Movimiento Obrero Vasco: Orígenes y Evolución del Socialismo en Vizcaya (1896-1921)

Comentario de Texto: El Artículo de «La Lucha de Clases»

Naturaleza del Texto

El texto que se nos propone comentar es un fragmento de un artículo del semanario socialista La Lucha de Clases, que se editaba en Bilbao, y data del 23 de mayo de 1896, momento en el que, con la Regente María Cristina en el poder, el movimiento obrero estaba cobrando fuerza. Aunque el autor parece ser individual (y podría ser Facundo Perezagua, ya que era uno de los máximos representantes del socialismo en el País Vasco), no se puede determinar su autoría al no especificarse. A pesar de ello, se puede afirmar que la fuente histórica es primaria, ya que el texto alude a la época en la que está escrito. El texto está dirigido a “los trabajadores de Vizcaya”, tal y como menciona al principio, y es de carácter público, ya que toda la población tenía acceso al semanario. En cuanto al tipo de texto, es de carácter periodístico y de contenido sociopolítico.

Análisis del Contenido

El texto se centra en la denuncia de las precarias condiciones de vida de los mineros vizcaínos a finales del siglo XIX, y sus principales ideas hacen referencia a la importancia de la lucha obrera.

En el primer párrafo, alude a una reunión de mineros que tuvo lugar el 1 de mayo del mismo año en el frontón de Gallarta. En ella, se manifestaron en contra de los cuarteles y de las tiendas obligatorias. Para reforzar la importancia de la lucha obrera, el autor habla de la huelga de 1890, en la que se consiguió una reducción de la jornada laboral. Los párrafos cuarto y quinto enfatizan las pésimas condiciones de vida de los mineros y las deficiencias de los establecimientos, subrayando la falta de libertad e higiene. En el último párrafo, el autor insta a las autoridades y al gobierno a poner fin a las desastrosas condiciones de los mineros.

Contexto Histórico

Las ideas anarquistas llegaron a través del bakuninista italiano Fanelli en 1868, quien creó los primeros núcleos de la AIT. En 1870, se creó la Federación Regional Española de la AIT, que propuso la huelga como instrumento para llegar a la revolución. En 1871, con la llegada de Paul Lafargue, yerno de Marx, se creó en Madrid un grupo favorable a la postura marxista, partidario de la participación en política. Mientras que el movimiento anarquista predominó en Cataluña y en Andalucía, en el País Vasco tuvo más importancia el marxismo.

En el País Vasco, no se pudieron apreciar síntomas de agitación social hasta la última década del siglo XIX. La llegada de miles de inmigrantes puso fin a la buena relación que obreros y patronos acostumbraban a tener en la época preindustrial. El inicio del movimiento obrero vasco se debe en gran medida a Facundo Perezagua, quien creó en 1886 la Agrupación Socialista de Bilbao; en la margen izquierda del río Nervión se fundaron, posteriormente, otras organizaciones sindicales. En 1890, se creó la Federación Socialista de Vizcaya (unión de asociaciones socialistas) y se convocó la primera huelga general de Vizcaya, convirtiendo a esta zona en núcleo del socialismo español y expandiéndolo a otras zonas, como los núcleos industriales de Éibar y San Sebastián.

A finales de siglo, Perezagua se vio cuestionado: una postura alternativa más moderada, liderada por Indalecio Prieto, cobró fuerza. En cualquier caso, la huelga vizcaína de 1910, que consiguió la reducción de la jornada minera, reforzó la posición de la postura más radical del socialismo vasco y la de Perezagua.

En 1911, se creó el sindicato nacionalista Solidaridad de Trabajadores Vascos (STV), el cual pretendía reunir a los obreros étnicamente vascos bajo el ideal nacionalista y los valores de la Iglesia. En aquella época, para los nacionalistas, el socialismo era una ideología extraña, alejada del pueblo vasco, mientras que los obreros socialistas eran inmigrantes que no se sentían vascos y creían en el internacionalismo. Las relaciones entre nacionalistas y socialistas empeoraron con la llegada de Tomás Meabe al socialismo, quien, tras su militancia nacionalista, se había vuelto profundamente anticlerical y antinacionalista.

En 1915, Perezagua fue expulsado del partido (aunque readmitido en 1919), dando comienzo a una etapa más moderada del movimiento obrero vasco. Indalecio Prieto defendía la necesidad de pactar con otras fuerzas políticas (los republicanos), postura que siguió el partido a partir de 1910. La expulsión de Perezagua fue provocada por su postura radical (aseguraba que los republicanos eran un partido reaccionario), lo que hizo que perdiera apoyos. Prieto, el nuevo líder, se centró en las necesidades electorales del PSOE: pactó con los republicanos, dejando a un lado el boicot o la huelga general.

Durante la Primera Guerra Mundial, la neutralidad de España reportó grandes beneficios a la industria; sin embargo, al no suponer una subida del salario de los obreros, aumentó la agitación social. El 13 de agosto de 1917 se inició una huelga general revolucionaria convocada por el PSOE y la UGT, que fue duramente reprimida. Tras la huelga, el anarquismo tuvo mucho apoyo, aunque no cobró fuerza en el País Vasco.

En 1919, una escisión comunista encabezada por Perezagua consiguió restar peso a los socialistas. Ante el debate en el PSOE provocado por la Revolución Rusa de 1917 sobre el rumbo que debía tomar el partido, Prieto, que era partidario de no abandonar la postura pactista, consiguió que la mayoría le siguiera (el Sindicato Minero se unió a los comunistas). El Partido Comunista Español (PCE), creado en 1921, tuvo muchos seguidores en la zona minera vizcaína y supuso una alternativa a la izquierda del moderantismo socialista, aunque no fue capaz de aprovechar el momento de debilidad de los socialistas.

La crisis de 1921 puso fin a los beneficios fáciles de la Primera Guerra Mundial, provocando un aumento de las reducciones salariales. La inflación, el triunfo bolchevique y la tendencia revolucionaria de Europa favorecieron el desarrollo de los sindicatos obreros, mientras que los socialistas, anarquistas, católicos y nacionalistas crecieron a costa de los no sindicados. Durante la dictadura de Primo de Rivera, los socialistas vascos participaron en la colaboración con la dictadura. Prieto se opuso al colaboracionismo, apartándose del partido. Los integrantes del PCE y los anarquistas fueron perseguidos, mientras que los sindicatos católicos ganaron fuerza.

Conclusión

Este es un texto de gran importancia histórica, ya que las huelgas tuvieron un papel fundamental en los inicios de uno de los partidos que, incluso hoy en día, tiene gran relevancia: el PSOE. Los resultados favorables de muchas huelgas hicieron ganar prestigio a los socialistas. Además, permite apreciar las condiciones de vida de los mineros de la época.

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