La Revolución Argentina (1966-1973)
El Gobierno del General Juan Carlos Onganía
El primer presidente de la Revolución Argentina fue el general Juan Carlos Onganía, quien propuso llevar a cabo una transformación profunda de la estructura política, económica y social, dividida en tres etapas sucesivas:
- El tiempo económico: Buscaba lograr un desarrollo industrial basado en el aumento de la productividad y la eficiencia.
- El tiempo social: Daría lugar a una distribución más equitativa de la riqueza.
- El tiempo político: Sería posible la reapertura de la participación política democrática.
Sus primeras medidas fueron prohibir los partidos políticos, declarar intervenidos los sindicatos, los medios de comunicación y las universidades y, finalmente, suspender la actividad de la legislatura. Onganía pretendía anular los canales de participación política, buscando que las expresiones individuales quedaran absorbidas por corporaciones controladas por el gobierno. Por último, reemplazó la Constitución Nacional por el Estatuto de la Revolución Argentina, que eliminaba la división de poderes y así contribuía a una concentración del poder en el presidente.
El Plan Económico de Krieger Vasena
En el año 1966 asumió Adalbert Krieger Vasena el cargo de ministro de Economía y puso en marcha un nuevo plan económico. Su objetivo era desarrollar una industria moderna capaz de competir en el mercado externo, para lo cual era necesario disminuir los costos de las industrias, atraer capitales extranjeros y combatir la inflación.
Krieger Vasena se propuso eliminar los efectos inflacionarios realizando una devaluación de la moneda y, al mismo tiempo, un aumento en las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Con esto logró evitar el aumento del precio de los alimentos y que los ingresos del sector agropecuario fueran al Estado. Para disminuir los costos de las industrias dispuso el congelamiento de salarios por veinte meses. Por último, para atraer capitales extranjeros impuso altas tasas de interés.
Con este plan, Krieger logró un crecimiento de la actividad económica. El sector más favorecido fue el de las grandes industrias y el sector de la construcción, gracias a las importantes obras que emprendió el gobierno; pero el sector agropecuario resultó afectado por las retenciones, los trabajadores vieron disminuir sus ingresos por el congelamiento de salarios y las pequeñas y medianas industrias se perjudicaron al no poder competir con las grandes empresas.
Contexto Ideológico y Social
La Argentina y la Doctrina de Seguridad Nacional
Según esta doctrina, el comunismo era un enemigo omnipresente que pretendía avanzar sobre Occidente, lo que otorgaba a los ejércitos de cada nación la función de garantizar el orden interno para evitar la propagación de esta ideología. Estados Unidos difundió con fuerza la Doctrina de Seguridad Nacional en los Estados latinoamericanos y el gobierno de Onganía estuvo fuertemente influenciado por ella. Con el argumento de la existencia de un enemigo omnipresente, el Estado impuso un duro control social a través del ejército. Así, impuso la censura sobre la prensa, la radio, las expresiones artísticas, las escuelas y las universidades.
El Movimiento Obrero Durante la Revolución Argentina
En sus comienzos, la Revolución Argentina fue bien recibida por la dirigencia sindical vandorista. Pero pronto se vio que el nuevo régimen significaba una verdadera ofensiva hacia el sector de los trabajadores; el congelamiento de salarios y la suspensión de las convenciones colectivas de trabajo por dos años fue una muestra de que el régimen de Onganía no estaba dispuesto a negociar. En este nuevo contexto, la estrategia vandorista de presionar sobre los gobiernos ya no era posible.
Estas medidas despojaban a los sindicatos de sus fuentes de poder frente a sus bases, lo que tuvo como consecuencia una grave crisis dentro del movimiento obrero. En marzo de 1968 se convocó a un congreso para normalizar la CGT, en el que Raimundo Ongaro fue elegido como secretario general. Este nuevo dirigente proponía una abierta confrontación con el régimen de la Revolución Argentina, a diferencia de Vandor, que planteaba una posición más conciliadora. Esta diferencia desembocó en la ruptura de la CGT:
- Los seguidores de Raimundo Ongaro se agruparon en la CGT de los Argentinos.
- Los seguidores de Vandor lo hicieron en la CGT de Azopardo.
El Cordobazo: La Rebelión Popular de 1969
El Cordobazo fue un suceso que se desencadenó a raíz de la decisión del gobernador de Córdoba, Carlos Caballero, de abolir el “sábado inglés”, que les otorgaba a los trabajadores el pago de una jornada completa, cuando la jornada real del día sábado era de cuatro horas. Como consecuencia, se realizaron movilizaciones, convocadas por los sindicatos, que fueron duramente reprimidas por la policía.
Este conflicto local coincidió con los de otras provincias: en Corrientes, el aumento de los precios de los comedores universitarios originó una movilización en la que, a causa de la represión policial, murió un estudiante. La protesta se extendió así a las demás provincias, que manifestaron su repudio a lo ocurrido en el Litoral. La represión causó la muerte de dos estudiantes más en la ciudad de Rosario. La conmoción fue tal que tanto la CGT de Azopardo como la CGT de los Argentinos decretaron un paro general de 24 horas para el día 30 de mayo.
A su vez, los sindicatos de Córdoba declararon una huelga de 48 horas, que comenzaría un día antes del paro nacional, para expresar el particular descontento que se vivía en esa provincia. El 29 de mayo, obreros y estudiantes se movilizaron y la manifestación se transformó en una rebelión, en la que obreros y estudiantes armaron barricadas y ocuparon la ciudad durante dos días. Gran parte de la clase media apoyó a los obreros arrojando desde sus balcones todo tipo de elementos.
Finalmente, el ejército pudo reprimir la insurrección cuando se declaró el toque de queda. Como resultado, muchos dirigentes sindicales fueron detenidos y condenados a prisión. Semejante manifestación popular puso en duda la capacidad del presidente para mantener el orden. Ante esta situación, sectores opositores que se encontraban dentro de las Fuerzas Armadas comenzaron a planear su sustitución.
El Surgimiento de la Guerrilla Urbana
Ante un régimen militar que había eliminado todos los canales democráticos para la participación política y que continuamente aplicaba la represión violenta, los jóvenes buscaron nuevas formas de ejercer la política y combatir la dictadura. Siguiendo el ejemplo de la Revolución Cubana, se recurrió a la guerra de guerrillas para cumplir con su objetivo. Pero a diferencia de Cuba, las guerrillas fueron predominantemente urbanas, es decir, su campo de acción fue la ciudad. De este modo surgieron distintos grupos que compartían el método de lucha. Las principales organizaciones guerrilleras fueron:
- Montoneros
- Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)
- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
- El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)
La Transición y el Retorno del Peronismo
El Gobierno de Levingston
El Cordobazo, los conflictos sociales y la violencia política desatada por el accionar de las organizaciones guerrilleras hicieron de Onganía el blanco de las críticas de un sector importante del ejército. Finalmente, el 8 de junio de 1970 asumió la presidencia el general Roberto Marcelo Levingston. El nuevo gobierno marcó un cambio de rumbo en la política económica: Aldo Ferrer se propuso proteger la industria nacional. Para ello puso en práctica una serie de medidas de corte nacionalista, estimulando la consigna “Compre Nacional” y obligando a las empresas estatales a comprar insumos realizados en nuestro país. Por otra parte, dispuso aumentos salariales. Con esto lograba mejorar la situación de los trabajadores y aumentar la demanda.
En el ámbito político, el gobierno de Levingston continuó con las medidas de proscripción y no se propuso encauzar una apertura política. Las Fuerzas Armadas estaban debilitadas y ni el giro económico ni la represión pudieron controlar la situación. Esto favoreció un acuerdo entre Perón y el radicalismo, que se concretó en la construcción de una convergencia de fuerzas políticas llamada “Hora del Pueblo”, en la que se conjugaron peronistas, radicales, socialistas y miembros del Partido Conservador Popular, unidos tras el objetivo de una transición a la democracia. Este espacio desarrolló una presión que conduciría a la caída de Levingston, pero el hecho que más decididamente marcó el fin de su breve gobierno fue el segundo Cordobazo o “Viborazo”.
Lanusse y la Transición Democrática
El 22 de marzo de 1971, el general Alejandro Agustín Lanusse comenzó su presidencia, reemplazando a Levingston. El nuevo presidente de facto asumió en un contexto nacional en el que la movilización popular ya desbordaba al régimen militar. Por lo tanto, Lanusse se vio obligado a preparar la transición hacia el retorno de la democracia. Esta transición no podía hacerse de otra manera que no fuera levantando la proscripción del peronismo.
Si bien los militares ya no podían mantener prohibido al partido peronista, encontraron la manera de evitar la candidatura del propio Perón. Para ello impulsaron una cláusula por la cual los candidatos debían encontrarse en el país desde agosto de 1972. Perón, que estaba en el exilio, no cumplía con este requisito. Por otra parte, también se implementó la ley de balotaje, según la cual, si ningún partido alcanzaba el 50% de los votos, debía hacerse una segunda elección. Los militares esperaban, así, impedir el triunfo del peronismo.
“Cámpora al Gobierno, Perón al Poder”
Ante las restricciones impuestas por Lanusse, Perón eligió como candidato del FREJULI (Frente Justicialista de Liberación Nacional) a Héctor José Cámpora para las elecciones de 1973. El FREJULI nucleaba a peronistas, desarrollistas, demócratas cristianos y a algunos desprendimientos del socialismo, del radicalismo y del Partido Conservador Popular. La campaña previa a las elecciones se hizo bajo la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, que confirmaba que el gobierno de Cámpora sería una transición para que el expresidente volviera a la vida política nacional. El FREJULI ganó con el 45% de los votos; a pesar de no llegar al 50% requerido, los opositores reconocieron el triunfo y no hubo balotaje.
Cámpora asumió el 25 de mayo de 1973. Durante su corto gobierno comenzó a vislumbrarse que en el gran movimiento que había apoyado el retorno del peronismo al poder se delineaban dos tendencias:
- La llamada tendencia revolucionaria, constituida por Montoneros y la Juventud Peronista, integrada por jóvenes que veían en el peronismo la vía al cambio hasta construir un “socialismo nacional”.
- La corriente tradicional del peronismo, que se originaba principalmente en el sindicalismo y empezó a ser denominada la “burocracia sindical”.
La profunda división quedó en evidencia cuando Perón dispuso su retorno al país. A raíz de este acontecimiento, se preparó un acto en Ezeiza al que concurrieron más de dos millones de personas, entre las cuales flameaban banderas de la Juventud Peronista y Montoneros.
Pero en el palco donde se recibiría al presidente, un sector ligado al peronismo tradicional esperaba a las columnas con armas de fuego. Desde el palco comenzaron a disparar a la multitud, dando lugar a la llamada Masacre de Ezeiza, que dejó como resultado 13 muertos y cientos de heridos.
Con Perón en el país y la oposición de la derecha que veía al gobierno de Cámpora muy condescendiente con la tendencia revolucionaria, el presidente finalmente debió renunciar, dejando en su cargo de manera provisoria a Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados. Rápidamente se convocó a elecciones en las cuales el peronismo presentó la fórmula integrada por Juan Domingo Perón y su esposa. El 12 de octubre de 1973, habiendo ganado con el 61% de los votos, Perón comenzaba su tercera presidencia.
La Tercera Presidencia de Perón y el Fin del Ciclo
El Gobierno de Perón (1973-1974)
En el regreso de Perón al poder, el líder había mostrado su apoyo a la corriente tradicional del peronismo. El sector de la tendencia revolucionaria se vio desalojado rápidamente del régimen. Los diputados ligados a la tendencia debieron renunciar y lo mismo sucedió con autoridades universitarias. Ante esta situación, como una demostración de fuerzas, los Montoneros asesinaron al secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, una persona muy cercana al presidente.
En abril de 1974, Perón designó a Alberto Villar al frente de la Policía Federal y otorgó a José López Rega el grado de comisario general de dicha institución. En primer lugar, se implantó la censura hacia los medios de comunicación y las expresiones culturales. La medida más siniestra fue la conformación de un organismo parapolicial que se encargaba de llevar a cabo la persecución y asesinato de guerrilleros y políticos de izquierda y de la tendencia revolucionaria del propio movimiento peronista: la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Esta actuaba de manera clandestina, con el objetivo de eliminar todo tipo de conflictividad social a través de la represión. El primer atentado de la Triple A fue en noviembre de 1973, cuando colocaron una bomba en el auto del senador radical Hipólito Yrigoyen.
Perón no llegó a terminar su tercer mandato, ya que murió el 1 de julio de 1974.
El Pacto Social
El ministro de Economía de los gobiernos de Cámpora y de Perón fue José Ber Gelbard, quien impulsó la conformación de un Pacto Social en el cual el Estado, los trabajadores y los empresarios restablecerían la alianza para construir una industria nacional enfocada al mercado interno. Con ese objetivo, se acrecentaron los salarios para aumentar la demanda y la producción y se amplió el gasto público para sostener el nivel de empleo.
