El Fascismo en Italia
Después de la Primera Guerra Mundial, Italia atravesaba una situación grave debido a la crisis económica, la inflación y el paro. También existía una sensación de insatisfacción por los Acuerdos de Versalles. Benito Mussolini se aprovechó de esta situación formando unas fuerzas paramilitares con burgueses jóvenes y excombatientes llamados Fasci di Combattimento a partir de 1919. Estos grupos apalizaron y asesinaron a miembros de organizaciones de izquierda.
En 1921, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista (PNF), el cual obtuvo muchos afiliados y tenía una simbología propia: camisas negras como uniforme y el saludo romano. En agosto de 1922, los fascistas consiguieron abortar unas huelgas producidas por organizaciones de izquierdas, y luego, en octubre de ese mismo año, realizaron un golpe de Estado encubierto, conocido como La Marcha sobre Roma, acompañado de una serie de manifestaciones. La marcha finalizó cuando Víctor Manuel II, presionado por los políticos y otros sectores, nombró a Mussolini para formar un nuevo gobierno.
Características del Régimen Fascista
A partir de 1922, Mussolini convocó unas elecciones en las que su partido, el PNF, ganó con mayoría absoluta. Las acusaciones de fraude electoral fueron contestadas con el secuestro y asesinato del diputado socialista Matteotti.
En 1925, Mussolini inició la instauración de la dictadura fascista, la cual se caracterizó por:
- La supresión de la democracia, suspendiendo los derechos constitucionales.
- La prohibición de la creación de partidos y sindicatos.
- La disolución del parlamento.
- La creación de una policía política para perseguir el antifascismo.
- La concentración de todos los poderes, ya que Mussolini se proclamó jefe del gobierno y del PNF.
- La creación de un estado corporativo (Ley Rocco de 1926).
- Las buenas relaciones con el Vaticano mediante el Convenio de Letrán en 1929.
- El inicio de una política exterior expansionista, conquistando Abisinia en 1936 y liquidando las resistencias en Libia, Eritrea y Somalia.
- La aprobación de leyes raciales dictadas en 1938, que prohibían el matrimonio entre blancos y negros e introducían el antisemitismo.
En la economía, Italia buscaba la autosuficiencia y la autarquía, promoviendo el intervencionismo económico. Para ello, redujeron importaciones y controlaron las producciones agrícolas e industriales. El aumento de la producción de cereal se denominó La Batalla del Trigo.
A nivel social, se estimuló la afiliación al partido y sindicato fascista. También había un control estricto sobre la educación y el tiempo libre, así como sobre los medios de comunicación.
El Nazismo en Alemania
Tras la abdicación del Káiser Guillermo II en 1918, se creó la República de Weimar, basada en una constitución democrática. Esta república estaba amenazada por:
- Las insurrecciones de la extrema izquierda comunista, que dieron origen a disturbios e intentos de revolución.
- La hostilidad de la extrema derecha nacionalista, especialmente de grupos que rechazaban el Tratado de Versalles.
- La difícil situación económica de la posguerra, marcada por la alta inflación, el alto nivel de paro y la devaluación de la moneda.
En septiembre de 1919, Hitler se incorporó al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) y en 1921 se puso al frente de él. Hitler lo reorganizó y lo dotó de un carácter violento, creando las SA (Sección de Asalto) y adoptando emblemas similares a los fascistas italianos: camisas pardas, el saludo romano y la cruz gamada.
En 1923, animados por la toma del poder de Mussolini, Hitler decidió dar un golpe de Estado conocido como Putsch de Múnich. Fue detenido y condenado a seis meses de cárcel, tiempo durante el cual escribió su libro Mein Kampf (Mi lucha), en el que exponía su pensamiento:
- Antiparlamentarismo y antibolchevismo.
- Necesidad de un liderazgo único y fuerte (el Führer) para dirigir al pueblo alemán.
- Antisemitismo y superioridad de la raza aria.
- Necesidad de forjar un Gran Reich con todos los territorios germanos.
Una vez que Hitler salió de la cárcel, su liderazgo se había reforzado considerablemente. Reconocido como Führer en 1925, creó su propia milicia, las SS (Grupo de Protección).
El Régimen Nazi en el Poder
La mejora de la economía entre 1924 y 1929 hizo perder terreno al partido nazi, pero la crisis de 1929 le dio una fuerza imparable. El 30 de enero de 1933, Hindenburg nombró a Hitler canciller de Alemania.
Las elecciones de marzo de 1933 depararon un nuevo triunfo del partido nazi. Llegaron a un acuerdo con los nacionalistas y los miembros del Partido de Centro Católico, y Hitler aprobó una Ley de Plenos Poderes. A partir de ese momento, cualquier atisbo de democracia y la República de Weimar quedaron enterrados.
Una serie de medidas completaron el proceso de nazificación de Alemania:
- La ilegalización de partidos socialdemócratas y comunistas, cuyos dirigentes fueron enviados a campos de «reeducación» y sus bienes confiscados.
- La unificación de los Länder.
- La depuración de la administración.
- El reforzamiento de la represión, creando la Gestapo en 1934 y comenzando la creación de campos de concentración en 1933.
- La eliminación de la disidencia dentro del partido.
- La búsqueda del «espacio vital» que garantizara la expansión territorial.
- El nombramiento de Hitler como jefe de Estado después de que Hindenburg muriera en agosto de 1934, convirtiendo a Hitler en el líder del III Reich.
En 1933, se declaró un boicot a los comercios judíos en todas las ciudades. En 1935, se degradó a los judíos alemanes a ciudadanos de segunda clase. El 9 de noviembre de 1938 tuvo lugar la llamada Noche de los Cristales Rotos, preludio del futuro Holocausto y exterminio judío en toda Europa.
La Economía Nazi
El objetivo económico alemán era convertirse en una gran potencia industrial y eliminar el problema del paro. Para ello, reforzaron el sistema capitalista alemán y aplicaron el Plan Cuatrienal. Las principales directrices económicas fueron:
- La autarquía económica.
- El impulso de obras públicas financiadas por el Estado.
- El control de precios y salarios.
- El fomento de la industria pesada, sobre todo en el armamento.
En 1939, Alemania ya era la segunda potencia económica más grande.
El Estalinismo en la Unión Soviética
La planificación económica de Stalin consistió en apostar por una economía planificada, centrada en la colectivización. En 1928, se procedió a la colectivización forzosa agraria para el control del campesinado y de la producción. Se eliminó la propiedad privada y se forzó a los campesinos a incorporarse a las granjas colectivas (Koljós) o estatales (Sovjós). A quienes se resistieron, se les definió como enemigos, procediendo a la destrucción de los kulaks como clase.
Otro pilar fue la industrialización, organizada mediante los Planes Quinquenales, que fijaron los objetivos y los medios para transformar la economía sobre la base de la socialización y el esfuerzo de los trabajadores. El objetivo era potenciar la industria pesada y las construcciones mecánicas, así como la producción de energía e infraestructuras.
Por último, el régimen se caracterizó por el uso sistemático de la violencia y la coerción.
Los Gulags
Los Gulags eran los campos de trabajo forzado soviéticos a los que se enviaba a la gente que se oponía al régimen de Stalin. Aunque eran presentados como prisioneros, en realidad eran esclavos. Eran maltratados y a menudo sometidos a temperaturas bajo cero.