Reinado de Fernando VII

  • Poder legislativo: en manos de las Cortes con el Rey.
    Las Cortes, unicamerales, están compuestas por representantes de la voluntad nacional. Se encargan de elaborar leyes, aprobar presupuestos y tratados internacionales, mandan sobre el ejército, etc. El mandato de los diputados es de dos años y son inviolables en el ejercicio de sus funciones. La elección de los diputados se realiza mediante sufragio universal masculino indirecto, es decir, se establece un sistema escalonado con compromisarios a través de sucesivas elecciones en la parroquia, el municipio y la provincia.
  • Poder ejecutivo: en manos del monarca
  • Poder judicial: la administración de justicia era competencia exclusiva de los tribunales.
    Se establecen los principios básicos de un estado de derecho, es decir, códigos únicos en materia civil, criminal y comercial; inamovilidad de los jueces; garantías en los procesos; etc.
En otros artículos se crea un ejército de la Nacíón y el servicio militar obligatorio(distingue entre tropas de continuo servicio y la Milicia Nacional, cuerpos armados provinciales creados en situaciones de necesidad con una composición proporcional a su población y circunstancias concretas); se implanta un sistema de enseñanza primaria pública para toda la nacíón; 
se divide el territorio nacional en provincias, para cuyo gobierno interior se crea la diputación; en materia religiosa se plasma el compromiso entre liberales y absolutistas, al afirmar laconfesionalidad católica del Estado.

3.3.) Labor legislativa adicional de las Cortes



Además del texto constitucional, las Cortes desarrollaron una importante legislación ordinaria encaminada a terminar con el Antiguo Régimen y crear un nuevo Estado liberal.

Los señoríos jurisdiccionales fueron suprimidos en 1811


Se liquidaba el régimen señorial, pero convirtiendo en propietarios a los antiguos señores, no a los campesinos. También se decretó la eliminación de los mayorazgos, se declaró la libre propiedad y la desamortización de las tierras comunales para amortizar la deuda pública. 
 
Se abolieron los gremios, al tiempo que se establecía la libertad trabajo, producción, contratación y comercio. 
 
Se abolíó la Inquisición, aunque para ello fue necesario hacer frente a una fuerte oposición por parte de los sectores absolutistas (nobleza y clero fundamentalmente).

La legislación de Cádiz fue, debido a las circunstancias en las que se desarrolló, mucho más avanzada de lo que podría haber sido en una situación de normalidad. Sin embargo la obra legislativa de Cádiz casi no tuvo aplicación práctica, debido por una parte a la situación de guerra en la que surgíó y debido por otra parte a lavuelta al absolutismo monárquico de Fernando VII una vez terminada la guerra.

4. EL REINADO DE Fernando VII (1814-1833): ABSOLUTISMO VS. LIBERALISMO 
4.1.) La Restauración del Absolutismo: el Sexenio Absolutista (1814-1833)


 
A su retorno a España, Fernando VII desobedecíó las instrucciones de las Cortes de volver directamente a Madrid para jurar inmediatamente la Constitución y validar el nuevo orden político. En vez de esto se dirigíó a Valencia, siendo aclamado por allí donde pasaba. Cerca de Valencia el general Elío, que mandaba el ejército de Levante, se pronunció ante el rey por el restablecimiento pleno de la soberanía real, es decir, por el absolutismo. En Valencia, un grupo de diputados a Cortes entregó al rey un escrito conocido como Manifiesto de los Persas, en el que se pide al rey la vuelta al Antiguo Régimen, el absolutismo real. Además el rey contó con el apoyo del pueblo llano, que secundó las medidas contrarrevolucionarias al grito de ¡Viva el rey!
¡Muera la Constitución!
 o ¡Vivan las cadenas!
.

Esta situación llevó a Fernando VII a firmar el Decreto de 4 de Mayo de 1814, a través del cual anulaba la Constitución y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y anunciaba la vuelta al Antiguo Régimen.


Una vez en Madrid, el rey y sus colaboradores procedieron con la disolución de la Regencia y de las Cortes, detuvieron y procesaron a los liberales más destacados, y pusieron en práctica una represión sin contemplaciones, restableciendo la Inquisición, restituyendo el sistema señorial y devolviendo las tierras al clero. 

Derrotado Napoleón, las potencias absolutistas europeas vencedoras restablecieron, mediante el Congreso de Viena, el antiguo orden. Se creó la Santa Alianza, una fuerza de intervención que actuaría en defensa del absolutismo interviniendo militarmente en cualquier país donde avanzara el liberalismo.

En España la situación general era desastrosa y los intentos por parte de Fernando VII de rehacer el país fracasaron. Los seis años de la primera restauración estuvieron salpicados de intentos por derribar el absolutismo. Surgíó entonces un nuevo fenómeno, el de los Pronunciamientos, que ha marcado sucesivamente la historia contemporánea de España. Básicamente consiste en la constante interferencia del ejército en la vida política, tratando de conseguir cambios en el gobierno o en el sistema político en general recurriendo para ello al golpe militar.
Espoz y MinaPorlier y Lacy fueron algunos de los protagonistas de estos primeros pronunciamientos. 

4.2.) El Trienio Liberal (1820-1823)



 
El 1 de Enero de 1820, el Coronel Riego, jefe de las tropas expedicionarias acantonadas en las Cabezas de san Juan para ser enviadas a América para luchar contra los independentistas, se pronunció a favor de laConstitución, obligando a Fernando VII a restituirla.
Se formó entonces un nuevo gobierno y se convocaron elecciones a Cortes, al tiempo que muchos exiliados liberales comenzaban a volver del exilio.

Entre los liberales de esta época se pueden distinguir dos posturas fundamentalmente: por un lado estaban los liberales moderados o doceañistas, partidarios de un gobierno fuerte, libertad de prensa limitada, sufragio censitario y defensores de la propiedad y del orden; por otro lado estaban los liberales radicales, que reivindican una aplicación avanzada de la Constitución, con control parlamentario del gobierno, sufragio universal, libertad de opinión, anticlericalismo, etc.

Se formaron Cortes en 1821 con mayoría moderada.
Éstas comenzaron a producir una nueva legislación reformista: desamortizaciones, libre circulación de productos agrarios, reducción de diezmos, liberalización de la industria y el comercio. Sin embargo estas medidas beneficiaron más a los propietarios que a los campesinos.

En 1822 se produjo una insurrección contrarrevolucionaria, cuando cuatro regimientos de la guardia real se sublevaron. Fue sofocado, pero se formó entonces un gobierno radical que pasó a vigilar estrechamente al rey, que se había convertido en un obstáculo constante para los liberales.

Fernando VII terminó pidiendo expresamente ayuda a la Santa Alianza. En 1823 los Cien Mil Hijos de san Luís, al mando del duque de Angulema, entraron en territorio español y repusieron a Fernando VII como rey absoluto.

4.3.) La Década Ominosa (1823-1833)



 
Nuevamente se desató una fuerte represión contra los liberales, muchos de los cuales tuvieron que tomar nuevamente camino hacia el exilio. Aunque a partir de 1830 volvieron a desatarse nuevas conspiraciones liberales. Las intentonas fueron rápidamente abortadas, tanto la de Espoz y Mina en el norte como la del general Torrijos en Málaga.

El problema económico era, como había venido siendo hasta ahora, muy grave. A los tradicionales problemas de la Hacienda se le sumaban la pérdida definitiva de las colonias. Para tratar de hacer frente a los problemas económicos, Fernando VII buscó apoyo en el sector moderado de la burguésía financiera e industrial de Madrid y Barcelona. 
Los sectores ultraconservadores, los realistas, se iban alejando poco a poco del monarca al tiempo que se agrupaban en torno a Carlos María Isidro de Borbón, hermano del rey y previsible sucesor, ya que Fernando VII no tenía hasta el momento descendencia. 

4.4.) La crisis sucesoria

 
En 1830 Fernando VII tuvo una hija, Isabel. Sin embargo la Ley Sálica, implantada por Felipe V (rey de España entre 1700 y 1746), impedía el acceso al trono de las mujeres. Fernando VII derogó dicha ley mediante la Pragmática Sanción, abriendo el camino al trono a su hija. 
Esto generó un fuerte enfrentamiento entre los que defendían un modelo de sociedad y otro. En torno a Isabel se aglutinaron los sectores liberales, mientras que en torno a Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, se agruparon los partidarios del Antiguo Régimen, lo llamados carlistas. 
La esposa de Fernando VII, María Cristina, fue nombrada regente durante la enfermedad del rey, en 1822. Consciente de la necesidad de tener apoyos que garantizaran el acceso al trono a su hija se acercó a los liberales. Para ello formó un nuevo gobierno de carácter reformista y declaró una amnistía que supuso la vuelta de unos cien mil liberales del exilio. 
En 1833 murió Fernando VII. En su testamento nombraba regente a su esposa, María Cristina, hasta la mayoría de edad de su hija. El mismo día de la muerte del rey, Carlos María Isidro de Borbón, su hermano, se proclamaba rey de España, iniciándose la primera guerra carlista. 
5. LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA 
5.1.) Las causas del independentismo 

Durante el Siglo XVIII el comercio colonial había conocido una reactivación que impulsó el desarrollo de un importante grupo burgués criollo. Pese a su importancia social y económica, los criollos recibían un trato discriminatorio por parte del gobierno español, el cual enviaba a peninsulares para ocupar los cargos de gobierno americanos. 
La minoría criolla rechazaba este trato discriminatorio del gobierno español, pues se veía impedida para ocupar cargos públicos así como para expandir su poderío económico, debido al monopolio español que imposibilitaba el libre establecimiento de relaciones comerciales con el exterior. 
Fue entre esta minoría criolla, culta y económicamente fuerte, entre la que calaría el pensamiento ilustrado y el ideario liberal. Además tenían como ejemplo la independencia de los Estados Unidos (1776). Gran Bretaña, deseosa de controlar el comercio americano, respaldaría estos movimientos secesionistas. 

5.2.) El inicio del proceso independentista

 
El proceso de independencia de la América española es de gran complejidad. En él se mezclan las revueltas urbanas y campesinas con continuas y variadas acciones políticas. En general se puede decir que tuvieron como centro de acción las grandes ciudades y que el grupo que líderó el proceso fue el criollo.


La actitud despiadada de los representantes de España sobre las ciudades tomadas a los independentistas inclínó los apoyos de la masa campesina y urbana (indígenas, mestizos y población negra) hacia el independentismo.

La primera fase se desarrolló entre 1808 1814.
En las principales ciudades se crearon juntas similares a las españolas para organizar el gobierno a escala local en nombre de Fernando VII. Sin embargo no reconocieron a la Junta Suprema Central constituida en España, y muchas se declararon autónomas en 1810. Los principales focos secesionistas fueron: 
  • Virreinato de Río de la Plata. Aquí José San Martín declaró la independencia de la República Argentina.
  • Virreinato de Nueva Granada y Venezuela, con Simón de Bolívar al frente.
  • México, donde el levantamiento fue dirigido por Miguel Hidalgo y José María Morelos.
En 1814, terminada la guerra, el gobierno de Fernando envió un ejército con el que consiguió, en parte, someter a los sublevados. Sin embargo, los ideales independentistas se habían extendido por toda América, y la segunda oleada independentista sería inminente. 

5.3.) El triunfo del independentismo

 
La intransigencia de la monarquía española de los años posteriores en relación con las pretensiones de autonomía de las colonias impulsó un nuevo movimiento independentista que terminaría con el triunfo del independentismo en prácticamente toda la América española. 

San Martín, partiendo de Buenos Aires, cruzó los Andes, y luchó por la Independencia de Chile (1818).

Simón de Bolívar, por su parte, se puso al frente de un ejército con el que derrotó a los españoles y creó la Gran Colombia, que posteriormente daría lugar a las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.

México, Perú y Bolivia también conseguirían independizarse, poniéndose de este modo fin al control español sobre el territorio americano, que quedaría reducido desde entonces a Cuba y Puerto Rico.

La derrota española se debíó tanto a la fuerza del movimiento independentista como a los problemas internos de España, inmersa en un conflicto entre el absolutismo y el liberalismo, falta de fondos y con un ejército descontento.

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