Aparición de Movimientos Anticolonialistas
Desde finales del siglo XIX habían surgido movimientos nacionalistas y emancipadores en las colonias. Sus orígenes ideológicos procedían de tres fuentes:
- La Internacional Comunista, que impulsó la creación de partidos de esta ideología en todo el mundo. En algunas colonias, estos partidos encabezaron la lucha por la independencia, como en el caso de Indonesia e Indochina.
- Las ideologías que propugnaban la recuperación y dignificación de las culturas autóctonas (indigenismo). Ejemplos de estos movimientos serían la defensa del concepto de «negritud» por parte de Léopold S. Senghor en Senegal o el *panarabismo* de Nasser en Egipto.
- La defensa de la identidad religiosa, aspecto muy importante en algunos países islámicos.
También resultó esencial el papel desempeñado por algunos líderes locales, como Gandhi en la India, Ho Chi Minh en Indochina o Nkrumah en Ghana.
Casi todos pertenecían a las élites locales y habían recibido formación en Occidente. Al volver a sus países, optaron por reivindicar su cultura como base del nacionalismo que inspiró los movimientos que encabezaron.
La base social de estos grupos independentistas se hallaba en la burguesía comercial y administrativa, que conformaba la minoría dominante local que aportó los dirigentes y los recursos necesarios para la emancipación.
El Papel de la ONU en la Descolonización
La posición de la ONU respecto del problema colonial, que recogía el espíritu de lo firmado en la Carta del Atlántico de 1941, favoreció asimismo el proceso de autodeterminación de los territorios coloniales.
Más de la mitad de los Estados fundacionales de la ONU habían sido colonias.
Este hecho influyó en gran medida en el tratamiento de la cuestión colonial.
Su carta fundacional recogió ya en 1945 la oposición al colonialismo y definió, además, el derecho de autodeterminación de las colonias. Unos años más tarde, en 1952, incluyó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos el derecho que tienen los pueblos colonizados a disponer de sí mismos. En 1960, su Resolución 1514 condenó el colonialismo.
Aunque la capacidad de acción de la ONU al respecto fue limitada, actuó como una conciencia crítica que dio voz a las colonias.
La Conferencia de Bandung y el No Alineamiento
Los países que se iban independizando intentaron tomar posiciones conjuntas y sirvieron de modelo para los demás. La iniciativa más importante fue la Conferencia de Bandung, celebrada en 1955, que convocó a los países recién independizados de Asia y África con el objetivo de posicionarse ante la política de bloques. Algunos líderes de estos nuevos países tuvieron un papel relevante en la creación del Movimiento de Países No Alineados.
La conferencia estimuló la conciencia anticolonialista, pues supuso un gran apoyo moral para los movimientos independentistas. Los firmantes debían:
- Ayudar a los diversos movimientos independentistas.
- Impedir la instrumentalización de las naciones independizadas por parte de alguno de los dos bloques en conflicto por la hegemonía mundial.
- Condenar el imperialismo.
Con posterioridad se volvieron a reunir, pero no lograron desligarse de la influencia de las grandes potencias, ni evitar enfrentamientos entre algunos de sus Estados miembros.
Etapas de la Descolonización
La descolonización se inició en el subcontinente indio y se extendió por el resto de Asia y África. Podemos distinguir tres grandes etapas que permiten establecer una cronología del proceso:
- Una etapa inicial situada entre 1945 y 1955. Esta fase afectó sobre todo al continente asiático y a los países de Oriente Próximo. También supuso la toma de conciencia de los países menos desarrollados y del no alineamiento, como ya se ha señalado, cuyo máximo exponente fue la Conferencia de Bandung celebrada en 1955.
- La segunda etapa abarca el periodo entre 1955 y 1970. Su principal característica fue la expansión del fenómeno descolonizador por África y los últimos territorios asiáticos (excepto Omán y los Emiratos Árabes Unidos, que siguieron bajo protectorado británico). En esta etapa tuvo un papel relevante la ONU a través de la Resolución 1514 de 1960.
- La última etapa comprende el periodo entre 1970 y la actualidad. En esta fase se produjo la independencia de las últimas colonias africanas y de otros territorios que eran residuos de la etapa colonial, como Hong Kong (devuelta en 1997 por Reino Unido a China), Macao (devuelta también a China en 1999 por Portugal) o Timor Oriental (perteneciente al Imperio portugués y ocupada luego por Indonesia, alcanzó su independencia en 2002). Aún hoy existen zonas del mundo que la ONU considera territorios no autónomos, algunos de los cuales son reminiscencias de los imperios coloniales.
Independencia del Imperio Británico: La India
La independencia de la India, la colonia más importante del Reino Unido -la «Joya de la Corona»-, constituyó el primer hito de la descolonización.
La descolonización del Imperio británico fue un modelo poco conflictivo, negociado entre las colonias y la metrópoli. Esto se debió al tipo de relaciones políticas y económicas que Londres había establecido con sus colonias: una administración colonial indirecta, que concedía amplia autonomía a los gobiernos locales. Además, se estableció la Commonwealth (Comunidad Británica), que promovía la cooperación económica entre las colonias y la metrópoli.
El proceso descolonizador se gestó durante la Segunda Guerra Mundial. Los intentos de acuerdo entre los británicos y los dos partidos independentistas -el Partido del Congreso, liderado por Nehru y Gandhi, y la Liga Musulmana, liderada por Ali Jinnah- no tuvieron éxito en ese momento.
Tras la guerra, Londres se dio cuenta de la imposibilidad de mantener la colonia. El líder indio Gandhi propugnó la política de resistencia pasiva, que se basaba en la negativa de la población a cooperar con las autoridades coloniales británicas, pero sin recurrir a la violencia. El Gobierno británico decidió entonces que la mejor solución era la concesión de la independencia.
El proceso descolonizador siguió las pautas del Plan Mountbatten. Este plan consistía en dividir la India en dos Estados, según las creencias religiosas de sus poblaciones: la Unión India, que agrupó a la población hindú, y Pakistán, que aglutinó a la población musulmana.
La Creación del Estado de Israel y el Conflicto Árabe-Israelí
Orígenes del Conflicto
El problema árabe-israelí se remonta a finales del siglo XIX con la aparición del movimiento sionista, que defendía la creación de un «hogar nacional» para el pueblo judío en los territorios de Palestina. Estas aspiraciones se plasmaron en la llamada Declaración de Balfour de 1917, una propuesta británica que concretaba políticamente esa posibilidad.
En 1922, Reino Unido obtuvo el mandato sobre Palestina y permitió la llegada de colonos judíos. Pero la afluencia masiva se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, huyendo de la persecución nazi, y se redobló acabado el conflicto, cuando mucha población judía decidió abandonar Europa.
El asentamiento de tanta población nueva no tardó en provocar enfrentamientos con los palestinos que vivían allí. El Reino Unido propuso la partición del territorio entre árabes y judíos, pero ninguna de las dos comunidades aceptó la medida.
El asunto pasó a la ONU. En la Asamblea General se aprobó la propuesta de partición, principalmente gracias al apoyo estadounidense, donde la comunidad judía tenía un gran poder. Jerusalén se mantenía como espacio internacional que no pertenecía a ninguno de los dos Estados.
El plan fue aceptado por los judíos, pero no por los árabes. Estos se negaban a la creación de un Estado judío en una tierra que consideraban suya; además argumentaban que el territorio asignado a los palestinos estaba fragmentado en regiones aisladas, lo que no permitía organizar un Estado viable.
Las Guerras entre Árabes e Israelíes
La aplicación del plan se efectuó en 1948. El Reino Unido se retiró de la zona y se proclamó el Estado de Israel. Inmediatamente, los países árabes intentaron invadir el territorio judío y estalló la primera guerra árabe-israelí (mayo de 1948-enero de 1949). La victoria le permitió a Israel ampliar su territorio y, con ello, la capacidad para recibir nuevos inmigrantes. Entre 1948 y 1952, más de 600.000 judíos se establecieron en Israel. Paralelamente surgió el problema de los refugiados palestinos, ya que más de 700.000 se vieron obligados a abandonar las tierras ocupadas por Israel y a establecerse en la región de Cisjordania y el sur del Líbano.
Desde entonces, Israel y sus vecinos han tenido varios conflictos:
- En 1956, estalló la segunda guerra árabe-israelí a causa de la nacionalización del canal de Suez anunciada por el presidente egipcio Nasser.
- En 1967, tuvo lugar la tercera guerra árabe-israelí o guerra de los Seis Días. Tras un periodo de tensión entre Israel y sus vecinos, Egipto bloqueó el golfo de Akaba, considerado esencial para la navegación israelí. El Estado judío lanzó un ataque preventivo. En poco tiempo las fuerzas israelíes derrotaron a sus vecinos (Egipto, Jordania y Siria) y lograron conquistar «franjas de seguridad» en todas sus fronteras con la excusa de protegerse de nuevos ataques.
- En 1973, se produjo la cuarta guerra árabe-israelí o guerra del Yom Kippur cuando Egipto y Siria intentaron recuperar los territorios perdidos en 1967. Los israelíes derrotaron a ambos países.
Desde 1973, no ha habido más guerras entre Israel y sus vecinos. Las relaciones entre Egipto e Israel se normalizaron gracias a los Acuerdos de Camp David de 1978. Sin embargo, sí han existido conflictos indirectos, como la guerra civil del Líbano (1975-1990) y la breve invasión israelí al sur del Líbano en 2006, para luchar contra las milicias de Hezbolá.
El Problema Palestino
El problema palestino hace referencia al conflicto que mantienen los palestinos con Israel por la consecución de un Estado viable.
Los primeros signos de resistencia palestina se concretaron en la formación de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en 1964, que atacó a Israel utilizando la lucha armada, que se prolongó hasta los años setenta. Ya con Yasser Arafat al frente de la organización renunciaron a la lucha armada, lo que posibilitó que la ONU reconociera a la OLP como representante del pueblo palestino en 1974. La nueva forma de lucha de los palestinos fue la llamada Intifada de 1987.
La Conferencia de Madrid de 1991 inició la aproximación entre ambos bandos, que se plasmó en los Acuerdos de Oslo de 1993, por los que se crearon zonas autónomas gobernadas por los propios palestinos a través de la denominada Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El retraso en la culminación del proceso y el recrudecimiento de la tensión entre la ANP e Israel llevaron a una segunda Intifada en el año 2000.
El triunfo de los radicales islamistas de la organización Hamás en las elecciones palestinas de 2006 supuso un nuevo conflicto con Israel, que en 2009 lanzó un violento ataque sobre Gaza sin lograr el objetivo de doblegar a Hamás.
Desde entonces, la situación permanece estancada, por lo que constituye un permanente foco de inestabilidad. De hecho, los enfrentamientos armados entre Hamás e Israel se han venido reproduciendo con frecuencia -2006, 2009, 2014, 2018, 2021-. A los ataques con cohetes de Hamás, Israel ha respondido con intensos bombardeos. Estos choques han afectado fundamentalmente a Gaza y han producido numerosas víctimas civiles en ambos bandos, aunque mucho más numerosas entre los palestinos.