El Colapso de la Restauración y el Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)

Introducción: El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del Sistema

En 1902, Alfonso XIII accede al trono con solo 16 años. Con él continúa el sistema de la Restauración, pero los desastres del 98 y las crisis de 1909 y 1917 harán que el cada vez mayor protagonismo del rey en los asuntos políticos incremente el fraccionismo parlamentario. La inestabilidad culminará con el golpe de Estado de Primo de Rivera y la instauración de una dictadura militar, proceso que acabará finalmente con la proclamación de la II República.

Los puntos que se desarrollarán son los siguientes:

  1. Continuidad de la Restauración (1902-1912)
  2. Proceso de desintegración del sistema (1917-1923)
  3. La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
  4. La caída de la monarquía y el auge del republicanismo (1930-1931)

1. Continuidad de la Restauración (1902-1912)

Los primeros años del reinado de Alfonso XIII, hasta 1912, se caracterizaron por un movimiento de regeneracionismo o revisionismo que intentaba adaptar el sistema a las nuevas exigencias sociales, motivadas por la mala situación del campesinado y la clase obrera.

Este objetivo no pudo llevarse a cabo debido a la crisis del sistema canovista, que entró en un proceso de deterioro desde 1898 y llegaría a su punto álgido en 1917. El turnismo fue posible durante los primeros años del reinado de Alfonso XIII gracias a figuras como Antonio Maura y José Canalejas.

El Regeneracionismo Conservador y Liberal

  • Francisco Silvela se hizo cargo del primer gobierno del rey, pero fue pronto sustituido por Antonio Maura (Partido Conservador). Maura intentó regenerar el país acabando con el caciquismo y adoptando medidas sociales, como la creación del Instituto Nacional de Previsión (INP).
  • José Canalejas (Partido Liberal) continuó con las reformas, destacando la Ley del Candado (1910), que limitaba la creación de nuevas órdenes religiosas.

Todo lo anterior ocasionó el aumento de la oposición por parte de fuerzas políticas y sociales que quedaban fuera del sistema de turnos. Surgen nuevos partidos republicanos, como el Partido Radical de Alejandro Lerroux o el Partido Reformista de Melquíades Álvarez. Además, se siguen desarrollando los partidos obreros, como el PSOE y los anarquistas, que fundaron su sindicato, la CNT, en 1910. Más tarde surgiría el PCE.

También se siguieron desarrollando los partidos nacionalistas como oposición al centralismo del gobierno. Junto a un nacionalismo conservador catalán (la Lliga Regionalista de Francesc Cambó) surge un nacionalismo catalán de izquierdas (Esquerra Republicana de Catalunya de Francesc Macià). Por su parte, el nacionalismo vasco dejó a un lado las posturas radicales y antiespañolistas de ideología racista de Sabino Arana, optando por un nacionalismo mucho más moderado.

La Semana Trágica (1909)

En 1906, en la Conferencia de Algeciras, se acordó entre Francia y España el reparto de Marruecos, donde España consiguió la zona norte y montañosa del Rif. Para llevar a cabo la ocupación y hacer frente a la resistencia de los marroquíes, el gobierno de Maura llamó a los reservistas. Esto provocó el rechazo de reservistas catalanes, republicanos, anarquistas y socialistas, que unieron sus quejas en una huelga general el 26 de julio de 1909, dando lugar a la Semana Trágica en Barcelona, con barricadas e incendios. La represión del gobierno fue dura, lo que ocasionó que el rey destituyera a Maura, nombrando a José Canalejas para gobernar.

A partir de aquí, se suceden 15 gobiernos que no alcanzan la talla política de sus antecesores, lo que ocasionará la desfragmentación de los partidos y una crisis gubernamental.

2. Proceso de Desintegración del Sistema (1917-1923)

Los efectos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fueron provechosos para España, que permaneció neutral. Esto permitió una gran prosperidad económica, ya que España exportó materias primas a los dos bloques contendientes. Sin embargo, este gran crecimiento económico trajo consigo una fuerte inflación, aumentando las desigualdades entre ricos y pobres y provocando una crisis social. Aumentó el descontento y la conflictividad social, animada por la repercusión de la exitosa Revolución Bolchevique rusa de 1917.

La Triple Crisis de 1917

Durante el verano de 1917, los problemas económicos y sociales se unieron al problema político y al descontento del ejército. Se produjeron tres crisis simultáneas:

  • Crisis Militar: Los militares peninsulares se quejaban del rápido ascenso de los militares que participaban en la guerra de Marruecos y presionaron al gobierno (a través de las Juntas de Defensa), haciendo que este cediera a parte de sus pretensiones.
  • Crisis Política: A esto se sumaron las reivindicaciones de una burguesía catalana, dirigida por Francesc Cambó, que exigía la convocatoria de Cortes y una renovación del sistema bipartidista.
  • Crisis Social: Los sindicatos (CNT y UGT) convocaron una huelga general revolucionaria.

Así, el gobierno y la monarquía se vieron atacados por obreros, militares y burgueses. Ante esto, Eduardo Dato cerró las Cortes y suprimió las libertades, imponiendo un estado de excepción. El bipartidismo no daba más de sí y se aceptó la participación de otras fuerzas políticas. El rey sustituyó a Dato por Manuel García Prieto.

La inestabilidad continuó, agravada por la Guerra del Rif y el Desastre de Annual (1921). Poco después, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado, proclamando una dictadura militar que sería aceptada por el rey y apoyada por el ejército.

3. La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Directorio Militar (1923-1925)

Se comenzó con un Directorio Militar, un gobierno compuesto por militares que gozó de cierta popularidad al conseguir acabar con los desórdenes públicos y el terrorismo. Entre las medidas adoptadas, destacaron:

  • La prohibición de los partidos dinásticos, creando la Unión Patriótica como partido único.
  • El intento de poner fin al caciquismo mediante la elaboración de un Estatuto Municipal y otro Provincial, colocando al frente de los gobiernos civiles a militares.
  • La pacificación del protectorado de Marruecos con ayuda francesa, mediante el exitoso Desembarco de Alhucemas (1925).
  • La cancelación y eliminación de cualquier tipo de manifestación o institución nacionalista.

Directorio Civil (1925-1930)

Más tarde se instauró un Directorio Civil. Se creó una Asamblea Consultiva, formada por miembros de la Unión Patriótica, con la que se intentaba elaborar una Constitución que legitimara la continuidad del régimen. Además, se creó la Organización Corporativa del Trabajo, un sistema de sindicatos verticales.

La coyuntura económica favorable permitió el desarrollo industrial del país, la construcción de embalses, trasvases de agua, carreteras, redes de electrificación y grandes monopolios nacionales (como CAMPSA o Telefónica).

No obstante, la impopularidad del régimen entre los estudiantes e intelectuales (como Unamuno), de las fuerzas obreras y de los partidos políticos de izquierdas y nacionalistas, junto con la crisis económica de 1929, contribuyó a la caída del dictador. El rey pidió su dimisión en 1930.

4. La Caída de la Monarquía y el Auge del Republicanismo (1930-1931)

Alfonso XIII encargó al general Berenguer la formación de un gobierno que restableciera las libertades democráticas y volviera al sistema de turnismo (la Dictablanda). Conservadores y liberales no fueron capaces de articular un nuevo sistema de partidos que pudiera ser aceptado por los españoles. La vuelta a las libertades fue aprovechada por los partidos de la oposición, que formaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), coordinado por un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora.

Tras el fracaso de una sublevación militar, el rey sustituyó a Berenguer por Juan Bautista Aznar. Su idea era volver al caciquismo para ganar unas elecciones generales. Sin embargo, se convocaron primero elecciones municipales (abril de 1931). La participación de las fuerzas antimonárquicas dio como resultado el triunfo de la coalición republicano-socialista en las principales ciudades.

Las elecciones precipitaron la abdicación de Alfonso XIII y la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931.

Balance Demográfico del Primer Tercio del Siglo XX

Para terminar, debemos señalar que, en el conjunto de la población, el primer tercio del siglo XX fue favorable. La tasa de mortalidad descendió como resultado de la mejora de la alimentación y las infraestructuras higiénico-sanitarias. España contaba con 18 millones de habitantes al comienzo del siglo y en 1930 alcanzaba los 23,5 millones, a pesar de los muertos en Marruecos y la emigración.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *