Periodización de la ONU

Finalizada la guerra
Civil en 1939, el general Franco impuso una férrea dictadura personal hasta su muerte en 1975 que reprimíó con dureza cualquier oposición y condenó a España al aislamiento internacional. El dictador concentraba todos los poderes: Jefe del Estado, del Gobierno, del Ejército y del partido único (el Movimiento Nacional). Sólo respondía, en sus propias palabras, “ante Dios y ante la Historia». /En cuanto a las bases ideológicas del nuevo régimen, la dictadura franquista se asentó sobre unos principios procedentes de la Falange, el carlismo, la Iglesia y la tradición conservadora española. En primer lugar, el nacionalcatolicismo significaba que el régimen franquista no sólo asumía los principios de la Iglesia católica, sino que los declaraba oficiales en el Estado. El nacionalcatolicismo consideraba consustancial al ser español la fe católica y legitimaba a Franco como “Caudillo de España por la gracia de Dios”. Por otra parte, se exalta el nacionalismo español, fruto del ideario falangista, y se excluyen los nacionalismos periféricos. El autoritarismo del régimen significaba que las decisiones se transmitían a la vida política, social y económica no con argumentos de razón, sino de autoridad y jerarquía, de acuerdo con el ideario militar. Se rechaza el liberalismo y la democracia parlamentaria, y se reprime duramente el comunismo. Por último, la democracia orgánica defendida por el franquismo implicaba que la representación política no la constituían los individuos, sino las que eran consideradas las unidades orgánicas de la sociedad: familia política, sindicato y municipio. Las “familias” políticas eran la Falange, los militares, los católicos, los carlistas, los tecnócratas del Opus Dei, … Son los grupos ideológicos o de poder del franquismo. /Tres son las bases sociales del régimen franquista: Falange, Iglesia y Ejército. Por medio de la Falange Española Tradicionalista se promovíó la incorporación masiva de la sociedad al régimen. Iglesia y Estado eran, según el franquismo, inseparables. Ésta se convirtió en un instrumento de legitimación del Estado y de los ideales patrióticos de Franco. España y el Vaticano suscribían un concordato en 1953 por el que el gobierno franquista se reservaba el derecho a intervenir en el nombramiento de obispos, mientras que la Iglesia lograba amplios derechos en el terreno de la enseñanza, así como la confesionalidad católica del régimen, dinero para el culto y un salario para los sacerdotes, exenciones fiscales, presencia de obispos en las Cortes, censura de espectáculos, etc. Franco consideraba la fidelidad del Ejército condición esencial para su supervivencia política; aunque su influencia se debilitó a partir de 1945, siendo reemplazados en la alta administración por ciudadanos fieles al régimen.


Por último, a partir de los años 60, la incorporación voluntaria al franquismo recibíó un buen impulso gracias al surgimiento de una clase media muy numerosa que aceptó la falta de libertades políticas a cambio de un nivel aceptable de bienestar: son los obreros apolíticos (“estómagos agradecidos”) y las pequeñas burguésías favorecidas por las medidas proteccionistas de la industria en Cataluña y el País Vasco. /Las bases políticas del franquismo son las llamadas “Leyes Fundamentales”. No existía Constitución alguna y como único partido se reconocía al Movimiento Nacional (FET y de las JONS). Todos los principios de un Estado democrático fueron ignorados por el franquismo. El Tribunal de Orden público (TOP) perseguía la libertad de reuníón y de expresión porque atentaban contra la seguridad del Estado. La represión política y el control ideológico fue constante, a través de la censura, la educación y la propaganda. Por la Ley de Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo fueron procesados por la justicia muchos de los que habían permanecido en zona republicana. /En cuanto a la coyuntura internacional, tras la Guerra Civil, estalló la Segunda Guerra Mundial. Franco se entrevistó con Hitler, pero no llegaron a un acuerdo sobre la ayuda española a Alemania. Sin embargo, para mostrar su apoyo a las potencias fascistas, España envío a la División Azul a luchar junto a las tropas nazis en el frente ruso. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la ONU recomendó la retirada de España de los embajadores, lo que supuso el aislamiento diplomático del régimen franquista. En los años 50, se intensificó la Guerra Fría entre EEUU y la URSS. En estas circunstancias, los EEUU empezaron a interesarse por España como aliada, por su anticomunismo y la ubicación estratégica de la Península Ibérica. En 1953 se firma un Tratado con EEUU que permitía la instalación de una serie de bases norteamericanas en España a cambio de ayuda económica. Además, España será admitida en la ONU. En los años 60, España intentó acercarse al resto de Europa y entrar en la CEE (Comunidad Económica Europea), pero no fue admitida, aunque logró un Acuerdo Preferencial. /


En el ámbito económico, tras la Guerra se impuso la autarquía (autosuficiencia económica), así como la cartilla de racionamiento para distribuir equitativamente los bienes de primera necesidad y paliar el hambre de la posguerra. Pero en los 50 la apertura diplomática trajo consigo el abandono de este sistema y la apertura económica al exterior: es el llamado “decenio bisagra”. A partir del 1959, los tecnócratas del Opus Dei del Gobierno franquista ponen en marcha el Plan de Estabilización, que supuso un periodo de austeridad y liberalización del mercado. Después se iniciarán los Planes de Desarrollo, que llevarán a España a tener en los 60 una de las tasas de crecimiento más altas del mundo: es el llamado “milagro económico español”. A ello contribuyeron, sobre todo, el turismo extranjero, la inversión extranjera y las divisas recibidas de los emigrantes españoles. /En lo que respecta a la oposición al franquismo, fue muy escasa en los primeros años de la posguerra. Los republicanos en el exilio estaban muy desunidos. En España, en zonas montañosas existen grupos guerrilleros antifranquistas, los “maquis”, que llevan a cabo acciones dispersas con el fin de mantener la guerra viva contra Franco. Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, ofrecíó a los españoles en su “Manifiesto de Lausana” la restauración de la monarquía. Franco se opuso; pero nombrará al hijo de don Juan como su sucesor (Será Juan Carlos I). Ya en los 50, el enfrentamiento con el régimen adoptó cuatro formas de actuación: huelgas obreras, agitación universitaria, Renacimiento de los nacionalismos y actividad en el exilio. El PCE y CCOO fomentaron numerosas huelgas. Además, un grupo de jóvenes del PNV fundó en 1959 la organización terrorista ETA, que años después inició su larga cadena de atentados con víctimas, como fue el caso del Presidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco en 1973. En 1962 la oposición en el exilio denunció en Múnich la naturaleza antidemocrática del régimen franquista (“contubernio de Múnich”). Por otra parte, un sector de la Iglesia, influida por el espíritu de renovación del Concilio Vaticano II, también se opondrá a la dictadura, encabezados por el cardenal Tarancón. /En conclusión, el régimen franquista duró casi 40 años gracias a la represión y la propaganda diaria, así como la obstinación política y la resistencia física de su fundador, al que solo rindió la edad y no las acciones de la oposición. Tras la dictadura, España entró en un proceso de transición que dejaba al descubierto el intenso deseo de libertad que la mayoría de los españoles sentían y querían emprender por la vía democrática.

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