La Prehistoria en la Península Ibérica: Del Paleolítico al Neolítico
El Paleolítico: Cazadores y Recolectres
La cronología del Paleolítico en la Península Ibérica abarca desde hace aproximadamente 1,3 millones de años hasta unos 10.000 años a.C. Durante este extenso periodo, evolucionaron distintas especies de homínidos, como el Homo Antecessor, Homo Heidelbergensis, el Hombre de Neandertal y el Homo Sapiens Sapiens.
El modo de vida paleolítico se basaba en la caza y la recolección. Los grupos humanos eran nómadas, siguiendo a los grandes mamíferos de la época, como rinocerontes, mamuts, bisontes y caballos. Se organizaban en pequeños grupos y fabricaban sus útiles principalmente tallando rocas de sílex, de las que obtenían:
- Puntas
- Hojas cortantes
- Raspadores
- Hachas de mano
También utilizaban huesos y astas para elaborar arpones y propulsores. Se cree que existía algún tipo de organización social donde los cazadores más hábiles probablemente tenían un rol destacado. Es importante señalar que se considera que las mujeres participaban activamente en la caza junto a los hombres. Además, la procreación y la maternidad adquirieron una dimensión mágico-religiosa vinculada a la fertilidad, lo que sugiere un papel relevante de la mujer en estas sociedades.
El Neolítico: La Revolución Agrícola y Ganadera
La gran transformación que introdujo el Neolítico fue la domesticación de animales y plantas, dando origen a la ganadería y la agricultura. Este cambio fundamental surgió en Oriente Medio hacia el 8.000 a.C. y llegó a la Península Ibérica alrededor del 4.000 a.C. por dos vías principales:
- Desde el norte de África, a través del Estrecho de Gibraltar.
- Desde Centroeuropa, a través de los Pirineos.
Con la pérdida de importancia de la caza y la recolección frente a las nuevas actividades económicas, el ser humano se sedentarizó, construyendo poblados fijos. Esta etapa vio la invención de la cerámica y la aparición del tejido, así como las primeras formas de división del trabajo (agricultores, ganaderos, ceramistas, guerreros).
Aunque se siguieron fabricando útiles de piedra (hachas, cuchillos, raspadores, puntas de flecha) y de hueso (arpones, anzuelos), y se continuó usando la madera y el cuero, se observa una diferenciación de roles de género. Se piensa que la mujer se dedicó más al trabajo doméstico, al cuidado de los niños y a las actividades agrícolas, mientras que los hombres se enfocaron en la defensa del grupo y en las actividades agrícolas y ganaderas. No obstante, los enterramientos de la época no reflejan diferencias de género significativas, lo que sugiere una considerable igualdad en la consideración de hombres y mujeres, a pesar de la especialización de funciones.
El Arte Rupestre Prehistórico en la Península Ibérica: Altamira vs. Valltorta
Arte Paleolítico: La Cueva de Altamira (Cantabria)
La representación pictórica de bisontes y otros animales en el techo de la Gran Sala de la Cueva de Altamira (Cantabria) data de la fase final del Paleolítico Superior, hace aproximadamente 20.000 años. Esta obra de arte rupestre franco-cantábrico es un conjunto de bisontes policromados.
La temática es característica del arte cantábrico, representando la fauna del Paleolítico Superior (bisontes, ciervos, caballos y jabalíes), así como símbolos geométricos o manos (como en la Cueva del Castillo, Cantabria). Las características formales de esta pintura paleolítica cantábrica son:
- Es polícroma, empleando varios colores como el rojo y el negro.
- Es realista, representando con gran naturalidad las características físicas de los animales.
- Es estática y no representa una escena narrativa.
- Aprovecha los entrantes y salientes del techo de la cueva para aportar volumen.
Arte Levantino: El Barranco de la Valltorta (Castellón)
La pintura rupestre del Barranco de la Valltorta (Castellón), que representa una escena de caza de ciervos, está datada en el Mesolítico, hace unos 6.000 años a.C. Esta obra se enmarca dentro del arte rupestre levantino, que se desarrolló a lo largo de la costa este de la Península Ibérica entre el Mesolítico y el Neolítico. Se ubica en la pared de un abrigo rocoso, una localización común para este tipo de arte.
La temática del arte levantino es típicamente narrativa, plasmando escenas cotidianas de la comunidad. En este caso, se trata de una escena de caza de ciervos, donde figuras humanas disparan flechas contra los cérvidos en movimiento. Otras escenas de caza levantinas incluyen caballos, cabras o toros.
Las principales características del arte rupestre levantino, reflejadas en esta escena de caza, son:
- Es monocroma, pintada únicamente en rojo.
- Es esquemática y estilizada.
- Es una composición dinámica que refleja el movimiento de personas y animales.
- Tiene un marcado carácter narrativo, describiendo una actividad con detalle.
Comparativa y Interpretaciones
En resumen, mientras que los bisontes de Altamira destacan por su policromía, naturalismo, volumen y ausencia de escena, la escena de caza de la Valltorta sobresale por ser monocroma (rojo), esquemática, estilizada, dinámica y narrativa. Ambas representaciones fueron creadas con instrumental y pigmentos naturales similares, aunque en Altamira también se utilizaron grabados en la piedra para ciertas partes de los animales.
En cuanto a la interpretación, la narrativa de la imagen levantina se aleja claramente del pensamiento mágico. Por el contrario, el arte cantábrico presenta diversas interpretaciones, entre ellas la de la magia simpática, que sugiere que las pinturas eran un arte propiciatorio destinado a favorecer la abundancia de la caza o la fertilidad.
La Romanización de Hispania: Transformación Cultural y Social
Definición y Características del Proceso Romanizador
El término «romanización» se define como la asimilación de la cultura romana por parte de los pueblos hispanos. Este proceso implicó el abandono de gran parte de los rasgos culturales indígenas y condujo a la homogeneización cultural de Hispania, un territorio fragmentado antes de la llegada de los romanos.
La romanización en Hispania se caracterizó por varios aspectos clave:
- Intensidad Variable: Fue más intensa en el sur y el este peninsular, las primeras zonas conquistadas, y más superficial en la costa cantábrica, donde pueblos como los vascos apenas fueron romanizados.
- Agentes Impulsores: Fue impuesta por colonos, funcionarios y soldados llegados de Italia, para quienes se fundaron ciudades. Estos colonos introdujeron la religión, las costumbres y los valores latinos en Hispania.
- Progresión Temporal: Fue un proceso gradual. Las culturas indígenas mantuvieron su vigencia durante un tiempo considerable.
- El Rol de la Ciudad: Las ciudades se convirtieron en focos romanizadores esenciales. Los romanos destacaron por la fundación de urbes como Emérita Augusta (Mérida) y Caesar Augusta (Zaragoza), entre muchas otras. Estas ciudades replicaban el modelo romano, construidas en torno a un centro cívico con los principales edificios de poder (templos, teatros, anfiteatros, etc.). Las ciudades fueron fundamentales en la propagación de la romanización, mientras que en las áreas rurales, peor comunicadas, el proceso fue más lento.
- Infraestructura y Unificación: Las calzadas romanas facilitaron la conexión de toda la península con los centros de poder (capitales de provincia y ciudades principales). Estas vías fueron cruciales para la conversión de Hispania en un espacio económico y cultural unificado, basado en los valores romanos: la lengua latina, el derecho romano y las religiones romanas (primero los cultos paganos politeístas y, posteriormente, el Cristianismo). Además, las calzadas impulsaron el comercio y la producción minera y artesanal, conectando económicamente los distintos territorios.
Al-Ándalus: Esplendor Cultural y Económico en la Península Ibérica
Economía y Sociedad en Al-Ándalus
Al-Ándalus fue el territorio de la Península Ibérica bajo dominio musulmán entre los años 711 y 1492.
La Economía Andalusí
La economía andalusí se caracterizó por notables mejoras en la agricultura, perfeccionando las técnicas de regadío e introduciendo nuevos cultivos como:
- Arroz
- Palmera
- Berenjena
- Caña de azúcar
- Algodón
En la industria, destacaron las almazaras, la producción de objetos de lujo (vidrio en Córdoba, cuero, papel), la explotación de minas (hierro, plomo) y la industria textil (seda, algodón). Las medinas, centros económicos andalusíes, recibían una gran variedad de productos regionales. Al-Ándalus, estratégicamente conectada con los grandes circuitos comerciales, actuó como intermediaria entre Europa, África y Asia, especialmente en el comercio de productos de lujo, oro, especias y esclavos.
La Sociedad Andalusí
La sociedad andalusí se distinguió por su gran diversidad y una considerable tolerancia entre grupos diferenciados por aspectos religiosos:
- Árabes: Minoría que ocupaba los puestos más relevantes de la escala social, con cargos políticos y grandes propiedades.
- Bereberes: Constituyeron una parte importante del ejército andalusí.
- Judíos: Residentes principalmente en ciudades, se dedicaban a la artesanía, el comercio o eran funcionarios.
- Hispanovisigodos: Se dividían en:
- Muladíes: Aquellos que se convirtieron al Islam.
- Mozárabes: Quienes conservaron su religión cristiana.
- Esclavos: El último escalón social.
La religión mayoritaria, ya en el siglo X, era el Islam. La comunidad islámica estaba integrada por la minoría árabe y bereber, y los muladíes. A cristianos y judíos se les respetaron sus creencias y propiedades, aunque pagaban más impuestos y tenían menos derechos.
Cultura y Legado Artístico de Al-Ándalus
La Originalidad Cultural
La originalidad de la cultura andalusí reside en la simbiosis de los elementos árabes dominantes con las aportaciones de las tradiciones bereberes y el elemento autóctono. El fenómeno cultural más significativo fue la islamización y arabización del pueblo hispanovisigodo a partir del siglo IX. La relación con Oriente fue crucial para el intercambio y la penetración del conocimiento cultural y científico de la Grecia clásica y de la propia civilización islámica.
Avances en Letras y Ciencias
En el campo de las letras, destaca la poesía de Ibn Hazm en su obra El collar de la Paloma. En las ciencias, sobresalieron la medicina del judío Maimónides y las matemáticas, con aportes como el sistema de numeración arábigo de origen hindú. Este progreso cultural y científico se atribuyó, en parte, a la atmósfera de libertad de difusión cultural en Al-Ándalus, especialmente en la ciudad califal de Córdoba.
El Arte Andalusí
El arte andalusí ha dejado un majestuoso legado en el patrimonio cultural peninsular. Algunos ejemplos emblemáticos son:
- La Mezquita de Córdoba (época califal).
- La Torre del Oro en Sevilla (construida por los almohades).
- La Alhambra de Granada (periodo nazarí).
La Repoblación en la Reconquista Cristiana: Modelos y Consecuencias
El Proceso de Repoblación en la Península Ibérica
El mapa ilustra los distintos tipos de repoblación llevados a cabo por los reinos peninsulares durante el avance cristiano frente al dominio musulmán. Este proceso de paulatina conquista cristiana sobre Al-Ándalus se desarrolló entre los siglos VIII y XV. La imagen cartográfica refleja el avance entre los siglos VIII y XIII, al no mostrar la conquista del Reino Nazarí de Granada.
En este contexto, se pueden diferenciar cuatro procesos de repoblación principales:
Presura (Siglos VIII-X)
Proceso de repoblación del territorio situado al norte de los ríos Duero y Ebro. Su objetivo era consolidar las tierras ganadas a los musulmanes en los primeros siglos del avance cristiano. Este sistema de repoblación de zonas despobladas favoreció la ocupación y puesta en cultivo de pequeñas y medianas propiedades por un campesinado libre, dispuesto a defender sus territorios con el apoyo de los señores. Aunque el poblamiento era inicialmente aislado, el fortalecimiento de los nobles y el establecimiento de monasterios facilitaron su expansión.
Repoblación Concejal (Siglos XI-XII)
Modelo de repoblación dirigido por los reyes cristianos para atraer población a las nuevas tierras conquistadas por Aragón en el valle del Ebro y por Castilla al sur del río Duero y en torno al Tajo. Estos territorios estaban densamente poblados y contaban con grandes núcleos urbanos como Toledo. La monarquía concedió a las ciudades o concejos amplios privilegios (fueros) para garantizar la libertad de residencia y el disfrute de bienes personales y comunales. A cambio, los concejos se comprometían a armar milicias concejiles para la defensa del territorio. En este tipo de repoblación predominó la mediana propiedad.
Órdenes Militares (Primera mitad del siglo XIII)
Sistema de repoblación encomendado a órdenes militares como las de Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa. Su misión era conquistar, poblar y defender las tierras comprendidas entre el sur del río Tajo y el norte del Guadalquivir. Debido al escaso número de repobladores, los nobles se beneficiaron del reparto de enormes propiedades (latifundios), destinadas en gran parte a la ganadería.
Repartimientos (Segunda mitad del siglo XIII)
Proceso de repoblación empleado por Castilla en Andalucía y Murcia, y por Aragón en Valencia y Baleares, durante su gran avance sobre Al-Ándalus. Al ser zonas con una alta presencia de población musulmana, las nuevas tierras y propiedades se dividieron en lotes para ser repartidos entre los conquistadores y repobladores. Mientras que en la mayoría de zonas los grupos privilegiados recibieron grandes propiedades, en la huerta de Murcia y Valencia los campesinos libres obtuvieron pequeñas y medianas propiedades. En estos territorios se mantuvo una numerosa población mudéjar, dedicada especialmente a la agricultura.
En definitiva, la repoblación consolidó el avance conquistador de los reinos cristianos y sentó las bases de la estructura de la propiedad de la tierra que ha predominado en España hasta nuestros días.
El Régimen Señorial y la Sociedad Estamental Medieval
El Régimen Señorial en la Edad Media
El régimen señorial es una consecuencia directa del debilitamiento del poder real durante la Edad Media, en beneficio de la Nobleza (los señores). Aunque es un fenómeno común en toda Europa Occidental, el régimen señorial en España presenta características particulares, a pesar de compartir la misma base y estructuras similares.
Los monarcas entregaban grandes propiedades a los señores nobles a cambio de su apoyo militar. Este sistema, a su vez, contribuyó al aumento del territorio de los reinos cristianos, lo que dio origen a nuevos señoríos y grandes propiedades.
La Sociedad Estamental Medieval
La sociedad medieval se definía por una estricta división en estamentos, cada uno con sus propias características y privilegios:
La Nobleza
Era el escalón más alto de la sociedad estamental, representando entre el 1% y el 2% de la población. La condición de noble era hereditaria, transmitida de padres a hijos. Los nobles eran titulares de grandes propiedades territoriales y gozaban de importantes privilegios, como el derecho a portar armas, a ocupar ciertos cargos dentro de la estructura del reino y a estar exentos del pago de impuestos.
El Clero
Constituía el siguiente escalón, representando alrededor del 5% de la población. Al igual que la nobleza, el clero gozaba de privilegios y estaba exento del pago de impuestos. Se diferenciaba entre el Alto Clero, que ostentaba los cargos más notables dentro de la Iglesia y cuyo origen social solía ser la Nobleza, y el Bajo Clero, cuya procedencia era del escalón inferior.
El Tercer Estado
Comprendía al resto de la población (más del 90%). Estaba integrado mayoritariamente por campesinos y, en menor medida, por artesanos, comerciantes y otras profesiones. La característica general de este estamento es que carecía de privilegios y estaba obligado a pagar impuestos a los nobles y al clero (como el diezmo).
A partir del siglo XIII, con el desarrollo urbano y el comercio, la burguesía adquirió una creciente importancia. Su prosperidad económica se sostenía en el comercio, la artesanía y la banca.