próspera y que menos problemas tiene con respecto a la occidental.

La Tetrarquía , preveía una mecanismo de traspaso de poder para evitar conflictos de sucesión provocados en épocas anteriores. Teóricamente, los césares tenían que sustituir a los emperadores después de 25 años de gobierno, pero el traspaso de poder, no se produce de forma efectiva.
Majencio y Constantino inician una lucha de poder por la parte occidental, saliendo victorioso Constantino. Posteriormente se hará con el control de la parte oriental, al derrotar a Licinio.

El Imperio, vuelve a tener un solo emperador quien intenta reunificar las dos partes del imperio, cada vez más separadas en todos los aspectos., Se traslada la capital del imperio a Constantinopla y grandes cantidades de oro imperial pasan a la parte oriental. Mientras tanto, occidente continúa con una decadencia progresiva agravada por las constantes incursiones bárbaras  .
Las reformas militares de Constantino desprotegen las fronteras y la parte occidental del imperio será cada vez más vulnerable.

Ni Constantino ni sus sucesores, podrán evitar la división del imperio, iniciándose a su muerte nuevas guerras civiles por el control de las dos zonas imperiales. Finalmente, en el año 379
Teodosio, es nombrado emperador de la parte occidental y unos años más tarde en el  394 se hará con el control de la oriental, Siendo en el año 380, cuando declara el cristianismo como religión oficial del Imperio, siendo además, el último emperador que gobernará las dos partes del Imperio. A su muerte en el año 395, se divide el gran imperio romano entre sus dos hijos, no tratándose esta vez de una división administrativa ya que no existirá una nueva unificación del imperio.

La parte occidental, será dirigida por Honorio con capitán en Milán y después en Rávenna durando menos de un siglo. Sometida a constantes invasiones, con la defensa de las fronteras encargada a bárbaros federados y con continuas luchas civiles internas, deshaciéndose políticamente el año 476.

La parte oriental, pasará a manos de Arcadio, su riqueza, el esplendor de la gran ciudad  y capital, Constantinopla, la menor presión de los pueblos bárbaros, la unidad de la religión cristiana, hacen que dichos factores la permitan evolucionar  y convertirse en la gran civilización imperial que conoceremos como Bizancio.
La cual con variaciones territoriales, se mantendrá como entidad política prácticamente durante un milenio, hasta el año 1453  en que será sometida por el imperio turco.
     

2.- LA APARICIÓN DEL CRISTIANSIMO

La religión romana se conoce con el nombre de paganismo.

Es politeísta y el culto a muchas divinidades diferentes formaba parte también de la vida pública romana, llegando en algunos momentos de su historia a incorporar a la religión oficial, el culto al emperador como una divinidad más.

            La religión cristiana, inicialmente una escisión del judaísmo, se extiende con fuerza por todos los dominios del Imperio a partir del siglo I D.C.
El mensaje cristiano de redención y salvación arraiga con cierta facilidad entre las clases bajas y desfavorecidas y entre las masas de población más desesperadas. La hostilidad de los judíos, también ayuda a que el cristianismo arraigue en muchos de los pueblos antisemitas. De hecho, los primeros mártires cristianos, mueren a manos de los hebreos. La crisis moral, económica y política, también facilita la implantación progresiva del cristianismo, por su mensaje de esperanza y reivindicación moral.

Los cristianos, son perseguidos por los romanos por su menosprecio al politeísmo romano y al paganismo y especialmente por su negativa a adorar al emperador, recelando de ellos y desconfiando de los cristianos al no entender su mensaje de humildad, caridad y esperanza de redención en otra vida.

El emperador Nerón en el año 64, los acusó falsamente del incendio que destruyó la capital del Imperio, el cual al parecer fue provocado por el mismo, generándose un gran odio hacia los cristianos.     

Los cristianos cada vez más numerosos, llegan a ocupar cargos importantes tanto en el ejército como en la administración romana, creando un problema para los dirigentes romanos que tratan de apartarlos de dichos cargos.

Las persecuciones contra los cristianos serán muchas y sangrientas. Especialmente grave es la de Diocleciano en el siglo III, conocida como la Gran Persecución, Diocleciano, dicta edictos contra ellos que son desprovistos de sus propiedades, su culto es prohibido y se les obliga a renegar de su fe.

A pesar de los mártires y apóstatas, el cristianismo, lejos de desaparecer se consolida y su jerarquía eclesiástica también. Las persecuciones y los martirios refuerzan el cristianismo y su iglesia, siendo su comportamiento sectario y su fe lo que desconcierta a los romanos

Estas persecuciones seguirán hasta el año 311, que el emperador Galerio, promulgará un edicto de tolerancia religiosa. Dos años más tarde en el año 313, Licinio y Constantino, promulgarán el edicto de Milán, donde se decreta la libertad de culto religioso en todo el Imperio y el retorno a los cristianos de sus propiedades y bienes.