El Sector Bancario en la España del Siglo XIX
Los objetivos fundamentales del sistema financiero español en el siglo XIX eran: recuperar el ahorro y ponerlo a disposición de los empresarios para fomentar la inversión, proveer de medios de pago y financiar a empresas industriales y de servicios mediante la compra de acciones.
Tipos de Bancos del Siglo XIX
- Cajas de Ahorros: Instituciones destinadas a la captación de pequeños ahorros.
- Casas tradicionales de comerciantes banqueros: Utilizaban sus propios beneficios para financiar actividades comerciales e industriales.
- Sociedades bancarias por acciones: Cumplían la función financiera por excelencia, canalizando grandes capitales.
Evolución Legislativa del Sistema Bancario
Antes de 1848, la legislación bancaria era relativamente liberal, sin grandes limitaciones para la constitución de entidades. Sin embargo, entre 1847 y 1848, una crisis económica impulsó la promulgación de la Ley de Sociedades Anónimas (1849) y la Ley de Sociedades Bancarias (1848), que establecieron obstáculos significativos para la creación de nuevas sociedades anónimas y bancarias.
En 1856, con los progresistas en el gobierno, se promulgaron la Ley de Bancos de Emisión y la Ley de Sociedades de Crédito. Estas normativas desmantelaron el aparato restrictivo anterior, lo que produjo un notable crecimiento en el número de bancos y en la actividad financiera.
Finalmente, en 1874, se otorgó al Banco de España el monopolio para emitir moneda, un hito crucial en la configuración del sistema monetario nacional.
Coyunturas Económicas y Desarrollo Bancario
Antes de 1848, se observó un desarrollo embrionario de la banca. Existían dos bancos principales: el Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II. El gobierno propició su fusión, constituyendo el Banco de San Fernando, que más tarde, en 1843, se convertiría en el Banco de España.
La expansión bancaria se paralizó en 1848 debido a la crisis económica.
En 1856, se produjo un verdadero «Big Bang» en el mundo financiero español. Aumentó drásticamente el número de entidades, creándose numerosos bancos de crédito y sociedades financieras. Estos nuevos bancos desempeñaron un papel vital, financiando a las compañías férreas y suscribiendo la deuda del Estado.
Sin embargo, en 1866, las compañías ferroviarias no repartieron beneficios por sus malos resultados. Esta situación llevó a los inversores a liquidar sus acciones en ferrocarriles y a retirar su dinero de los bancos, provocando una grave crisis del sistema financiero y la quiebra de muchas entidades bancarias.
La recuperación fue lenta y la deuda pública se mantuvo excesiva. En 1874, se estableció el monopolio del Banco de España (una entidad privada en ese momento) para financiar la deuda pública del Estado. Como contrapartida, se le concedió el monopolio de emisión. Esta medida, aunque generó importantes beneficios al unificar el mercado monetario, también perjudicó al sistema financiero y a la industria, suponiendo un obstáculo para la modernización plena de la banca española.
El Sector Exterior y la Política Comercial Española en el Siglo XIX
Los gobiernos liberales del siglo XIX impulsaron la liberación de la economía española, abriéndola progresivamente a otros países.
Periodos de la Política Comercial Española
- 1820: El gobierno impuso una medida ultraproteccionista para impedir la entrada de importaciones, especialmente de productos básicos esenciales para la supervivencia nacional.
- 1820-1849: Durante este periodo, la política comercial se modificó ligeramente, pero siguió siendo predominantemente ultraproteccionista. Aunque otros países europeos también practicaban el proteccionismo, el grado de imposición en España era particularmente elevado. La economía española tendía hacia un proyecto político autárquico, donde la circulación de productos se limitaba al ámbito nacional. Sin embargo, la falta de recursos suficientes obligó a España a adaptarse a la economía internacional y a especializarse en productos con ventajas comparativas.
- 1849-1890: Este periodo estuvo marcado por el predominio del librecambio, una política impulsada pioneramente por Gran Bretaña. Se redujeron las restricciones a la importación de numerosos productos, aunque se mantuvieron protecciones para los cereales y los tejidos catalanes. Fue un periodo de inflexión que culminó en 1890 con una mayor liberalización económica. A partir de 1868, tras la Revolución «La Gloriosa», los ultraliberales impusieron una política aún más liberal, rebajando significativamente los aranceles.
Resultados y Evolución del Comercio Exterior
Como resultado de estos procesos, entre 1850 y 1895, se observó un crecimiento progresivo de la apertura comercial, que alcanzó su techo rozando el 25%. A partir de ese momento, la apertura descendió hasta 1944, para luego recuperarse, aunque sin volver a alcanzar el nivel de 1895.
En 1850, con la adopción del librecambio, el déficit comercial era muy grande, de una magnitud similar a la de la crisis del Antiguo Régimen. El comportamiento de las exportaciones fue intenso, crucial para sostener la economía. A partir de 1890, la balanza comercial empezó a ser positiva, ya que se exportaban productos con mayor valor añadido que los manufacturados que se importaban.
Tradicionalmente, España compraba principalmente manufacturas y exportaba materias primas y alimentos. Sin embargo, las exportaciones comenzaron a diversificarse, reduciendo la dependencia de unos pocos productos principales.
Por ejemplo, en 1827, España exportaba principalmente aceite, plomo, vino y lana. Con los cambios hacia 1855, el vino se convirtió en el producto más exportado, seguido por el hierro y otros minerales como el plomo y el cobre, mientras que la exportación de aceite descendió.
Las importaciones también experimentaron una diversificación. En 1827, se importaban mayoritariamente productos manufacturados, dada la debilidad del sector secundario interior español.
En resumen, lo que antes era un comercio exterior propio de una economía no desarrollada, adquirió a lo largo de este periodo una mayor flexibilidad, permitiendo a España adaptarse mejor al comercio internacional. Con ello, el país dejó de ser una economía monoexportadora y diversificó sus productos, logrando una cierta modernización económica.