Los Reyes Católicos: Consolidación y Expansión
Unidad Dinástica y Consolidación Territorial
En 1469 se produce el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, un paso fundamental hacia la unidad ibérica, no sin antes atravesar una serie de crisis políticas que afectaron a ambos territorios. Isabel vio cómo su hermano, el rey Enrique IV, le retiraba los derechos sucesorios a favor de su presunta hija Juana, al producirse su matrimonio con Fernando en contra de la voluntad real. Tras la muerte de Enrique IV, estalló en Castilla una guerra civil entre Isabel y Juana, esta última apoyada por Portugal. El conflicto culminó con la Batalla de Toro y la Paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. El proceso de unidad, iniciado con la aportación de una Corona por cada cónyuge, se completaría con la conquista del Reino Nazarí de Granada en 1492 y con la incorporación del Reino de Navarra en 1512, tras la muerte de la reina Isabel.
La Conquista del Reino Nazarí de Granada
El 2 de enero de 1492, Boabdil entregó a los Reyes Católicos las llaves de la ciudad de Granada. El largo proceso reconquistador, que se había dilatado a lo largo de casi toda la Edad Media, llegaba así a su fin, marcando un hito en la historia de España.
Política Exterior: Italia y Norte de África
Los Reyes Católicos poseían o controlaban gran parte de la península ibérica (excepto Portugal), así como Cerdeña, Sicilia y Nápoles. Su política exterior también se centró en la expansión y el control de plazas en el norte de África, como Melilla, y en expediciones que alcanzaron zonas de Argelia y Trípoli, además del trascendental descubrimiento de América.
El Descubrimiento de América
El corte de las comunicaciones entre el Mediterráneo y Oriente hizo necesaria la búsqueda de rutas alternativas. Portugueses y castellanos fueron los pioneros en este proceso. Los primeros lo hicieron bordeando la costa africana, mientras que los castellanos pusieron en marcha el proyecto de Cristóbal Colón, que provocaría el descubrimiento de América. Su propuesta consistía en alcanzar las costas de la India navegando hacia el Oeste, partiendo de la idea de la esfericidad de la Tierra. Los Reyes Católicos le dieron largas hasta que finalmente acabaron cediendo. En el Tratado de Alcaçovas, firmado con Portugal, habían renunciado a la navegación por la costa africana y vieron en el proyecto de Colón el único medio de encontrar una ruta alternativa para la obtención de las deseadas especias. El 17 de abril de 1492 se firmaron en Santa Fe las Capitulaciones de Santa Fe. El 3 de agosto de 1492, Colón y sus compañeros iniciaron el viaje partiendo desde Palos de la Frontera. Hicieron escala en las Islas Canarias y, el 12 de octubre, llegaron a la isla bautizada como San Salvador. Después exploraron otra isla, a la que llamaron La Española. Colón creía haber llegado a Asia, pero se encontró con la existencia de un nuevo continente, América. El Papa Alejandro VI, mediante las Bulas Alejandrinas, concedió todas las tierras descubiertas a Castilla.
Los Primeros Borbones en España (Siglo XVIII)
La Guerra de Sucesión Española y el Sistema de Utrecht
La guerra fue provocada por el recelo de las potencias europeas ante el posible enlace dinástico entre Francia y España. En 1702, la Gran Alianza de La Haya, encabezada por Inglaterra, Austria y Holanda, declaró la guerra al eje borbónico Versalles-Madrid. Frente a Felipe V, se presentaba como candidato al trono español el hijo del emperador José I, el archiduque Carlos de Austria. La guerra tuvo un doble perfil: peninsular y continental. En Europa, la Alianza acabó imponiéndose al bloque borbónico; en la península, las tropas al servicio de Felipe V se impusieron a los austracistas, asegurándole el trono. Inglaterra y Austria trataron de buscar una paz negociada para Cataluña, pero Felipe V fue inflexible. La resistencia catalana se redujo a la ciudad de Barcelona, que aguantó hasta el 11 de septiembre de 1714, fecha en que concluyó la guerra en España. Francia consiguió su objetivo: la permanencia de Felipe V como rey de España. Austria recibió los Países Bajos, el Ducado de Milán y Cerdeña. Sin embargo, la potencia con mayores beneficios fue Inglaterra, que controlaba Terranova, Gibraltar y Menorca, y se aseguró el monopolio del Asiento de Negros en la América Española.
Reformas Internas y la Nueva Planta
La oposición de la Corona de Aragón a Felipe V sirvió de pretexto para eliminar los fueros de sus reinos. El 23 de junio de 1707, el rey promulgó el primer decreto en este sentido, aboliendo los fueros de los reinos de Valencia y Aragón. En el preámbulo del decreto se señalaron los motivos que le llevaron a tomar esta medida: el deseo de unificar todos los reinos españoles bajo las leyes castellanas, el dominio absoluto que poseía sobre los reinos de Aragón y Valencia, y la rebelión llevada a cabo en contra de su causa, que debía ser castigada. La Nueva Planta se fundamentó en el equilibrio de tres poderes: el militar, el gubernativo-judicial y el financiero, representados, respectivamente, por la Capitanía General, la Chancillería y la Superintendencia. Se introdujo un nuevo impuesto en Aragón y se implementaron los regidores castellanos. Los órganos de la administración central también fueron reformados, creándose las Secretarías de Estado y de Despacho, antecedentes de los ministerios (Estado, Guerra, Marina, Hacienda y Gracia y Justicia).
El Reinado de Carlos III y el Despotismo Ilustrado
Carlos III llevó a cabo un programa de reformas, tanto en Nápoles (donde había reinado previamente) como en España, aplicando los principios del Despotismo Ilustrado, una política adoptada por buena parte de los monarcas europeos durante la segunda mitad del siglo XVIII. Puso en marcha un programa reformista que se vio frustrado en buena medida por el llamado Motín de Esquilache, motivado por diversas causas.
Evolución de la Política Exterior Española (Pactos de Familia)
La política exterior española durante el siglo XVIII estuvo marcada por los Pactos de Familia, acuerdos entre España y Francia, donde reinaba la misma dinastía Borbón, para protegerse mutuamente frente a países poderosos extranjeros y para tener más fuerza en el plano internacional. Estos pactos fueron:
- Primer Pacto de Familia (1733): Francia y España reafirmaron su alianza.
- Segundo Pacto de Familia (1743): La Monarquía española cerró una nueva alianza con Francia para entrar en el conflicto.
- Tercer Pacto de Familia (1761): Como resultado, hubo que ceder Florida a Gran Bretaña, compensando Francia a España con la entrega de la Luisiana.
Aunque Francia fue la principal beneficiaria de estos pactos, España también obtuvo ventajas, como la recuperación de Menorca y la adquisición de la Luisiana en América.
La España del Siglo XVI: Los Austrias Mayores
Conflictos Internos: Comunidades y Germanías
Carlos I de España regentó un enorme imperio, resultado de la política de sus abuelos ibéricos. Su herencia le llevó a convertirse en el soberano más importante del mundo. En 1517, Carlos I llegó a la Península Ibérica para hacerse cargo del trono. No hablaba castellano y no fue bien recibido. Cuando Carlos I partió para hacerse cargo de la corona imperial, tras el incendio de Medina del Campo, la insurrección se generalizó. Los comuneros, sin éxito, intentaron convencer a doña Juana para que se pusiera al frente de la rebelión. La nobleza comenzó a alejarse de los comuneros. Paralelamente, en Valencia y Mallorca se produjo un movimiento conocido como las Germanías, una rebelión de los sectores populares contra las oligarquías urbanas.
La Monarquía Hispánica de Felipe II
Con Felipe II, el imperio cobró un carácter más hispánico y menos cosmopolita. Felipe II estableció la capital de su vasto estado en Madrid. Heredó las posesiones y también los enemigos de su padre. Los éxitos militares de los Tercios, con el Duque de Alba y sus sucesores, no lograron acabar con el problema de los Países Bajos, donde los rebeldes de las siete provincias septentrionales se declararon independientes. La reina británica Isabel I ayudaba a los rebeldes holandeses y fomentaba la piratería de buques ingleses que saqueaban los barcos castellanos en el Atlántico. Felipe II tomó la decisión de preparar una gran expedición naval para invadir Inglaterra, la Armada Invencible, que fracasaría en su intento debido a una serie de factores. El mayor éxito de Felipe II fue la incorporación de la Monarquía Portuguesa al Imperio. Los principales problemas internos fueron la sublevación de los moriscos de las Alpujarras.
La Unidad Ibérica
Aunque los Reyes Católicos habían intentado alcanzar la unidad ibérica, esta se produciría a finales del siglo XVI. Con la muerte del rey portugués Don Sebastián, el trono luso quedó vacante. Felipe II reclamó sus derechos al trono al ser nieto del rey Manuel I de Portugal. En 1581, Felipe II fue proclamado rey por las Cortes de Tomar. Para gestionar este nuevo territorio, se creó el Consejo de Portugal para asesorar al monarca acerca de las cuestiones relativas a sus territorios, se designó un virrey para este reino y se suprimieron las aduanas internas. Felipe II se comprometió a mantener en sus cargos a todos los miembros de la administración central y local. Así se unieron los dos imperios más grandes de la época, con posesiones en Europa, América, Asia y África.
El Modelo Político de los Austrias
Los Austrias desarrollaron una estructura que les permitiera gobernar sus numerosos territorios y afianzar claramente su supremacía. El aparato estatal se completaba con la administración de justicia, a través de las Audiencias. En la Corona de Aragón continuaron las Audiencias preexistentes en cada reino, y en los territorios americanos también se crearon nuevas. Se utilizó la figura del virrey en Aragón, Cataluña, Valencia, Nápoles, Sicilia y los territorios americanos, así como la de los gobernadores. En la administración territorial se heredó la base establecida por los Reyes Católicos. El desarrollo de una política exterior obligó al mantenimiento de una red diplomática con embajadas permanentes.
El Renacimiento en España
El Renacimiento, movimiento artístico y cultural surgido a comienzos del siglo XV, se introdujo en España durante el reinado de los Reyes Católicos. La recuperación de los valores y las formas artísticas de la Antigüedad clásica se introdujo en España con un sello propio. El Humanismo tuvo importantes representantes en figuras como Antonio de Nebrija, Juan Luis Vives o los hermanos Valdés. Los ecos de la poesía italiana también llegaron. La peculiaridad religiosa de España generó una corriente no presente en Italia. En la arquitectura se pueden distinguir tres estilos: plateresco, purista y herreriano o escurialense.
La España del Barroco: Los Austrias Menores
Los Validos y el Gobierno
Una característica común de los monarcas de este periodo fue el empleo de validos en el gobierno del Estado. Eran una especie de primeros ministros con plenitud de poderes, generalmente personas de la alta nobleza o del alto clero. Las críticas recaían sobre el valido, lo que trajo consigo un aumento de la corrupción. Este sistema se convirtió en una característica común en algunas monarquías del siglo XVII.
Conflictos Internos y la Expulsión de los Moriscos
La Monarquía se vio aquejada de múltiples conflictos internos, algunos de los cuales pusieron en peligro la unidad establecida desde los Reyes Católicos. Felipe III y su valido, el Duque de Lerma, decretaron la expulsión de los moriscos. La idea del Conde-Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, de que los diferentes reinos colaboraran en el mantenimiento de la Monarquía, tal y como lo hacía Castilla, desencadenaría la crisis más grave de todo el siglo.
La Crisis de 1640
La entrada de España en la Guerra de los Treinta Años puso de manifiesto la necesidad de más recursos humanos y financieros para la Monarquía. El Conde-Duque de Olivares intentó llevar a cabo una reforma por la que se consiguiera la unificación legislativa e institucional de todos los reinos. El envío de tropas castellanas a la frontera con Francia provocó el estallido de una revuelta entre el campesinado catalán. Se inició una guerra que Olivares consideraría prioritaria y que culminaría con la toma de Barcelona en 1652. En 1668 se firmó la Paz de Lisboa, por la que se reconocía la independencia de Portugal y su imperio colonial.
Mentalidad y Cultura en el Siglo de Oro
Durante el Barroco, un hálito de desengaño empezó a invadir el espíritu de sus pensadores, como Quevedo. En Medicina, destacó Miguel Servet. En la literatura, figuras como Quevedo y Góngora fueron exponentes del culteranismo y conceptismo, respectivamente. En el teatro, Lope de Vega fue una figura central. Entre los arquitectos, Gómez de Mora dejó su huella en la época.