Evolución Política, Crisis y Organización de Al-Ándalus

Evolución Política de Al-Ándalus

Conquistas

El Islam se extendió por el norte de África. Las tropas penetraron en la península y derrotaron en la batalla de Guadalete al último rey visigodo, Rodrigo. En tres años, los musulmanes dominaron la mayor parte de las tierras hispánicas. Algunos nobles, para mantener sus privilegios, pactaron con los invasores.

Emirato Dependiente

El territorio hispánico pasó a denominarse Al-Ándalus, siendo gobernado por un Emir dependiente del califa Omeya de Damasco. Los musulmanes vieron frenada su expansión hacia el norte al ser derrotados en Covadonga, primera victoria cristiana, y en Poitiers, por los francos.

Emiratos Independientes

En Damasco, los omeyas fueron víctimas de la revuelta de los abasidas, que tomaron el poder. Un príncipe omeya, Abderramán I, logró escapar y se refugió en Al-Ándalus. Rompió el contacto político con los califas abasidas, que habían trasladado la capital a Bagdad, y gobernó como Emir independiente con capital en Córdoba, reconociendo únicamente la autoridad religiosa del califa de Bagdad.

Califato de Córdoba

Abderramán III rompió toda dependencia de Bagdad proclamándose califa. Acabó con las luchas internas y frenó el avance cristiano. Le sucedió su hijo Al Hakam II, que hubo de enfrentarse a los ataques vikingos. El califa Hisham II delegó el poder político a su caudillo Almanzor. Este derrotó a los cristianos numerosas veces, llegando a entrar en ciudades como Barcelona o Santiago. Con su derrota en Calatañazor y su posterior muerte, termina la etapa de esplendor del Califato, que pronto se vio envuelta en una serie de guerras civiles.

Al-Ándalus: La Crisis del Siglo XI

A la muerte de Almanzor, sus hijos trataron de mantener la dictadura, pero se sucedieron rebeliones de gobernadores provinciales que independizaron sus territorios. Ante esta situación, una asamblea de notables declaró extinguido el Califato (1031).

El territorio de Al-Ándalus quedó dividido en pequeños reinos independientes, denominados reinos de taifas.

Si bien algunos reinos de taifas como Toledo, Zaragoza, Valencia y Sevilla alcanzaron cierta prosperidad económica y cultural (construcción de palacios y alcazabas, promoción de las letras y de las ciencias), su debilidad militar y las continuas querellas entre ellos les impedían resistir los ataques de los reinos cristianos. Para evitar estos ataques, los taifas pagaban a los reinos cristianos tributos anuales llamados parias.

Con independencia del pago de parias, los cristianos continuaron la Reconquista. Alfonso VI de Castilla tomó Toledo en el año 1085. Por primera vez era conquistada una gran ciudad andalusí (de gran significado político al haber sido capital de España con los visigodos).

Los reinos de taifas buscaron el apoyo de almorávides y almohades, pueblos del norte de África, que invadieron la Península y trataron de unificar a todos los taifas. Los primeros taifas buscaron el apoyo de los almorávides, quienes derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086). Los segundos taifas reclamaron el apoyo de los almohades, que de nuevo invaden España, unifican los taifas y derrotan a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195).

La victoria cristiana (los diferentes reinos cristianos se unieron ante el peligro almohade) en las Navas de Tolosa (1212) marcó el fin del dominio almohade en la Península.

Al-Ándalus: Organización Económica y Social

Al-Ándalus prosperó económicamente:

  • La agricultura alcanzó gran desarrollo gracias a la introducción de nuevas técnicas de regadío (norias, acequias) y nuevos cultivos como el arroz, la naranja, la caña de azúcar y el algodón en los valles del Ebro, Guadalquivir y Segura.
  • En las grandes ciudades como Córdoba o Toledo florecieron las actividades artesanales, con talleres de productos textiles, cerámica y artículos de lujo (seda, vidrio).
  • El comercio tuvo gran importancia, gracias a la situación geográfica de la Península, que permitía controlar la llegada a Europa de productos africanos (oro, esclavos) (comercio internacional basado en las monedas de oro (dinar), plata (dirhem) y cobre (felus).

La sociedad era muy compleja y estaba estructurada de la siguiente manera:

  • La religión era el principal elemento diferenciador.
  • La minoría aristocrática árabe controlaba la riqueza (tierras) y los cargos políticos y militares.
  • La población campesina estaba compuesta por beréberes (musulmanes norteafricanos) y muladíes (hispano-visigodos convertidos al Islam).
  • Judíos y mozárabes, que vivían preferentemente en las ciudades, debían pagar impuestos por no ser musulmanes.
  • Los esclavos ocupaban el último escalón social; muchos eran de origen europeo (eslavos).

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