El imperialismo colonial fue un proceso desarrollado entre 1870 y 1914 por las potencias industrializadas de Europa.
Motivaciones del imperialismo
Todas las potencias imperialistas compartieron la necesidad de implicar a todo el planeta en su sistema productivo por intereses demográficos, económicos, políticos, ideológicos, sociales, científicos y técnicos.
Factor demográfico: durante el Siglo XIX la población europea había pasado de 180 millones de habitantes en 1812 a 450 millones en 1914. Este gran crecimiento generó una emigración hacia otros continentes.. Los gobiernos intentaron derivarla hacia sus colonias de poblamiento. Sin embargo, las migraciones desde Europa se dirigieron mayoritariamente hacia Estados Unidos o los países independientes de América del Sur.
Los factores económicos tuvieron más importancia. La segunda Revolución Industrial había elevado la producción, al tiempo que demandaba diversas materias primas con las que satisfacer nuevas necesidades de la industria. Casi todos los países impusieron el proteccionismo para defender sus productos. Todos los estados recurrieron a la formación de colonias para asegurarse mercados exclusivos donde vender sus productos industriales, abastecerse de materias primas e invertir sus beneficios sin riesgos. Las potencias necesitaban asegurar las principales rutas marítimas con puertos donde poder repostar.
Motivos políticos para conservar o recobrar su prestigio internacional: la posesión de colonias concedía a un país la consideración de gran potencia y agradaba a su opinión pública nacional.
El factor ideológico consideraba que su patria portadora de unos valores elevados, tenía el derecho y el deber de expandirlos por el mundo. Los europeos se atribuyeron la misión histórica de transmitir a los pueblos atrasados las conquistas de la civilización occidental, religión, derecho, medicina o cultura.
Los avances científicos y técnicos posibilitaron los grandes viajes. Las sociedades geográficas realizaron expediciones con fines científicos. A la postre, estas expediciones revelaron posibilidades económicas en zonas desconocidas.
La colonización tuvo también motivaciones sociales. Poderosos grupos económicos y militares, partidos políticos, asociaciones colonialistas y sociedades geográficas empujaron a los gobiernos a la carrera colonial y presionaron a los colonizadores para ampliar sus territorios. Entre las clases altas se impuso el gusto por lo exótico y la aventura, y los productos como el chocolate o el café se pusieron de moda.
Sociedades geográficas: entidades de algunos países colonialistas que promovían campañas de exploración para expandir Europa, buscar materias primas y nuevos mercados y conocer cada rincón del mundo.
Consecuencias sobre las metrópolis
Consolidó la segunda Revolución industrial y elevó el bienestar.
Fomentó el proteccionismo al delimitar mercados exclusivos.
Alivio la cuestión social y mejoró el nivel de vida.
Dio estabilidad política y las tensiones entre Estados se resolvieron.
Nuevos productos y alimentos llenaron los mercados y la vida de la población mejoró.
Consecuencias sobre las colonias
Se crearon nuevas fronteras según las necesidades de las metrópolis lo que originó un nuevo mapa mundial en 1914 año de inicio de la primera Guerra Mundial.
Las mejoras sanitarias de la medicina occidental hicieron reducir la mortalidad y crecer la natalidad por tanto la población aumentó.
La agricultura de subsistencia comunal se redujo a lugares marginales y las mejores tierras se dedicaron a monocultivos de plantación para abastecer a las metrópolis.
Las manufacturas importadas desde las metrópolis se desplazaron a los locales.
En las colonias se construyeron infraestructuras al servicio de los intereses de los colonizadores.
Se formaron estructuras sociales nuevas y complejas puesto que la organización social de los colonizadores se superpuso a la antigua. Las desigualdades sociales crecieron.
La cultura occidental se impuso sobre las lenguas provocando una aculturación que suscitó rechazo en algunos lugares.
Se fundaron partidos políticos importantes en futuros procesos de descolonización.
El reparto de África
África era un continente desconocido donde convivían numerosos pueblos autóctonos con estructuras arcaicas y sin fronteras definidas.
En el norte de África, Francia había ocupado la costa de Argelia con el pretexto de evitar las acciones de los piratas. En 1881 creó un protectorado en Túnez. Reino Unido establecíó otro en Egipto para controlar el canal de Suez e Italia incorporó Libia. España y Francia establecieron sendos protectorados en Marruecos. En el valle del Nilo los británicos del general Gordon intentaron tomar Sudán pero fueron rechazados. Más tarde una expedición francesa se encontró con las tropas británicas por lo que los franceses se retiraron y el valle del Nilo quedó bajo el protectorado inglés.
En África Occidental solo quedó independiente Liberia fundada en 1847 por colonos norteamericanos descendientes de esclavos. Francia dominó el sur de Argelia. En el Congo confluyeron los intereses de Portugal, Francia, Bélgica y Alemania. En la conferencia de Berlín se acordó la libre navegación y comercio por el río, se aceptaron las posesiones francesas y portuguesas y se creó el Estado libre del Congo administrado por Leopoldo II rey de los belgas hasta 1908 cuando lo cedíó a Bélgica pasando a llamarse Congo belga. El Reino Unido se mantuvo en el África austral. Portugal por la oposición del Reino Unido renunció a su proyecto de conectar Angola con Mozambique. Alemania ocupó la desértica costa de África sur occidental actual Namibia.
En África Oriental el Reino Unido controlaba Uganda, la actual Kenia, parte de Somalía y la isla de Zanzíbar. Alemania firmó un tratado con Reino Unido para delimitar fronteras. Abisinia conocido también como Etiopía, Imperio cristiano de larga historia permanecíó independiente. Francia establecíó un protectorado sobre Madagascar en 1885.