Violencia Estructural y Esclavitud Indígena en la Conquista Española (1513-1542)

Resumen Introductorio

El artículo examina cómo la violencia constituyó un componente estructural de la Conquista de América, especialmente en el periodo comprendido entre 1513 y 1542, y cómo esta se institucionalizó mediante las figuras de la esclavitud indígena, el repartimiento y la encomienda. Los autores buscan comprender no solo las manifestaciones físicas de la violencia, sino también sus dimensiones morales, sociales y epistemológicas, en el marco de la primera globalización.

A partir de un enfoque teórico inspirado en la obra The Body in Pain de Elaine Scarry, la violencia se entiende como “acciones que hacen daño” y como un proceso que “deshace” y “rehace” identidades humanas. Este concepto se aplica para demostrar cómo la violencia en la conquista no solo destruyó sociedades indígenas, sino que también creó nuevas formas de organización colonial.

1. La Violencia en la Conquista

La Conquista de América ha sido tradicionalmente asociada con una violencia desmesurada —frecuentemente caracterizada como genocidio o “holocausto americano”—, alimentando la Leyenda Negra. Sin embargo, los autores sostienen que la mortandad indígena fue en gran parte resultado de un choque biológico y cultural, y no de una política deliberada de exterminio. La conquista no buscaba aniquilar, sino explotar y evangelizar a las poblaciones nativas. En ese contexto, la esclavitud y la encomienda fueron instituciones que intentaron regular, justificar y canalizar la violencia, dándole un marco legal y económico.

2. Esclavitud Indígena en Tierra Firme (1513–1542)

La esclavitud indígena surgió como un resultado de la conquista, considerada por los colonos una consecuencia “natural” de la guerra, de acuerdo con el Derecho romano que permitía esclavizar al vencido en una “guerra justa”. Los conquistadores —formados en las guerras de Granada y el norte de África— trajeron consigo esa tradición esclavista. La Corona, en cambio, osciló entre permitir y restringir la esclavitud. En 1503 se autorizó esclavizar a los “caníbales” de las islas caribeñas, mientras se declaraba libres a los nativos de La Española.

La Junta de Burgos de 1512 y las Leyes de Burgos intentaron regular la explotación indígena, reconociendo su humanidad, pero permitiendo su “tutela” bajo los españoles. Esto dio pie a una esclavitud “legalizada” bajo excusas como la rebelión o la guerra justa.

3. El “Requerimiento” y la Justificación de la Esclavitud

En 1513-1514, los Reyes Católicos aprobaron el Requerimiento, un documento leído a los pueblos indígenas antes de iniciar hostilidades. Su propósito era dar una apariencia de legalidad a la guerra y a la esclavitud: si los indígenas no aceptaban someterse al rey y abrazar el cristianismo, podían ser esclavizados. Este texto simboliza el carácter performativo y violento del poder colonial: la aceptación forzada o la destrucción. Pedrarias Dávila y sus hombres aplicaron este procedimiento en Tierra Firme, donde se realizaron las primeras ventas de esclavos indígenas.

4. Prácticas de Violencia: El Carimbo y el Desarraigo

La esclavitud se institucionalizó mediante dos actos de violencia simbólica y física:

  • El Carimbo: Marca con hierro candente, signo que convertía al individuo en propiedad, marcando su cuerpo con el sello real.
  • El Desplazamiento Forzoso: Traslado de indígenas esclavizados fuera de su territorio, generalmente hacia La Española o Panamá.

En 1514, el consejo de gobierno en Darién permitió exportar esclavos a cambio de provisiones, tratándolos como “mercancías”. La práctica del carimbo fue regulada, diferenciando a los esclavos de los “naborías” (sirvientes indígenas). Sin embargo, los esclavos marcados huían, por lo que en 1515 se suspendió temporalmente el uso del hierro y la exportación. Los religiosos —como Fray Diego de Torres— denunciaron los abusos, alegando que la esclavitud desestabilizaba los asentamientos.

5. Regulación y Persistencia de la Violencia

Pese a los intentos de control, la esclavitud persistió. En 1519, el joven Carlos V ordenó que las barras de oro y los esclavos fuesen marcados con su emblema imperial, reforzando el poder real sobre los cuerpos y los bienes. La esclavitud se justificó incluso como forma de “civilización”. En Nicaragua, el fenómeno se intensificó a partir de 1528, donde los nativos fueron esclavizados bajo acusaciones de canibalismo o rebelión. El castigo por estas “faltas” alcanzó niveles brutales: ejecución pública, decapitación y aperreamiento (ser devorados por perros), práctica que buscaba infundir terror ejemplar.

6. Corrupción y Comercio Ilegal

El sistema de control se vio corrompido. Funcionarios reales, como el contador y el factor, participaron en la trata ilegal. Muchos conquistadores falsificaban hierros o justificaban guerras ficticias para esclavizar nativos. Se marcaba indiscriminadamente a indígenas libres, bajo la excusa del “rescate” o del nacimiento de madre esclava. Las relaciones del quinto real (impuesto sobre los esclavos) muestran la magnitud del fenómeno: solo entre 1529 y 1530 se registraron centenares de indígenas herrados y vendidos en Nicaragua. Esto convirtió a la región en una sociedad esclavista, diferente de la anterior “sociedad con esclavos” en Panamá.

7. La Encomienda y el Repartimiento como Gestión de la Violencia

Las instituciones del repartimiento y la encomienda nacieron como alternativas teóricas a la esclavitud, buscando regular el trabajo indígena y evitar abusos. Las Leyes de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542) intentaron humanizar el sistema, definiendo al indio como vasallo libre del rey, pero sometido al tutelaje español. La encomienda pretendía proteger y evangelizar a los indígenas, pero en la práctica funcionó como trabajo forzoso, una forma de esclavitud encubierta. Los encomenderos obtenían mano de obra sin pagar salarios justos y los indígenas sufrían castigos “moderados” permitidos por ley. Las reformas posteriores intentaron limitar la duración de las encomiendas y su transmisión hereditaria, pero los abusos continuaron.

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