Transformación Económica de Canarias: Del Esplendor Vitivinícola a los Puertos Francos (Siglos XVI-XX)

El Sistema Vitivinícola Canario: Expansión y Crisis (1500-1814)

Durante los siglos XVI y XVII, las Islas Canarias vivieron un prolongado ciclo de esplendor económico (c. 1500-1680) basado en la producción y exportación de vinos, especialmente los malvasías y vidueños. Tras la breve etapa azucarera inicial, la caída de los precios del azúcar y la pérdida de competitividad frente a Brasil impulsaron el auge del viñedo, concentrado principalmente en Tenerife y La Palma, donde las condiciones de suelo y clima eran idóneas.

Hacia 1630, Canarias exportaba más de 50.000 pipas anuales de vino, destacando los malvasías, muy apreciados en Inglaterra, Flandes y el norte de Europa, gracias al comercio con mercaderes ingleses, flamencos y portugueses. Los vinos canarios sustituyeron al azúcar como principal producto de exportación, lo que rompió la vinculación comercial con la Península y orientó la economía insular hacia el Atlántico septentrional.

El Inicio de la Recesión Vitícola (1640-1820)

Sin embargo, entre 1640 y 1680 comenzaron los signos de crisis. Factores clave incluyeron:

  • La independencia de Portugal (1640).
  • La política mercantilista inglesa, culminada con la Staple Act de 1663, que favoreció a los vinos de Madeira y Oporto.
  • La pérdida del mercado inglés y americano.
  • La competencia lusa y las restricciones sevillanas al comercio con Indias.

Este giro marcó el inicio de una larga recesión vitícola (1680-1820).

Durante el siglo XVIII, la crisis se profundizó. Los precios del vino se desplomaron (de 600 a 325 reales por pipa) y Tenerife, la principal productora, redujo su cosecha a la mitad. Los mercaderes irlandeses e ingleses controlaban ahora el comercio, imponiendo condiciones desfavorables y generando déficit comercial y salida de moneda. La caída de los ingresos vitícolas arruinó a muchos pequeños y medianos productores, generando emigración y conflictos sociales.

Estrategias de Diversificación Agraria

Frente a esta crisis, se optó por la diversificación agraria. Se extendió el policultivo intensivo (millo, papas y legumbres), bajo régimen de medianería o aparcería, especialmente en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote. Se invirtió en infraestructuras hidráulicas (norias, embalses, minas de agua) y se aprovecharon incluso terrenos volcánicos, como en Lanzarote tras la erupción de Timanfaya.

En el plano ideológico, las Sociedades Económicas de Amigos del País (1776-1778) y figuras como Alonso de Nava-Grimón defendieron un mercantilismo librecambista, reclamando la libertad comercial y promoviendo nuevos cultivos como la barrilla, que reactivó la economía insular.

Finalmente, entre 1790 y 1814, las guerras europeas (Napoleónicas) y la demanda estadounidense provocaron una efímera recuperación, al desaparecer temporalmente la competencia de los caldos andaluces y portugueses. Sin embargo, esta mejora fue pasajera: tras 1814, el sistema vitivinícola canario quedó definitivamente desplazado, y la economía insular se orientó hacia un nuevo modelo agrario y comercial.

Los Puertos Francos: Origen, Desarrollo y Consolidación (1852-1914)

El régimen de Puertos Francos fue concedido por el ministro Bravo Murillo el 11 de julio de 1852, en un contexto de crisis agrícola y fiscal tras la caída de los cultivos tradicionales como el vino y la barrilla. Su aprobación se enmarca en la época de la Revolución Industrial, cuando Canarias buscaba integrarse en los nuevos circuitos del comercio internacional. Este decreto supuso el reconocimiento jurídico de la especificidad económica canaria, estableciendo un sistema fiscal propio basado en franquicias y exenciones aduaneras, que favorecía el libre comercio con el exterior.

Fases de Desarrollo del Régimen de Franquicias

En su primera etapa, entre 1852 y 1880, el modelo surgió como una respuesta a la regresión económica de 1820-1850, caracterizada por la miseria campesina, las hambrunas y la emigración. Las franquicias permitieron superar el proteccionismo peninsular y abrir los puertos al tráfico internacional. El nuevo marco impulsó la introducción de un cultivo exportador moderno, la cochinilla, que sustituyó a la barrilla y restableció la relación comercial con Inglaterra. Con ello, Canarias inició su transición del antiguo régimen agrario hacia un modelo capitalista insular, basado en la propiedad privada, la inversión extranjera y la exportación.

La segunda fase, entre 1880 y 1900, coincidió con la expansión del capitalismo industrial europeo y el auge de la navegación a vapor. Las islas, especialmente Tenerife y Gran Canaria, se transformaron en plataformas portuarias estratégicas, dedicadas al carboneo, aguada, consignación marítima y comercio de escala. El régimen franquiciado impulsó sectores como el tabaco, la pesca y los servicios, y atrajo capital británico y francés, que modernizó la infraestructura urbana y portuaria. Sin embargo, este crecimiento benefició sobre todo a las élites urbanas, mientras persistían la pobreza rural y la emigración hacia América.

Finalmente, la reforma de 1900 consolidó el modelo librecambista al suprimir los aranceles y recargos fiscales, otorgando libertad plena de comercio y entrada de capital extranjero. Este periodo, considerado la edad de oro de los Puertos Francos, alcanzó su apogeo antes de la Primera Guerra Mundial (1914). La prosperidad portuaria coincidió con el nacimiento de los Cabildos Insulares (1912), símbolo de la modernización administrativa y de la consolidación del capitalismo canario.

En síntesis, el régimen de Puertos Francos permitió a Canarias integrarse en la economía mundial moderna, fomentando el comercio y los servicios portuarios, aunque a costa de mantener una fuerte dependencia exterior y desequilibrios sociales internos.

Evolución Cronológica del Sistema de Puertos Francos

El sistema de Puertos Francos evolucionó en tres grandes etapas que marcaron la transformación de la economía canaria desde el siglo XIX hasta comienzos del XX.

Primera Etapa (1852): El Decreto Fundacional

Comenzó con el Decreto de Bravo Murillo, que estableció las bases jurídicas del régimen de franquicias. Se eliminaron los derechos de aduana sobre la importación y exportación, sustituyéndolos por arbitrios locales, lo que permitió una mayor libertad comercial. Esta medida surgió tras la crisis de los cultivos tradicionales y la ruina vitícola y barrillera, en un contexto de miseria y emigración. La apertura al comercio exterior atrajo capitales y permitió el auge de la cochinilla, que convirtió a Canarias en un centro exportador vinculado al mercado inglés, consolidando el inicio del capitalismo agrario y mercantil.

Segunda Etapa (1880): Plataforma de Servicios Marítimos

Coincidió con la expansión imperialista y la revolución industrial europea. La generalización del vapor y el comercio atlántico convirtió a Canarias en una plataforma de servicios marítimos. Los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife se especializaron en carboneo, aguada y reparación de buques, atrayendo compañías extranjeras y generando empleo urbano. El sistema bancario y comercial se modernizó con la llegada de capital británico, que financió nuevas actividades industriales como el tabaco y la pesca. Esta fase supuso el paso del modelo agrario exportador al modelo portuario de servicios, pilar de la economía insular contemporánea.

Tercera Etapa (1900-1918): Consolidación y Edad de Oro

Consolidó el librecambio pleno. La reforma de 1900 suprimió los últimos recargos fiscales y aranceles, estableciendo una libertad total de comercio y de capitales. Fue el periodo de mayor prosperidad, la llamada edad de oro de los Puertos Francos, con un notable crecimiento urbano, modernización portuaria y expansión del sector terciario. La Ley de Cabildos Insulares de 1912 representó el marco institucional de esta nueva realidad económica, al dotar a cada isla de autonomía administrativa.

No obstante, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) marcó el fin de la etapa expansiva. El conflicto interrumpió el tráfico marítimo y evidenció la dependencia estructural del modelo canario respecto del comercio exterior. Aun así, el régimen de franquicias sobrevivió como pilar esencial de la economía del archipiélago, combinando apertura comercial con una estructura social desigual.

En conclusión, las etapas de 1852, 1880 y 1918 resumen la evolución del capitalismo periférico canario, basado en el libre comercio, la inversión extranjera y los servicios portuarios, elementos que definieron su economía hasta la actualidad.

La Economía Aborigen Canaria

La economía aborigen de Canarias se formó tras la llegada de pueblos bereberes norteafricanos entre los siglos V a. C. y I d. C. Aislados durante más de mil años, desarrollaron un modelo autárquico y autosuficiente, adaptado a las condiciones naturales de cada isla.

Factores de Producción

Los principales recursos fueron la tierra, el trabajo y el ganado:

  • La Tierra: Comunal, se aprovechaba según el medio. En Fuerteventura y Lanzarote predominaba la ganadería por su clima árido; en las islas altas (Gran Canaria, Tenerife, La Palma) se practicaba una agricultura incipiente en terrazas o valles.
  • El Trabajo: Se repartía por sexo y edad: los hombres cuidaban el ganado y defendían el territorio; las mujeres sembraban, molían y tejían.
  • El Ganado: El ganado caprino y ovino fue la principal fuente de riqueza, símbolo de prestigio y base alimentaria (leche, carne, pieles).

La agricultura, centrada en cebada y trigo, complementaba la ganadería. El gofio (harina tostada) era el alimento esencial. La pesca, la caza y la recolección aportaban variedad y seguridad alimentaria.

Población y Organización Social

La población era reducida y estable (unos 100.000 habitantes hacia 1400). Se controlaba mediante infanticidio, poligamia y emigración interna, evitando la sobreexplotación del medio.

  • La familia extensa era la unidad básica.
  • La sociedad se organizaba en clanes o tribus bajo jefes o “reyes” locales.
  • Los asentamientos variaban según la isla: cuevas en Lanzarote y Fuerteventura, casas de piedra en Gran Canaria, y aldeas dispersas en Tenerife o La Palma.

Sistema Económico

Fue una economía comunal y redistributiva, donde la tierra y el agua eran bienes colectivos. Los cabildos tribales repartían recursos y controlaban los excedentes, guardados en silos comunes. La propiedad privada era mínima; el poder se basaba en el control del ganado. Hacia el siglo XV ya existían diferencias sociales entre nobles, campesinos y siervos, especialmente en Gran Canaria y Tenerife.

Valoración Final

En conjunto, la economía aborigen fue autosuficiente, equilibrada y ecológicamente racional, aunque poco dinámica. Su aislamiento limitó la innovación, pero garantizó estabilidad. Con la conquista europea (s. XV), este sistema se desintegró, dando paso a una economía colonial de propiedad privada y exportación, integrada en el comercio atlántico.

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