TEMA 9 CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL ESPAÑOL
INTRODUCCIÓN
Con la muerte de Fernando VII, último monarca absoluto, se inicia en España un proceso de
transición política, en la que por tercera vez, los liberales ocuparan de nuevo el poder,
arrancando de nuevo el proceso constitucionalista a partir de la aprobación del Estatuto Real
en 1834 y las constituciones de 1837, 1845, la nonata de 1856 y 1869.
Esta etapa coincide con el fenómeno europeo de las revoluciones burguesas, el cual supuso la
paulatina desaparición del Antiguo Régimen en el resto del continente y la base para la
formación del estado liberal español con la paulatina implantación de un régimen
constitucional y parlamentario, aunque sacudido por el fenómeno del carlismo.
Igualmente se inicia en este período el desarrollo del capitalismo en España, completándose
con el fenómeno desamortizador. Todo esto provocará un cambio en la sociedad y de
mentalidad.
1. PERÍODO DE REGENCIAS Y ESTALLIDO DE LA PRIMERA GUERRA CARLISTA.(1833-
1843).
REGENCIA DE María Cristina Y PRIMERA GUERRA CARLISTA (1833-1840)
Fernando VII moría en Septiembre de 1833, accediendo al trono su hija( apenas tenía tres años
de edad)
Isabel II
Debido a la minoría de edad de la sucesora al trono, el poder pasó a su
madre, la reina María Cristina que actuó como regente(1833-1840).
En 1830, cuando nace la futura Isabel II, el rey, hizo pública la llamada Pragmática Sanción, por
la cual y debido a la inexistencia de descendencia masculina, esta tenía derecho a acceder al
poder tras la muerte del monarca. Con la Pragmática Sanción, se anulaba la Ley Sálica,
establecida por los Borbones desde 1713, la cual anulaba el ascenso al trono por vía femenina.
La Pragmática de 1830, se acogía de nuevo en la Ley de Partidas, de tradición castellana, en la
que declaraba heredera al trono a la hija mayor del monarca.
Aprobada la Pragmática Sanción, los carlistas, partidarios de los derechos al trono de don
Carlos María de Isidro, hermano de Fernando VII, vieron como sus aspiraciones quedaron
truncadas con el ascenso al trono de Isabel II, mediante la regencia de su madre.
A partir de este momento, se produjo el estallido de la primera guerra carlista, una Guerra Civil
que se desarrolló sobre todo en aquellas regiones de tradición foralista.
La base ideológica del carlismo estaba basada en los siguientes elementos:
-Conservadurismo histórico, basado en la existencia aún de los privilegios forales.
-Monarquía Absoluta.
-Conservadurismo religioso, planteando la necesidad de restablecer la Inquisición.
La guerra no sólo supuso una lucha por la sucesión del trono, sino también una confrontación
entre absolutismo y liberalismo.
La sublevación armada fue consolidándose en las Provincias Vascas, Navarra, Cataluña, Aragón
y Levante. El fenómeno profundizó las divisiones sociales y políticas de la primera Guerra Civil
en la edad contemporánea a partir de la permanencia o no del Antiguo Régimen, frente a las
reformas liberales. Este hecho puso a la península en la misma línea de los movimientos
revolucionarios europeos de 1830, en las que las potencias europeas , en cabezadas por la
llamada Cuádruple alianza antiabsolutista( Inglaterra, Francia, Portugal y España)intervino
hacia la causa isabelina.
Aunque algunos miembros de la aristocracia y ciertos miembros del ejército se sumaron a la
causa de don Carlos, el peso decisivo, recayó sobre el campesinado y el clero.
Los liberales se asentaron preferentemente en los núcleos urbanos, los cuales tenían el apoyo
de las clases medias ilustradas, de la aristocracia latifundista, de la burguésía de los negocios,
artesanos y pequeños comerciantes; y campesinos sin tierra.
El ejército carlista no constituyó una tropa unificada, sino de tres ejércitos diferentes en el País
Vasco- Navarra, el Maestrazgo y Cataluña, a los que hay que añadir una red de partidas
guerrilleras .
-FASES DEL CONFLICTO.
El levantamiento inicial se produjo con la muerte de Fernando VII. Se encontraron disponibles
para la causa carlista las Provincias Vascongadas y Navarra, que contaron con un ejército
regular gracias a la acción del coronel carlista Tomás Zumalacárregui. Sus victorias sobre el
ejército cristino produjo la expansión militar de estas zonas, excepto las capitales. Pero su
muerte en Bilbao, supuso un gravísimo revés para los carlistas, ya que no se pudo generalizar
la guerra ni unir los territorios bajo su control.
A partir de 1835, el ejército carlista, comenzó a realizar incursiones por el norte y hacia Castilla
y Madrid, se prolongó hasta el fracaso de la llamada Expedición Real , con el pretendiente don
Carlos a la cabeza, que desde Aragón, pasó al Levante para situarse en Madrid. La mayor
virulencia de la guerra en este momento se produjo en el Maestrazgo cuyas operaciones
estaban dirigidas por el general carlista Ramón Cabrera.
Desde el otoño de 1837, en la última fase del conflicto, la guerra tomo dos derroteros
sorprendentes para el campo carlista: la tensión y luchas de facciones, este fenómeno también
afectó al ejército cristino.
La escisión interna tuvo un desenlace decisivo con el nombramiento de Rafael Maroto como
general en jefe del ejército carlista, facilitando un movimiento de acercamiento con Baldomero
Espartero( general cristino),que culminó con la firma del Convenio o Abrazo de Vergara en
1839. El acuerdo militar , permitíó la oficialidad y jefes carlistas su integración en el ejército
cristino a cambio del desarme general. El convenio también prometía la recomendación a las
Cortes por Espartero, para el reconocimiento de los fueros en los territorios carlistas. Don
Carlos se preparaba para pasar la frontera. No obstante, la guerra continuó en Levante y
Cataluña hasta la derrota definitiva del general Cabrera en 1840 por parte de Espartero.
De esta forma se ponía fin a la Primera Guerra Carlista, aunque no será la última ya que
durante el reinado de Isabel II, estallarán nuevos conflictos.
REFORMAS LLEVADAS A CABO DURANTE LA REGENCIA DE MARÍA Cristina
1. Reformas político-administrativas.
En 1834 se promulgó el Estatuto Real que supuso la transición de la monarquía absoluta a la
constitucional. Era una Carta Otorgada, es decir , una Ley Fundamental, por la cual , el
monarca renunciaba a algunas de sus competencias.
El Estatuto Real establecía Cortes bicamerales : la Cámara Alta o de Próceres, formada por los
Grandes de España y de las categorías más altas de la jerarquía social y económica, nombrados
por el rey con carácter vitalicio; y la Cámara baja o de Procuradores, cuyos componentes se
elegían por sufragio censitario. Estas cámaras carecían de iniciativa legislativa.
La Corona siguió siendo la principal institución política, pero dejó de ser absoluta. Al monarca
se le reservó las siguientes atribuciones : convocar o suspender las reuniones de Cortes, en la
elaboración de leyes , era necesario la aprobación de las dos cámaras y el consentimiento del
rey.
Las dos corrientes del liberalismo (exaltados y moderados)dieron lugar a la aparición de dos
partidos políticos :
moderado y progresista.
Fue necesario aprobar un nuevo texto constitucional, la Constitución de 1837, ya que la
Constitución de 1812, se había quedado obsoleta en el transcurso de los nuevos tiempos.
La Constitución de 1837, recogíó casi literalmente el art. 16 de la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano de 1789, que encabezaba la Constitución francesa de 1791.
El nuevo texto constitucional se resumía en los siguientes puntos: soberanía nacional, división
de poderes, en el que el poder legislativo recaía en dos cámaras, Congreso y Senado; el poder
ejecutivo correspondería al rey. En caso de desacuerdo entre las Cortes y el rey, este debía
decidir entre disolver el consejo de ministros y nombrar otro o disolver las Cortes y convocar
elecciones. El rey no estaba sujeto a la responsabilidad política, pero sí sus ministros. Se
reconocían libertades y derechos individuales, al igual que se aprobaba la libertad de imprenta
y la libertad religiosa, el Estado se comprometía a mantener económicamente al clero católico.
Los ayuntamientos serían elegidos por los vecinos.
Se completó por parte de los progresistas , una importante legislación de carácter económica y
social mediante la Ley general de Desamortización .
El derecho a voto siguió siendo censitario, restringido a varones mayores de 25 años. A pesar
de ello el fraude electoral fue la tónica general.
Con respecto a las reformas administrativas, el ministro de Fomento, Javier de Burgos, llevó a
cabo la división provincial de España, que quedó establecida en 49 provincias. Esto se
completó con el establecimiento de las redes judicial y administrativa, por medio del Decreto
de demarcaciones judiciales que elevaba a 15 las audiencias o tribunales superiores de justicia,
al crearse la de Burgos y Albacete.
Como las reformas administrativas iban unidas a las políticas, la reina decidíó sustituir como
presidente de gobierno a Cea Bermúdez por Martínez de la Rosa, político liberal histórico
recuperado del exilio.
2. Reformas eclesiásticas.
Se publicaron dos reales decretos en 1834 por los que se suprimía todo monasterio del que
hubiera salido tan sólo un fraile para unirse a las tropas carlistas.
Tuvieron lugar asaltos a conventos y asesinatos de más de 80 religiosos, ante la falta de
reacción del gobierno. Esta situación, junto con la incompetencia gubernamental durante la
guerra carlista, las Cortes votaron una moción de censura contra Martínez de la Rosa.
3. El fenómeno del juntismo y radicalismo liberal.
Con la salida del poder ejecutivo de Martínez de la Rosa, se produjo una oleada de sucesos
violentos por toda España. Tras los motines o revueltas urbanas, se formaron juntas
revolucionarias que consiguieron desplazar a las autoridades provinciales. La inquietud social
quedó plasmada en la formación de juntas y milicias urbanas. Estas juntas estaban controladas
por los liberales más radicales, que acabaron por derribar el gobierno del conde de Toreno,
que había relevado a Martínez de la Rosa.
El nombramiento de Mendizábal como sustituto del jefe de gobierno, templó el ánimo de los
juntistas, convirtiendo las juntas en diputaciones provinciales. El liberalismo en su versión
progresista radical se instalaba en el poder.
4. El gobierno de Mendizábal.
La concentración de poder por parte de Mendizábal fue tal que amordazó las Cortes y anuló
las instituciones liberales, estableciendo un gobierno casi dictatorial. En este período se
destacan las siguientes reformas: medidas hacendísticas y de restablecimiento del crédito del
Estado, ya que la Guerra Civil había disparado los gastos, reorganización tributaria y aumentar
los ingresos , venta de bienes tanto estatales como confiscados, llevando a cabo medidas de
disolución y desamortización eclesiástica( este tema será más profundamente detallado en la
unidad siguiente). En la cuestión religiosa, suprimíó todos los conventos y monasterios
religiosos, excepto los dedicados a la enseñanza de pobres y cuidados de enfermos. Decretó
los bienes eclesiásticos como “bienes nacionales” dispuestos a subasta pública, esta medida de
desamortización (Desamortización de Mendizábal de 1835) supuso la venta de tierras
pertenecientes a “manos muertas” del clero. Se quería desmantelar el poder económico de la
Iglesia, al que se consideraba uno de los pilares del Antiguo Régimen y dotar a la Corona de un
aumento de ingresos para pagar la deuda pública, a la misma vez que se quería aumentar el
número de simpatizantes del progresismo.
Con estas medidas se quería crear una clase media de campesinos, pero los resultados no
fueron los esperados, ya que los campesinos más pobres fueron los más perjudicados,
apareciendo un latifundismo burgués. Al mismo tiempo, el liberalismo se ganaba nuevos
enemigos, los grupos sociales más católicos, que consideraban la desamortización como un
ataque a la Iglesia.
La necesidad de acabar con la guerra carlista, llevó a la necesidad de llamar a filas a 100.000
hombres. La aplicación encontró la resistencia popular, tanto por la falta de recursos para el
equipamiento como el recurrir a las exenciones de alistamiento mediante pagos.
5. El Motín de los sargentos de La Granja.
La reorganización militar llevada a cabo por Mendizábal para renovar los altos cargos militares,
supuso la oposición de la reina y la dimisión de Mendizábal de su cargo presidencial.
La reina formó un nuevo gobierno moderado en manos de Istúriz, pero el proceso electoral
proyectado para 1836, no se pudo llevar a cabo debido a un nuevo levantamiento provincial,
sobre todo por el motín de la guarnición en la Granja de San Ildefonso. Los sargentos de La
Granja protagonizaron una conspiración progresista palaciega contra la propia reina. Estos
pedían el restablecimiento de la Constitución de 1812. Después de una convocatoria especial
de Cortes, se aprobaba la nueva Constitución de 1837 ( ya la hemos mencionado
anteriormente).
6. Últimos años de la Regencia de María Cristina.
A partir de 1837 fueron sucedíéndose hasta tres gobiernos moderados diferentes. Con el fin de
la guerra carlista, era evidente la influencia de Espartero, que ponía fin a siete años de guerra
con la firma del convenio de Vergara.
REGENCIA DE Espartero (1840-1843)
La propagación del movimiento revolucionario de 1840, obligó a la regente a recurrir a
Espartero. Al comunicar este su programa de disolución de las Cortes, María Cristina, prefirió
renunciar a la regencia.
Como general, había participado en todas las guerras, desde la guerra de Independencia
española, hasta la última carlista, pasando por la guerra de Independencia americana (batalla
de Ayacucho).
Como regente, se fijó el objetivo de defender la Constitución de 1837, aunque su regencia fue
bastante inestable, debido a la escisión del progresismo, utilizando el pronunciamiento militar
de nuevo como sistema para derribar a oponentes políticos.
La división del progresismo se debíó al tono “autoritario “ del gobierno esparterista, ya que
Espartero, otorgó los altos cargos de gobierno a los militares que participaron en la batalla de
Ayacucho. La división del progresismo afectó a su ala izquierda que aspiraba a una verdadera
democracia.
Con la reforma municipal en la que se perdería la independencia a favor del poder central, fue
el primer escollo de protesta de la oposición progresista. Los progresistas iniciaron un
movimiento de revoluciones urbanas provinciales. El movimiento se inició en Barcelona y
después se trasladó a Valencia, con insurrecciones organizadas por los ayuntamientos y la
milicia nacional.
La oposición progresista también se puso de manifiesto en el proceso de Cortes de 1840, en la
que se discutía si el poder de la regencia debía ser uno o trino. El triunfo de la regencia
unipersonal, fue el primer paso de Espartero hacia el poder absoluto.
Los problemas de conspiración militar dejó en evidencia la falta de unidad en la regencia,
influyendo incluso en las propias filas del ejército, producíéndose en Octubre de 1841, el
levantamiento de los Generales moderados encabezados por Diego de León y O`Donnell, para
derrocar a Espartero.
Espartero reprimíó la tentativa fusilando a Diego de León, lo que supuso que parte importante
del ejército le fuer quitando su apoyo.
La revuelta en Barcelona en 1842, supuso la ruptura definitiva entre progresistas y
esparteristas. En esta rebelión influyó la crisis industrial algodonera catalana a partir de la
aplicación de la Ley arancelaria de 1841 que promovíó las tensiones entre librecambistas y
proteccionistas, a partir de la firma de un tratado comercial con Inglaterra contrarios a los
intereses de la industria textil catalana. La respuesta de Espartero fue bombardear la ciudad
condal, hecho que precipitó el hundimiento del partido progresista.
En 1843, se produciría una coalición de fuerzas antiesparteristas formada por progresistas y
moderados, que pondrían fin a la regencia de Espartero.
De nuevo por un pronunciamiento militar, Espartero , se dirigíó desde Gibraltar hacia el exilio.
Derrocado el regente, el general Narváez hacía su entrada triunfal en Madrid.
Se abría una nueva etapa política, ya con Isabel II como reina, conocida como la Década
Moderada.
2. LA DÉCADA MODERADA (1844-54)
Es el general Narváez el que asume la jefatura de gobierno desde 1844 hasta 1854. Esta etapa
fue una de las más fecundas de la Historia de España, ya que supuso la creación del Estado
liberal español.
El partido moderado era un grupo heterogéneo. El núcleo principal lo formaban los
doceañistas, aunque pueden distinguirse varias tendencias: una derecha, formada por la Uníón
Nacional, que aglutinó a los elementos menos liberadores del partido; una izquierda, los
“puritanos”, que propugnaban un entendimiento con los progresistas y un centro, que no
admitían diálogos ni con carlistas ni progresistas y que veían la necesidad de reformar la
Constitución de 1837, para dotar al país de un nuevo sistema político.
A nivel ideológico, los moderados, fueron partidarios de los cambios sociales y mentales, pero
manteniendo una continuidad en la primacía de dos instituciones: el rey y las Cortes.
Respetaron la monarquía como símbolo de unidad y autoridad, defendieron la propiedad
privada y llegaron a una conciliación con la Iglesia declarando la confesionalidad católica del
Estado. Abogaron por el bicameralismo, sufragio restringido, permitiendo una influencia
excesiva de los caciques y una Constitución moderada.
Evolución política
Desde 1844-54, muchos fueron los gabinetes que se sucedieron, destacando los dos gobiernos
de Narváez y Bravo Murillo por ser los que más tiempo se mantuvieron en el poder y los que
reorganizaron política y administrativamente el país.
La primera reforma del gabinete de Narváez fue la reforma constitucional, redactándose un
nuevo texto, la Constitución de 1845, la cual tenía que sustituir a la de 1837.
Esta Constitución de carácter moderado se caracterizó por:
-Sustitución del concepto de soberanía nacional por el de soberanía compartida de la Corona y
las Cortes.
-Confesionalidad católica del Estado español.
-Derechos individuales recortados, sobre todo el de libertad de expresión.
-Supresión de la Milicia Nacional.
Además de esta Constitución, el programa político de los moderados se basó en los siguientes
puntos: reorganización administrativa del Estado, uniformidad jurídica, defensa del orden
público, restablecimiento de las relaciones con la iglesia y desarrollo de obras públicas.
1. Organización administrativa del Estado.
Destacamos en primer lugar la Ley de Ayuntamientos de 1845, la cual ordenó la administración
provincial y local sustituyendo las demarcaciones tradicionales de reino o regíón por la
provincia, reorganizando diputaciones y ayntamientos, concentrando la autoridad de cada
provincia en el gobernador civil y la de los municipios en el alcalde.
En segundo lugar, la Ley de Instrucción Pública de 1845, dirigida a quitar a la Iglesia el control
de la enseñanza pública y centralizar la educación mediante la elaboración de planes de
estudios. La ley recogíó la reforma educativa propuesta por Antonio Gil de Zárate, que
planificó la educación secundaria en dos ciclos y creó las universidades provinciales esbozando
la reforma en la enseñanza universitaria, desarrollada esta más tarde por la Ley Moyano de
1857.
La tercera ley , es la llamada Ley de Funcionarios, aprobada durante el gobierno de Bravo
Murillo en 1852. Esta ley determinó que los cargos públicos se proveerían por concurso de
méritos en el que no entrarían las opiniones políticas del solicitante. Los ascensos se harían
teniendo en cuenta la antigüedad y los méritos conseguidos.
La cuarta ley hace referencia a la Ley de reforma del Sistema Fiscal de Alejandro Mon y Ramón
de Santillán, dirigida a simplificar y racionalizar la Hacienda. Se centró en realizar una reforma
del sistema tributario, basado en dos tipos de impuestos: directos(contribución rústica y
urbana, subsidio industrial y comercial e impuesto personal) e indirectos( derecho de hipoteca,
bienes de consumo).
Este sistema tributario logró sustituir el antiguo sistema fiscal por otro más racional y efectivo.
Aparición del Banco Español de San Fernando ( futuro Banco de España).
2. Orden jurídico unitario.
Publicación en 1848 de un nuevo Código Penal, vigente hasta 1996, y la redacción de un
Código Civil en el que se abolían todos los fueros, leyes y costumbres anteriores.
3. Defensa del orden público.
Se creó la guardia civil para proteger a las personas y a sus propiedades. Narváez reorganizó
dicho cuerpo para extenderlo a todos los rincones del Estado español creando un nuevo orden
jurídico para preservar el orden público, también reorganizó la policía.
Otras medidas llevadas a cabo fueron : el control sobre la prensa, el sufragio censitario, Ley de
Poderes excepcionales que permitíó el establecimiento de una “dictadura legal” de Narváez, e
hizo que España se mantuviera al margen de los procesos revolucionarios que sacudieron a
Europa en 1848.
4. Relaciones Iglesia-Estado.
La política desamortizadora provocó la ruptura con la Iglesia. Los moderados pretendieron
terminar con esta situación y llegar a un acuerdo con el Vaticano.
La primera medida fue la Ley de Dotación y Culto, que pretendía compensar las nacionalidades
de los bienes eclesiásticos, esta ley se completaba con otra en la que se devolverían las
propiedades del clero.
El gobierno inició una serie de negociaciones con la Santa Sede las cuales concluyeron en la
firma del Concordato de 1851, por el cual se reconocía a la religión católica como única,
prohibiendo el culto de otras religiones; también se aprobó el derecho de la Iglesia a poseer
bienes e intervenir en la enseñanza.
Poe su parte la Iglesia hacía dos importantes concesiones: renovación del Regio Patronato que
se había establecido en el Concordato de 1753, y aceptar las desamortizaciones ya realizadas.
5. Obras públicas.
Desarrollo de nuevas comunicaciones y reparación de antiguos caminos, necesarios para el
progreso industrial.
Se inició un proceso de revolución de transportes, sobre todo con el ferrocarril y la
construcción de la primera línea férrea Barcelona –Mataró en 1848, aprobándose en 1851 la
Ley de Ferrocarriles.
También se mejoraron las comunicaciones marítimas con la Ley de Puertos. Se fomentó una
política hidráulica con las obras del canal de Castilla y el de Isabel II.
Fin de la Década Moderada
La oposición progresista comenzó a manifestarse desde inicios de este período político.
Narváez en 1848 tuvo que hacer frente a insurrecciones callejeras promovidos por la izquierda
progresista deseosos de crear un nuevo cambio de gobierno, por los republicanos y por la
derecha carlista. Se produjo también una división del progresismo sobre todo a partir de la
aprobación de la Ley de Poderes excepcionales, las conspiraciones estaban a la orden del día.
Tras la caída de Bravo Murillo se sucedieron entre 1852-53 tres gobiernos débiles de escasa
duración. Desde 1854 se recrudecíó la lucha política . La caída del régimen moderado se
produjo a raíz de la revolución de 1854 combinando un pronunciamiento militar de generales
conservadores con el apoyo de los progresistas y de una revuelta popular provocada por el
malestar de la crisis económica que se vivíó, iniciando una nueva etapa para el progresismo.
3. BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)
En el mes de Julio de 1854 concluyeron los diez años de mandato del partido moderado, el
desgaste y la división interna, se hizo presente con la revolución producida en dicho año.
El pronunciamiento militar de los generales Dulce, O`Donnell y Ros Olano en Vicálvaro
(Vicalvarada), dio lugar al encuentro con las tropas leales al gobierno , mientras se
generalizaban las revueltas populares en Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza, Logroño y San
Sebastián. Fue una de las batallas más absurdas de la historia, se redujo a unas cargas a
distancia.La Vicalvarada concluyó con la publicación del Manifiesto de Manzanares ( fue
redactado por Cánovas del Castillo), en el cual se expresaba una reforma de la ley electoral y
de imprenta, rebajar impuestos y descentralizar la administración.
La radicalización revolucionaria obligó a la reina a recurrir de nuevo a Espartero, formándose
en Julio de 1854 un nuevo gobierno Espartero-O´Donnell. Es el triunfo de la coalición
progresista moderada.
Una vez controlada la situación, comenzó la tarea de su programa de reformas liberales, en las
que fue necesario volver a resucitar el régimen progresista de 1837. Se aprobó la Constitución
nonnata del 56, leyes bancarias, de ferrocarriles…, para llevar a cabo la modernización
económica del país.De nuevo se aprobó el proceso de desamortización con la aprobación de la
Ley de Desamortización de 1855 de Pascual Mádoz. Esta ley venía a completar la desarrollada
en los años treinta por Mendizábal.
Mádoz extendíó el proceso de desamortización no sólo a la Iglesia sino también a los bienes
propios y baldíos de los ayuntamientos. Se le conoce como la “desamortización civil”. De
nuevo se produjo la ruptura de las relaciones con la Santa Sede.
La desamortización tampoco consiguió realizar una reforma agraria, desatando las tensiones
sociales en el campo.
De nuevo el gobierno de Espartero se ve inmerso en un proceso de crisis a partir de 1855,
poniendo de manifiesto la falta de unidad de los progresistas.
A parte cabe destacar que el país vivíó una epidemia de cólera que trastocó sobre todo en los
medios urbanos, a esto hubo que sumar una crisis económica producida por el alza de precios
y un aumento de la conflictividad obrera y campesina, desarrollándose una huelga general en
Barcelona( la primera en España).
Ante esta situación, la reina no dudó en apoyar a O`Donnell, lo que provocó la inmediata
dimisión de Espartero. De esta forma, a mediados de Julio de 1856 concluía el bienio
progresista, abríéndose otra nueva etapa política.
4. BIENIO MODERADO (1856-1858)
Durante los tres meses que O´Donnell se mantuvo en el poder, el gobierno tuvo que atender a
la pacificación del país.
Se restablecíó de nuevo la Constitución de 1845, a la que se le añadió un Acta Adicional en la
que se ampliaban las libertades del texto moderado. Se siguió con el programa de
desamortización, aunque posteriormente fue suspendida. Esta Acta Adicional apenas estuvo
vigente un mes, ya que la reina prefirió prescindir de O`Donnell, relevado por Narváez, que
permanecíó un año en el poder.
De la gestión de este se destaca la Ley de Instrucción Pública que estuvo vigente hasta la
Segunda República.
De nuevo, Narváez, tuvo que hacer frente al descontento social, con revueltas campesinas en
Andalucía.
Agotado el proyecto moderado, a Narváez le sucedíó al frente del ejecutivo Armero e Istúriz,
que cerraron con su mandato el bienio moderado. Este período de inestabilidad sería resuelto
con la llamada de nuevo a O`Donnell, para poner en marcha el proyecto de la Uníón Liberal.
5. LA UníÓN LIBERAL Y ÚLTIMOS AÑOS DEL REINADO DE Isabel II.
En los últimos años del reinado de Isabel II se pueden distinguir dos etapas: la primera desde
1858-18663 que corresponde con el gobierno de la Uníón Liberal y la segunda desde 1863
hasta 1868 que se caracteriza por la sucesión de breves gobiernos moderados y unionistas, los
cuales supuso el ocaso del sistema y del reinado.
De nuevo es O´Donnell el que ocupó la jefatura de gobierno mediante una nueva fuerza
política, la Uníón Liberal. Su prestigio adquirido en la guerra contra los carlistas, le sirvió para
poder acceder al poder. La Uníón Liberal fue una formación política que pretendíó ocupar el
centro liberal, bajo los principios de orden social y libertad. La naturaleza heterogénea de este
partido acotó considerablemente su libertad de acción.
El mantenimiento del orden social también se vio enturbiado por dos sucesos: de nuevo los
carlistas y la revuelta del campesinado en Loja protagonizada por los braceros sin tierra,
desatada por las formas en que se llevó a cabo el proceso de desamortización.
Política exterior del gobierno de la Uníón Liberal.
El desarrollo de una política exterior de “prestigió” de la Uníón Liberal, sirvieron para que
España se presenciara como más activa en el mundo exterior. Cabe mencionar la expedición
Franco-española en la Conchinchina, para restablecer el orden después de una serie de
asesinatos perpetrados a misioneros, aunque la aspiración real de Francia fue la de conseguir
una expansión comercial en las Filipinas ; la intervención española en colaboración con Francia
e Inglaterra en Méjico por motivos económicos, ya que el nuevo presidente de Méjico, Benito
Juárez, suspendíó los pagos de deuda tanto a España como a Francia e Inglaterra. También
destacar los problemas fronterizos surgidos con Marruecos en las plazas de Ceuta y Melilla.
Poe primera vez se utilizarían las armas para solucionar el problema africano. España contó
con el apoyo de todas las potencias europeas, excepto Inglaterra, recelosa de la seguridad de
Gibraltar. La paz firmada significó para España una ampliación territorial de Ceuta Y Melilla, el
territorio de Ifni y un tratado comercial.
Con respecto a la política en América, se pretendíó seguir manteniendo un borroso concepto
de hispanidad, destacando el caso de Santo Domingo, que tras conseguir su independencia, los
problemas económicos de esta isla, hizo plantearse la idea de nuevo de reincorporarse a la
soberanía española. Estos deseos de seguir consolidando el ascendente español en el Nuevo
Mundo produjo la intervención militar en la zona del pacífico, ante Perú y Chile ( bombardeo
de Valparaíso y ataque sobre el Callao). Pero se demostró que el concepto de hispanidad en
América no se conseguiría por medio de las armas, destruyendo las pretensiones españolas
sobre este continente.
Caída del gobierno de la Uníón Liberal
La oposición al gobierno de O`Donnell se hizo patente a partir de 1863, el relevo no se vio
forzado por un pronunciamiento militar, sino por desgaste. Ni progresista ni moderados
quisieron gobernar con las Cortes de entonces. En estas circunstancias, la reina confió en la
formación de un gobierno al anciano Marqués de Miraflores.
Los gobiernos que se sucedieron desde 1863 a 1868 fueron poco duraderos, por la
descomposición interna de los propios liberales. Se estaba produciendo el final de una época,
los últimos años del reinado de Isabel II, difundíéndose una ideol´gía cada vez más democrática
y contraria a la reina.
La oposición al régimen isabelino cada vez fue mayor, como los llamados incidentes en la
Noche de San Daniel, protagonizado por estudiantes que difundieron ideario republicano o la
sublevación de los sargentos del Cuartel de San Gil, protagonizado por el general Prim.
Todas estas insurrecciones fueron duramente castigadas por O`Donnell, Narváez y Serrano,
siguiendo de una dura represión , que no hizo sino aumentar aún más la creciente
impopularidad de la reina y su sistema político.
Tanto la crisis del sistema político , considerado corrupto, despótico e inmoral, y la crisis
económica unido a la impopularidad de la reina, fueron el germen para el estallido de una
revolución en 1868, llamada la Gloriosa, que supuso la aparición de una nueva experiencia
política mediante el llamado Sexenio Democrático, dando al traste a la monarquía de Isabel II.
Conclusión
Las décadas a las que hemos hecho referencia son la base para la transformación de España en
un estado moderno acorde con el resto de Europa. La implantación del Estado liberal
constitucional parlamentario, desaparición del Antiguo Régimen y el desarrollo del capitalismo,
fueron la base de estas transformaciones. Aunque el período correspondiente al reinado de
Isabel II esté repleto de inestabilidad política a partir de la sucesión de numerosos gobiernos,
guerras civiles, pronunciamientos militares y múltiples constituciones.