El Manifiesto de Primo de Rivera (1923): Contexto y Justificación del Golpe de Estado
Se trata de unos fragmentos del Manifiesto de Primo de Rivera (escrito público que una persona dirige a la opinión pública donde cuenta los motivos de su conducta y expone sus proyectos), publicado en el periódico La Época de Madrid el día del Golpe de Estado (13 de septiembre de 1923). Como manifiesto, es un texto expositivo-argumentativo y también reivindicativo de naturaleza política, cuyo autor, el General Miguel Primo de Rivera (1870-1930), lo dirige a la Nación española. En él encontramos la justificación y los propósitos de los golpistas para el conocimiento de este hecho y sus circunstancias.
Contexto Histórico: Declive del Sistema de la Restauración
En primer lugar, Primo de Rivera se lamenta de tener que atentar contra la legalidad vigente, pero justifica su acción (asumir el gobierno y las responsabilidades que conlleva) por la imperiosa necesidad de encauzar la vida política y económica del país, y por la demanda efectuada desde determinados sectores sociales. También acusa de forma generalizada a la clase política de la Restauración, los «profesionales de la política», de ser la causa de todos los males del país desde 1898. Critica la actitud de estos políticos profesionales que, tras la pérdida de las últimas colonias, no han sabido reconstruir el honor nacional y se han dejado llevar por el pesimismo y las lamentaciones. Critica también el bipartidismo, el turnismo y el fraude electoral.
Las «Desdichas» y «Inmoralidades»
Dentro de las «desdichas» a las que alude el General se encuentran, probablemente, una serie de acontecimientos conflictivos:
- La Semana Trágica de 1909: disturbios en Cataluña y Barcelona contra la guerra de África.
- La crisis de 1917 con la huelga general, la formación de las Juntas de Defensa y la Asamblea de los Parlamentarios.
- Los problemas de Marruecos, que se manifiestan sobre todo en el desastre de Annual, donde se aniquiló al ejército español.
- Algunos atentados muy importantes, como los asesinatos de Canalejas (1912) y de Dato (1921), ambos jefes de Gobierno.
La referencia a las «inmoralidades» posiblemente apunta a la inestabilidad política y a los continuos cambios de gobierno por medio de acuerdos e intrigas entre los jefes de los partidos dinásticos. Esta inestabilidad se acentuó a partir de 1918, cuando se sucedieron numerosos «gobiernos de concentración» muy efímeros.
Justificación del Golpe de Estado
A lo largo del texto, Primo de Rivera justifica el golpe de Estado con los siguientes argumentos:
Grave inestabilidad social, patente en la sucesión de asesinatos entre las autoridades, la patronal y la clase obrera. Delincuencia.
Crisis económica favorecida por la imposición de intereses particulares al servicio de los cuales se coloca la política arancelaria, la administración de gastos reservados, etc. A esto se unen las consecuencias económicas de la I Guerra Mundial.
Intrigas políticas relacionadas con la guerra de Marruecos. Este punto era de vital importancia para los militares y para el mismo Rey, puesto que a ellos apuntaban las responsabilidades por el desastre de Annual (donde unos 13.000 soldados españoles perecieron a manos de los rifeños comandados por Abd-el-Krim). El golpe de Estado detuvo de forma radical el proceso parlamentario iniciado a fin de depurar responsabilidades, a lo que Primo de Rivera alude como «intrigas políticas» y «pasiones tendenciosas alrededor del problema de las responsabilidades».
Marginación de la Iglesia, extensión del comunismo, difusión de las ideas separatistas, incultura, etc.
Discurso Regeneracionista y Apoyo Real
Ante esta situación, Primo de Rivera ofrece un discurso de carácter regeneracionista y populista, proponiéndose eliminar el caciquismo, el bandidaje político, la indisciplina social y el separatismo. Estos párrafos del Manifiesto nos ponen en relación, efectivamente, con una de las interpretaciones propias del regeneracionismo que comenzó después de 1898. En efecto, algunos autores de esa corriente habían hablado de la necesidad de una «mano de hierro» que dirigiese el proceso regenerador que la corrupta y caciquil España de la Restauración estaba necesitando.
Alfonso XIII apoyó el golpe de Estado, encomendando a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno formado únicamente por militares. Las razones para ese apoyo deben buscarse en el miedo a la revolución social, dada la grave inestabilidad que afectaba al país y a la incapacidad de los sucesivos gobiernos para controlarla, la voluntad de frenar la democratización del sistema y el deseo de evitar que las Cortes exigieran responsabilidades por el Desastre de Annual, dada su implicación en él. Esta coincidencia de intereses con los militares alzados es lo que decidió rápidamente al Monarca a darles su apoyo.
El Régimen Dictatorial de Primo de Rivera
El Golpe de Estado de Primo de Rivera impuso un régimen dictatorial que se mantuvo a lo largo de siete años, si bien cabe distinguir dos etapas diferenciadas:
- El Directorio Militar (1923-1925): formado exclusivamente por militares y presentado como un gobierno provisional que pretendía solucionar los problemas pendientes.
- El Directorio Civil (1925-1930): formado por civiles y que responde a la voluntad de institucionalizar el régimen, mostrando mayor sensibilidad por las cuestiones sociales y económicas.
El carácter dictatorial del nuevo régimen se puso de manifiesto en las primeras medidas adoptadas: suspensión de la Constitución, disolución de las Cámaras, cese de las autoridades civiles, prohibición de los partidos políticos y de los sindicatos, etc.
Conclusión y Consecuencias
Y como conclusión, señalar que los valores que subyacen son el orden, la lucha contra la corrupción y el desprecio hacia la política parlamentaria. Tras la destitución y exilio de Primo de Rivera, se sucedieron la Dictablanda de Dámaso Berenguer, el Gobierno de Juan Aznar Cabañas, elecciones, la dimisión y exilio de Alfonso XIII y la Proclamación de la II República, el Alzamiento Nacional e inicio de la Guerra Civil Española, y finalmente la Dictadura franquista (1939-1975).
Información Adicional: El Periódico La Época
La Época de Madrid fue siempre un periódico caro, que se vendía casi solo por suscripción y tenía su público entre la clase alta: «una minoría selecta de aristócratas, financieros, gentes de mundo, políticos…».
Tendencia política o social:
Monárquico. Durante la Restauración fue órgano del Partido Conservador y portavoz de Cánovas del Castillo. Desde 1934, partidario del Bloque Nacional.
Cronología:
Primer número: 1 abril 1849. Último número: 11 julio 1936.
Precio:
15 céntimos.