La República Velha en Brasil (1889-1930): Historia, Política y Sociedad

La República Velha (1889-1930): El Nacimiento del Brasil Republicano

A modo de introducción

En el año 1889 se inició la República Velha, una nueva etapa para Brasil que se extiende hasta 1930. Manuel Deodoro da Fonseca era el mariscal que protagonizó el golpe para derrumbar el Segundo Imperio, lo que llevó a instaurar la república. La promulgación de la república no traería inmediatamente cambios acelerados para la sociedad brasileña; la gran masa de población tampoco experimentó grandes transformaciones, pues seguía existiendo el dominio latifundista y mucha corrupción.

Manuel Deodoro da Fonseca se convierte en el jefe del ejecutivo y establece un sistema federal formado por 20 estados. Es un sistema presidencialista fuerte en esta vieja república brasileña, porque los gobernadores serían nombrados por el poder ejecutivo federal.

El Congreso Constituyente que se forma elaboró una Constitución Republicana que se aprobó en 1891. Los primeros años de vida de esta república transcurren en un ambiente de gran inestabilidad política debido a la pugna por derribar ese fuerte centralismo. Los republicanos más radicales critican el centralismo, pese a que se ha establecido un sistema federal, y también había sectores que apostaban por un sistema democrático más representativo para Brasil.

Cuando se inaugura el siglo XX, se inicia un periodo de mayor estabilidad con respecto al decenio anterior, pero sobre todo la política está dominada por los paulistas (candidatos de la región de São Paulo), que tenían alianzas tácticas con todos los grupos oligárquicos más potentes del café; estos candidatos son los que dominan y ganan sucesivas elecciones a la presidencia.

El Coronelismo: Poder Local y Clientelismo

El coronelismo es el equivalente brasileño del caudillismo hispanoamericano. La escasa minoría que podía ejercer sus derechos políticos sufría restricciones ejercidas en la práctica por los llamados coronéis (coroneles), que son caciques locales que controlaban y manejaban las elecciones locales a su antojo. El sistema de representación política es de carácter informal, donde se han establecido toda una serie de acuerdos entre el ejecutivo federal y los gobernadores de los estados.

La política de estos gobernadores de los estados les arrebata cierto poder a los viejos terratenientes y por eso adquieren tanta relevancia. Los acuerdos informales consistían en asegurar al presidente o ejecutivo federal candidatos o diputados fácilmente maleables enviados desde los estados; los gobernadores aseguran al ejecutivo gente a su disposición y, a cambio, el poder legislativo quedaba subordinado al poder ejecutivo, garantizando a los gobernadores plena autonomía para gobernar en sus estados. Era como un pacto no escrito.

Todos estos acuerdos de carácter informal los asegura el fenómeno del coronelismo; detrás está la práctica de controlar y manejar las elecciones para asegurar los candidatos oficiales del ejecutivo federal.

Otros fenómenos del coronelismo muestran un fuerte regionalismo: las provincias del interior están atrasadas mientras las de la costa miran hacia Europa. Las relaciones de dependencia y clientelismo, al igual que en el caudillismo, están presentes junto a prácticas de favoritismo y corrupción.

La Violencia Endémica

La violencia endémica asola muchas regiones de este Brasil de finales del siglo XIX y principios del XX. Todo el noreste del país estaba condicionado por contiendas sangrientas entre familias o clanes en pugna por el poder local.

Fue frecuente encontrar a grandes propietarios de plantaciones y haciendas formando sus propias bandas armadas, no solo con sus jornaleros y peones, sino también reclutando a fugitivos de la justicia, pistoleros o criminales conocidos con el término de los jagunços.

En los márgenes de la sociedad brasileña y del control de la gran propiedad territorial, proliferó el bandolerismo, fenómeno que imprimió una nota de violencia aún mayor a las áreas rurales. Aquí emerge la figura de los cangaceiros (bandidos), que funcionaban al margen de los dictados de los terratenientes.

Bajo el periodo republicano, debemos advertir cómo los terratenientes pierden parte del poder en favor de los gobernadores. De esta manera, los coronéis se pusieron más a las órdenes de los gobernadores que de los terratenientes. Si al presidente se le daban garantías en el poder ejecutivo nacional, a cambio se ofrecían garantías de libertad de acción para las oligarquías regionales.

Los Movimientos Milenarios y Mesiánicos

Es un fenómeno típico del siglo XIX y buena parte del XX la aparición de movimientos de carácter milenario y mesiánico. Estos expresan el deseo de restaurar la moralidad perdida y la práctica religiosa (movimiento renovador espiritual), restaurar la paz y el orden social, e incluso prometen la restauración de un orden pasado idealizado.

Surgen en momentos de crisis, generalmente ligados al proceso de modernización de Brasil. Estos movimientos afloraron mucho en ámbitos rurales y se caracterizan por la aparición de un mesías o líder espiritual. Las condiciones que los favorecieron incluyen el regionalismo, rivalidades familiares, bandolerismo y clientelismo.

Existen varios ejemplos destacados:

  • La rebelión mesiánica de Antonio Conselheiro: Con la fundación de la comunidad de Canudos en 1893 (estado de Bahía). La comunidad llegó a congregar a 8,000 personas (vaqueros, labradores, campesinos) que se oponían al nuevo Brasil por considerarlo dirigido por masones y positivistas. Para derribarla fueron necesarias cuatro expediciones militares entre 1896-1897, con 12,000 soldados.
  • La comunidad de Joaseiro: Cerca de la región amazónica en 1889, donde se congregaron miles de personas en un lugar considerado santo debido a un milagro.

Aspectos Económicos: Ciclos y Modernización

Brasil se rige por grandes ciclos económicos. Hubo un periodo donde el palo de Brasil (árbol cuya madera se usa en ebanistería e instrumentos y ofrece tintura roja) fue el elemento principal. Después se pasó por el ciclo del azúcar y posteriormente llegó la era del café.

En este momento de la república, sigue rigiendo la estructura de plantación con predominio del café, fuente principal de ocupación capitalista y sector exportador privilegiado. Se dieron diversas oscilaciones en su producción y comercialización entre 1889-1930.

Además del café, destacan el algodón, el azúcar, el cacao y el caucho. La producción cauchera permitió el desarrollo de fortunas empresariales, especialmente en la región amazónica en torno a Manaos.

Respecto al sector industrial, hay una expansión en la producción de textiles, calzado y alimentos. Este sector crece porque las transformaciones económicas de modernización aceleran el proceso industrializador. En São Paulo se desarrollaron talleres manufactureros de propiedad extranjera, surgiendo un empresariado industrial unido a la mano de obra y capital foráneo.

Entre 1880 y 1930 se registra un crecimiento urbano y demográfico determinado por la llegada del inmigrante europeo. Se calcula que ingresaron 4 millones de personas; más del 50% se dirigió a São Paulo, seguido de Río de Janeiro y Rio Grande do Sul. Los inmigrantes eran fundamentalmente italianos, españoles y portugueses (75%). También llegaron japoneses (1924-1929) y alemanes.

Fin de la República Velha

Esta república estuvo dominada por candidatos paulistas aliados con sectores oligárquicos de Minas Gerais (la política del café com leite). Sin embargo, en Brasil emerge una clase militar compuesta por capitanes y tenientes de sectores medios que muestran su insatisfacción. Estas clases medias encuentran apoyo en dichos cargos militares frente a las oligarquías.

Socialmente son años convulsos; las clases obreras se organizan política y sindicalmente. En 1921 aparece el Partido Comunista Brasileño. Los años 20 presentan revueltas que exigen una ampliación de la democracia, mayor libertad, justicia social y libertades individuales.

Un elemento clave de insurrección fue la Columna Prestes, movimiento político-militar liderado por Luis Carlos Prestes, unido al movimiento de oficiales conocido como el Tenentismo. Ambos compartían el descontento con la República Velha.

Factores que determinaron el fin de la República:

  1. El movimiento de oficiales (tenientes y capitanes) que reflejaba el descontento social.
  2. La crisis de 1929: Hundió las exportaciones y sumió al país en una grave crisis económica.
  3. Las elecciones de 1929, que sufrieron intentos de manipulación.

Todo esto provocó la Revolución de 1930, que condujo al poder a Getulio Vargas.

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