La Revolución China: La China de Mao Zedong (1949-1976)
Tras varias décadas de conflictos y guerras civiles, en 1949 triunfó en China la Revolución Comunista liderada por Mao Zedong. Nació así la República Popular China. La Revolución supuso la modernización de la agricultura y la industria, la liberación de la mujer y la eliminación de las tradicionales desigualdades sociales. Mao gobernó China desde 1949 hasta 1976.
El Modelo Soviético Inicial y el Gran Salto Adelante
En los primeros años, siguió el modelo soviético: se colectivizó la tierra y se dio prioridad al desarrollo de la industria pesada. A partir de 1956, Mao aplicó un modelo llamado Gran Salto Adelante. La población fue integrada en comunas, centros autosuficientes en los que se combinaban agricultura e industria. Se vivía de forma colectiva, los salarios se sustituían por servicios básicos y se reeducaba en el comunismo a la población campesina. Esta política provocó hambruna.
La Revolución Cultural
Ante esto, un sector del Partido Comunista reaccionó y desplazó a Mao del poder. Sin embargo, Mao contraatacó y organizó la Revolución Cultural. Era una política apoyada en las masas, en el culto a la personalidad y en el *Libro Rojo* de Mao. En esta etapa hubo una feroz represión en la dirección del partido y en el mundo intelectual. Cientos de miles de chinos fueron llevados a campos de reeducación.
China después de Mao: Las Reformas de Deng Xiaoping
A la muerte de Mao en 1976, se inició un periodo de reformas económicas bajo la dirección de Deng Xiaoping. Estas reformas aproximaron la economía china al capitalismo, aunque persistió la dictadura del Partido Comunista. Los fundamentos de esta política fueron:
- Apertura comercial al exterior.
- La disminución de la planificación económica por parte del Estado.
- La aparición del libre mercado en algunos sectores económicos.
- La creación de zonas económicas especiales donde las empresas extranjeras pudieron invertir para crear fábricas que funcionaban con criterios capitalistas «Un país, dos sistema»).
La Partición de Yugoslavia y las Guerras Balcánicas
Yugoslavia había sido un país con un proceso propio de socialismo, relativamente al margen de la Unión Soviética. Además, era especialmente complejo, dada su diversidad étnica y su propia estructura federal de gobierno. A la muerte de su líder carismático, el Mariscal Tito (1980), las relaciones entre las repúblicas se tensaron como consecuencia de la fuerte crisis económica.
Se expresaron recriminaciones y agravios que derivaron en retóricas nacionalistas, en sustitución de los principios comunistas. Las actuaciones del presidente de Serbia, que suprimió la autonomía de Kosovo por las quejas de la minoría serbia respecto a los albanokosovares; el malestar de Croacia y Eslovenia, la más rica, por sus aportaciones a la República, y la creciente acritud serbia (cuyo peso en el Estado y el ejército era el más importante) por las afrentas de croatas y eslovenos, fueron erosionando la República Federal.
Asimismo, el fin de la Guerra Fría (1989) y la desaparición del bloque socialista terminaron de resquebrajarla. La disolución de la Liga de los Comunistas (1990) abrió el camino a procesos electorales que abocaron a referéndums y proclamaciones de independencia. La interferencia occidental resultó decisiva al ratificar las decisiones de los parlamentos (Eslovenia, Croacia…) y al actuar contra Serbia, que pretendía recomponer una *Gran Serbia*. Las guerras pasaron a ser inevitables y abocaron a las mayores destrucciones y actos de *limpieza étnica* en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Revueltas y Protestas en el Bloque del Este
Tras la muerte de Stalin, tuvieron lugar varios movimientos de protesta contra las políticas del partido y la sujeción a la URSS. La respuesta represiva fue brutal; intervinieron los tanques soviéticos y hubo muertos, heridos y detenidos. A pesar de ello, cabe consignar que, en determinados casos, se consiguieron algunas reformas en el modelo económico y social (freno a las colectivizaciones, cierta tolerancia a la iniciativa privada en el comercio, etc.).
Principales Movimientos de Protesta
- Junio de 1953 (Berlín Oriental): Revuelta de los trabajadores por la demanda de mejoras salariales, que derivó en una contestación al gobierno y se extendió por la RDA.
- 1956 (Poznan, Polonia): Obreros expresaron su malestar.
- Octubre de 1956 (Budapest, Hungría): Estudiantes se manifestaron en solidaridad con los obreros polacos; el movimiento derivó en insurrección popular a favor de reformas políticas, nacionales, sociales y económicas.
- 1968 (*Primavera de Praga*, Checoslovaquia): Se planteó una alternativa democratizadora de la sociedad checoslovaca en la perspectiva de crear un «socialismo de rostro humano», pero las tropas del Pacto de Varsovia abortaron el movimiento.
- Década de 1970 (Polonia): Las huelgas y movilizaciones llevaron a la fundación en Gdansk del sindicato clandestino **Solidarność** (1980), dirigido por Lech Walesa, de marcado carácter anticomunista y que alcanzaría un gran protagonismo en los años 80.
