La industria textil

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Andalucía presentaba muchas posibilidades de industrialización en el Siglo XIX: – Unas de las regiones con mayor crecimiento demográfico. – Riqueza agraria capaz de financiar su propia industrialización. – Riqueza minera, destacando plomo, hierro y cobre. – Prematura relación tecnológica con Gran Bretaña. – La desamortización y sus consecuencias para el campesinado que podría haberse constituido en la mano de obra industrial andaluza.
Sin embargo las posibilidades se fueron desvaneciendo: – Éxodo del capital andaluz a otras regiones. – Conflictividad social siempre latente, a punto de estallar en cualquier momento. – Mal vendidas las tierras subastadas de la desamortización. – El colonialismo económico protagonizado por los intereses extranjeros. 
La actividad que ofrecía más posibilidades era la minería. Las primeras actividades de la burguésía andaluza estuvieron a cargo de Manuel Agustín Heredia, exportador de vinos y aceites, su fortuna se formó con la explotación de la minería de grafito, los primeros altos hornos de España en el Pedroso fueron de él, se convirtió en el primer empresario de hierro de España en los inicios de la industrialización. También se creó en estos momentos iniciales el Banco de Málaga en 1856. Pero el agotamiento del carbón vegetal y el desarrollo de los altos hornos en Vizcaya, que producían un hierro de más calidad al estar alimentado con carbón mineral, hicieron desaparecer la siderurgia andaluza.
La importante riqueza minera tampoco produjo grandes beneficios al estar mayoritariamente en manos de capital extranjero. El caso más relevante es el de las minas de cobre de Río Tinto, que pasaron a ser inglesas en 1873.
Coincidiendo con la caída de la producción de seda de Granada, surgíó la industria del algodón. En Sevilla en 1849 se creó una fábrica de algodón con máquina de vapor y en Málaga Heredia y Larios crearon la industria malagueña del textil, con fábricas mayores que las catalanas, pero su desarrollo tropezó con un problema básico: el escaso poder adquisitivo de la masa campesina andaluza. Incapaz de competir, terminaron por caer en manos del capital catalán, que no desmanteló de inmediato la industria, pero la sometíó a una lenta decadencia. Enresumen todo fue un impuso pasajero: El aislamiento del ferrocarril, la competencia catalana más el contrabando, fueron acabando con esta inicial actividad textil.
A la construcción de la red de ferrocarril andaluza le ocurríó lo mismo. La primera concesión de una línea férrea no solo de Andalucía sino de España fue en 1829 entre Jerez y el Portal (en el Guadalete); y un año después se concedíó el proyecto de ferrocarril entre Jerez al Puerto y a Sanlúcar y en 1854 era ya una realidad la uníón ferroviaria entre Jerez y el Puerto. Pero desde entonces los avances fueron lentos debido a la crisis ferroviaria en 1866 (ruina de los bancos). Además existíó un error de planteamiento en la planificación de la red, no como un instrumento de desarrollo regional sino de explotación y colonización.















A) La siderurgia vasca: Ocupa el primer lugar en la producción de acero y hierro desde 1880 desplazando al núcleo asturiano. Factores: – Disponibilidad de hierro de buena calidad. – Existencia de capitales que procedían del extranjero y la venta del hierro. – Disponibilidad de carbón español desde Asturias y británico gracias a los puertos. – Política proteccionista aplicada por Madrid. – La mayor parte de la maquinaria que se emplea en España se produce en País Vasco. – La incorporación de las nuevas tecnologías como el método Bessemer y los hornos Siemens. 
B) La industria textil catalana. Conoce su época dorada a finales del XVIII. SE trata de una industria familiar, su desarrollo se explica por los siguientes motivos: – Una importante tradición textil que se remontaba al Siglo XVIII con 40000 obreros trabajando en el algodón. – Capitales familiares. – La política proteccionista y la Ley Comercial de 1882 que reservaba el mercado colonial a Cataluña. Barcelona, Sabadell y Tarrasa se constituyen como importantes núcleos, la perdida de las colonias obliga a reconvertirse y se recuperaran en 1906 con el arancel proteccionista. 
C) Crecen otras actividades económicas: – La minera del hierro y el carbón. – La construcción naval y la construcción de maquinaria. – La industria química. – La eléctrica en 1900 hay 861 “fábricas de luz”. – La industria alimentaria. Localizada en centros urbanos y proximidades.





El nacionalismo gallego: ámbito rural y regional estrictamente, sin desarrollo industria. Y el andaluz con una ideología burguesa con una sensibilidad social no separatista (Blas Infante). Conservador católico hablo de una patria catalana como la única de los catalanes, desde 1892 con la proclamación de las Bases de Manresa formulada por Prat de la Riba, el movimiento adquiere ya más popularidad. En 1901 por fusión de diversa asociaciones catalanistas naco la Liga Regionalista de Cataluña, un partido político del catalanismo conservador que tuvo en Prat de la Riba su organizador y en Cambo su gran líder político. La crisis del 98 consiguió darle fuerza tomando una actitud regeneracionista para salvar a España (nacionalismo integrador). El nacionalismo vasco (Sabino Arana crea PNV en 1895) convierte el eusquera en lengua nacional y aspiraba a euskaldunizar a la sociedad ampliamente castellanizada; también idealizaba el mundo rural y tradicional vasco frente a la industria. A diferencia del nacionalismo catalán, el vasco creo un elemento de división, de verdadera escisión de la sociedad vasca. Arana impulsa un nacionalismo impregnado de conceptos étnicos y ultracatolicos y vio siempre la autonomía como una aspiración mínima no definitiva.   7 JMSR  Causas: Confluencias de raíces culturales, lingüísticas, históricas, económicas y políticas. En general y sin profundizar mucho podemos decir que el Nacionalismo supone una reacción a todo centralismo uniformizado liberal, defendiendo las particularidades y peculiaridades de cada pueblo. Catalán: El primero en aparecer y el más importante por su influencia. El origen se debe a lo que se conoce como “Renaixença” es decir, un resurgimiento de la lengua y la cultura catalana en la primera mitad del Siglo XIX. Durante la 2ª mitad se prolifero la idea más ampliamente, en 1889 una asociación de estudiantes catalanes, promovieron una campaña de mítines en las que se hablaba claramente de Nacionalismo catalán. Unos años después Enric Prat de la Riba,
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