Modelos Posibles de Sindicalismo de Cara al Futuro
1. El Modelo Asambleario-Movilizador
Modelo antagonista y movilizador del papel del sindicato, que reivindica la asamblea como la mejor manera de participación dentro de la empresa. Este modelo se traduce en el desarrollo de un sistema eficaz de consultas continuas a la base. Ejemplos de esto son el Sindicalismo Irreverente de la Causa R propuesto recientemente. La UNT parece adscribirse a esta corriente, pero el ejemplo más establecido es el sindicalismo uruguayo por su éxito y eficacia.
2. El Modelo Representativo-Negociador
Pone mayor énfasis en la orientación implicativa (buscando lo que verdaderamente le interese a los trabajadores) y pactista. Es más cauteloso en la consideración de las variables objetivas de la situación de las empresas y de la economía en general, y está más dispuesto a usar la vía de la negociación que la de la movilización.
Este modelo parte de las siguientes premisas:
- Dentro de la línea de pensamiento de los *Webb*, el capital y el trabajo tienen una inversión común.
- Se considera la representatividad y legitimidad sindical por vía electoral.
- En consecuencia, la mejor vía para la participación de los trabajadores es a través de los cauces sindicales y la negociación colectiva, por lo que resulta importante la información y comunicación.
3. El Modelo Representativo de Participación
Es una mera evolución del anterior, pero tiene orientaciones más receptivas a las iniciativas de consulta periódica a las bases, a una mayor apertura e importancia a la comunicación y participación a nivel de la empresa, y a una concepción implicativa más abocada a incrementar la participación negociada de los sindicatos en la gestión de las empresas.
10 Elementos Clave de la Crisis del Sindicalismo
1. Tendencia a la Disminución de la Tasa de Sindicalización Tradicional
La causa principal, según ciertos analistas, está en la Tercera Revolución Tecnológica, que ha traído consigo el desarrollo de la automatización, la informática y la robótica. Al haber más «mano de obra» robótica, desaparece la humana, por lo tanto, disminuyen los trabajadores y, a su vez, los sindicatos.
2. Decrecimiento del Conflicto Industrial
No solo porque los conflictos en los países industrializados están institucionalizándose en altos grados, sino porque es muy difícil llegar a la huelga y, en caso de hacerlo, es difícil que el sindicato gane.
3. Disminución de la Capacidad de Poder y de Presión de los Sindicatos
Según Tezanos, como consecuencia de la implantación del Estado de Bienestar (pacto tácito e informal que se produjo en países europeos después de la Segunda Guerra Mundial), los sindicatos han perdido la capacidad de poder y presión. Con la disminución de los afiliados, los sindicatos pierden poder cuantitativo, pero con las nuevas tecnologías y la vulnerabilidad, incrementa el poder cualitativo.
4. Crisis de Representatividad Sociolaboral
Existe una dificultad creciente en los sindicatos para agregar los intereses de las complejas y diversificadas clases de trabajadores de nuestro tiempo. La clase trabajadora actual presenta una gran diversidad de cualificaciones, formación, ingresos, niveles de vida, etc. Toda esta variedad de condiciones contribuye al incremento de la crisis de representatividad de los sindicatos, pues no pueden llegar a crear un tipo de organización lo suficientemente amplia y coherente como para representar adecuadamente a la globalidad de esa compleja variedad. De la misma manera, vuelve a plantearse la posibilidad de otro tipo de sindicalismo, auténticamente nuevo, que repita en su conformación procesos semejantes a los que se dieron en el pasado con ocasión del desarrollo de las industrias de ensamblaje y de producción masiva.
5. Dificultades de Diagnóstico y Programación
Las dificultades para diagnosticar adecuadamente la situación actual de la economía y de los problemas laborales se ven como una crisis moral e intelectual de los sindicatos.
6. El Aburguesamiento de los Dirigentes y su Permanencia en el Cargo
La misma vida burocrática del dirigente sindical es la causa inmediata de su aburguesamiento, en especial cuando hay una excesiva permanencia en los cargos. La vida burocrática aleja de la realidad obrera del trabajo manual e introduce al mundo de las relaciones sociales. La base sindical no ve con buenos ojos el aburguesamiento de su líder, no se sienten identificados con él.
7. Ambivalencia del Trabajador Respecto al Sistema Capitalista
Como consecuencia del aburguesamiento, continúa Tezanos, se presenta la ambivalencia de una buena parte de los trabajadores respecto a la postura que se mantiene en referencia a la empresa capitalista. Los dirigentes sindicales, actualmente, no impugnan, como lo hacían en el pasado, el sistema capitalista vigente. La cúpula sindical se halla en una posición privilegiada, más propicia para la aceptación sin condiciones significativas de las determinaciones impuestas por el sistema capitalista. No ocurre de esta manera entre los militantes o trabajadores de la base, que viven de cerca el control de las relaciones sociales de trabajo por los representantes del capital, y en consecuencia siguen manteniendo una serie de actitudes obreras.
8. Dicotomía Dirigencia-Base o Crisis de Delegación
Los sindicatos están sufriendo una crisis de delegación implícita. Siempre ha existido una minoría programada y activa (los cuadros dirigentes) y una masa sindicalizada y pasiva (los militantes y las bases obreras) que se torna verdaderamente eficaz al movilizarse ante la convocatoria de aquellos. Esta dialéctica entre el liderazgo y la base se ha hecho más difícil y compleja con el correr del tiempo debido a que:
- Los trabajadores quieren hoy día participar por su mayor preparación.
- El trabajador es más pragmático y está menos idealizado que hace una década.
- Se ha debilitado la lealtad obrera hacia los partidos de izquierda, originalmente un mero tipo de voto, el voto flotante de la clase trabajadora.
Todas estas categorías reflejan la realidad fragmentada de la clase trabajadora. No es este un fenómeno enteramente nuevo, porque desde hace muchos años se presentaba el caso de las huelgas planteadas por la base, por debajo de las decisiones de la cúpula sindical.
9. Crisis de Representatividad Ideológica
El dilema de los sindicatos es que actualmente cualquier política que puedan desarrollar, o cualquier comportamiento que puedan plantear en un conflicto, es un comportamiento que les va a enajenar el apoyo de una parte de las clases trabajadoras. Este fenómeno cobra especial importancia cuando los sindicatos entran en crisis con sus mentores ideológicos, los partidos políticos. Si desean realmente la independencia de pensamiento y acción, no les queda otra alternativa que desarrollar un obrerismo clasista pragmático.
10. Crisis de Identificación Política
Es la relación ambivalente de los sindicatos con respecto a los partidos socialistas. Teóricamente y por ideología, estos partidos serían los genuinos representantes de la clase trabajadora, pero ante la formulación de sus severas políticas económicas y laborales, los dirigentes sindicales han empezado a dudar de este supuesto.