El proceso de transición a la democracia y la constitución de 1978.

18NTRODUCCIÓN: La muerte de Franco, desde Noviembre de 1975 se desarrolló en España un proceso de transición

 política en el que se promulgó la Constitución de 1978, que sigue vigente en la actualidad y mediante el cual se establecíó

 un sistema de monarquía constitucional. La transición se desarrolló en 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I,

 y en 1982, con la llegada al poder del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), uno de los partidos de la oposición del

franquismo. Así se inició un periodo de normalidad democrática, con dos partidos alternando en el gobierno entre el PP

(Partido Popular) desde 1996 al 2004 y el PSOE en dos intervalos entre 1982 a 1996 y entre 2004 hasta la 2011. Mientras que

 desde el otoño de 2011, Mariano Rajoy recupera el gobierno para el PP hasta otoño de 2014. En 2014 el rey Juan Carlos I

 abdicó el 19 de Junio de 2014 en la figura de su hijo que se coronó como Felipe VI y, de esa forma, ha comenzado el

 segundo reinado de la época democrática.
La democracia constitucional sirvió para que España diera un salto modernizador

 en su estructura política y económica consolidando el Estado del bienestar propio de un país industrializado en el primer lustro

 del Siglo XXI. A partir de 2008 la crisis económica ha cambiado la situación del país

DE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA: Hay autores que dividen la transición en dos etapas: la primera desde la muerte de Franco

 hasta la promulgación de la constitución (1975-1978) y la segunda hasta la consolidación de la alternancia política con la llegada

 del PSOE al poder (1978-1982). En la década de 1970 nos encontramos tres alternativas: unos defendían la continuidad del régimen

 franquista, otros apostaban por una reforma encaminada a la democratización del sistema, mientras que los terceros propugnaban

 una ruptura con el pasado dictatorial que finalizara en la democracia.
El 22 de Noviembre de 1975, dos días después de la muerte

 del dictador, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. Este dispuso la continuidad de Carlos Arias Navarro, quien incorporó a su

 gabinete a reformistas Fraga Iribarne y José María de Areilza. Cuando Arias Navarro presentó en el congreso su programa de gobierno

 se vio que era continuista y el reformismo era totalmente insuficiente. Las propuestas eran leyes extremadamente restrictivas sobre el

 derecho de reuníón y asociación, al no contemplar la existencia de partidos políticos. Ante esta tesitura, la oposición política tomó la

 iniciativa y definíó un programa político común para las fuerzas antifranquistas. Así se establecíó la llamada Coordinación Democrática

, proponiendo la ruptura democrática, es decir, un proceso constituyente que a través de un gobierno provisional y unas elecciones

 generales, pusiera las bases de un nuevo sistema político. Los antifranquistas promovieron movilizaciones populares al reclamar libertades

 democráticas y la amnistía para los presos políticos. Se desarrollaron movilizaciones entre 1975 y 1976 por conflictos laborales que

 reivindicaban cambios políticos. Cataluña, País Vasco y Madrid permanecieron en huelga durante semanas, destacando los cinco muertos

 y decenas de heridos en la huelga general de Vitoria. La situación del país polarizó las posturas: los inmovilistas solo aceptaban la

 continuidad del régimen y la represión policial, a la vez que estimulaban la acción de grupos paramilitares (por ejemplo, los graves sucesos

 de Montejurra – Navarra – en Mayo de 1976 donde murieron estudiantes), mientras que los reformistas ante la incapacidad del gobierno

de Arias Navarro desplazaron del gobierno a los inmovilistas con el visto bueno de la monarquía promoviendo la reforma progresiva del

 sistema político a partir de la evolución de las leyes y de las instituciones franquistas. Ante esta situación el rey Juan Carlos junto con sus

colaboradores más cercanos forzaron la dimisión de Arias Navarro el 30 de Junio de 1976; mientras el presidente de las Cortes Torcuato

 Fernández-Miranda maniobró para imponer a su sucesor Adolfo Suárez, que era un joven político procedente de los sectores reformistas

del Movimiento adecuado para ejercer la evolución hacia la transición democrática. Así pues, tras acceder Suárez a la presidencia de

 gobierno inició contactos con las fuerzas democráticas, promulgando indultos a presos políticos. Desarrolló un proyecto audaz: la

 (LRP) Ley de Reforma Política que reconocía los derechos fundamentales de las personas, cónfería la potestad legislativa en exclusiva

 a la representación popular y prevéía un sistema electoral democrático. El principal escollo para llevar a cabo esa ley era la aprobación

 por parte de las Cortes franquistas ya que desmantelaba las cortes franquistas estableciendo una nueva Asamblea bicameral elegida

 por sufragio universal. Finalmente la ley fue aprobada por las cortes tras desarrollar ciertas negociaciones subterráneas del gobierno con

 los profranquistas a quienes se les garantizó mantener el estatus económico y social, que no se les requerirían responsabilidades políticas

y que no se legalizaría al Partido Comunista. La Ley se sometíó a referéndum el 15 de Diciembre de 1976 y a probada por el 81% de los

 votantes. Tras la aprobación de la Ley de Reforma Política se establecieron las condiciones para celebrar elecciones generales con la

 liberalización sindical, la legalización de los partidos políticos excepto el comunista y la amplia amnistía de delitos políticos. El tema más

 complejo fue la legalización del Partido Comunista que no realizaría Adolfo Suárez hasta Abril de 1977, con muchos problemas como los

asesinatos de abogados laboralistas en la Calle Atocha de Madrid en Enero del 77. La legalización garantizó la democracia española pero

 provocó una crisis de gobierno. Además en este año 1977 sirvió para la creación de Alianza Popular (AP) por parte de Manuel Fraga Iribarne.

 Desde el gobierno se constituyó Uníón de Centro Democrático (UCD) con Adolfo Suárez. Mientras, la izquierda con PSOE y PCE se estaban

 preparando para las elecciones que se celebraron el 15 de Junio con alta participación y absoluta normalidad. El resultado dio la victoria

 para UCD con 166 escaños, seguido del PSOE con 118. Así Adolfo Suárez constituyó el primer gobierno democrático de España después de

la Guerra Civil

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