Crisis del Siglo XVII: Felipe III, Felipe IV y Carlos II

1º. La crisis del Siglo XVII


Durante el Siglo XVII continúan reinando en España los Austrias, conocidos como los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) La principal carácterística de este siglo es que España va perdiendo progresivamente la hegemonía Europea.  

De forma global, el Siglo XVII es una centuria de crisis generalizada en Europa. Dicha crisis va a afectar a España en tres sentidos:

 –

Crisis demográfica

Hubo periodos en que la población descendíó considerablemente debido a las continuas guerras, a la expulsión de los moriscos y, especialmente, por las continuas crisis epidémicas. En este siglo hubo tres terribles epidemias  

– La primera, entre 1598 y 1602

– La segunda, entre 1647 y 1652

– La tercera, entre 1676 y 1685


Crisis económica

Una crisis que era visible en el los últimos años del reinado de Felipe II, y continuo en sus sucesores. Factores:

– Las malas cosechas.

– Los elevados costes con que se producía en la industria.

– La caída de las cantidades de oro y plata que llegaban de América.

– El aumento de los impuestos necesarios para mantener la costosa política internacional.

Los monarcas van a alterar y manipular las monedas en circulación, dando lugar a prácticas como el resello. Con estas medidas provocaron una subida espectacular de los precios.


– Crisis social

La crisis económica tuvo repercusiones sociales.
Las clases privilegiadas se consolidaron aún más, las clases populares veían empeorar su situación lo que les empujaba a la delincuencia, al bandolerismo o a la mendicidad. Este panorama está reflejado en la pintura costumbrista del Siglo XVII y en la literatura de la época.


2º. Los reinados de los últimos Austrias españoles


2.1. El reinado de Felipe III (1598-1621)

La principal carácterística de este reinado es que un periodo de paz ya que se pretendíó mantener la hegemonía europea a partir de la vía diplomática en vez de la fuerza de las armas. Felipe III es el causante de que se firmara la paz con Inglaterra y y la Tregua de los Doce Años (1609) con los rebeldes de los Países Bajos.

Esta política de pacifismo culminó en 1618 con el estallido de la Guerra de los Treinta Años.
Esta guerra comenzó siendo un conflicto interno y muy localizado en el Imperio alemán, una lucha entre protestantes y católicos; pero, a lo largo de los años, lo convirtió en una lucha por la hegemonía en Europa entre los Austrias y Francia.

En el plano interior, con el reinado de Felipe III se inicia el gobierno de los validos, que va a caracterizar a los Austrias menores. Los reyes no gobernaban personalmente sus reinos, sino que se apoyaron en validos que dirigían la política en su lugar. El cargo de valido no era institucional, sino fruto de un nombramiento. Su poder residía en la confianza que el rey había depositado en una persona.
Cuando la confianza decrecía, el valido desaparecía. El primer, y principal, valido de Felipe III es el duque de Lerma (1599)

En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos, esta decisión política fue muy perjudicial para la agricultura en Valencia y Aragón.

2.2. El reinado de Felipe IV (1621-1665)

Fue un reinado muy agitado y la crisis y decadencia española tocaron fondo.

A) Política interior

Felipe IV confió el gobierno a un nuevo valido, el conde-duque de Olivares (1621-1643) Olivares abordó una ambiciosa política de reformas fiscales que pretendíó imponer de forma autoritaria.
Entre las reformas que hizo, la más importante estada destinada a conseguir que los reinos no castellanos aumentaran sus contribuciones.
Presentó el proyecto conocido como la Uníón de Armas (1625), este proyecto chocó con la realidad: la crisis económica y social, y la resistencia de los distintos reinos, que se apoyaban en sus fueros y privilegios para oponerse.


– La rebelión en Cataluña

Las Cortes catalanas venían negándose a aportar nuevos ingresos a la Hacienda. Y, en 1635, el conde-duque quiso llevar la guerra contra Francia a Cataluña para así involucrar a los catalanes. El descontento popular alcanzó su momento culminante el día del Corpus (7 de Junio de 1640) cuando una multitud de campesinos (segadores)
se adueñó de Barcelona y dio muerte al virrey, conde de Santa Coloma.
Las autoridades catalanas decidieron separarse de la monarquía española y buscar el apoyo en Francia. Días después, Luis XIII, fue proclamado conde de Barcelona.
La recuperación de Cataluña por las tropas reales fue en 1652.


– La sublevación de Portugal

Ante la grave situación en Cataluña, Olivares pidió un mayor número de tropas a Portugal. Este hecho, junto a muchos otros, provocó que la población portuguesa se revelara en 1640, proclamando rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. El levantamiento contó con el apoyo de Francia, Holanda e Inglaterra. España reconocíó la independencia de Portugal en 1668 por el tratado de Lisboa.


– Otras sublevaciones

En torno a 1640, estallaron otras sublevaciones en Andalucía, Aragón y Sicilia. Todas fueron fáciles de dominar menos la más temible que fue la de Nápoles en 1647.

En 1643, Felipe IV se vio obligado a destituir al conde duque de Olivares.

Para concluir, en estas crisis se manifiesta de forma gráfica el enfrentamiento entre las dos formas de concebir la unidad de España: la lucha entre el centralismo y el foralismo.

B) La política internacional: la pérdida de la hegemonía

La Guerra de los Treinta Años, iniciada en 1618. En 1621, y una vez finalizada la Tregua de los Doce Años (firmada en 1609), los Países Bajos volvieron a convertirse en uno de los principales focos bélicos de España. Los holandeses se unieron a los enemigos de los Austrias que luchaban en la Guerra de los Treinta Años. La guerra de los Treinta Años la podemos clasificar

1. En un primer momento intervinieron frente a los Austrias Dinamarca y Suecia. Que vencieron los Austrias

2. Desde 1635 intervino en la guerra Francia. Las victorias de los Austrias continuaron

3. En 1640, año en el que se sublevaron Cataluña y Portugal, la situación se invierte y comienza la decadencia española.

4. En 1643 caía el conde-duque; y tercios españoles, hasta entonces invencibles, eran vencidos en la batalla de Rocroi.

5. La guerra acaba con la paz de Westfalia en 1648.
Por este tratado España reconoce la independencia de Holanda, pero continuó la guerra contra Francia. Inglaterra se puso al lado de Francia y ocupó la isla de Jamaica (1655). La paz con Francia se firma tras la derrota española en la batalla de Las Dunas (1658) Este acuerdo ha pasado a la historia como la paz de los Pirineos (1659) Para España supuso la pérdida de la provincia de Artois, en los Países Bajos, de diversas plazas flamencas y la de los territorios catalanes del Rosellón y la Cerdaña. También se acordaba el matrimonio de Luis XIV con María Teresa de Austria.

Como conclusión, decir que la paz de los Pirineos señaló el fin de la hegemonía española en Europa, mientras se iniciaba la de Francia.

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