El problema de Marruecos durante el reinado de Alfonso XIII

La evolución histórica del reinado del reinado de Alfonso XIII
Los principales problemas del reinado de Alfonso XIII
Los problemas alcanzaron una especial gravedad en el reinado de Alfonso XIII. Sus gobiernos no encontraron una solución, aunque inspiraron proyectos, provocaron polémicas y oposiciones y derribaron gabinetes.
Cuatro son los principales problemas.

La cuestión constitucional
Con el fin de adecuar la Constitución de 1876 a la nueva realidad social y política de España, había que reformarla profundamente. Se tenía que eliminar lo falso y lo anacrónico (caciquismo y farsa electoral) e introducir modificaciones capaces de integrar en el sistema a otras fuerzas políticas como regionalismos, nacionalismos, socialismo o republicanismo.
-La cuestión religiosa
El problema religioso se planteó como consecuencia del antagonismo entre el anticlericalismo y el clericalismo. El partido liberal abrazó el anticlericalismo como bandera política. Se sucedieron hechos lamentables, como agresiones a obispos y sacerdotes.
El choque se hizo especialmente virulento porque la oleada de descristianización encontró una gran resistencia en la jerarquía de la Iglesia y en amplios sectores de la burguésía y de las clases medias.
La polémica se centró en la libertad de culto, en la cuestión de las asociaciones religiosas, en la reducción de diócesis y cargos eclesiásticos y en la polémica en torno a la enseðanza religiosa.
-La cuestión militar
El Ejército necesitaba una reforma profunda. Su excesivo cuadro de mandos absorbía la mayor parte de su presupuesto en sueldos, imposibilitando la modernización del material de guerra. Se operó un deslizamiento hacia posiciones políticas conservadoras.
La guerra de Marruecos puso de manifiesto y agravó los defectos. Ante las críticas, los militares actuaron con espíritu de cuerpo, es decir, aislándose del resto de la sociedad; ante los problemas internos y externos se crean las Juntas de Defensa. Empezaba a resquebrajarse la meritoria armónía conseguida por Cánovas y Alfonso XII entre el poder civil (civilismo
) y el poder del Ejército (militarismo
).
-La cuestión social
El movimiento obrero representó un problema permanente, extremando sus actitudes hasta desembocar en la huelga general de la gran crisis de 1917. La huelga y la violencia pasaron a formar parte de su metodología.
Aunque el sindicato socialista (UGT) va ganando posiciones y el anarquista (CNT) alcanza gran extensión en Andalucía y Cataluña, no se opera una integración de estas fuerzas sociales en el sistema. El PSOE se mantuvo fiel a su vocación republicana y adoptó siempre una actitud ambigua con el régimen monárquico. Se planteó al PSOE la posibilidad de adherirse o no a la III Internacional. La negativa de Fernando de los Ríos provocó la escisión de los que manténían un criterio favorable: surgía así el Partido Comunista Español (PCE), en 1921.
Para resolver los problemas, los distintos gobiernos adoptaron tímidas medidas, como el descanso dominical o la regulación del derecho de huelga.
Los intentos de reforma y regeneración
-La labor de Silvela y Maura (1902-1909)

Los intentos de regeneración y modernización del gobierno liberal de Francisco Silvela se ven abortados por la incompatibilidad entre el ministro de la Guerra, el general Polavieja, audaz y deseoso de grandes reformas, y el ministro de Hacienda, Fernández Villaverde, partidario de introducir las más severas economías en los presupuestos del Estado. El programa de Polavieja resultó imposible de realizar, por lo que hubo de presentar la dimisión. Silvela, defraudado, se retiró de la política.
Entonces, Antonio Maura inicia un programa de renovación interna. Gobernó en dos ocasiones, pero su influencia llenó el período comprendido entre 1903 y 1909.
Su idea fundamental consistía en resolver el problema político mediante una revolución desde arriba, es decir, realizar una reforma sustancial del Estado. Los partidos debían salir de los pueblos y conectar con sus necesidades mediante una política activa y eficaz.
Como presidente del gobierno afrontó los dos problemas fundamentales del Gobierno: el caciquismo y el regionalismo. Para ello, concibió la Ley de Administración Local.

La semana trágica de Barcelona y sus consecuencias

El estallido de la Semana Trágica de Barcelona provocó la caída de Maura. La protesta por la movilización de reservistas catalanes para la guerra de Marruecos desembocó en una insurrección social en Barcelona y en varias localidades catalanas, enardecidas las masas por Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, y por la acción del anarquismo revolucionario.
La represión fue muy dura y Antonio Ferrer Guardia, cabecilla anarquista, fue fusilado, hecho que levantó una oleada de protestas y manifestaciones, hasta que el Rey, cediendo a las presiones, cesó a Maura.Se produjo una gran escisión entre el partido liberal y Antonio Maura, que consideró roto el compromiso del turnismo. Este último fragmentaría la unidad de su propio partido, el conservador, al dividirlo en dos facciones: la de sus propios seguidores, Amauristas@, y los de Eduardo Dato, datistas.

El reformismo de Canalejas (1910-1912)


José Canalejas, político liberal, realizó el segundo gran intento de regenerar el país y salvar la monarquía. Para ello:
– Establecíó un impuesto progresivo sobre las rentas urbanas.
– Afrontó el problema clerical, promulgando la Ley del Candado.
– Su actuación resultó decisiva en el problema de Marruecos.
– Atajó la huelga general ferroviaria, militarizando a 12.000 huelguistas y distinguiendo entre huelga reivindicativa y huelga revolucionaria
.
– Dio pasos importantes en la solución del problema regionalista catalán, con el Proyecto de Mancomunidad.
Cuando se anunciaba un esperanzador turnismo Maura-Canalejas, todo se vino abajo con el asesinato de este último.

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