Explotación colonial de África: La conferencia de Berlín y el camino hacia la independencia

Explotación colonial de África

La conferencia de Berlín pretendió reducir las tensiones entre las potencias expansionistas y justificar la política colonial e imperialista. A principios del s. XX, el reparto de África se había completado. Belgas e italianos se aproximaban al modelo colonial francés, centralizado y uniforme. Los países sajones y germánicos diseñaron modelos en función de las características de cada territorio. En los territorios británicos, donde la población europea era más numerosa, se ampliaban los márgenes del autogobierno. Un protectorado en Sierra Leona, o las llamadas colonias por carte, como Nigeria. Los españoles ejercieron la soberanía sobre territorios muy reducidos del África subsahariana. En 1904, fueron calificadas como colonias de explotación comercial. La acción colonizadora tuvo 3 aspectos fundamentales: la creación de una numerosa administración colonial, la total dependencia de los recursos naturales del continente a los intereses de las economías metropolitanas y el intento de aculturación de los africanos a través de misiones religiosas.

Panafricanismo

La independencia africana estuvo ligada a la aparición de movimientos y de partidos nacionalistas. Estos grupos buscaron sus raíces en la tradición y en la cultura africana. Un factor determinante de la independencia fue el panafricanismo, que supuso la solidaridad y unión entre los pueblos africanos en su lucha contra el colonialismo europeo. Intelectuales y políticos africanos elaboraron un proyecto en el que sus países alcanzaban la independencia y se federaban en una Unión Africana. El impulsor fue el presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, que en 1963 colaboró en la creación de la Organización para la Unidad Africana (OUA). En 2002, la OUA se transformó en la Unión Africana (UA), con nuevos principios.

Camino hacia la independencia

Las colonias subsaharianas vieron cómo en la década de 1950 varios países musulmanes accedían a la independencia, lo que estimuló a sus propios movimientos independentistas. Para frenarlos, Francia y Reino Unido habían concedido un alto grado de autogobierno a sus colonias. En la Unión Sudafricana y Rhodesia, que ya no controlaba el territorio, se proclamó su independencia ejerciendo una política radical de apartheid (segregación) hacia la mayoría de la población negra. En 1957 se independizó Costa de Oro con el nombre de Ghana, así como la colonia británica de Nigeria que sufrió una guerra civil entre entias hausa e ibo y el intento de secesión de la región de Bifara. En 1959 se empezaron a planear las primeras peticiones independentistas, destacando el movimiento nacional congoleño fundado por Patrice Lumumba. El gobierno belga decidió otorgar la independencia a la colonia, convocó a los líderes de los distintos grupos congoleños en la Conferencia de Bruselas 1960, y fue elegido jefe de gobierno P. Lumumba, que poco después sería asesinado. La salida de los belgas asumió al Congo en una guerra civil entre etnias que acabó en 1965. Ruanda-Burundi vivió años de agitación por las rivalidades entre las dos grandes etnias, los tutsis y los hutus (1962). Se creó la República de Ruanda y el Reino de Burundi, aunque un golpe de estado en 1966 lo convirtió en república. Los conflictos tribales de esta zona no se han solucionado. Se independizaron Uganda (1962) y Kenia (1963), en esta última se produjo la oposición de los colonos británicos, que acabó con enfrentamientos entre estos y el movimiento independentista Mau Mau, controlado por J. Keniata. Se independizaron Tanzania (1961), Malawi y Zambia (1964) en la Commonwealth.

Lucha por la independencia en los países islámicos

Tras la 1ª Guerra Mundial se disgregaron los territorios del Imperio Otomano. En 1923 se creó la República de Turquía, con fronteras que han permanecido hasta la actualidad. R.U. controlaba las antiguas provincias otomanas. Francia dominaba la mayor parte del norte de África y algunos territorios del Oriente Próximo, al igual que España, Rusia e Italia, que también ejercían su dominio colonial. Los movimientos nacionalistas se intensificaron después de la 2ª Guerra Mundial. La descolonización británica fue menos traumática que la francesa. Los británicos extendieron la educación y el modo de vida. En 1922, R.U. reconocía la independencia de Egipto, ocupando ciudades y sosteniendo gobiernos pro-británicos, como el del rey Faruk. Los Hermanos Musulmanes tenían como objetivo tomar el poder mediante la violencia y el terrorismo. En 1952, una revolución militar derrocó a Faruk y al año siguiente se proclamó la república. Gamal Abdel Nasser fue nombrado presidente. Egipto instauró una república socialista, se iniciaron obras públicas y se nacionalizó el Canal de Suez, lo que provocó una guerra con Israel. Iraq y Arabia Saudí se independizaron en 1932, y la conflictiva zona de Transjordania se convirtió en Jordania en 1949. Las antiguas colonias protectoras pasaron a la Commonwealth, y las compañías petrolíferas británicas explotaron pozos del golfo Pérsico. En 1946, Francia abandonaba la administración de Siria y el Líbano. En Magreb, la independencia fue más violenta. Marruecos, Argelia y Túnez fomentaron importantes movimientos anticolonialistas, que fueron violentamente reprimidos. En 1946, Francia creó la Unión Francesa. En 1956, Marruecos y Túnez lograron su independencia.

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