La Prehistoria en la Península Ibérica: Del Paleolítico al Neolítico
El Paleolítico: La Sociedad Depredadora y Nómada
Los pobladores del periodo **Paleolítico** (del griego paleo, antiguo, y lithos, piedra; primer periodo de la **Prehistoria** de la humanidad, desarrollado durante el periodo geológico del **Pleistoceno**) eran depredadores y su **economía** era de **subsistencia**, basada en la caza, la pesca y la recolección de frutos. Era una sociedad nómada, vinculada y dependiente de las condiciones climáticas favorables.
La presencia del Homo sapiens en la Península Ibérica está datada entre los 35.000 y 30.000 años a. C. hasta el 10.000 a. C. Su organización social era colectiva y vivían en grupos nómadas sin una clara diferenciación social, pero la necesidad de colaborar para cazar grandes animales determinaba un cierto tipo de **organización tribal**.
Características del Medio y la Vida Paleolítica
El medio climático de la Península era muy diferente del actual: era un clima frío y con lluvias abundantes. Debido a ello, la fauna estaba formada por bisontes, renos y ciervos. El hombre, para protegerse del frío, vivía en cuevas, compartiendo esos lugares con otros animales.
Su forma de vida era depredadora, es decir, vivía de lo que le ofrecía el medio (caza, pesca, recolección de frutos silvestres). Cuando se agotaba una zona o las condiciones naturales no eran favorables, se desplazaba a otro territorio, por lo que nos referimos a la práctica del **nomadismo** para este periodo. La **industria lítica** es diversa y se complementa con utensilios de hueso.
El Neolítico: La Revolución de la Producción y el Sedentarismo
Entre el periodo 6000 y 3000 a. C. aparecieron en la Península Ibérica las primeras comunidades **neolíticas** (del griego Neo, nuevo, y lithos, piedra). A diferencia del Paleolítico, estas comunidades practicaron la **agricultura** y la domesticación de animales, fundamentalmente cabras y ovejas, dando lugar al **pastoreo**.
Esta es la principal causa del cambio que originó lo que denominamos **Revolución Neolítica**, que determina que el hombre se haga **productor** y **sedentario**, y habitara en poblados por la necesidad de atender su producción agrícola y ganadera. También desarrolló la producción de **tejidos** y **cerámicas**, y de utensilios necesarios para la agricultura, como hachas y azadas de piedra.
Cambios Sociales y Económicos del Neolítico
- Estratificación Social: Al dedicarse a la agricultura la mayoría de la población, los que se dedicaban a otros trabajos adquirieron funciones diferenciadas (guerreros, sacerdotes), con lo cual la sociedad se fue **estratificando** en grupos sociales.
- Comercio y Trueque: El desarrollo de actividades como cestería, cerámica y tejidos dio lugar también a cambios, porque el excedente de productos permitió el **intercambio** con otras comunidades. Surgen así las primeras formas de intercambio, que en esta modalidad primaria se denomina **trueque**.
En la Península Ibérica, el Neolítico no se desarrolló en todas las zonas al mismo tiempo; comenzó antes en el Levante y en el Sur, y más tarde y menos desarrollado en el centro y el norte peninsular.
En definitiva, se pasa de una sociedad nómada y depredadora a una sociedad sedentaria y productora, y de una sociedad tribal a una sociedad organizada en comunidades estables (poblados) y en grupos sociales que comienzan a diferenciarse por su actividad.
La Conquista y Romanización de Hispania
Etapas de la Conquista Romana
La conquista de la Península Ibérica por los romanos se inició en el siglo **III** a. C. (218 a. C.) y concluyó, tras un proceso largo y complejo, en el siglo I a. C. Geográfica y cronológicamente podemos distinguir tres etapas principales:
- Conquista del Este y el Sur peninsular (218-197 a. C.).
- Conquista del Centro y el Oeste peninsular (155-133 a. C.). Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona.
- Conquista del Norte peninsular (29-19 a. C.).
El Proceso de Romanización (Aculturación)
La **Romanización** es el proceso por el cual los habitantes de la Península modificaron sus formas de vida tradicionales y adoptaron las características de la civilización, leyes y costumbres romanas, o bien se mezclaron ambas. Este proceso, de manera general, se denomina **aculturación**, y se aplicó en este momento histórico como Romanización.
Medios Empleados para la Romanización
Los medios empleados para llevar a cabo este proceso fueron los siguientes:
a. La Vida Urbana, las Vías de Comunicación y el Comercio
El Imperio romano aprovechó las ciudades existentes en la Península, transformando sus órganos de gobierno y haciéndolos dependientes de Roma. Además, fundó nuevas ciudades con pobladores romanos. El desarrollo de un amplio sistema de calzadas favoreció el intercambio comercial y la llegada de pobladores, ejércitos y comerciantes. Las principales ciudades romanas estaban intercomunicadas entre sí y con Roma a través de la **Vía Augusta**, que iba paralela al litoral mediterráneo.
b. El Papel del Ejército
El ejército fue un importante vehículo de romanización. Los soldados llevaban la lengua, creencias y costumbres de Roma y las difundieron por todo el Imperio. Roma contaba también con tropas hispanas que, en contacto con lo romano, se romanizaron rápidamente.
c. La Concesión de la Ciudadanía Romana
No todos los habitantes tenían el título de ciudadano romano. Obtener la ciudadanía romana significaba obtener privilegios y un alto honor. La recibían quienes colaboraban con Roma y tenían un alto grado de integración en el mundo romano; era un título ansiado por muchos. Al principio, a muchos ciudadanos se les otorgó la ciudadanía latina (con menos privilegios) y, por último, con Caracalla, en el siglo III d. C., toda Hispania recibiría la ciudadanía romana.
d. Los Elementos Culturales Unificadores
La presencia romana introdujo elementos culturales unificadores como:
- La Lengua: El latín, que era la lengua culta y hablada.
- La Religión: A partir del año 313, durante el gobierno del emperador Constantino, por medio del **Edicto de Milán**, se proclamó la libertad religiosa del cristianismo por todo el Imperio romano. El cristianismo se difundió como religión que actuó como elemento unificador.
- El Derecho: El Derecho romano también contribuyó a unificar las relaciones privadas y el funcionamiento de las instituciones en el Imperio.
Todos estos elementos, interactuando, cohesionaron dentro del Imperio a los habitantes de la Península Ibérica (**Hispania**), especialmente cuando a partir del siglo III d. C. se concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio. Además, Hispania aportó a la cultura romana intelectuales como Séneca y Quintiliano, y emperadores como Trajano, Adriano y Teodosio.