I. La Formación de la Monarquía Hispánica y la Expansión (Siglos XV-XVI)
3.1. Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno. La Guerra de Granada
En 1469, el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón estableció la unión dinástica entre ambas coronas, creando la Monarquía Hispánica. Tras la muerte de Enrique IV en 1474, se inició la Guerra de Sucesión de Castilla, que enfrentó a Juana “la Beltraneja” con Isabel, quien fue reconocida como reina de Castilla en 1479. Cada reino conservó sus propias leyes e instituciones.
La política interior se centró en la necesidad de completar la unificación territorial de los reinos hispánicos, fortaleciendo así la autoridad de la monarquía. En cuanto a las instituciones de gobierno, los Reyes Católicos sentaron las bases de la monarquía autoritaria, profesionalizando y modernizando la administración del Estado. Instauraron un sistema político polisinodial basado en consejos asesores, reorganizaron la Hacienda y crearon la Audiencia y la Santa Hermandad, además de la figura del corregidor.
Se promulgó un decreto por el que los sefardíes fueron obligados a convertirse al catolicismo, buscando la unidad religiosa de la península.
La Guerra de Granada supuso la incorporación del último territorio musulmán a la Corona de Castilla. Granada fue declarada vasalla hasta que, finalmente, fue conquistada en 1492. Esta guerra se desarrolló desde 1482 hasta 1492.
3.2. Exploración, Conquista y Colonización de América (Desde 1492 y durante el Siglo XVI)
Cristóbal Colón, convencido de la esfericidad de la Tierra, pretendió llegar a las Indias cruzando el Océano Atlántico. El 17 de abril de 1492, los Reyes Católicos firmaron con Colón las Capitulaciones de Santa Fe. Colón realizó cuatro viajes sin saber que había llegado a un nuevo continente, hecho que Américo Vespucio confirmó posteriormente.
Surgieron disputas territoriales entre Castilla y Portugal, que se resolvieron mediante el Tratado de Tordesillas (1494).
La Conquista y sus Consecuencias
Hacia 1511 había concluido la conquista de las islas del Caribe. Destacó la conquista de grandes imperios continentales:
- Imperio Azteca
- Civilización Maya
- Imperio Inca
Para la población indígena, la conquista produjo una mortalidad masiva y un fuerte descenso demográfico debido a las enfermedades y la dureza del trabajo. Se produjo un cruce racial masivo:
- Mestizos (indígenas y blancos)
- Mulatos (negros y blancos)
- Zambos (negros e indígenas)
Los colonos recibían tierras y explotaban los recursos económicos con mano de obra indígena y prácticas abusivas, que fueron criticadas por personalidades del clero. Carlos I promulgó las Leyes Nuevas (1542) para mejorar las condiciones de vida de los indios, pero fueron incumplidas, y el tráfico de esclavos desde África aumentó.
La conquista permitió un intercambio de productos agrarios. Las mayores riquezas extraídas fueron el oro y la plata, que se usaron para financiar las guerras de la Monarquía Hispánica y sufragar la deuda con los banqueros italianos y alemanes. Se otorgó a Sevilla el monopolio comercial (a través de la Casa de Contratación) con América, y se impusieron la cultura europea y la religión católica.
II. El Apogeo y la Crisis del Imperio de los Austrias (Siglos XVI y XVII)
3.3. Los Austrias del Siglo XVI: Política Interior y Exterior
Carlos I (1516-1556)
Carlos I fue proclamado emperador del Sacro Imperio en 1519, consolidando una hegemonía europea a pesar de la diversidad de sus territorios. Internamente, reprimió la sublevación de las Comunidades de Castilla (1520-1522) y las Germanías en Valencia y Mallorca (1519-1523), fortaleciendo la monarquía.
En política exterior, libró cuatro guerras contra Francia (1521-1544), asegurando territorios como el Milanesado, y defendió la cristiandad frente a los turcos, con victorias como Túnez (1535) y derrotas como Argel (1541). En Alemania combatió el protestantismo, triunfando en Mühlberg (1547), pero tuvo que aceptar la coexistencia religiosa en la Paz de Augsburgo (1555). Abdicó en 1556, dejando España a su hijo Felipe II.
Felipe II (1556-1598)
Felipe II consolidó el imperio global, extendiéndolo con la colonización de Filipinas (1571) y logrando la unidad peninsular al ser reconocido como rey de Portugal (1581).
En política exterior:
- Derrotó a Francia en San Quintín (1557).
- Venció a los turcos en Lepanto (1571).
- Enfrentó la sublevación de los Países Bajos (1566), que terminó con su independencia parcial.
- Fracasó en la expedición de la Gran Armada contra Inglaterra (1588).
Internamente, sofocó rebeliones como la de los moriscos en las Alpujarras (1568-1570) y los disturbios en Aragón (1590-1592). Desde 1559 fijó su residencia en España, estableciendo Madrid como capital en 1561. Gobernó con poder absoluto, organizando el gobierno mediante un sistema de consejos y virreyes, consolidando un imperio que se describía como aquel donde «nunca se ponía el sol».
3.4. Los Austrias del Siglo XVII: Política Interior y Exterior
En el siglo XVII, los “Austrias Menores” (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) delegaron el gobierno en validos (personas de confianza que gobernaban en nombre del rey).
Felipe III (1598-1621)
Su valido, el Duque de Lerma, decretó la expulsión de los moriscos (1609) e impulsó una política exterior basada en el pacifismo y el pactismo (Pax Hispánica), firmando la Paz de Vervins (1598), la Paz de Londres (1604) y la Tregua de los Doce Años (1609-1621) con las Provincias Unidas.
Felipe IV (1621-1665)
Su valido, el Conde-Duque de Olivares, pretendía la unificación de la monarquía bajo las mismas leyes, instituciones y un ejército permanente (la Unión de Armas, 1626), pero fracasó por la oposición de las Cortes de Aragón, Valencia y Cataluña.
Esta tensión provocó la crisis de 1640:
- Rebelión de Cataluña (1640-1652): Hubo una revuelta en Barcelona (el Corpus de Sangre) y se rebelaron contra Felipe IV, entregando el principado a Francia. Finalmente, se rindieron y se reintegraron en la Monarquía Hispánica, respetando sus fueros.
- Rebelión e Independencia de Portugal (1640-1668): Ante la incapacidad de España para defender estos territorios, el Duque de Braganza se proclamó rey como Juan IV. Con el apoyo de Francia e Inglaterra, Portugal se independizó de España en 1668.
En política exterior, ocurrió la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), donde los Habsburgo (Austria y España) se enfrentaron a los protestantes liderados por Francia. Las derrotas españolas condujeron a la Paz de Westfalia (1648), que supuso la independencia de las Provincias Unidas y la pérdida de la hegemonía de la dinastía Habsburgo en Europa. Francia y España continuaron en guerra hasta 1659, con la Paz de los Pirineos, donde España perdió la hegemonía europea y territorios como el Rosellón, la Cerdaña, la región de Artois y otras plazas de Flandes.
3.5. Sociedad, Economía y Cultura de los Siglos XVI y XVII
H4. Demografía y Sociedad
En el siglo XVI, Europa experimentó una expansión demográfica y económica. La sociedad estamental se mantuvo, pero surgió la élite aristocrática o Grandes de España, que desempeñaban cargos militares y diplomáticos.
Europa vivió una decadencia demográfica en el siglo XVII debido a los conflictos bélicos, la peste, la desnutrición fruto de las malas cosechas, la expulsión de los moriscos, el aumento del número de célibes y la emigración a América. La crisis comenzó a remontar en 1680, antes en la periferia (zonas prósperas como Cataluña) que en el centro. Sin embargo, la sociedad española sufrió un retroceso: aumentaron la nobleza y el clero, y se produjo la “traición de la burguesía”, siendo el campesino el gran perjudicado.
H4. Economía
Durante el siglo XVI, se vivió una expansión económica por el crecimiento de la población y la circulación monetaria, y la acuñación de monedas permitida por las cantidades de oro y plata americanos. Castilla desaprovechó la oportunidad de monopolizar América y convertirse en potencia económica debido al déficit fiscal (deudas de guerra) y a la mentalidad conservadora y antiburguesa.
En el siglo XVII, se vivió una crisis en la agricultura, la ganadería y la artesanía, además de la pérdida del monopolio americano por el contrabando. La política belicista de Felipe IV provocó una crisis fiscal, el endeudamiento de la Hacienda Real y varias bancarrotas estatales. Los intentos de reforma del Conde-Duque de Olivares fueron rechazados, tomando medidas como el aumento de impuestos y manipulaciones monetarias que provocaron una inflación.
H4. Cultura: El Siglo de Oro
A pesar de la crisis económica, hubo un esplendor cultural. Se desarrolló el pensamiento humanista con figuras como Erasmo de Róterdam, Cisneros o Nebrija. En literatura, destacan:
- Fray Luis de León
- Santa Teresa de Jesús
- Cervantes
- Quevedo
- Góngora
- Lope de Vega
Y pintores de la talla de El Greco o Velázquez.
III. El Cambio Dinástico y las Reformas Borbónicas (Siglo XVIII)
3.6. La Guerra de Sucesión. La Paz de Utrecht. Los Pactos de Familia
Bajo Carlos II (1665-1700), la Monarquía Hispánica se convirtió en una potencia de segundo orden. Carlos II no tuvo descendencia, formándose dos posibles candidatos al trono: el Archiduque Carlos de Austria y Felipe de Anjou. En 1700, Carlos II murió y legó todos sus territorios a Felipe de Anjou, con la condición de que estos permanecieran unidos bajo una misma corona.
Las potencias europeas se alarmaron ante la formación de un poderoso bloque político y militar franco-español. Esto desencadenó la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), que fue doble:
- Guerra Europea: Entre el bando franco-español y la Gran Alianza antiborbónica.
- Guerra Civil Española: La Corona de Aragón apoyó al Archiduque Carlos de Austria, mientras que Castilla apoyó a Felipe V.
Con el Tratado de Utrecht (1713), Felipe de Anjou (Felipe V) fue reconocido como rey de España. España tuvo que renunciar a sus territorios en Europa:
- Inglaterra: Gibraltar y Menorca.
- Austria: Flandes, Nápoles, Milán y Cerdeña.
- Saboya: Sicilia.
Además, se impuso la supresión de los privilegios y fueros de la Corona de Aragón (Decretos de Nueva Planta). Se creó un nuevo orden internacional (Francia, Austria e Inglaterra), y España quedó relegada a un segundo orden.
Los Borbones establecieron amistad y alianza con Francia a través de los Pactos de Familia y mantuvieron rivalidad con Inglaterra.
- Felipe V (1701-1746): Firmó dos Pactos de Familia, participando en la Guerra de Sucesión de Polonia y de Austria, recuperando el reino de Nápoles y Sicilia en 1734.
- Fernando VI (1746-1759): Impulsó la neutralidad en la política exterior y reforzó la Armada y el Ejército.
- Carlos III (1759-1788): Firmó el tercer Pacto de Familia con Francia, participando en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), perdiendo Florida y Sacramento. Posteriormente, España y Francia ayudaron a los rebeldes americanos, y España recuperó Florida, Sacramento y Menorca.
3.7. La Nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y Alcance de las Reformas
Con Felipe V y la llegada de los Borbones, España adoptó un modelo de monarquía absolutista inspirado en Francia, centralizando todo el poder en el rey.
A través de los Decretos de Nueva Planta, se suprimieron las instituciones y fueros propios de la Corona de Aragón (Cataluña, Valencia y Aragón) por haber apoyado al Archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión, imponiendo las leyes de Castilla y el uso del castellano. Navarra y el País Vasco conservaron sus instituciones por su lealtad al rey.
Para lograr una administración más eficiente, se crearon Secretarías de Despacho, que reemplazaron a los antiguos consejos, y se reorganizaron las provincias bajo el control de capitanes generales e intendentes. En América, se fundaron nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata), y el control pasó de los consejos a las Secretarías. Estas reformas centralizadas consolidaron una monarquía fuerte, unificada y más eficaz.
3.8. Las Reformas Borbónicas en los Virreinatos Americanos
Las reformas borbónicas en América, impulsadas por la nueva dinastía, reestructuraron la administración colonial para mejorar el control y aumentar los ingresos. Se reemplazaron las instituciones obsoletas, como el Consejo de Indias y la Casa de Contratación de Sevilla. Además:
- Se crearon los virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata.
- Se implementaron las intendencias (1764) para mejorar la autoridad militar y la gestión económica.
- Aumentó el número de Audiencias y se fundó el ejército regular americano para defender puntos estratégicos, creando un arsenal en La Habana.
En cuanto a lo económico, se crearon Juntas de Comercio y Consulados, y se impulsó la liberación del comercio para mayor eficiencia mediante el Reglamento de Libre Comercio (1778), que permitió el comercio entre puertos peninsulares y americanos. Estas reformas fomentaron la movilidad social, especialmente entre criollos, y la economía colonial creció. España requería materias primas, pero no tenía el poder para satisfacer la demanda de manufacturas, por lo que se incrementó el contrabando, mientras que el tráfico de esclavos africanos aumentó, con destinos como EE. UU., Cuba y Brasil.
3.9. Sociedad, Economía y Cultura del Siglo XVIII: La Ilustración y el Despotismo Ilustrado
H4. La Ilustración y el Despotismo Ilustrado
La Ilustración concedió prioridad al uso de la razón y al crecimiento científico. A través del Despotismo Ilustrado, el monarca, asistido por las minorías, debía impulsar reformas para proteger y otorgar la felicidad al pueblo («todo para el pueblo, pero sin el pueblo»). Durante los reinados de Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788), hubo largos gobiernos reformistas para intentar modernizar el Estado a nivel económico, cultural, social y militar.
H4. Demografía y Política Agraria
En la recuperación demográfica, los recuentos generales de la población muestran un crecimiento aproximado de 3 millones de personas entre 1717 y 1797. En la política agraria, el principal obstáculo era el régimen de propiedad de la tierra. La monarquía adoptó algunas medidas, como el Informe sobre la Ley Agraria (1764) de Jovellanos, la creación de importantes obras de regadío, el fomento de nuevas plantas y la eliminación del privilegio de la Mesta.
H4. Industria y Comercio
En el desarrollo de la industria, el principal problema era el sistema gremial. El objetivo era crear una industria nacional potente, capaz de competir con los productos extranjeros y asegurar el abastecimiento a los dominios españoles. Para ello, la monarquía fundó las Reales Fábricas, ayudando al desarrollo de la industria privada.
Respecto al comercio y transporte, se reconstruyó la marina, fomentando los astilleros de Cádiz, Cartagena y Ferrol. La monarquía, junto con los decretos de liberación del comercio en América en 1765 y 1778, terminó con el monopolio de Sevilla y Cádiz, y se construyó la primera red de carreteras radial con centro en Madrid.
H4. Hacienda y Educación
En cuanto a la reforma de la Hacienda, el Marqués de la Ensenada elaboró un catastro para registrar los propietarios y riquezas (cada súbdito español pagaría según su riqueza).
Para la educación y cultura, se crearon las Reales Academias (como la Española), se inició una reforma de los estudios universitarios y de las enseñanzas medias, y se impulsó la educación primaria. Carlos III realizó un conjunto de medidas aplicadas en la ciudad de Madrid («el mejor alcalde de Madrid»). Fernando VI reorganizó y profesionalizó el ejército, y la Armada trató de aumentar su rapidez y eficacia, creándose un ejército regular americano.
