La Segunda República Española: Orígenes y Reformas del Bienio Progresista (1931-1933)

De la Dictadura a la República: El Camino hacia la Segunda República Española

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII encargó el regreso al régimen político anterior a la dictadura. Sin embargo, esta restauración resultó imposible por varias razones:

  • Los partidos dinásticos habían perdido su estructura organizada.
  • El monarca era impopular.
  • Las fuerzas antidinásticas tomaron una iniciativa unitaria, que culminó con el Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930).

El Pacto de San Sebastián: Un Frente Republicano

En este pacto se forjó una nueva alianza en la que se integraron republicanos de todo el Estado, como Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura. Los firmantes del pacto acordaron la supresión de la monarquía, la proclamación de la República y la creación de un Gobierno provisional, que asumiría el compromiso de convocar unas Cortes Constituyentes.

La estrategia para derribar a la monarquía preveía hacer coincidir la insurrección de algunas unidades del Ejército con una huelga general. Sin embargo, los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández se adelantaron a la fecha acordada. Fueron vencidos y, el 14 de diciembre, ejecutados. El intento de promover la huelga general había fracasado.

La Proclamación de la República: Un Nuevo Amanecer

A principios de 1931, el ambiente de conflictividad social continuaba. El 14 de febrero, el general Dámaso Berenguer dimitió y fue nombrado presidente del Gobierno el almirante Juan Bautista Aznar, quien convocó elecciones municipales para el 12 de abril. Los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián presentaron estas elecciones como un referéndum sobre la monarquía. Los resultados fueron favorables a las candidaturas republicanas.

El 14 de abril se formó el Gobierno provisional de la República. En Barcelona se proclamó la República Catalana dentro de la Federación Ibérica. Alfonso XIII se exilió ese mismo día. La Segunda República era ya un hecho, que fue recibido con grandes manifestaciones de alegría popular.

El Bienio Reformista (1931-1933): Transformaciones y Desafíos

El Gobierno de la República fue dirigido por las fuerzas de centro-izquierda. En esta etapa se propusieron numerosas reformas.

El Gobierno Provisional (14 de abril – 28 de junio de 1931): Primeras Medidas

El Gobierno provisional de la República, presidido por Niceto Alcalá-Zamora, convocó elecciones legislativas a la vez que planteaba reformas clave:

  • La reforma del Ejército: Se ofreció a los generales, jefes y oficiales la posibilidad de jubilarse con el sueldo íntegro. Con esta medida se consiguió reducir el número excesivo de comandantes y de divisiones. Manuel Azaña clausuró también la Academia Militar de Zaragoza y anuló todos los ascensos por elección o méritos de guerra obtenidos durante la dictadura, lo que provocó un gran malestar entre los militares. También creó la Guardia de Asalto, un cuerpo de policía armada moderna y de fidelidad republicana.
  • Las relaciones con la Iglesia: La Iglesia se mantuvo expectante. Pero dos sucesos enturbiaron la situación. En primer lugar, una pastoral de un arzobispo de Toledo, cuyos términos herían la sensibilidad republicana, ya que elogiaban al Rey. Más grave fue la quema de conventos en Madrid el 11 de mayo, por grupos incontrolados. En otros lugares se produjeron incidentes similares, ante la pasividad de las fuerzas de orden público. Muchos católicos empezaron a ver la República como un régimen contrario a sus convicciones. La Iglesia se mantuvo en constante oposición al régimen republicano. Otros acuerdos del Gobierno a los que se opuso la Iglesia fueron el matrimonio civil, el divorcio, los cementerios civiles y la Ley de Congregaciones Religiosas, por la que los templos y monasterios pasaban a ser de propiedad pública.
  • La educación: Se decretó la creación de escuelas y plazas nuevas de maestros, cuyos sueldos se incrementaron bastante, además del establecimiento de una red de bibliotecas.
  • Las reformas en el campo: España era un país netamente agrario. La mayoría de la población activa se dedicaba a tareas del campo. Uno de los principales objetivos consistió en llevar a cabo una reforma agraria con la finalidad de crear una clase de pequeños propietarios entre los jornaleros. Para llevar a cabo esta reforma, se realizaron diversos proyectos. Destacó el de una comisión técnica que propuso que la reforma se centrara en las tierras del sur de España. Esta reforma se debía finalizar con un impuesto progresivo sobre la renta. El Gobierno actuó a favor de la jornada de 8 horas de trabajo en el campo. Planteó que los propietarios rurales debían tener todas las tierras cultivadas si no querían que las tierras yermas pasaran a ser usufructuadas por jornaleros.

La Constitución Republicana de 1931: Pilares de un Nuevo Estado

Las elecciones del 28 de junio de 1931 dieron el triunfo a las fuerzas de izquierda y de centro. El PSOE obtuvo 116 diputados, el Partido Republicano Radical de Lerroux, 90 diputados, y el Partido Republicano Radical-Socialista, 52 diputados. La derecha, que se había presentado desorganizada, pasó a ser minoritaria. Destacaron los llamados partidos agrarios.

Las Cortes surgidas de las elecciones se encargaron de redactar una nueva Constitución, que fue aprobada el 9 de diciembre de 1931. La nueva Constitución reflejó los valores laicos e izquierdistas de la mayoría:

  • Soberanía popular.
  • Una sola Cámara (unicameral).
  • Un Estado aconfesional.
  • Derechos individuales amplios.
  • La posibilidad de autonomía a las regiones que lo solicitasen.

Cuando se redactó la Constitución, no hubo voluntad de consenso, especialmente en materias referentes a la religión. Algunos artículos prohibían el ejercicio de la enseñanza a las órdenes religiosas y disolvían la Compañía de Jesús. Este anticlericalismo constitucional se explica porque el pensamiento republicano izquierdista atribuía el retraso de la sociedad española a la Iglesia. Por primera vez, se estableció el sufragio universal, que incluía el voto de las mujeres.

El Gobierno Constitucional (diciembre de 1931 – noviembre de 1933): Consolidación y Conflictos

Alcalá-Zamora, elegido presidente de la República, encargó a Manuel Azaña la formación del Gobierno. Además de aplicar la nueva Constitución, Azaña continuó las reformas establecidas por el Gobierno provisional:

  • La Ley de Reforma Agraria (9 de septiembre de 1932). Se expropiaron tierras abandonadas para ser repartidas entre los campesinos, pero las medidas fueron muy lentas y, sobre todo en Andalucía, apenas se llegó a un reparto mínimo. Las razones de esta lentitud y decepción fueron:
    • Había muchas prisas en este asunto, que era una vieja reivindicación campesina.
    • El tema era tremendamente complejo.
    • Los terratenientes la veían como un asalto a sus propiedades.
    • Los campesinos se sintieron decepcionados, lo que incrementó las revueltas, sobre todo en el campo andaluz (ejemplos: Sevilla, Casas Viejas).
    La reforma agraria asustó a los propietarios, ya que consideraban que la ley era revolucionaria.
  • La reforma militar.
  • La concesión del Estatuto de Autonomía a Cataluña.

Durante este periodo, la República se vio conmocionada por la agitación en el campo andaluz y el intento de golpe de Estado monárquico del general José Sanjurjo, el 10 de agosto de 1932.

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