El Estado
Es la forma de organización política por excelencia. Surgió progresivamente en diferentes lugares, sustituyendo otras formas de organización política. Aunque existen entre los distintos Estados numerosas diferencias sociales, políticas, económicas y de otra naturaleza, comparten un rasgo común: la soberanía. Todos los Estados son soberanos; este poder soberano es el elemento distintivo del Estado y lo diferencia de otras formas de organización política.
Se fue adaptando a las diferentes circunstancias según la época. Surgió inicialmente como Estado absolutista, evolucionó hacia formas liberales, posteriormente se democratizó y finalmente adoptó la forma de Estado de bienestar. Su origen se sitúa a fines de la Edad Media, con la modernidad europea.
El Estado Moderno
El Estado moderno no se consolidó repentinamente; fue un proceso lento y progresivo. No fue una creación espontánea, sino producto de transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que se venían gestando. Diversos factores convergieron para dar lugar a lo que hoy estudiamos como el Estado moderno.
El Imperio y las Polis
Los imperios del mundo antiguo mostraban una integración limitada. La lealtad al poder político era débil debido a la escasa participación de sus habitantes en el proceso político; poseían un poder monocéntrico.
Las polis constituían una pluralidad de centros de poder, y cada una de ellas gozó de un importante grado de cohesión interna. El poder correspondía al pueblo (ciudadanía), aunque esta era un privilegio que se obtenía desde el nacimiento; extranjeros y esclavos no participaban en la vida política. Una debilidad de las polis fue su incapacidad para incorporar en su estructura política nuevos territorios y otras poblaciones.
Del Dualismo al Monismo del Poder Político
Surgieron las primeras instituciones permanentes, compuestas por administradores profesionales, dedicadas a la organización política interna. El orden jurídico de esta época estaba integrado por derechos particulares característicos de cada territorio.
La característica distintiva del Estado moderno fue el monismo de poder. La tendencia a la centralización y unidad del poder político se presenta como uno de los rasgos esenciales del Estado moderno.
- La creación de un ejército permanente: un ejército tecnificado donde la caballería perdió importancia. Formaban una organización integrada, con un único centro de mando. Contribuyó a que el rey se separase (de las dependencias feudales y consolidase su poder).
- La formación de una burocracia compuesta por funcionarios permanentes.
- La creación de un sistema impositivo, que permitió que los monarcas dejasen de depender de las aportaciones de los nobles.
- Establecimiento de un único orden jurídico válido para todo el territorio.
El Tratado de Westfalia (1648), que puso fin a la Guerra de los Treinta Años, supuso un primer intento de implantar un orden pacífico en Europa.
Con la Paz de Westfalia se consolidó el sistema de Estados y se conformaron las relaciones internacionales durante siglos. Reconoció la soberanía de los monarcas sobre sus territorios, la igualdad soberana de los Estados y la no intervención en sus asuntos internos.
Del Estado Moderno al Estado Liberal
El tránsito del Estado moderno al Estado liberal ocupa tres siglos en la historia de Europa. El desarrollo del conocimiento científico y el avance tecnológico impulsaron la generalización de una mentalidad racional y utilitaria.
La autoridad no puede tener otro origen que el de la voluntad de los hombres; el orden político no puede tener objetivos distintos a la suma de los intereses individuales orientados al bien común; el hombre es en sí mismo sujeto de una dignidad intrínseca que lo hace merecedor de derechos y libertades anteriores al Estado.
El Estado Liberal
Tiene su origen en el último tercio del siglo XVIII y se desarrolla a lo largo de los siglos XIX y XX.
El Estado liberal es producto, por un lado, de la experiencia histórico-política inglesa de los siglos XVII y XVIII y, por otro, de las filosofías de la Ilustración y el racionalismo de signo individualista surgido en el continente.
El nuevo sistema posee una clara base individualista. Para este nuevo Estado tienen capital trascendencia las declaraciones de derechos; en ellas se define básicamente el ámbito de libertad que el poder político no podrá invadir. Se establecieron dos garantías para que la práctica de dicha libertad fuese respetada: la separación de poderes y el Estado de derecho.
Ambos surgieron como mecanismos de control del poder político con la finalidad de garantizar la libertad individual. También se desarrolló la idea de democracia, igualmente vital para el Estado liberal.
Primeras Declaraciones de Derechos
Los derechos del hombre están constituidos básicamente por la libertad, la propiedad y la seguridad. Los derechos del ciudadano derivan de la libertad política, constituyen libertades de participación y tienen razón de ser en tanto existan y se respeten los derechos del hombre. La sociedad, en su organización y actuación, está subordinada al respeto y conservación de los derechos naturales.
El Principio de División de Poderes
Se basa en dos postulados:
- Cada una de las funciones capitales del Estado (legislativa, ejecutiva y judicial) ha de ser ejercida por un titular distinto.
- Los tres poderes resultantes quedan vinculados entre sí.
La doctrina de Montesquieu tiene como finalidad primordial lograr la libertad política. Según él, el peor enemigo de esta es el poder, ya que tiende al abuso, por lo que se hace imprescindible su división.
El Estado de Derecho
Se entiende que los ciudadanos pueden hacer todo aquello que consideren oportuno, excepto lo que les esté expresamente prohibido; los gobernantes, en cambio, únicamente pueden realizar aquellos actos para los que han sido habilitados. Se trata de someter el ejercicio del poder político a la ley.
El Estado de derecho implica la existencia de una serie de garantías judiciales que sirven para resguardar la libertad en caso de que sea vulnerada.
El Estado Liberal y la Democracia
La idea-fuerza básica del liberalismo es la libertad; en cambio, la idea motriz de la democracia es la igualdad, entendida desde un punto de vista político como el derecho de todos los ciudadanos a participar en la formación de la voluntad general.
El Estado liberal nació contra el Estado absolutista, percibido como aniquilador de la libertad individual. Los nuevos sectores sociales ya no verán al Estado como un enemigo, sino como un instrumento eficaz para encauzar las nuevas demandas de igualdad. Lograda la igualdad política, la idea de igualdad se traslada a otros ámbitos que exigen la intervención del Estado, aunque la perspectiva individualista liberal siga latente.
Todo ello implica un cambio de ideas respecto a las funciones del Estado, que pasará de ser abstencionista (no intervenir, respetando la libertad, o interviniendo lo mínimo indispensable) a ser intervencionista.
El Estado ya no se considera enemigo de la libertad, sino el instrumento a través del cual se realizan la libertad y la igualdad.
El Estado de Bienestar
Surge como respuesta ante las limitaciones y fracasos percibidos del Estado liberal, asociado con la economía capitalista, que sostenía que el Estado no debía intervenir prácticamente en nada, dejando actuar al mercado.
La realidad demostró la existencia de sectores más poderosos que otros, lo que conllevó a la explotación, condiciones indignas para los trabajadores, jornadas laborales agobiadoras, sueldos mínimos, explotación infantil y de ancianos, despidos arbitrarios, etc.
Ante esta desprotección, los obreros fundaron organizaciones en defensa de sus intereses (sindicatos) y partidos políticos (socialistas o socialdemócratas).
El Estado liberal no pudo dar respuesta efectiva a estos reclamos y la actividad económica entró en crisis.
Surgieron dos posturas principales como intento de solución: una que, sin suprimir las instituciones liberales, dio origen al Estado de bienestar; y otra que abolió la estructura democrática y se inclinó por un Estado totalitario (nazismo, fascismo, comunismo).
El Estado de bienestar se caracterizó por:
- Intervención del Estado en la economía con el objetivo de mantener el pleno empleo.