Qué implicación tiene la aceptación del sur sufragio universal para la burguesía

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6.1El inicio del reinado de Isabel II se caracterizó por el enfrentamiento entre carlistas (absolutistas) e isabelinos (liberales), por la muerte de Fernando VII en 1833, lo que desencadenó un conflicto durante todo el Siglo XIX. Carlos María Isidro reclamará sus derechos dinásticos amparándose en la Ley Sálica, y sus partidarios lo reconocerán como Carlos V de Borbón tras la publicación de dos manifiestos desde Abrantes (Portugal) que derivaría en una Guerra Civil. El conflicto se organizó en tres etapas: en la primera etapa (1833-1835), los carlistas se hacen con el control de País Vasco, Navarra y Cataluña y destacan generales como Zumalacárregui; en la segunda etapa (1835-1838) intentan conquistar Madrid reprimido por las fuerzas isabelinas; tercera etapa (1838-1840), los fracasos provocaron la división de los carlistas; Espartero y el carlista
Maroto firmaron la paz mediante el “Abrazo de Vergara” (1839). Los exaltados continuaron con la lucha (Cabrera). El conflicto continuó con la Guerra dels Matiners en Cataluña (1846-1849), causando pérdidas humanas y materiales. Isabel buscó el apoyo de los liberales para mantenerse en el trono, conviviendo con una gran inestabilidad por los cambios de gobierno y los pronunciamientos. En la regencia de María Cristina (1833-1840), se intentó conservar el absolutismo. Nombra a Jefes de gobierno como Cea Bermúdez y Martínez de la Rosa. Se promulgó el Estatuto Real (1834), una pseudo constitución de carácter conservador que reconocía: Cortes bicamerales, Estamento de Próceres y Estamento de Procuradores; no reconocía: soberanía nacional, división de poderes, ni derechos individuales. La reina nombró a Mendizábal Jefe de gobierno quien fue sustituido por Istúriz, y se produjo el Motín de la Granja de San Ildefonso (Agosto de 1836), que devolvíó el gobierno a los progresistas (Calatrava). Las Cortes elaboraron la Constitución de 1837, que proclamaba la soberanía nacional; la división de poderes, las Cortes bicamerales; y reconocía derechos individuales. La impopularidad de la regencia ocasiona el exilio de María Cristina. Espartero tomó el mando y formó un gobierno progresista (1840-1843) con medidas desamortizadoras, disolución del Parlamento y tendrán lugar los bombardeos en Barcelona (1842). El General Narváez se sublevó en el pronunciamiento de Torrejón de Ardoz (1843), obligando a Espartero a exiliarse. Posteriormente, se instaura un gobierno provisional dirigido por el progresista Joaquín María López convocando nuevas Cortes. Se adelanta la mayoría de edad de Isabel para que pueda reinar. Surgen los primeros partidos políticos: el partido
Moderado (Narváez) defiende la soberanía compartida y límite de derechos individuales; el partido Progresista(Espartero) defiende la soberanía nacional y límite de poderes del rey; la Uníón Liberal(O´Donnell) entre moderados y progresistas; y el partido Demócrata formada por radicales y Republicanos. Comienza la Década Moderada (1844-1854) y se elabora la Constitución de 1845 en la que se implanta una soberanía compartida entre el monarca y las Cortes, la reina aumenta poderes, se reducen los derechos individuales y se limita el sufragio. Se elaboran leyes para el control del sistema, se crea la Guardia Civil y la iglesia controla la enseñanza. Isabel se casó con Francisco de Asís, reactivando el conflicto carlista. Espartero es nombrado senador, lo que lleva a Narváez a imponer una dictadura durante tres años, después es sustituido por Bravo Murillo. Impulsó el canal de ferrocarriles y creó el canal de Isabel II. Bravo Murillo será destituido y se producirá otro “espadazo” (la “Vicalvarada”). Los sublevados (O ́ Donnell, Dulce y Ros Olano) redactarán el manifiesto de Manzanares (nuevas cortes y reformas electorales). Espartero formó una coalición con O ́ Donnell intentando recuperar el régimen progresista. Se intentarán medidas económicas como la desamortización de Madoz (1855), la Ley de ferrocarriles y la creación del Banco de España. La crisis económica y las diferencias entre O’ Donnell y Espartero harán que este último dimita. O’Donnell encabezó el Gobierno Largo (1856-1863). Se produce la guerra con Marruecos y expediciones militares a México y Cochinchina. Se vuelve a la constitución moderada de 1845 y se recortan derechos y libertades. Se produjo un nuevo “espadazo” a manos del general
Prim, pero fracasó. En el exilio, Prim con progresistas y demócratas firmarán el Pacto de Ostende (1866), para destronar a Isabel II. O ́ Donnell muere y le sucede el general Serrano que también se uníó al pacto que desencadenó en otro levantamiento militar y el final del reinado de Isabel II. 

6.2El reinado de Isabel II supuso el inicio del liberalismo en España, teniendo como modelos países europeos que vivían la Segunda Revolución Industrial. Los liberales españoles buscaron transformar la estructura económica del país basada en el Antiguo Régimen liberalizando la propiedad de la tierra y fomentando la industria y el comercio. Pero la falta de capital y la escasa iniciativa de las clases dominantes limitaron el cambio y terminaron por acentuar el subdesarrollo económico. El régimen liberal se quiso acabar con los privilegios del clero y la nobleza y establecer un modelo fiscal en el que todos los ciudadanos estaban obligados a tributar. Sin embargo, en la práctica, los terratenientes y la alta burguésía contribuían por debajo de su riqueza. En 1845 se intentó crear un sistema de Hacienda eficaz con la reforma de Alejandro Mon. Sin embargo, no pudo acabar con el déficit del Estado. En 1868 se decidíó unificar el sistema monetario con la creación de una unidad monetaria oficial: la peseta. La agricultura del Siglo XIX era poco estable y apenas tenía rendimiento. España se caracterizaba por un gran desequilibrio, debido a la existencia de latifundios en manos de la nobleza, el clero o el ayuntamiento; mientras que otras zonas del país estaban repletas de campesinos sin tierras trabajando como jornaleros. Muchas propiedades al ser comunales no se podían vender. El mayor problema fue la acumulación de tierras en manos muertas debido al sistema del mayorazgo. Para realizar cualquier reforma agraria era necesario liberalizar el mercado de la tierra. Finalmente, en 1836 se suprimieron los mayorazgos y en 1837 se abolíó el régimen señorial. Tomaron importancia las desamortizaciones, consistían en la expropiación por parte del Estado, de tierras eclesiásticas y municipales (amortizadas o en manos muertas) para su venta en subasta pública. Durante Reinado de Isabel II se realizaron tres desamortizaciones: La de Mendizábal (1837), sobre órdenes religiosas, motivado por el reconocimiento del derecho a la propiedad libre y circulante, la disminución de la deuda pública del Estado, el aumento del número de medianos propietarios y ganar adeptos a la causa liberal; la desamortización de Espartero de 1841 (bienes del clero secular); y la desamortización general de Pascual Madoz en 1855,bienes eclesiásticos y municipales (se distinguían bienes de propios, cedidos por el Ayuntamiento a un particular, y los bienes comunales de todos los vecinos), está se utilizó para financiar la red de ferrocarril con la idea de modernizar el país e impulsar la economía española. Sin embargo, las consecuencias económicas y sociales no fueron las deseadas. La estructura de la propiedad apenas se modificó, la mayoría de las propiedades pasaron a la oligarquía (eran los únicos que podían pagarlas). No hubo reparto de tierras, hubo campesinos que se vieron perjudicados al perder los usos comunales. El aumento de tierras de cultivo no supuso un aumento de producción. Se mantuvo un sistema tradicional de cultivo y apenas hubo innovaciones técnicas, siguió habiendo crisis de subsistencia. El régimen liberal supuso la sociedad de clases, donde la economía la clasificaba por su nivel de renta (alta, media o baja) o por su papel en el sistema productivo (empresarios, comerciantes, obreros). Provocó grandes desigualdades y desequilibrios, pero fue dinámica y abierta. La Oligarquía o clase alta está compuesta por: nobleza dominante, terrateniente y financiera; con títulos honoríficos y sin privilegios feudales que controla altos cargos del ejército y administración. El clero perdíó bienes y poder económico, pero conservó su influencia, al igual que la nobleza. La alta burguésía (clase emergente y capitalista) dirige industrias y ferrocarriles y se beneficiará de las desamortizaciones. Alianza entre nobleza y burguésía. La clase media es muy escasa (5 %). Formada por la pequeña burguésía comerciante y liberal (abogados, médicos), propietarios rurales y pequeños fabricantes. En la clase baja el grupo mayoritario es el campesinado (agricultura actividad fundamental). Las condiciones de vida duras (largas jornadas, rendimientos bajísimos, trabajo infantil) les llevó a ciudades en zonas de fábricas y formar corrientes anarquistas (Andalucía). La falta de tierra propia les convirtió en obreros o jornaleros agrícolas, braceros, peones, temporeros. En 1860 eran el 34% y crearon las tierras latifundistas de la Mancha, Extremadura y Andalucía. El proletariado urbano surgíó en las zonas industriales de Barcelona, Bilbao y Madrid. Con crecimiento constante y condiciones de vida muy duras en toda Europa (jornadas largas y sin prestación social, descanso semanal, pensión, jubilación…), lo que les condujo al movimiento obrero. 

El Sexenio Democrático estuvo marcado por la agitación social y la inestabilidad política. Los gobiernos de este periodo tuvieron que enfrentarse a la insurrección cubana (guerra de los 10 años) en 1868-78, la tercera Guerra Carlista (1872-76) y la insurrección Cantonalista (1873-74). A causa de la crisis económica y política de 1866 la reina tenía poco apoyo social. Ese año, los progresistas (liderados por el General Prim) y los demócratas (Ruiz Zorrilla y Sagasta) habían firmado el Pacto de Ostende (se unirá la Uníón Liberal tras la muerte de O’Donnell), por el que se acordó el derrocamiento de Isabel II. Además, el 17 de Septiembre de 1868 comienza “La Gloriosa”, un pronunciamiento de los progresistas Topete, Prim y Serrano, que vencen en la Batalla de Alcolea a las tropas de la reina (quien huye a Francia). La revolución fue de carácter político. No se produjo una profunda transformación social y las fuerzas implicadas, como la Uníón Liberal (Serrano) y el Partido Progresista (Prim) moderaron el revolucionarismo marginando a las fuerzas que consideraban más radicales: demócratas y republicanos. Los militares revolucionarios crearon un gobierno provisional liderado por Serrano y convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino (a partir de 25 años). Ganaron las elecciones de Enero de 1869 los defensores de una monarquía constitucional, liderados por Serrano y Prim, y se elaboró la primera Constitución democrática, que reconocía la soberanía nacional, el sufragio universal, Cortes bicamerales con poder legislativo, el rey como poder ejecutivo, y libertad de asociación, expresión, derechos individuales y culto. Comenzó entonces la regencia del General Serrano mientras se buscaba candidato al trono y Prim, jefe de gobierno, propuso a Amadeo de Saboyá, segundo hijo del nuevo rey de Italia Víctor Manuel. El reinado de Amadeo fue breve y lleno de problemas sociopolíticos. El General Prim (su principal mentor) fue asesinado en un atentado, provocando que la coalición de partidos del régimen se rompiera y que algunos líderes de la Uníón Liberal le negaran su apoyo, creando un partido que defendía el trono del hijo de Isabel II (Alfonso). Además,los progresistas se dividieron en el partido constitucional (Mateo Sagasta) y el partido radical (Ruiz Zorrilla). En 2 años de reinado hubo muchos cambios de gobierno y 3 elecciones generales. No ganó el afecto español y el régimen deterioró, aumentando los grupos opositores: carlistas (tercera guerra carlista 1872-1876, proclamaron rey a Carlos VII), los republicanos (querían reformas más profundas), el recrudecimiento de una insurrección en la colonia de Cuba, la continua agitación social (manifestación, huelga y atentados) y desprecio de la nobleza y alta sociedad (consideraban al rey un advenedizo). Por todo esto, Amadeo renuncia al trono y regresa a Italia, lo que provoca un vacío de poder que se soluciona al proclamar la Primera República (Febrero de 1873 – Enero de 1874). Fue breve por el poco apoyo que recibíó (la mayoría de sectores sociales no confiaban en su efectividad), y sus presidentes fueron grandes intelectuales (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar). Duró únicamente un año, en el que se llevaron a cabo numerosas reformas de alcance social. Algunas no se ejecutaron, como la eliminación del servicio militar obligatorio, que provocó enfrentamientos entre la República y la burguésía y el ejército. Aunque fue la división entre republicanos unitarios (república centralizada) y federalistas (república federal) lo que acabó con la República. La situación se agravó con el movimiento cantonalista, que aspiraba a dividir el Estado nacional en cantones con gobiernos comunales. Este problema provocó la dimisión de Pi y Margall (Junio-Julio) y de Salmerón (Julio-Septiembre). Con Castelar (Septiembre-Enero), la República se tornó conservadora para acabar con la insurrección cantonalista. Más adelante, el general Pavía dio un Golpe de Estado (2 de Enero de 1874). En los días siguientes, el general Serrano comenzó una dictadura asumiendo la jefatura del Estado, disolviendo las Cortes, suspendiendo la Constitución y declarando ilegales las asociaciones obreras, poniendo fin a la Primera República.

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