El Resurgimiento Batllista y la Transformación Política en Uruguay (1938-1945)
Tras la dictadura de Terra, el Batllismo resurgió con fuerza institucional y política.
Contexto Económico y Político Previo al «Golpe Bueno»
Mientras tanto, en el exterior, las condiciones económicas mejoraron tras la crisis de 1929, impulsando así las exportaciones e importaciones del país.
Los días 24 y 25 de julio de 1938, Montevideo fue escenario de una gran manifestación popular que, según la prensa de la época, clamaba por una nueva Constitución. En las elecciones realizadas ese mismo año, el Batllismo y los Nacionalistas Independientes volvieron a abstenerse. El Partido Colorado triunfó, resultando electo el general arquitecto Alfredo Baldomir. Un hito significativo de estas elecciones fue que, por primera vez, las mujeres ejercieron su derecho al voto.
En busca de cambios para la sociedad, el presidente Baldomir se alió con los batllistas y también con los nacionalistas independientes para impulsar una reforma constitucional. El resultado de este proceso fue un golpe de Estado en febrero de 1942, que pasaría a la historia con el nombre de «golpe bueno«.
El «Golpe Bueno» y la Nueva Constitución de 1942
Este golpe tenía como objetivo principal reformar la Constitución. A fines de 1942, se realizó un plebiscito conjuntamente con las elecciones para legitimar su vigencia. El resultado fue determinante en el ámbito político: ahora, los sectores terristas y herreristas fueron desplazados de cargos e influencia en el poder.
De entrada, la nueva Constitución eliminó el Senado del «medio y medio». El Batllismo retornó al poder de la mano de Juan José de Amézaga. El 29 de noviembre, el país se encaminó nuevamente hacia la democracia, y la reforma constitucional fue promulgada con el apoyo del pueblo.
Una vez que Baldomir entregó el mando a Amézaga, fue designado integrante del Directorio del Banco de la República.
El Gobierno de Juan José de Amézaga y la Estabilidad Social
El trabajo principal de Amézaga era consolidar la democracia sin olvidar los postulados históricos del Batllismo, que promovían transformaciones sociales y económicas con redistribución de la riqueza para permitir la estabilidad social.
El Estado continuó con su rol de gran empleador, realizando una infinidad de obras públicas: carreteras, aeropuertos y mejoras en las transmisiones hidroeléctricas. Pero el principal logro por su trayectoria y proyección hasta la actualidad fue la creación de los Consejos de Salarios en noviembre de 1943.
Uruguay y la Segunda Guerra Mundial
La guerra impulsó nuevamente la exportación de materia prima y enfrentó políticamente a los partidarios de las Potencias del Eje con los de los Aliados.
El Incidente del Graf Spee
En diciembre de ese año (1939), un acorazado alemán, el Graf Spee, llegó al puerto de Montevideo para hacer reparaciones luego de ser atacado en el Río de la Plata por naves británicas. El gobierno uruguayo, presionado por las embajadas de Reino Unido y Estados Unidos, le dio tres días para arreglar las averías y marcharse. Mientras tanto, cruceros británicos lo esperaban fuera de aguas uruguayas. Ante esa situación, el capitán del Graf Spee decidió bajar a la tripulación del barco y explotarlo ante la mirada sorprendida de los montevideanos. Esta fue la Batalla del Río de la Plata.
Posicionamiento Internacional de Uruguay
Las presiones diplomáticas de las potencias aliadas sobre el gobierno uruguayo obligaron a crear una comisión parlamentaria que investigara las denuncias sobre nazis uruguayos. En los barrios de la capital se crearon grupos de defensa pasiva para denunciar a los sospechosos de actividades pronazis.
A partir de 1942, con el gobierno de Juan José de Amézaga, Uruguay abandonó la neutralidad y se volcó a favor del bando Aliado. Simbólicamente, le declaró la guerra a Alemania y Japón en febrero de 1945. Ese mismo año, adhirió a la ONU.