El Conde-Duque de Olivares y la Crisis del Siglo XVII en España

Conde-Duque de Olivares creó la Junta de Reformación el 8 de abril de 1621, con la intención de exigir inventarios de bienes a los cargos administrativos, para que no se hicieran ricos a costa del tesoro. Promulgó esta Junta y los Artículos de Reformación con la intención de sanear la Hacienda real. Su programa político promovía políticas de austeridad: de población, de finanzas y contra la corrupción. El Conde-Duque quiso imponer las leyes de Castilla en todos los reinos de la Corona Hispánica, eliminando los fueros, privilegios y peculiaridades de la Corona de Aragón.

Este proyecto se lo envió a Felipe IV en el “Memorial Secreto” del 25 de diciembre de 1624, donde animaba al rey a “reducir estos reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla”. La política imperial hizo que Castilla tuviera menos dinero, ya que había corrido con la mayor parte de los gastos bélicos, y tuvo la necesidad de pedir dinero y hombres a los reinos. Esta política se puso de manifiesto cuando la monarquía entró en la Guerra de los Treinta Años (1618). Además, en 1621 se reanudó la guerra en los Países Bajos. El Conde-Duque presentó el proyecto de la Unión de Armas (1626), que suponía la formación de un ejército permanente compuesto por contingentes de cada reino, en función de su población y riqueza. Las Cortes de Aragón se enfrentaron a la Corona, sobre todo en Cataluña, lo que sería el germen de la rebelión de este territorio en 1640. En este periodo se sucedieron 4 bancarrotas a los gastos militares.


Crisis demográfica y económica del S. XVII

En la primera mitad del siglo aparecen serios problemas demográficos por diferentes causas: por las epidemias (peste), la expulsión de los moriscos supuso la pérdida del 3% de la población del reino, siendo especialmente grave en Valencia y Aragón; las frecuentes guerras exteriores y el incremento del clero hicieron que bajara más la tasa de natalidad; y la emigración a América. Al final del siglo había en España entre 7 y 8 millones de habitantes (casi un millón menos). En la segunda mitad del siglo, la crisis incrementó. A la decadencia de la agricultura, se le unió la de la ganadería lanar y la artesanía.

A partir de 1680 se inicia una recuperación agrícola, sobre todo en las zonas donde se habían emprendido especializaciones en los cultivos (maíz en Cantabria, viñedo en Andalucía). El comercio también entró en crisis ya que la circulación monetaria había bajado y habían aumentado los impuestos. La Hacienda castellana entró en crisis por el aumento de gastos bélicos. La situación fue empeorada por la incorrecta política económica de los gobiernos de la Corona, había mucha corrupción en todo el sistema económico. Los llamados arbitristas lo denunciaron.

La principal consecuencia de esta crisis fue el empobrecimiento del pueblo llano y el aumento de los marginados sociales.


El origen del régimen señorial

Muchos hombres libres entregan sus tierras a grandes señores (domini) a cambio de protección. Se implanta el feudalismo, basado en la existencia de una economía agraria, en la que la propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza y la Iglesia (“señores”). El trabajo lo realizaban los campesinos libres o siervos. Hacia el siglo XI, los nobles dejaron de prescindir de la autoridad de los reyes; muchos campesinos, libres y propietarios de sus tierras, se convirtieron en siervos a cambio de protección. El sistema recibe el nombre del feudo, es decir, de la tierra que el señor otorga al vasallo en el contrato de vasallaje. Los señores podían ser laicos, como condes o nobles; o eclesiásticos. Exigían de 2 tipos de prestaciones: en virtud de la propiedad de la tierra o en virtud de su autoridad política y jurídica. Cuando un señor tenía las 2 anteriores, era un señorío pleno. Los vasallos tenían que acompañar a la guerra a su señor y hacer gratis algunos trabajos.

Sociedad estamental: 3 estamentos: nobleza, clero y el pueblo llano. Los privilegiados podían tener cargos fiscales, judiciales y sociales. En la Nobleza, 2 clases: la Alta Nobleza, compuesta por familias de la Corte (marqueses, condes, duques); la Baja Nobleza (caballeros, hidalgos). Alto Clero: ricos y de origen noble (obispos, cardenales, abades); Bajo Clero: curas párrocos, frailes. También se distinguía entre clero regular y el secular. Pueblo: eran campesinos (más del 90% de la población). Había pequeños propietarios, eran artesanos y comerciantes, que serán llamados burgueses. Entre marginados estaban los judíos, mendigos y vagabundos.


Origen de las Cortes en los reinos cristianos y sus funciones.

El organismo más importante de la administración estatal de la Edad Media era la Curia Regia, consejo integrado por el alto clero y la nobleza, que asesoraban al rey. En 1188 Alfonso IX de León también convocó a la Curia a los burgueses, en representación de las ciudades, con lo que fueron las 1as Cortes de la Historia. Por eso, la UNESCO concedió a la ciudad de León el título de “Cuna del Parlamentarismo” en 2013. Hasta 1810 las Cortes eran siempre convocadas por el rey y sus integrantes se repartían por estamentos. Las funciones de las Cortes eran 3: 1. La más importante, votar los subsidios o impuestos extraordinarios; 2. Aconsejar y atender las consultas del rey en asuntos importantes; 3. Jurar al heredero como sucesor en el trono. A cambio, el rey tenía que escuchar las quejas. En Cortes, el rey las convocaba en situaciones de emergencia o de especial importancia.

Las Cortes de León y de Castilla se fusionaron en 1348. La Corona de Aragón se mantuvo separada. Cada territorio tenía además un organismo para garantizar su autonomía en los periodos entre Cortes. En Navarra exigían al rey jurar los fueros del reino y aprobar las leyes. En Castilla, el pueblo llano estaba representado por los representantes de las ciudades con voto en Cortes (unas diecisiete, según la época). A la ciudad de León le correspondía la representación de Asturias; Zamora representaba a Galicia, y Salamanca a Extremadura. Con la llegada de los Borbones y del absolutismo (s. XVIII) se unificaron todas las Cortes de España en las de Castilla, pero se reunieron rara vez (prácticamente solo para jurar al heredero).


Causas del despegue económico de Cataluña en el siglo XVIII.

El gran despegue económico que la convertiría en la región más avanzada y en la única preparada para iniciar la industrialización en la península. Desde la Edad Media en Cataluña sólo heredaba las tierras el hijo primogénito, lo que obligaba a que sus hermanos tuvieran que buscarse la vida dedicándose al comercio u otras actividades. Esta circunstancia explica la gran actividad comercial desplegada por Cataluña desde esos momentos. Los campesinos que no eran dueños de sus tierras accedían a censos enfitéuticos, es decir, una especie de arrendamiento de las tierras casi con carácter vitalicio a cambio de una renta fija por parte de los campesinos a los señores feudales. En el s. XVIII eran cantidades simbólicas y los campesinos realizaron mejoras en lo que eran prácticamente tierras de su propiedad. El aumento de la producción agraria se traducía en un incremento también de la producción industrial y el comercio, porque se podía orientar la cosecha al mercado y no solo al autoconsumo. Poco a poco los beneficios se fueron invirtiendo en nuevas industrias, especialmente en el sector textil. En Cataluña se cambió la lana por el algodón: sus indianas (tejidos de algodón estampados).

Conceptos: Compromiso de Caspe compromiso de reunión de Cataluña, Aragón y Valencia (1412) para designar al sucesor del rey Martín el Humano, muerto sin descendencia (Infante de Aragón Fernando de Antequera). Taifas: (1031-1086) periodo de Al-Ándalus, tras la muerte de Almanzor, una asamblea de nobles declaró al califato extinguido y pasaron a ser reinos de taifas. León les cobraba.


Decretos de Nueva Planta … Estado borbónico.

El cambio de dinastía trajo una nueva organización de la monarquía con una estructura centralista. Los reinos de Aragón fueron rebeldes a la presencia borbónica en España durante la Guerra de Sucesión. Según concluía el conflicto, y alegando el derecho de conquista de territorios que habían traicionado su juramento a Felipe V, se suprimieron los privilegios, fueros e instituciones autónomas de Aragón, Valencia, Cataluña y Reino de Mallorca, mediante los Decretos de Nueva Planta (uno por territorio), que significaban el establecimiento de la uniformidad política, legal y judicial para todos los territorios de España. Excepto Navarra y País Vasco que conservaron sus fueros, pues habían sido fieles a Felipe V durante la Guerra. Las medidas provocaron protestas que se sucedieron. En 1713 se promulgó la “Ley Sálica”, que impedía reinar a las mujeres: lo que tendría un gran papel en la monarquía en el siglo XIX.

Consecuencias de los Decretos de Nueva Planta y de las reformas borbónicas: desaparición de los antiguos reinos (salvo el de Navarra) y el nacimiento de las provincias. Se impuso la visión centralista de la monarquía y se abandonó el sistema federalista de los Austrias. – El Consejo de Castilla pasa a asumir todas las tareas de gobierno, salvo en Navarra. El resto de consejos prácticamente desaparecen. – Los Decretos de Nueva Planta eliminaron las Cortes de los diferentes reinos de la Corona de Aragón, y se integraron en las Cortes de Castilla a los representantes de Aragón, Valencia y Cataluña.

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