La Estructura del Bloque Soviético: Regímenes, Disidencia y la Doctrina Brézhnev

Las Democracias Populares: Estructura y Rasgos del Bloque Soviético

Rasgos de las Democracias Populares

Tras la Segunda Guerra Mundial, los países de la Europa del Este quedaron bajo la órbita soviética, y en muchos de ellos Moscú consiguió implantar regímenes satélites que presentaban los siguientes rasgos comunes:

  • Dependencia de Moscú: Stalin eliminó cualquier tipo de disidencia e impuso una absoluta fidelidad a la Unión Soviética. Para ello, no dudó en utilizar el sistema de purgas. Numerosos dirigentes comunistas que habían encabezado la lucha contra el nazismo fueron ajusticiados o encarcelados para ser sustituidos por dirigentes sumisos a Moscú. Solo Tito en Yugoslavia mantuvo la autonomía.
  • Carácter Dictatorial: El control político quedó en manos de los partidos comunistas, cuyo poder se basaba en su dependencia de la Unión Soviética.
  • Represión Interna: En las democracias populares también se impuso el control totalitario de la población gracias al papel de los servicios secretos y de la policía política. El modelo más perfeccionado fue el de la Stasi, policía política de la República Democrática Alemana.
  • Economía Planificada: Como en la Unión Soviética, el Estado se hizo cargo de la economía. Los servicios de primera necesidad quedaron garantizados, aunque su calidad se fue deteriorando.
  • Integración Regional Forzada: A través del Comecon, en el que los distintos países se especializaron en diversos sectores bajo la dirección soviética.

Evolución de los Países del Este

Países Fieles a Moscú

  • República Democrática Alemana (RDA): Bajo el liderazgo de Walter Ulbricht y Erich Honecker, se convirtió en un Estado policiaco dominado por la Stasi. Ulbricht inició una política encaminada a aumentar el nivel de vida de la población para competir con la Alemania occidental. El resultado fue mediocre y se iba quedando cada vez más desfasada respecto de las sociedades del bienestar occidentales.
  • Hungría: Se puso en marcha el Nuevo Mecanismo Económico, que con el fin de ganarse el apoyo de la población relajó los mecanismos de la economía planificada y permitió cierta liberalización económica.
  • Bulgaria: Mantuvo una política de ciega obediencia a Moscú.

Países Disidentes de Moscú

  • Albania: Con una economía eminentemente agraria, era el Estado más pobre de Europa Oriental. El Gobierno albanés se distanció de la Unión Soviética, gracias al apoyo prestado por China.
  • Rumanía: El dictador rumano Nicolae Ceaucescu también se distanció de la Unión Soviética. Instauró una dictadura personalista hasta su caída en 1989, que condujo a la población a situaciones de empobrecimiento y desabastecimiento.
  • Polonia y Checoslovaquia: La disidencia interna fue muy activa, y la lucha por las libertades se extendió entre amplios sectores de la población.

La Disidencia Interna y las Vías Alternativas al Socialismo

La Yugoslavia de Tito: Una Vía Yugoslava al Socialismo

Cuando los nazis ocuparon Yugoslavia, los partisanos comunistas dirigidos por Josip Broz, Tito, iniciaron una dura guerra de guerrillas que les otorgó enorme prestigio en el país. Al concluir la guerra, estuvieron en disposición de formar gobierno y convertir a Yugoslavia en la única república socialista europea con la que la Unión Soviética mantuvo cierta distancia. Los rasgos de esta vía yugoslava al socialismo fueron:

  • Rechazo al Dominio Soviético: Tito criticó abiertamente la política soviética, al tiempo que implantaba un sistema de poder personalista. Se opuso a la invasión de Hungría en 1956 o la de Checoslovaquia en 1968 e inició un acercamiento hacia Occidente, sobre todo en materia de intercambios comerciales.
  • No Alineamiento: Tito encabezó el grupo de países no alineados que se negaban a seguir la política de bloques de la Guerra Fría.
  • Economía Autogestionaria: Rechazaba el capitalismo, pero creó mecanismos que liberalizaron la economía. Con los intercambios con Occidente consiguió aumentar el nivel de vida.
  • Política Territorial Federal: Yugoslavia quedó organizada como una estructura federal constituida por una serie de repúblicas (Serbia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Eslovenia, Macedonia y Montenegro). La unión se mantuvo tras su muerte en 1980, pero no sobrevivió a la caída del comunismo en 1990.

La Oposición en Checoslovaquia: La Primavera de Praga (1968)

En 1968, Alexander Dubcek fue elegido líder del Partido Comunista. Su nombramiento significó el triunfo del reformismo, al iniciar un proceso de democratización conocido como socialismo de rostro humano. Se eliminó la censura de prensa, se reconocieron el derecho de huelga, la libertad de movimientos de las personas y el pluralismo político, y se pusieron en marcha una serie de medidas descentralizadoras de la economía y la administración.

Fue la llamada Primavera de Praga. Sus políticas se recibieron con recelo y provocaron la reacción de Moscú. En agosto de 1968, tropas soviéticas, polacas, alemanas, húngaras y búlgaras ocuparon Checoslovaquia. La resistencia popular fue vencida rápidamente por los tanques soviéticos y Dubcek fue sustituido.

Lo ocurrido en Praga fue el mejor exponente de la doctrina Brézhnev, que decretaba el control absoluto de los países de Europa del Este.

La Oposición en Polonia

Polonia había rechazado el comunismo en la posguerra, pero fue sometida a la fuerza al modelo soviético. En la década de 1960 se produjeron revueltas de trabajadores, estudiantes e intelectuales. En los años siguientes, el descontento retornó debido al deterioro de la situación económica, lo que en 1980 dio lugar a la creación del sindicato Solidaridad.

Su líder, Lech Walesa, había demostrado gran capacidad de convocatoria en los astilleros de Gdansk y en las cuencas mineras. El papel de la Iglesia católica resultó trascendental, especialmente con la llegada del nuevo papa Juan Pablo II, que siempre se mostró combativo contra el comunismo.

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