Fin del Conflicto: El Cierre de la Segunda Guerra Mundial
La guerra terminó a mediados de 1945 tras las ofensivas finales de los Aliados. Las ciudades de Berlín, Hamburgo, Colonia, Dresde y Viena sufrían terribles bombardeos aéreos que causaban miles de muertos entre la población civil. En abril, los americanos llegaban al Elba, a unos 90 km de Berlín, y allí se detuvieron por decisión de Eisenhower. Fue un gesto de buena voluntad hacia los rusos, a quienes se les permitió que ellos tomaran Berlín. El 25 de abril, en efecto, fue cercada por tropas soviéticas. En sus calles seguía la lucha. Hitler se suicidó el 30 de abril entre las ruinas de su capital. El almirante Doenitz, designado por Hitler como su sucesor, firmó el 8 de mayo la rendición incondicional de Alemania. Unos días antes, la lucha había terminado en el frente italiano, donde Mussolini había sido capturado y fusilado por partisanos italianos (28 de abril).
En el frente del Pacífico, Japón se resistía sin reconocer la derrota. El ejército americano, al mando del general MacArthur, avanzaba con la toma de islas japonesas, como las de Iwo Jima y Okinawa (Islas Marianas). Desde ellas y desde portaaviones se lanzaban bombardeos contra Japón. Como respuesta, pilotos suicidas (kamikazes) lanzaban sus aviones cargados de explosivos sobre navíos de guerra americanos. El nuevo presidente norteamericano Truman, que había sucedido a Roosevelt tras su muerte el 12 de abril, decidió emplear una nueva arma: la bomba atómica. El 6 de agosto fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima y el día 9 sobre Nagasaki, quedando absolutamente arrasadas. Japón se rindió y el 2 de septiembre firmó la capitulación sin condiciones. Había finalizado la Segunda Guerra Mundial.
Conferencias de Paz: Forjando el Nuevo Orden Mundial
La Conferencia de Teherán (Noviembre de 1943)
En noviembre de 1943, en la Conferencia de Teherán, se incorporó por primera vez Stalin, dando paso así a las llamadas conferencias tripartitas, que incluirían la Conferencia de Yalta en febrero de 1945, y en las que participarían los tres grandes: EE.UU., Gran Bretaña y la Unión Soviética. A la Conferencia de Teherán le seguirían, ya en la fase final de la guerra, las celebradas en Yalta (febrero de 1945) y en Potsdam (julio de 1945).
En Teherán se acordaron acciones conjuntas de los Aliados contra Alemania y Japón. Stalin se comprometió a entrar en la guerra contra Japón, con las correspondientes compensaciones territoriales, “dos o tres meses” después de la rendición de Alemania. Hubo diferencias, sobre todo en relación con Polonia y la Europa Oriental, pero los tres grandes lograron acuerdos a cambio de ceder, en gran medida, a Stalin. Sobre Polonia, sus fronteras sufrirían un nuevo trazado. Sus provincias orientales, ya ocupadas por la URSS, pasarían a Rusia; en compensación, a expensas de Alemania, Polonia extendía sus fronteras hacia el oeste, hasta el curso del Oder y del Neisse, y hacia el norte, al repartirse Prusia Oriental entre Rusia y Polonia.
Con respecto a Alemania, los Aliados acordaron su desaparición. Ya no habría un Estado alemán. Ello planteaba un problema para los Aliados al tener que encargarse de la administración del territorio y de la población. Por tanto, Alemania debía quedar dividida en cuatro zonas de ocupación bajo la administración de las tres grandes potencias y Francia, que fue reconocida como la cuarta potencia ocupante. También se convino que los cuatro ocupantes regirían cada uno un sector de Berlín, estando la ciudad en zona rusa.
La Conferencia de Potsdam (Julio de 1945)
En julio de 1945, tras el hundimiento alemán y mientras la guerra con Japón continuaba, los tres grandes volvieron a reunirse, esta vez en Potsdam, cerca de Berlín. Solo han pasado cinco meses desde el encuentro de Yalta, pero Stalin es el único que había asistido. Roosevelt falleció en abril de 1945 y le sucedió el vicepresidente Harry S. Truman; en Gran Bretaña, se convocaron elecciones y, al triunfar los laboristas, sería Clement Attlee quien representaría a Gran Bretaña en Potsdam.
En la conferencia se tomaron acuerdos sobre el desarme alemán, la “desnazificación” y el castigo de los criminales de guerra. Se ratificó la ocupación común y total de Alemania, que quedó dividida en cuatro zonas de ocupación; la capital, Berlín, también fue dividida en cuatro sectores administrados conjuntamente por los comandantes militares de las cuatro potencias ocupantes (EE.UU., la URSS, Gran Bretaña y Francia); los meses pasaron y con Alemania no se firmó ningún tratado final de paz. En cambio, sí se firmaron tratados con los países que lucharon al lado de Alemania.