Orígenes y Consolidación de los Reinos Cristianos
El Reino de Asturias: De Pelayo a la Expansión del Duero
A lo largo del siglo VIII, algunos caudillos locales de las montañas asturianas se negaron a pagar tributos a los emires cordobeses. El más destacado de ellos fue Pelayo, quien en las cercanías de Covadonga resistió un ataque de los musulmanes hacia el año 722. Años después, los emires musulmanes reconocieron la imposibilidad de seguir controlando los territorios de la franja cantábrica, que actuaban sin tener en cuenta las órdenes que les llegaban de Córdoba. Alfonso I (739-756) y Alfonso II (791-842) fueron los primeros monarcas del reino de Asturias, que surgió alrededor de Cangas de Onís y posteriormente se expandió hacia el Oeste y llegó a dominar buena parte de Galicia. La corte del reino se estableció en Oviedo y se recuperaron algunas leyes visigodas.
La Marca Hispánica y el Nacimiento de los Condados Orientales
Mientras el reino de Asturias se consolidaba, el rey franco Carlomagno realizó varias expediciones en suelo hispánico contra los musulmanes. En ellas consiguió el control de ciudades como Pamplona, Jaca, Girona y Barcelona, pero fracasó en su intento de llegar hasta el valle del Ebro y dominar Zaragoza. Para reforzar militarmente la frontera de su reino, Carlomagno creó una zona defensiva a lo largo de los Pirineos. Este territorio bajo control franco se conoce como Marca Hispánica. La Marca estaba fortificada y, para su defensa, se dividió en condados gobernados por condes que debían jurar fidelidad al monarca franco. Tras la muerte de Carlomagno, los condes tendieron a convertir su cargo en hereditario y a independizarse del reino franco. Fue así como nacieron el reino de Pamplona, los condados aragoneses y los condados catalanes.
La Expansión Asturiana hacia el Duero
En la segunda mitad del siglo IX, los reyes de Asturias, y en particular Alfonso III (866-910), aprovecharon los enfrentamientos internos y la debilidad de los emires cordobeses para expandir sus dominios. Poco a poco, ocuparon los territorios que se extendían desde la Cordillera Cantábrica hasta el río Duero. Se trataba de una zona abandonada por las guarniciones militares andalusíes y que se hallaba prácticamente deshabitada y yerma. Tras esta expansión, ciudades como Astorga, León, Oporto y Zamora pasaron a formar parte del reino de Asturias.
La Formación de León, Pamplona y Aragón
El Reino de León y la Repoblación del Duero
En el siglo IX, para la ocupación efectiva del margen derecho del valle del Duero, se hizo necesario repoblar el territorio y ponerlo en cultivo. De este modo, se promovió que familias campesinas de los valles cantábricos (cántabros y astures) se desplazasen a las nuevas tierras y se instalasen en ellas. Con el objetivo de controlar el territorio y proteger a estas familias, el rey Ordoño II (914-924) trasladó su corte a León (914), que se convirtió en la capital. El aumento de territorios al Sur de la Cordillera Cantábrica fue tan importante que el reino de Asturias pasó a denominarse reino de León.
Los Reinos de Pamplona y Aragón
El pueblo de los vascones ocupaba una amplia franja entre los ríos Arga y Aragón, afluentes del Ebro. Desde allí, diversas familias (los Arista y los Jimena) resistieron las presiones de francos y musulmanes por controlar su territorio. La dinastía de los Arista logró expulsar de Pamplona a los gobernadores francos y constituir un reino independiente, denominado reino de Pamplona. En el siglo X, los reyes de Pamplona expandieron sus dominios por tierras de Álava y La Rioja e incorporaron el condado de Aragón. En los valles de Hecho, Ansó y Canfranc, la familia Aznar Galíndez consiguió deshacerse de la dependencia de los francos durante el siglo IX y creó el condado de Aragón. Al Este del condado de Aragón se formaron otros dos condados, el de Sobrarbe y el de Ribagorza.
La Independencia de los Condados Catalanes
Su unión durante el siglo XI dio lugar a la creación del reino de Aragón. La parte oriental de la Marca Hispánica estaba ocupada por varios condados (Barcelona, Ampurias…). A finales del siglo IX, Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, anexionó a sus dominios la mayoría de los condados catalanes y convirtió su título en hereditario. Estas tierras recibieron también el nombre de Cataluña. Su nieto, Borrell II, dejó de prestar fidelidad a los reyes francos (987) y los condados catalanes se independizaron. A lo largo de los siglos XI y XII, el condado de B
La Debilidad de Al-Ándalus y el Avance Cristiano (Siglos XI y XII)
Las Parias y la Conquista de Toledo
La división del Califato en pequeños reinos de taifas (1031) debilitó militarmente a Al-Ándalus y benefició a los reinos cristianos, que tomaron la iniciativa militar y conquistaron amplios territorios hacia el Sur durante los siglos XI y XII. Los reyes de taifas aceptaron el pago de las parias —una cantidad anual de oro y objetos preciosos— a los reinos del Norte, con las cuales aquellos compraban la paz y la permanencia en el territorio.
Gracias a las parias, los reyes cristianos construyeron nuevos castillos, mejoraron el armamento y organizaron grandes ejércitos para futuras operaciones militares. Fernando I (1037-1065) presionó a las taifas de la zona y dirigió la repoblación de buena parte de las actuales provincias de Salamanca y Ávila. Alfonso VI (1065-1109) conquistó Toledo (1085), capital del antiguo reino visigodo. A partir de ahí, el monarca y sus tropas ocuparon el centro de la Península. A lo largo del siglo XII, el avance se detuvo por la ayuda que recibieron las taifas de pueblos norteafricanos (almorávides y almohades) y por las pugnas internas entre Castilla y León.
Estrategias de Ocupación: La Repoblación
La repoblación era la ocupación por nuevos habitantes de las tierras que se habían mantenido deshabitadas (Valle del Duero y Plana de Vic) o que los reyes cristianos habían arrebatado a Al-Ándalus (valle del Tajo, valle del Ebro). Estas tierras, que pertenecían al monarca, eran entregadas a nobles, para que las defendiesen, o a monjes, para que construyesen monasterios.
Tipos de Repoblación
- Las repoblaciones libres (siglos IX-X): mediante presura o aprisio, por las cuales el rey concedía las tierras a repoblar a campesinos libres. Los colonos que se instalaban en ellas poseían pequeñas parcelas de tierra (alodios) y formaban aldeas en las que pastos, agua y bosques eran bienes colectivos.
- Las repoblaciones concejiles (siglos XI-XII): organizadas de forma colectiva por los monarcas en zonas de frontera que sufrían continuos ataques. Para estimular la repoblación de ciudades o crear otras nuevas, los reyes otorgaban privilegios a sus moradores.
