La Revolución Francesa: Orígenes, Desarrollo y Legado Transformador en Europa

La Revolución Francesa: Un Cambio Trascendental

La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa a fines del siglo XVIII. Supuso la abolición de la monarquía y la proclamación de la Primera República por primera vez en Francia y en Europa; es decir, acabó con el absolutismo y convirtió a los súbditos en ciudadanos. Esta revolución significó, además, el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del Estado absolutista. Su lema, Liberté, égalité, fraternité, resume los principios de la lucha revolucionaria. La Revolución Francesa estalló el mismo año (1789) en que los colonos norteamericanos publicaron su Constitución. No fue importante solo para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países europeos, donde se desataron conflictos similares contra un sistema político anacrónico y opresor, como era la monarquía, y contra la sociedad estamental.

Causas de la Revolución Francesa

Las principales causas de la Revolución Francesa fueron:

  1. Las ácidas críticas de la Ilustración: al sistema político (monarquía absoluta), social (pertenencia por nacimiento al grupo estamental, que determinaba los privilegios y derechos de cada uno) y a la crisis económica que sufría Francia y que el rey no supo resolver.
  2. Sociales:
    • Por un lado, el fortalecimiento de la burguesía, que había alcanzado un gran poder en el terreno económico y que ahora empezaba a reclamar cargos políticos.
    • Por otro lado, el descontento de las clases populares: representaban el 90% de la población (campesinos y artesanos, junto con la burguesía), pagaban todos los impuestos, hacían los peores trabajos y no tenían ningún derecho. La crisis económica y el hambre aumentaron su malestar contra el sistema feudal, que les impedía acceder a la propiedad de la tierra.
  3. Económicas:
    1. La crisis agraria que comenzó un año antes de que estallara la revolución, por una sucesión de malas cosechas. Esto provocó un encarecimiento del trigo, alimento básico de la mayoría de la población campesina que moría de hambre, y que esta no pudiera hacer frente al pago de impuestos. El campesinado inició una serie de movilizaciones contra el pago de impuestos y la falta de derechos sobre la propiedad de la tierra.
    2. Crisis financiera: el mantenimiento del Estado absolutista demandaba mucho dinero, ya que:
      • Existía un gran número de funcionarios en el gobierno.
      • Se tenía que mantener un gran ejército permanente.
      • La corte vivía rodeada de lujos.

      A esta situación se le unió el endeudamiento de la monarquía por la Guerra de los Siete Años y su participación en la independencia de América, lo que dejó la Hacienda del Estado en bancarrota.

Fases de la Revolución Francesa

El Estallido Revolucionario

La revolución estalló cuando el rey Luis XVI, para resolver la crisis financiera, planteó que tributaran los dos estamentos privilegiados: la nobleza y el clero. Estos se negaron y exigieron al monarca que convocara a los Estados Generales, nombre del parlamento francés en esa época y que no se había reunido desde 1614, para votar esta medida. El voto en los Estados Generales se realizaba por estamento. Pero los diputados que representaban al Tercer Estado (que igualaban en número a los dos grupos privilegiados juntos) pidieron que la votación se realizara por persona, para hacer valer su mayoría, a lo que se negaron el rey y los privilegiados. Ante esta negativa, los representantes del Tercer Estado, desafiando a Luis XVI, abandonaron los Estados Generales y se reunieron separadamente en lo que denominaron Asamblea Nacional, donde juraron elaborar una Constitución para Francia. El rey intentó reprimir esta insubordinación enviando al ejército. El pueblo de París respondió movilizándose y tomando la Bastilla, fortaleza o cárcel parisina símbolo del absolutismo. La revuelta se extendió por toda Francia desde París: los campesinos se negaron a pagar las rentas y pidieron el reparto de tierras, atacaron castillos, incendiaron campos y casas señoriales.

La Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791)

Los diputados sublevados adoptaron tres medidas:

  1. Abolición jurídica del feudalismo: eliminaron el diezmo a la Iglesia y los privilegios de la nobleza, se les obligó a pagar impuestos; es decir, se suprimió la sociedad estamental.
  2. Aprobaron la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano, por la que se otorgó a los franceses la condición de ciudadanos libres e iguales ante la ley y ante la fiscalidad.
  3. Elaboraron la Constitución de 1791, que definía al Estado francés como una Monarquía Constitucional y establecía la separación de poderes:
    • El rey tenía el poder Ejecutivo.
    • La Asamblea Nacional, el poder legislativo (sus diputados eran elegidos por sufragio censitario).
    • Los tribunales, el poder judicial.

La Asamblea Nacional puso la Revolución en manos de los sectores moderados, los girondinos. Con ella, Francia dejó de ser una monarquía absoluta y se organizó como una monarquía de carácter limitado y constitucional. La de 1791 fue una constitución moderada, afín a los intereses de la alta burguesía que quería «negociar» con el Antiguo Régimen para participar en él, no para aniquilarlo. El hecho más evidente de ello es que se estableció el voto censitario: solo podían votar hombres que pagaban ciertos impuestos. De manera que la bandera de igualdad proclamada por los revolucionarios se limitaba a una minoría: la burguesía.

En esta etapa de la Asamblea Constituyente, la burguesía se dividió en dos grupos políticos:

  • Los girondinos, o moderados, que dominaban la Asamblea hasta entonces y eran partidarios de una monarquía constitucional.
  • Los jacobinos, o exaltados, dirigidos por Robespierre y partidarios de reformas más radicales y de instaurar una república.

Muchos nobles y eclesiásticos, los grandes perjudicados, huyeron al extranjero e iniciaron el proceso contrarrevolucionario pidiendo ayuda a las potencias europeas. Cuando Luis XVI intentó huir con su familia para unirse a este movimiento, que pretendía restaurar el absolutismo, fue descubierto y detenido. Este hecho desprestigió aún más a la monarquía. Acusado de traicionar la revolución, Luis XVI fue destronado y decapitado. Más tarde fue ejecutada su mujer, María Antonieta. Ello puso fin a la monarquía y abrió las puertas a la república.

La Convención Jacobina: El Régimen del Terror (1792-1794)

Una Comuna revolucionaria, la misma que arrestó al rey y lo mandó decapitar, puso fin al período moderado de la revolución, que pasó a estar liderada por los jacobinos, quienes representaban a la baja burguesía. Su líder fue Robespierre. Comenzó el «Régimen del Terror». Su objetivo era acabar con los enemigos interiores y exteriores de la revolución.

A través de un Tribunal Revolucionario se implantó un «Régimen de Terror» durante el cual fueron guillotinadas más de 16.000 personas, entre ellas, incluso significativos líderes girondinos y otros nada moderados, como Danton o Hébert. Fueron ejecutadas todas las personas sospechosas de actitudes contrarias a la revolución.

El Gobierno del Terror aprobó una nueva Constitución, la de 1793, que establecía el Sufragio Universal Masculino, y se implantaron reformas sociales demandadas por los sans-culottes, como la redistribución de la propiedad agraria. En julio de 1794, un golpe de Estado protagonizado por los diputados centristas depuso a Robespierre y mandó ejecutarlo.

El Directorio (1795-1799)

En esta etapa se redactó una nueva constitución, la de 1795, que dejaba el poder legislativo en dos cámaras y el poder ejecutivo en cinco miembros o directores. El mayor éxito de esta etapa fue en política exterior: la guerra contra la coalición europea que intentaba restablecer el Antiguo Régimen en Francia, para evitar que la revolución se propagase al resto de países.

En este contexto destacó un joven general: Napoleón Bonaparte. Las batallas ganadas le dieron prestigio a Bonaparte quien, ante las tensiones sociales y los problemas económicos, dio un golpe de Estado y accedió al poder, clausurando definitivamente la revolución en Francia. Comenzó el Consulado.

Napoleón Bonaparte y la Consolidación Postrevolucionaria

Al imponerse como dictador, Napoleón Bonaparte clausuró la revolución en Francia. Poco a poco fue acumulando tanto poder en sus manos hasta hacerse coronar como emperador en 1804. Sin embargo, Bonaparte instauró un régimen liberal en el que favoreció el ascenso de la burguesía como clase dominante frente a la nobleza y el clero.

Gobernó como un monarca absoluto, centralizando el poder en sus manos, pero apoyado en la burguesía y el ejército. Su política liberal se materializó en el Código Penal (1804), que garantizaba la libertad individual, la igualdad ante la ley, el derecho a la propiedad y el libre acceso a los cargos públicos. Con ello, sin embargo, asentó algunos de los principios revolucionarios: los de la burguesía moderada.

En política exterior, Napoleón persiguió la idea de una Europa unida bajo un mismo orden caracterizado por la abolición del Antiguo Régimen. El uso de la fuerza y la explotación económica de los territorios conquistados generaron fuertes resistencias, incluso por parte de la burguesía liberal en los territorios conquistados.

Eso favoreció el triunfo de la coalición de la Restauración, liderada por Inglaterra, que derrotó a Napoleón en la batalla de Waterloo en 1815 y lo desterró a la isla de Santa Elena. Comenzó la Restauración.

La Restauración (1815-1830)

Supuso el intento de volver a la situación anterior a la Revolución Francesa, restaurando el Antiguo Régimen y el absolutismo, y poniendo fin a los principios de soberanía nacional y de constitucionalidad. El término Restauración hace alusión al periodo comprendido entre la definitiva caída de Napoleón (1815) y el inicio del proceso revolucionario de 1830. En países como España, Rusia o Austria, se volvió al Antiguo Régimen, pero en otros, como Inglaterra, se tuvieron que hacer ciertas concesiones y se mantuvo el sistema parlamentario.

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