La Resolución 181, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947 y también conocida como el Plan de Partición de Palestina, propuso una solución al conflicto creciente entre judíos y árabes en el Mandato Británico de Palestina. Fue una de las decisiones más importantes en la historia del conflicto árabe-israelí, ya que establecía la división del territorio en dos Estados independientes: uno judío y otro árabe, con un régimen internacional especial para Jerusalén.
El contexto era crítico. Tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, existía una fuerte presión internacional para permitir la creación de un Estado judío. Al mismo tiempo, los árabes palestinos se oponían firmemente a cualquier partición y exigían la independencia total del territorio. Gran Bretaña, que controlaba Palestina desde el fin del Imperio Otomano, ya no podía manejar el conflicto y decidió trasladar el tema a la ONU.
La Resolución 181 de la ONU: El Plan de Partición de Palestina (1947)
Propuesta y Detalles
La resolución proponía dividir el territorio de Palestina en tres partes principales:
- Un Estado judío, que ocuparía el 55% del territorio.
- Un Estado árabe, que ocuparía el 45% restante.
- Jerusalén y sus alrededores, que quedarían bajo control internacional debido a su importancia religiosa.
El plan también preveía la cooperación económica entre ambos Estados y la protección de las minorías dentro de cada uno.
Reacciones y Consecuencias
A pesar de que los judíos representaban alrededor de un tercio de la población y poseían menos del 10% de la tierra, aceptaron el plan, ya que veían en él una oportunidad concreta para tener un Estado propio. Por el contrario, los líderes árabes rechazaron la resolución, considerándola injusta en la asignación territorial y negándose a reconocer un Estado judío.
La resolución fue aprobada con 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones. Los países de América Latina, Estados Unidos y la Unión Soviética votaron a favor. Los países árabes votaron en contra y advirtieron que no aceptarían la partición.
Tras la aprobación, estalló una guerra civil en Palestina entre comunidades judías y árabes. La partición nunca se aplicó de forma pacífica. Sin embargo, el 14 de mayo de 1948, los líderes judíos proclamaron el Estado de Israel, lo que desencadenó la Primera Guerra Árabe-Israelí.
La Resolución 181 es un punto clave en la historia de Medio Oriente, ya que, aunque nunca se implementó completamente, sirvió como base legal e histórica para la creación del Estado de Israel y marcó el inicio de un conflicto que aún continúa.
El Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina (UNSCOP)
Creación y Mandato
El UNSCOP (United Nations Special Committee on Palestine) fue un comité creado por la Asamblea General de la ONU en mayo de 1947 para estudiar la situación del Mandato Británico de Palestina y recomendar una solución al creciente conflicto entre judíos y árabes. El Reino Unido, que controlaba Palestina desde el fin del Imperio Otomano, había decidido retirarse del territorio y pidió a las Naciones Unidas que se hiciera cargo del problema. La creación de UNSCOP fue la respuesta internacional a esa solicitud.
Composición y Trabajo
El comité estuvo compuesto por representantes de 11 países neutrales:
- Australia
- Canadá
- Checoslovaquia
- Guatemala
- India
- Irán
- Países Bajos
- Perú
- Suecia
- Uruguay
- Yugoslavia
Es importante destacar que ni los países árabes ni los países con fuertes comunidades judías formaron parte, para asegurar la imparcialidad. UNSCOP viajó a Palestina para recoger testimonios, visitar territorios y entender mejor la realidad en el lugar. También realizaron audiencias públicas y privadas. Los líderes judíos colaboraron ampliamente con el comité, mostrando la organización de su comunidad y la necesidad de un hogar nacional. En cambio, los líderes árabes boicotearon las actividades del comité, rechazando cualquier propuesta que incluyera la partición del territorio.
Informe y Recomendaciones
El informe final de UNSCOP, presentado en agosto de 1947, propuso por mayoría un plan de partición, que incluía:
- La creación de dos Estados independientes, uno judío y uno árabe.
- Un régimen internacional especial para Jerusalén, debido a su importancia religiosa.
- Una unión económica entre ambos Estados para facilitar el desarrollo.
Este informe fue la base directa para la Resolución 181 de la ONU, aprobada en noviembre de 1947, que estableció el Plan de Partición de Palestina.
El Rol de Uruguay
Uruguay jugó un papel clave en todo este proceso. Como miembro de UNSCOP, apoyó desde el inicio una solución basada en la partición. Fue uno de los países que votó a favor de la Resolución 181, convirtiéndose en uno de los primeros en reconocer la creación del Estado de Israel. Además, Uruguay fue uno de los pocos países latinoamericanos que participó activamente en el diseño de la solución al conflicto. Gracias a esta participación, Israel mantiene hasta hoy un vínculo histórico y afectivo con Uruguay, reconociéndolo como un aliado desde sus orígenes.
Políticas Británicas en Palestina: Los Libros Blancos
El Libro Blanco de Churchill (1922)
Contexto y Objetivos
El Libro Blanco de Churchill, publicado en 1922, fue una declaración oficial del gobierno británico que aclaraba su política sobre Palestina tras la Primera Guerra Mundial. Su nombre proviene de Winston Churchill, quien en ese momento era Secretario de Estado para las Colonias. Este documento surgió como respuesta a los conflictos y tensiones generados por la Declaración Balfour de 1917, en la que Gran Bretaña se comprometía a apoyar la creación de un “hogar nacional judío” en Palestina.
Tras el colapso del Imperio Otomano, el Mandato Británico de Palestina fue establecido por la Sociedad de Naciones, y los británicos quedaron a cargo del territorio. Sin embargo, tanto judíos como árabes palestinos interpretaban de forma distinta la Declaración Balfour: los judíos la veían como respaldo a la creación de un futuro Estado propio, mientras que los árabes temían ser desplazados de sus tierras y marginados políticamente.
Contenido y Reacciones
El objetivo principal del Libro Blanco de Churchill fue tranquilizar a la población árabe, dejando en claro que la creación de un hogar nacional judío no significaba que se establecería un Estado exclusivamente judío en Palestina. El documento afirmaba que:
- Los derechos civiles y religiosos de la población árabe serían respetados y protegidos.
- La inmigración judía debía ser regulada según la “capacidad económica” del país, es decir, debía depender de si el territorio podía sostener a los nuevos inmigrantes sin perjudicar a los habitantes actuales.
- No se permitiría la expropiación de tierras árabes.
- Se evitaría cualquier medida que pudiera alterar el equilibrio entre las comunidades.
El documento intentaba mostrar a Gran Bretaña como un poder neutral, comprometido tanto con los derechos judíos como con los árabes. Sin embargo, ambos lados criticaron el documento. Los judíos lo vieron como una limitación a sus aspiraciones nacionales, y los árabes lo consideraron insuficiente, ya que no revocaba la Declaración Balfour ni frenaba la inmigración judía.
En la práctica, el Libro Blanco de Churchill no logró calmar las tensiones ni establecer una solución duradera al conflicto. Este documento fue uno de los primeros intentos británicos de equilibrar los intereses enfrentados en Palestina, pero puso en evidencia las dificultades que tendría el Reino Unido para gobernar el territorio durante las décadas siguientes.
El Libro Blanco de MacDonald (1939)
Contexto y Propuestas
El Libro Blanco de MacDonald, publicado por el gobierno británico en mayo de 1939, fue un documento que estableció una nueva política para el Mandato Británico de Palestina. Llevó ese nombre en referencia a Malcolm MacDonald, el Secretario de Estado para las Colonias, y marcó un giro importante en la postura británica hacia la región.
Este libro blanco fue redactado tras una intensa revuelta árabe (1936-1939) contra el dominio británico y la inmigración judía, que había aumentado notablemente a raíz de la persecución nazi en Europa. Desde el final de la Primera Guerra Mundial, Palestina estaba bajo control británico, y en 1917 los británicos habían emitido la Declaración Balfour, que prometía apoyar la creación de un “hogar nacional judío” en esa tierra. Sin embargo, con el paso de los años, las tensiones entre judíos y árabes palestinos crecieron, y el control británico se volvió cada vez más complicado.
El Libro Blanco intentó calmar la situación limitando la inmigración judía y modificando el rumbo de las políticas anteriores. El documento proponía:
- Limitar la inmigración de judíos a 75.000 personas en cinco años (15.000 por año), tras lo cual cualquier nuevo ingreso necesitaría el consentimiento de la población árabe.
- Imponer restricciones a la venta de tierras a judíos en determinadas zonas de Palestina.
- Rechazar explícitamente la creación de un Estado judío.
- Establecer, en un plazo de diez años, un Estado independiente en el que convivieran árabes y judíos bajo un gobierno compartido.
Reacciones y Consecuencias
La reacción de la comunidad judía fue de fuerte rechazo, ya que consideraban que el documento traicionaba la Declaración Balfour y negaba sus derechos nacionales. Por otro lado, muchos líderes árabes tampoco estuvieron satisfechos, ya que no se cumplía con su exigencia de una independencia inmediata ni con la detención total de la inmigración judía.
En la práctica, el Libro Blanco no logró pacificar la región. En lugar de reducir las tensiones, incentivó la inmigración clandestina judía y el crecimiento de movimientos armados. Además, debilitó la relación entre los británicos y la comunidad judía justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Este documento, aunque buscaba ser una solución, terminó siendo una de las causas que agravaron el conflicto árabe-israelí, que culminaría con la creación del Estado de Israel en 1948.
Acuerdos y Declaraciones Fundacionales
El Acuerdo Sykes-Picot (1916)
Orígenes y Contenido
Durante la Primera Guerra Mundial, mientras el Imperio Otomano se desmoronaba, las potencias aliadas planearon secretamente el reparto de sus territorios en Medio Oriente. El Acuerdo Sykes-Picot fue firmado entre Gran Bretaña, Francia, Rusia e Italia, con negociaciones iniciadas en noviembre de 1915 y concluidas el 19 de mayo de 1916. Lo negociaron el británico Sir Mark Sykes y el francés François Georges-Picot, ambos expertos en política colonial.
El acuerdo dividía la región en zonas de influencia:
- Zona A (Francia): Siria, Líbano y el norte de Irak.
- Zona B (Gran Bretaña): Sur de Irak, Kuwait, Transjordania y Palestina.
- Palestina: Se propuso bajo administración internacional.
Gran Bretaña buscaba asegurar rutas hacia la India y el petróleo; Francia, mantener influencia en puertos clave como Beirut. El tratado se mantuvo en secreto porque contradecía las promesas hechas a los árabes a cambio de su lucha contra los otomanos.
Contradicciones y Revelación
Mientras tanto, los británicos habían prometido a Hussein ibn Ali, jerife de La Meca, la creación de un gran reino árabe a través de la correspondencia Hussein-McMahon. Thomas Edward Lawrence (conocido como “Lawrence de Arabia”) ayudó a los árabes en la rebelión (1918–1920) y se unió a Faisal ibn Hussein, hijo de Hussein, quien aspiraba a liderar un estado panárabe.
Italia quedó insatisfecha con el reparto y Rusia fue excluida tras la Revolución Bolchevique. Fue León Trotsky quien reveló el acuerdo el 23 de noviembre de 1917, exponiendo las ambiciones imperialistas aliadas. Esto ocurrió poco después de la Declaración Balfour, donde Gran Bretaña apoyó la creación de un hogar judío en Palestina, lo que aumentó la desconfianza entre árabes y sionistas.
Finalmente, el Tratado de Versalles (1919) validó el reparto franco-británico, traicionando las promesas hechas a los árabes. Lawrence, decepcionado, regresó a Inglaterra y fue visto por muchos árabes como un traidor.
La Declaración Balfour (1917)
Orígenes y Propósito
El 2 de noviembre de 1917, el gobierno británico publicó la Declaración Balfour, donde expresó su apoyo a la creación de un “hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina. Fue impulsada por Arthur Balfour, ministro de Exteriores, y dirigida en una carta a Lionel Walter Rothschild, líder sionista británico.
El sionismo, surgido en Europa a fines del siglo XIX, buscaba establecer un estado judío en Palestina, la antigua Tierra de Israel. Aunque los británicos habían ofrecido otros territorios, como África Oriental, los sionistas insistieron en que solo Palestina tenía valor histórico y religioso.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido buscaba atraer el apoyo de las comunidades judías, especialmente en EE. UU. y Rusia, para fortalecer su posición en la guerra. Aunque Palestina aún no estaba bajo control británico, se proyectaba que lo estaría tras la guerra, y por eso adelantaron la promesa.
Ambigüedad y Consecuencias
La Declaración fue ambigua en varios aspectos:
- Hablaba de un “hogar nacional” (no de un estado), sin definir fronteras ni condiciones.
- Omitía los compromisos previos con los árabes, como la correspondencia Hussein-McMahon, donde se prometía la independencia árabe en esos mismos territorios.
Ese mismo mes se reveló el Acuerdo Sykes-Picot, un pacto secreto entre potencias europeas para dividir el Medio Oriente otomano, lo que aumentó la tensión por las promesas contradictorias hechas a judíos, árabes y aliados europeos.
En 1922, la Declaración Balfour fue incorporada al Mandato Británico sobre Palestina, asignado por la Liga de las Naciones. El Reino Unido quedó como administrador del territorio, encargado de facilitar la inmigración judía sin perjudicar los derechos de la población árabe local.
Con el tiempo, el conflicto entre judíos y árabes se intensificó, especialmente tras el Holocausto, cuando aumentó la inmigración judía a Palestina. En 1947, la ONU propuso dividir el territorio entre ambos pueblos. Los judíos aceptaron el plan, pero los árabes lo rechazaron. En 1948 se proclamó el Estado de Israel, lo que provocó la primera guerra árabe-israelí y dio inicio a un conflicto que sigue hasta hoy.