La leyenda de rey errante

1º. El reinado de Carlos I (1517-1556)


1.1. Carácterísticas básicas de su reinado

La muerte de Fernando de Aragón en 1516 puso fin al reinado de los Trastámaras. Tras una breve regencia del cardenal Cisneros, Carlos I desembarcó en la costa cantábrica.

Su reinado se caracteriza por:

a) Carlos I recibe una importante herencia familiar. De sus abuelos maternos, Isabel y Fernando, recibe la herencia hispánica con gran parte de la Península Ibérica, las Canarias, las posesiones en Italia (Cerdeña, Sicilia y Nápoles) y la parte americana; De María de Borgoña, su abuela paterna, recibe los territorios de los Países Bajos y el Franco Condado; De Maximiliano de Austria, su abuelo paterno, las posesiones austriacas. Además, en 1519, Carlos I es elegido emperador de Alemania sucediendo a su abuelo Maximiliano

b) Fue un soberano cosmopolita. Gobernaba sobre un conjunto de estados heterogéneos que tenían lenguas, culturas e instituciones diferentes

c) Los ingresos y el poder del nuevo monarca procedían de su propio patrimonio, y en especial de Castilla. Carlos I convirtió a Castilla en el centro de su política: aprendíó su lengua, residíó allí y la mayoría de sus consejeros y secretarios fueron castellanos.

1.2. La política interior: las Comunidades y las Germánías

En las Cortes de Valladolid (1518), los procuradores de las ciudades aprovecharon la ocasión para protestar contra la explotación de Castilla por los extranjeros y exigieron del rey que no les otorgase cargos y que prohibiese la salida de oro y plata del reino.

Ante su elección como emperador (1519), Carlos I parte camino a Alemania dejando como regente al cardenal Adrián de Utrecht. Este es el momento en el que estalla la denominada revuelta de las comunidades debido al alejamiento del monarca de los intereses de Castilla. Estas revueltas estaban comandadas por la llamada Junta Santa.

La aristocracia apoyó con decisión a la Corona. El miedo a la revolución social puso a la aristocracia al servicio del Consejo de Regencia.

El 23 de Abril de 1521 los dos ejércitos, el real y el comunero, se encontraron en Villalar. Derrotados los comuneros, sus tres jefes Padilla, Bravo y Maldonado fueron capturados, juzgados y decapitados. Después de esto, se puso fin a las revueltas.

Estallaron las Germánías en Valencia y Mallorca. Se trata de una revuelta antiseñorial protagonizada por los artesanos y clases populares contra el poder de la aristocracia, que ocupaba los cargos municipales aplicando una política a favor de sus intereses.

Los agermanados se hicieron con el control de la ciudad de Valencia (1519).

Entre 1521 y 1522, las tropas reales restablecieron la situación en Valencia y en 1523, en Mallorca.

1.3. La política exterior

A nivel exterior, la política de Carlos I se caracterizaba por:

A) Lograr la uníón de los Estados cristianos europeos para defender la cristiandad contra los turcos

B) Afianzar el predominio en Italia

Su proyecto de unidad cristiana, no se podrá llevar a cabo debido a:

1. Las distintas guerras contra Francia

2. La piratería

3. El problema protestante o luterano, que estalla en Alemania. El denominada problema protestante estalla en 1521, cuando Carlos I convoca a Lutero ante la Dieta de Worms para que se retractase de sus doctrinas religiosas, que estaba suponiendo una ruptura del cristianismo en Europa occidental. En defensa del catolicismo, España se vea inmerso en una serie de guerras de religión en centro Europa que acabarán en la denominada paz de Augsburgo (1555). Para hacer frente al protestantismo, el papa Pablo III convoca el Concilio de Trento.

1.4. Final del reinado

Carlos I de España y V de Alemania abdicó en 1556 en Bruselas aludiendo a cuestiones personales. Decidíó dividir su herencia en función de las dos ramas de la casa de los Austrias:

A) La rama española, en la que le sucede su hijo Felipe II

B) La rama alemana, con el título imperial, para el hermano de Carlos I, Fernando

Tras su abdicación vuelve a España, instalándose en el monasterio de Yuste. Allí murió en 1558.

2º. El reinado de Felipe II (1556-1598)


2.1. Su personalidad

Debido a que le daba muchas vueltas a las cosas, se le conoce con el nombre de “el Prudente”.
Cuando tomaba una decisión se manténía inflexible.

Su reinado se consideraba como el defensor del Catolicismo.

2.2. La unidad peninsular: la uníón con Portugal

En 1578 el rey de Portugal, Sebastián I, fallecíó en la batalla de Alcazarquivir, y lo hizo sin descendencia. Felipe II, resultaba ser el legítimo heredero. En 1581 en las Cortes de Thomar
Felipe II era reconocido como rey de Portugal.
De esta manera se realizaba la unidad peninsular y el Imperio Hispánico de Felipe II se incrementaba con las posesiones de Portugal.

2.3. Los problemas internos

Entre ellos destacan:

– Los procesos contra los protestantes.

– La rebelión de los moriscos granadinos.
Los moriscos, iniciaron un levantamiento militar en las Alpujarras.
Tras una fuerte resistencia fueron vencidos militarmente por don Juan de Austria.
Terminada la sublevación, el rey ordenó la deportación de los moriscos granadinos a otras regiones de Andalucía y Castilla.

– La prisión del príncipe don Carlos.
Murió en 1568 cuando se hallaba recluido en sus habitaciones de palacio. Este hecho fue explotado contra el rey por los escritores que han forjado su Leyenda negra.

– El asunto de Antonio Pérez.
Era secretario de Felipe II y tenía toda su confianza; temiendo que Juan de Escobedo, secretario de don Juan de Austria, revelara hechos desfavorables para él organizó un plan para eliminar a Escobedo (1578). Tras el asesinato, Antonio Pérez fue detenido y llevado a la cárcel. Durante el desarrollo del juicio, Antonio Pérez huyó a Aragón y de allí a Francia.

2.4. Los problemas exteriores

Felipe II se enfrenta a varios problemas:


Guerra contra Francia (al principio de su reinado)


Enfrentamientos con los turcos en el Mediterráneo


Sublevación de los Países Bajos


Enfrentamiento contra Inglaterra y derrota de la “Armada Invencible”.

– Las guerras de religión en Francia (al final del reinado)

Su idea principal fue mantener la unidad y la defensa del Catolicismo.
Con Felipe II España llegó a su máximo poderío, pero a un elevado coste para Castilla, que fue el reino que soporte el mayor peso económico.

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