La Guerra Civil Española (1936-1939): Etapas Bélicas, Dinámicas Políticas y Consecuencias Fundamentales

Fases Militares de la Guerra Civil Española (1936-1939)

1. La guerra de columnas (julio-noviembre de 1936)

El combate entre columnas atacantes y defensivas supuso la inexistencia de un frente estable. La superioridad de los sublevados fue clara. Tras pasar el estrecho de Gibraltar, se afianzó la situación en las capitales andaluzas y, sobre todo, se buscó forzar el camino hacia Madrid, así como aislar la zona norte de sus adversarios de la zona francesa. Los éxitos del Frente Popular fueron menores.

2. La batalla en torno a Madrid (noviembre de 1936 – marzo de 1937)

A finales de noviembre de 1936 se produjo un cambio importante en la guerra. El Gobierno republicano se trasladaba a Valencia y se organizaba la defensa de Madrid. Franco, ante la dificultad de un ataque frontal a la capital, optó por apoderarse de las vías de comunicación (Brunete y la carretera de La Coruña, el Jarama y Guadalajara). Sin embargo, la resistencia de la capital, con el Ejército de Centro (destacando figuras como Miaja y Rojo), volvió a hacerlos retroceder. Franco decidió concentrar sus fuerzas en el frente norte, donde el adversario era más débil.

3. La caída del frente norte y Guernica (marzo-octubre de 1937)

1937 fue un año crucial en la contienda. La lucha fue más violenta de lo habitual. La aviación alemana bombardeó Durango y Guernica. Las tropas franquistas iban tomando el norte, luchando duramente en el cerco de Bilbao. Durante el verano de 1937, el Frente Popular lanzó tres ofensivas para distraer a las tropas de Franco, pero la falta de coordinación y la poca capacidad ofensiva del ejército republicano llevaron al fracaso.

4. Teruel y la marcha hacia el Mediterráneo (finales de 1937 – junio de 1938)

El ejército republicano decidió desviar la atención de Franco con una ofensiva en Teruel. Fue al principio un éxito y la única vez que una capital de provincia fue conquistada por el ejército popular. Franco lanzó una dura contraofensiva de desgaste y, con su superioridad material en artillería y aviación, consiguió no solo recuperar Teruel, sino también el derrumbamiento del frente republicano, lo que le permitió llegar en abril hasta el Mediterráneo, dividiendo el territorio republicano en dos.

5. La batalla del Ebro y la caída de Cataluña (julio de 1938 – febrero de 1939)

El ejército popular tomó la iniciativa cruzando el Ebro. Franco, en vez de limitarse a detener al enemigo, prefirió una batalla frontal, que resultó larga y sangrienta, pero que terminaría por decidir la guerra. Tras tres meses y medio de lucha, el ejército popular tuvo que retroceder. El general Franco ocupó Cataluña en febrero de 1939 y tomó Barcelona con facilidad. Más de medio millón de personas cruzaron la frontera hacia el exilio.

6. El final de la Guerra (marzo-abril de 1939)

Tras la dimisión de Azaña como presidente de la República, la derrota era evidente. El presidente del Gobierno, Juan Negrín, no aceptó negociar, aunque tampoco hubiera sido aceptado por Franco. A finales de febrero, Gran Bretaña y Francia reconocían al general Franco. A primeros de marzo se produjo el golpe del coronel Casado en Madrid, apoyado por los antinegrinistas. El 28 de marzo caían Madrid y Alicante, pero Franco exigió la rendición sin condiciones. El 1 de abril de 1939 se anunció la completa victoria.

Evolución Política y Económica en la Zona Republicana

El Gobierno de José Giral (julio-septiembre de 1936)

Tras el golpe de Estado, los comités y sindicatos obreros se hicieron con el control de los principales servicios básicos del Estado. El gobierno de Giral se incautó por decreto de todas las empresas afectadas e incautó las propiedades de la Iglesia. En el campo se produjo la ocupación masiva de fincas y se procedió a su socialización, mientras que los anarquistas establecieron colectivizaciones y comunas. La España republicana asistía a una auténtica revolución social.

El Gobierno de Francisco Largo Caballero (septiembre de 1936 – mayo de 1937)

En septiembre de 1936, el presidente Manuel Azaña nombró jefe de Gobierno de unidad (socialistas, comunistas, republicanos y nacionalistas) al socialista Francisco Largo Caballero, quien fue recibido con tolerancia por los anarquistas, que terminaron formando parte del Gobierno. Sin embargo, la política de Largo Caballero fue menos revolucionaria de lo que se esperaba, buscando la recuperación del control sobre la economía y el ejército. Los continuos roces de los anarquistas y del POUM con los demás grupos políticos republicanos dificultaron su gestión. En el fondo del enfrentamiento latían las tensiones entre dos modelos revolucionarios:

  • CNT, FAI y POUM: defendían la colectivización de tierras y fábricas, así como la constitución de comunas como células de producción.
  • Socialistas, PCE y republicanos: defendían la necesidad de controlar la producción y reconvertirla hacia una economía de guerra, lo que excluía la autogestión.

Los conflictos violentos entre ambos grupos en Barcelona (mayo de 1937) aumentaron la presión sobre el Gobierno por parte del PCE para la disolución del POUM. La salida del Gobierno de los comunistas provocó la dimisión de Largo Caballero.

El Gobierno de Juan Negrín (mayo de 1937 – marzo de 1939)

En mayo de 1937 fue nombrado jefe del Gobierno Juan Negrín. Se apoyó en los comunistas a partir de la ilegalización

Factores de la Victoria Franquista y Consecuencias Inmediatas de la Guerra

Claves de la Victoria del Bando Sublevado

Aunque son muchos los factores de la victoria franquista, el apoyo exterior y el desequilibrio militar fueron los más importantes. El ejército sublevado, bien organizado, con regimientos casi íntegros, mandos profesionales y el Ejército de África, se enfrentó a un ejército republicano que comenzó con pocas unidades y sin capacidad de acción inmediata. Los milicianos solo fueron una solución de urgencia, pues la oposición de partidos y sindicatos a perder su control ralentizó su militarización. Esto fue una acción tardía que costó una serie de derrotas y pérdidas territoriales. En el bando franquista, la formación de un ejército fue mucho más fácil, puesto que los generales ejercían el supremo mando político. Este ejército mostró una amplia capacidad de maniobra y de concentración de los mejores recursos para la ofensiva. El ejército republicano perdió su capacidad de ataque y tuvo fallos de coordinación en sus frentes. Cuando consiguió suficiente nivel para pasar a la ofensiva, ya era demasiado tarde. Se mostró a la altura en estrategias defensivas y en la guerra de posiciones, pero careció siempre de capacidad de ataque directo.

La Instauración del Nuevo Orden: La Ley de Responsabilidades Políticas

Una guerra civil nunca termina el día en que se firma el último parte de guerra. Por ello, el final de la guerra no trajo la paz, sino la aplicación de un régimen de “victoria”. Durante 36 años, la Ley de Responsabilidades Políticas (febrero de 1939) fue la base jurídica que justificó la actuación de los tribunales y el exterminio de oponentes políticos. La ambigüedad del texto permitía el arresto, encarcelamiento y ejecución de cualquier español considerado contrario al régimen. Se aplicaba así una justicia retroactiva y paradójica, donde quienes habían defendido la legalidad republicana frente a la sublevación de julio de 1936 eran considerados culpables de “rebelión militar”.

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