El Convenio entre España y EE. UU.: Evolución Histórica y Cláusulas (1945-1975)
Gobierno autárquico y aislamiento (1945-1949)
La victoria de los Aliados obligó al Caudillo a cambiar su discurso y disimular los rasgos fascistas de su política. Se produjo una pérdida relativa de importancia de la Falange. Paralelamente, se intentó dar una imagen más próxima a las democracias occidentales y, para ello, se abandonó la simbología fascista y se aprobaron dos nuevas leyes orgánicas: la Ley de Referéndum Nacional y la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado.
En la Conferencia de Potsdam, los Aliados decidieron el cierre de fronteras y el inicio de un bloqueo que debía finalizar con la caída del régimen de Franco. Juan de Borbón publicaba el Manifiesto de Lausana. La ONU excluyó a España de las Naciones Unidas.
El impacto de la Guerra Fría (1950-1953)
Fue el inicio de la Guerra Fría, hecho que tuvo sobre España tres efectos principales:
- La «cuestión española» dejó de ocupar el interés que hasta entonces había tenido en los foros internacionales.
- Del «antifascismo» se pasó, en el seno del mundo occidental, a un «anticomunismo» excluyente y obsesivo.
- EE. UU. comenzó a elaborar una nueva estrategia antisoviética en la que todos aquellos países que pudieran contribuir serían bienvenidos.
Todo ello coadyuvó a que, en 1950, la ONU levantara la recomendación de retirada de embajadores, autorizando la entrada de España en organismos internacionales (FAO, UNESCO, etc.).
La consolidación internacional de España (1953-1957)
El nuevo ambiente posibilitó los primeros acuerdos internacionales, en los que destacó la figura de Luis Carrero Blanco. España firmó el Concordato con la Santa Sede, por el que Franco obtenía el reconocimiento de su régimen y se reservaba el derecho de presentación de obispos, mientras la Iglesia conseguía importantes privilegios económicos, jurídicos y educativos, y se defendía la unidad religiosa de España. Se rubricó con EE. UU. el Pacto del Pardo.
Inserción de España en el mundo (1957-1973)
Este período se caracterizó por la estabilidad en la política exterior, pero se vio bruscamente interrumpido por el asesinato del presidente del Gobierno (Carrero Blanco). Cabe destacar los siguientes hechos:
- La pertenencia de España como miembro de pleno derecho a la ONU y su integración en los principales organismos internacionales (Banco Mundial, FMI, etc.).
- Una cooperación más estrecha con las principales potencias europeas y el inicio de negociaciones para una posible integración en la Comunidad Europea.
- El contencioso de Gibraltar: España decretó unilateralmente el cierre total de las comunicaciones con Gibraltar (1969). El bloqueo fue total y se prolongó hasta diciembre de 1982.
- Las relaciones con EE. UU. adquirieron un gran protagonismo, como demostró la visita oficial de Eisenhower y la renovación en 1963 del pacto hispano-norteamericano.
- El proceso de descolonización tuvo dos frentes: Marruecos y Guinea.
- Para los nuevos dirigentes marroquíes, la independencia (1956) no estuvo completa, por cuanto los territorios de Sidi Ifni, Sáhara, Ceuta y Melilla seguían bajo soberanía española.
- En 1959, Guinea Ecuatorial se convirtió en provincia y en 1963 se reconoció su autonomía.
La crisis global de la política exterior (1973-1975)
Tras el asesinato de Carrero Blanco, Arias Navarro fue nombrado presidente del Gobierno.
- Tras el final de la dictadura de los coroneles en Grecia y la Revolución de los Claveles en Portugal (1974), España era la única dictadura de toda Europa Occidental.
- La aprobación por el Consejo de Ministros de varias condenas a muerte (tres miembros del FRAP y dos de ETA) llevó al Parlamento Europeo a aprobar una resolución muy dura contra el régimen español.
Otro grave problema nació de la ofensiva marroquí para lograr la incorporación del Sáhara, una vez que el Gobierno español anunciara su intención de celebrar un referéndum donde se aplicara el principio de autodeterminación. Hassan II respondió organizando la «marcha verde», y el 14 de noviembre Arias Navarro firmó la «Declaración de Madrid», por la que España abandonó el Sáhara.
Cláusulas Fundamentales del Acuerdo España-EE. UU.: Defensa y Ayuda Económica
Paz y seguridad internacional
Fórmula por la que el Gobierno de España asume como propio el principio que inspiró la política exterior de EE. UU. durante la Guerra Fría (Doctrina Truman, 1947); esto es, la voluntad por apoyar a los «pueblos libres», singularmente los que integran el mundo occidental (tal y como se detalla en el preámbulo del convenio), frente a la amenaza comunista proveniente de la URSS y su área de influencia (Bloque Soviético). Este compromiso supuso el establecimiento de bases norteamericanas en nuestro territorio, indispensables para el fortalecimiento del dispositivo estratégico de EE. UU. en la entrada del Mediterráneo.
Jurisdicción española
Técnicamente, es el territorio sobre el que se extiende la soberanía española, es decir, el ámbito territorial de aplicación de su legislación. Sin embargo, pese a que el artículo 1.º del convenio defensivo declara de manera explícita que el territorio cedido para la instalación de las bases norteamericanas se hallaría bajo la soberanía española, el acuerdo de procedimiento 16 (no hecho público) mermaba de hecho la capacidad jurisdiccional de los tribunales españoles.
Gobierno español
La forma de gobierno propia del régimen franquista es una dictadura; fórmula por la que el poder se concentra en torno a la figura del dictador (Franco), lo que, a diferencia de las democracias occidentales, implica la ausencia de división de poderes, la arbitrariedad y la imposibilidad de que la oposición llegue al Gobierno. El régimen, sin embargo, pretendió rebajar su contenido autoritario mediante la aplicación de la democracia orgánica, solución que permitía la participación política de los españoles a través de las corporaciones (familia, municipio y sindicato) y no de los partidos políticos. En 1953, el Gobierno (VI tras la finalización de la Guerra Civil, 1951-1956) lo presidía Franco, quien asumía también la Jefatura del Estado; la Subsecretaría de la Presidencia recaía en Carrero Blanco y la cartera de Asuntos Exteriores en Martín Artajo, quien negoció este acuerdo y lo firmó.