La Cuestión Irlandesa: Un Conflicto Histórico
La Cuestión Irlandesa es un problema de relación histórica entre el Reino Unido e Irlanda. Se inicia cuando Irlanda se convierte en una colonia inglesa tras ser conquistada e integrada en Gran Bretaña desde 1800, mediante el Acta de Unión, que dio origen al Reino Unido (simbolizado por la bandera Union Jack).
En 1858, se constituye en Estados Unidos una sociedad secreta, los Fenian, con el objetivo de crear una República irlandesa, formada principalmente por irlandeses emigrados.
A partir de 1878, las posturas se radicalizan debido a la expulsión de arrendatarios irlandeses de tierras apropiadas por terratenientes ingleses. El movimiento nacionalista se organiza en el partido parlamentario irlandés, liderado por Parnell.
Gladstone, primer ministro británico, concede algunas exigencias de Parnell, entre las que destacan:
- La revocación del carácter oficial de la Iglesia Anglicana en un territorio eminentemente católico.
- La promulgación de leyes a favor de los arrendatarios irlandeses.
- La búsqueda de influencia del Papa León XIII a favor del Reino Unido para limitar el protagonismo de la Iglesia Católica irlandesa.
En 1879, se organiza la Land League irlandesa, que llama a la resistencia pasiva (boicot) en contra de la administración inglesa de bienes, considerados causantes de la pobreza de los campesinos.
La abolición del hábeas corpus en Irlanda en 1881, como respuesta a estas acciones, provocó detenciones y encarcelamientos sin derechos; Parnell fue detenido. En 1882, se produce el asesinato en Dublín de dos ministros británicos como respuesta a la política inglesa de represión.
En 1885, Gladstone concede las Home Rule Bills, que permitirían a Irlanda recuperar su autonomía con un parlamento propio y una cámara elegida por sufragio universal.
Sin embargo, desde 1892, el parlamento inglés se opone a Gladstone y su política hacia Irlanda. Diversos grupos, como los Whigs, los Tories, la Cámara de los Lores, los protestantes del Úlster y el ejército, se rebelan. Gladstone dimite, y el estallido de la Primera Guerra Mundial evita una guerra civil entre Irlanda y Gran Bretaña.
En 1900, se crea en Irlanda la United Irish League, un partido abiertamente independentista que busca la recuperación de la propiedad de la tierra para los irlandeses. La oposición irlandesa radicaliza sus posturas, naciendo el partido radical Sinn Féin («Nosotros Mismos») y el IRA (Ejército Republicano Irlandés) como su brazo armado.
Desde este momento, Irlanda organiza un movimiento popular masivo, formado por las clases populares y la Iglesia Católica.
Francia: Del Segundo Imperio a la Tercera República
El Segundo Imperio (1852-1870)
Luis Napoleón Bonaparte llega al poder como presidente de la Segunda República en 1849, con el triunfo del partido conservador. En 1851, mediante un plebiscito, elabora una nueva constitución que le otorga plenos poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Nombra ministros y diputados, y tiene la potestad de declarar la guerra. En 1852, nace el Segundo Imperio.
El Segundo Imperio se divide en dos fases:
- La fase autoritaria: Caracterizada por el bonapartismo, con la presencia de la autoridad de Bonaparte en su poder absoluto, aunque con consentimiento popular. Durante esta fase, se persigue a la oposición, se promueve la propaganda electoral en torno a su persona y se ejerce la censura de prensa.
- La fase liberal: Se producen reformas legislativas que otorgan más atribuciones e independencia a las cámaras. También se implementan reformas educativas a favor de la enseñanza pública y se reconocen derechos para el proletariado, como el derecho a la huelga. Esta fase se desarrolla a favor de los católicos, que exigen el apoyo de Francia al Papa frente a Cavour, y del movimiento obrero.
La derrota de Sedán en 1870 pone fin al Segundo Imperio.
La Tercera República (1870-1914)
La Tercera República es decidida por la votación de la población, mayormente monárquica. Los Borbones y Orleanistas se enfrentan en la Asamblea Nacional, pero finalmente acaban aceptando la República.
Sin embargo, la República de monárquicos no fue aceptada por los parisinos, que organizan un movimiento obrero influido por el internacionalismo de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores). Este grupo de ciudadanos proclama la Comuna de París, un gobierno proletario y revolucionario de salvación, con el pueblo en armas y la bandera roja como símbolo. La Comuna disuelve el ejército y lo sustituye por el pueblo en armas, toma medidas de carácter colectivista y proclama el Estado laico. La represión de Thiers fue brutal, produciendo una masacre ejemplar con el apoyo del ejército prusiano.
La Constitución de 1875
La Constitución de 1875 establece la división de poderes:
- El poder legislativo recae en el Senado y la Asamblea.
- El poder ejecutivo recae en el presidente.
En 1880, se establece el sufragio universal, que permite una representación republicana. La enseñanza laica se convierte en la base de la formación moral e intelectual del ciudadano republicano y nacional. Francia continúa con la expansión imperialista, estableciendo colonias en el norte de África e Indochina. Se avanza en la legislación social, con mejoras en higiene y seguridad laboral.
La sociedad se impregna de chovinismo, un patriotismo xenófobo que se materializa en el Caso Dreyfus, un juicio sin pruebas que condenó a un oficial judío.
En 1905, el Estado francés deroga el Concordato de 1801 y decreta la expropiación definitiva y sin condiciones de los bienes de la Iglesia.
Alemania: La Era Bismarckiana
Política Interior de la Nueva Alemania (Bismarck)
La política económica de la nueva Alemania, bajo la dirección de Bismarck, fue fuertemente dirigida por el Estado, buscando la creación de un mercado nacional. El Zollverein (unión aduanera) ya había terminado en 1869, y se produjo una unificación de pesos y medidas, así como la unificación monetaria con el Marco alemán. Se creó el Banco Imperial del Estado. Se implementó una política ferroviaria nacionalizada y financiada por el Estado, mientras la iniciativa privada buscaba la concentración financiera y empresarial.
El sistema político alemán era un imperio federal, con el emperador como jefe de 25 estados federados. El poder ejecutivo era representado por el emperador, con amplios poderes: era el jefe del ejército, nombraba al canciller y a los ministros, quienes solo eran responsables ante él y no ante el parlamento.
El poder legislativo tenía pocas atribuciones, compuesto por el Reichstag (Cámara baja) y el Bundesrat (representación de los estados federados). Era un imperio con sufragio universal masculino, aunque poco efectivo dadas las limitadas atribuciones de las cámaras.
Los partidos políticos en la nueva Alemania eran:
- El Partido Liberal: Nacionalistas que exigían menor intervención del Estado.
- Los Conservadores: La aristocracia prusiana (Junkers) que apoyaba el fuerte dirigismo del Estado.
- El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD): Resultado de la fusión de dos grandes organizaciones en 1875, con tendencia al revisionismo de la ideología marxista. Aceptaban participar en el parlamento para conseguir reformas que mejoraran la situación del trabajador.
- El Zentrum: Partido católico y defensor del modelo de unificación con Austria.
Política Interior Bismarckiana: Equilibrio y Reformas Sociales
La política interior de Bismarck buscaba un precario equilibrio entre la antigua aristocracia terrateniente y militarizada (los Junkers), la creciente burguesía industrial y el avance del socialismo. Por ello, se desarrolló una singular política social marcada por el miedo al socialismo. El Estado alemán se convirtió en el precedente del Estado del Bienestar, garantizando derechos como el seguro por enfermedad y vejez, y la reducción de la jornada laboral.
El Kulturkampf («Lucha por la cultura») fue una política laicista que buscaba separar la Iglesia de las instituciones del Estado. Estaba dirigida contra el catolicismo político y las ingerencias del Papa y la influencia polaca. Las Leyes de Mayo reglamentaban la jurisdicción eclesiástica, sometiéndola al poder judicial del Estado, y aprobaban el matrimonio civil. Sin embargo, la oposición del Papa Pío IX y del partido Zentrum obligó a la retirada de las Leyes de Mayo.
Política Exterior Bismarckiana: Realpolitik y Alianzas
En política exterior, Bismarck aplicó la Realpolitik, una actuación basada en el pragmatismo, priorizando los resultados sobre los principios teóricos y morales. Alemania se presentó como árbitro de conflictos internacionales, como en la Conferencia de Berlín, una unión internacional de países para solucionar el reparto de colonias. Alemania se mostró como una potencia no expansionista, prefiriendo renunciar al imperialismo para conseguir el reconocimiento internacional.
Otra línea clave de la política internacional de Bismarck fue el aislamiento de Francia. Para ello, creó los Sistemas Bismarckianos: un conjunto de alianzas forjadas por la diplomacia alemana con el objetivo de aislar diplomáticamente a Francia, estableciendo un equilibrio de poderes entre los imperios (Austria-Hungría y Rusia) enemistados por el control de los Balcanes y los estrechos del mar Negro.
Movimientos Sociales hasta 1914
La Comuna de París y la Disolución de la Primera Internacional (AIT)
La Comuna de París (1870) fue un gobierno revolucionario proclamado por el proletariado de la ciudad. Disolvió el ejército y lo sustituyó por el pueblo en armas, tomó medidas de carácter colectivista y proclamó el Estado laico, sustituyendo la bandera nacional por la roja. Se organizó una nueva jornada de barricadas, pero fue difícil de sostener y sin ayuda de organizaciones obreras externas.
La experiencia de la Comuna alarmó a todos los estados europeos. La AIT fue declarada ilegal, y la cuestión social pasó a un primer plano en toda Europa.
El Reconocimiento del Movimiento Obrero
Se produjo un acercamiento mutuo entre sindicatos y partidos obreros a partir de reformas con el Estado y gobiernos más predispuestos a ellas. El Papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum, que establecía la posición de la Iglesia Católica ante los obreros: el obrero no debía perjudicar al capital, y el patrono debía respetar la dignidad del obrero. Como resultado, se multiplicaron los sindicatos católicos en Alemania, Francia, etc.
La Segunda Internacional (1889)
La Segunda Internacional, fundada en París en 1889, debatió dos posturas, triunfando la revisionista mayoritaria. Sus objetivos principales fueron la jornada de ocho horas y la celebración del 1 de mayo como Día Internacional del Trabajador.
La Primera Guerra Mundial disolvió la Segunda Internacional, provocando una ruptura definitiva entre revisionistas y revolucionarios. Los reformistas franceses y alemanes antepusieron la lealtad a su país y votaron a favor de los créditos de guerra, mientras que los revolucionarios se opusieron a las guerras capitalistas por el reparto de colonias.
Crecimiento del Socialismo y el Número de Obreros
Los partidos socialistas nacionales no descartaron la negociación con el Estado burgués. El SPD (Partido Socialdemócrata Alemán) distinguía entre objetivos a largo plazo (la revolución) y a corto plazo (jornadas de ocho horas, regulación del trabajo infantil). El socialismo inglés reunió a los sindicalistas de los sindicatos unidos y fundó el Partido Laborista. En España, se fundó el PSOE en 1879.
Se impuso una revisión de la doctrina marxista, con dos corrientes:
- Los revisionistas: Apostaban por cambios desde los parlamentos para terminar con el capitalismo de forma pacífica.
- Los revolucionarios: Rechazaban la posibilidad de emancipar a la clase obrera con tales reformas y apostaban por el asalto al poder burgués. Esta posición fue mayoritaria donde los gobiernos no permitían la participación parlamentaria, como en Rusia y España.
El Sufragismo
El Sufragismo fue la lucha por el derecho al voto de la mujer, y fue el germen del feminismo del siglo XX. Surgió como consecuencia de las transformaciones de la Revolución Industrial y los cambios en las relaciones familiares, generando nuevas exigencias.
El sufragismo, heredero del feminismo político, buscaba la igualdad ante la ley de hombres y mujeres. Fue un movimiento nacido durante la Revolución Francesa y continuado durante los ciclos revolucionarios (1830, 1848) y en los países industrializados.
Tuvo mayor importancia en Reino Unido y Estados Unidos, donde se lograron reformas sociales para el acceso de la mujer a la educación superior. Muchas sufragistas fueron encarceladas. Durante la Primera Guerra Mundial, fueron amnistiadas y se unieron a la defensa de la patria, trabajando en fábricas y sustituyendo a los hombres.