La Monarquía Hispánica en el Siglo XVII: Crisis, Reformas y Conflictos

La Monarquía Hispánica en el Siglo XVII: Política Exterior y Interior

El siglo XVII fue un periodo de profundas transformaciones y desafíos para la Monarquía Hispánica, marcada por una política exterior agresiva y ambiciosos proyectos de reforma interna.

Política Exterior

La política exterior de la Monarquía Hispánica en el siglo XVII fue agresiva y tuvo dos objetivos principales:

  • Fortalecer en Europa el predominio de los Austrias.
  • Defender el tráfico marítimo con América.

En Europa

España intervino en la Guerra de los Treinta Años como aliada de los Austrias. También se reanudó la guerra contra las Provincias Unidas tras finalizar la Tregua de los Doce Años. En 1634, Francia decidió entrar en guerra apoyando a los protestantes, lo que provocó el descalabro español, evidenciado en la derrota de la flota en la Batalla de las Dunas frente a los barcos holandeses. La Guerra de los Treinta Años concluyó en Centroeuropa con la Paz de Westfalia, que supuso la aceptación por España de la independencia de las Provincias Unidas.

En América

Se buscó fortalecer el tráfico marítimo con América, que se había visto interrumpido por los ataques piratas de ingleses y holandeses.

La Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

Causas

Las causas de la Guerra de los Treinta Años fueron de orden:

  • Religioso.
  • Político.
  • Internacional.

Consecuencias

Diplomáticas

Los procesos de resolución de conflictos bélicos se establecerían en adelante mediante conferencias diplomáticas de paz, a través de reuniones donde se fijarían los principios y acuerdos de paz.

Políticas

Los tratados de la Paz de Westfalia repercutieron negativamente en el Imperio español y en el Sacro Imperio Romano Germánico.

Religiosas

La Paz de Augsburgo de 1555 estableció la libertad religiosa, permitiendo elegir entre la confesión católica o luterana.

Política Interior

El objetivo principal de la política interior era establecer un poder absoluto y una estructura centralizada del Estado. En 1624, el Conde-Duque de Olivares dirigió al rey el Gran Memorial, un documento que presentaba su proyecto de reformas para fortalecer la monarquía hispánica. Estas reformas incluían:

  • Reforma de la administración.
  • Proteccionismo comercial.
  • Aumento de la población.
  • Homogeneización de los reinos.
  • Creación de un ejército común para toda la monarquía.

Sin embargo, estas políticas también llevaron a la pérdida de la unidad moral entre los diversos territorios.

Rebeliones de Cataluña y Portugal de 1640

Guerra de Cataluña

En el contexto de la Guerra de los Treinta Años, a Olivares se le ocurrió atacar Francia desde Cataluña. Por ello, en 1638, Olivares envió tropas italianas al Rosellón, las cuales cometieron numerosos abusos sobre la población catalana. El 12 de junio de 1640, unos 3000 seguidores descontentos entraron en Barcelona y asesinaron al virrey de Cataluña. En la corte, se impusieron los partidarios del castigo y, como reacción, en Barcelona se proclamó la República bajo la protección de Luis XIII de Francia.

El rey Felipe IV formó un ejército mal organizado que fracasó en su intento de tomar Lérida. Al año siguiente, Olivares fue sustituido por su sobrino Luis de Haro. En 1651, un ejército dirigido por Juan José de Austria comenzó el asedio de Barcelona. El ejército franco-catalán se rindió en 1652 y reconoció a Felipe IV como soberano y a Juan José de Austria como virrey. Esto dio paso a la firma del Tratado de los Pirineos en 1659.

La Sublevación de Portugal

El 1 de diciembre de 1640, la virreina fue depuesta y el Duque de Braganza fue proclamado rey con el nombre de Juan IV. Ante la falta de tropas españolas en Portugal, la sublevación se impuso sin resistencia. Hasta 1660 no se pudo hacer ningún intento significativo para acabar con el secesionismo portugués. Finalmente, los Habsburgo españoles accedieron a reconocer la independencia portuguesa, lo que puso fin a la llamada Unión Ibérica.

Reinado de Carlos II (1665-1700)

Carlos II tuvo una personalidad enfermiza y débil, lo que provocó que el gobierno recayese siempre en otros y acentuó la crisis de la monarquía.

Política Exterior

Los mayores problemas se produjeron con Francia. Como consecuencia de las guerras entre ambos estados, la Monarquía Hispánica perdió varios territorios europeos.

Política Interior

A finales del reinado de Carlos II, la situación económica mejoró. Sin embargo, continuaron las revueltas sociales, como la Segunda Germanía en Valencia y el Motín de los Gatos en Madrid.

El mayor problema fue el sucesorio, ya que Carlos II no tuvo descendencia y hubo que buscar un heredero extranjero con vínculos familiares. Se presentaron dos candidatos:

  • Felipe de Borbón: Nieto de la hija mayor de Felipe IV.
  • Carlos de Austria: Nieto de la hija menor de Felipe III.

Carlos II dejó como heredero a Felipe de Borbón. Al morir Carlos II, Felipe V subió al trono, inaugurando la dinastía de los Borbones. Sin embargo, esta sucesión no fue aceptada por todos los países, lo que provocó la Guerra de Sucesión Española (1701-1714).

Evolución Económica en el Siglo XVII

Crisis Demográfica

La demografía del siglo XVII en España se caracterizó por:

  • En la primera mitad del siglo, la población disminuyó.
  • La población de Castilla descendió, mientras que la de la periferia aumentó.
  • La población rural comenzó a disminuir proporcionalmente respecto a la urbana.

Crisis Económica

España era un país que, aunque recibía grandes riquezas, aparentaba ser rica debido a la llegada masiva de la plata de las Indias. Esto fue perjudicial por dos motivos:

  • Era un dinero que llegaba sin esfuerzo, lo que acostumbró a los españoles a la falta de trabajo. Por ello, era necesario importar la mayor parte de los artículos de consumo.
  • Este dinero fácil impidió que los españoles crearan una organización bancaria que canalizase esta riqueza en beneficio del país. En su lugar, fueron los banqueros y comerciantes extranjeros quienes se beneficiaron.

Territorialmente, la crisis fue desigual. A partir de 1680, se produjo el hundimiento definitivo de Castilla, pero se observó una recuperación en la periferia. La Corona de Aragón se salvó de la crisis debido a su autonomía monetaria. En la cornisa cantábrica se reactivó la siderurgia, y en Valencia los campesinos habían puesto en cultivo tierras. La existencia de estos problemas llevó a los arbitristas a realizar una profunda reflexión sobre sus causas y posibles soluciones.

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