Historia de la Transición Española y sus Consecuencias

Transición

El 20 de noviembre de 1975 murió el general Francisco Franco y le sucedió Don Juan Carlos de Borbón con el título de rey. Ante las tres posibles alternativas planteadas (continuidad del franquismo; disolución inmediata de las instituciones franquistas; o desmantelamiento del régimen franquista a partir de las instituciones y leyes franquistas hasta alcanzar la democracia), el rey optó por la tercera opción, de manera pacífica y pactada con las fuerzas políticas, a pesar de la oposición de los inmovilistas del franquismo (el “búnker”) y la extrema izquierda. Comenzaba así la Transición, período en el que España pasó de una dictadura a una monarquía parlamentaria y que terminó con la llegada del PSOE al poder en 1982.

Gobierno de Arias Navarro (1973-1976)

Juan Carlos I fue proclamado rey (22/11/1975) según lo previsto en la Ley de Sucesión (1947) y, a pesar de mantener como presidente del Gobierno a Arias Navarro, aprovechó su discurso para llamar a la concordia y dejar entrever su voluntad democrática. Arias incorporó ministros reformistas, como Manuel Fraga, pero su timorata política, la dureza con que reprimió huelgas (acentuadas por la crisis del petróleo de 1973) y actos de protesta (peticiones de amnistía), como sucedió en Vitoria, unido al incidente entre carlistas de Montejurra, produjeron su dimisión (1/7/1976) presionado por el rey.

A través de su antiguo profesor de Derecho Político, Torcuato Fernández-Miranda, al que previamente había nombrado presidente de las Cortes Franquistas y del Consejo del Reino, el rey logró que en la terna de candidatos a presidir el Gobierno que le presentó el Consejo del Reino figurase Adolfo Suárez, Ministro-Secretario General del Movimiento y exDirector General de RTVE. Considerado un “franquista” por la oposición democrática agrupada en la llamada Platajunta (unión de la Plataforma de Convergencia Democrática, liderada por el PSOE, y de la Junta Democrática de España, liderada por el PCE) e “inexperto” por los franquistas, su nombramiento (3/7/1976) sorprendió a todos.

Primer Gobierno de Adolfo Suárez (1976-1977)

Su objetivo: establecer un sistema democrático yendo “de la ley a la ley” (de las leyes fundamentales del franquismo a unas democráticas), modificando la legalidad desde su interior para que nadie se sintiese traicionado. Hubo una amplia amnistía para los delitos políticos (no para los de sangre), pero el paso más importante fue la Ley para la Reforma Política, cuyo redactor principal fue Fernández-Miranda, que reconocía la soberanía popular y establecía unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado) elegidas por sufragio universal. La ley fue sucesivamente aprobada por el Consejo Nacional del Movimiento, por las propias Cortes franquistas y, finalmente ratificada, el 15 de diciembre de 1976, por el pueblo español en referéndum. Las consecuencias inmediatas: se legalizaron los sindicatos obreros y los partidos políticos (pese a su previa aceptación de la monarquía y la bandera nacional, la legalización del PCE de Santiago Carrillo el 9 de abril de 1977 causó indignación en los sectores más ultras y en la cúpula militar) y se convocaron para junio de 1977 elecciones generales para establecer Cortes constituyentes.

Mientras el terrorismo de extrema izquierda (ETA, GRAPO, FRAP y Terra Lliure) y ultraderecha se recrudecía para intentar desestabilizar el país e impedir el avance democrático (Semana Negra en enero de 1977, que incluye la Matanza de Atocha). En mayo, Don Juan de Borbón cedió a su hijo Juan Carlos I los derechos dinásticos de la monarquía española, con lo que su legitimidad ya era plena.

En las elecciones de junio, las primeras libres desde 1936, el bloque de derecha superó ligeramente al de izquierda, pero ningún partido alcanzó mayoría absoluta. Venció la coalición de derecha Unión de Centro Democrático de Suárez, seguida del PSOE de Felipe González, y, a gran distancia, por el PCE, Alianza Popular de Fraga y los nacionalistas.

Segundo Gobierno de Adolfo Suárez (1977-1979)

UCD intentó gobernar en solitario buscando el consenso con las demás fuerzas políticas para solucionar la grave situación económica (huelgas, manifestaciones, inestabilidad social y laboral). Para ello se firmaron los Pactos de la Moncloa que suponían una política de ajuste económico para contener la gran inflación con ciertas compensaciones a los trabajadores. Así se devaluó la peseta, se realizó un control del gasto público y se intentó reducir el elevado gasto de energía. Se sentaron las bases de una reforma tributaria y de la Seguridad Social. España daba los primeros pasos hacia la construcción del Estado del bienestar. En el plano político, los Pactos de la Moncloa supusieron la total eliminación de la censura previa, el derecho de reunión, de asociación política y la libertad de expresión, la eliminación de la tortura y la despenalización del adulterio. Las reclamaciones de autonomía empezaron a satisfacerse con los gobiernos preautonómicos catalán (regreso del exilio del presidente de la Generalitat Tarradellas), vasco y gallego.

Para la elaboración de la Constitución se creó una Comisión compuesta por siete diputados: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca (UCD); Gregorio Peces-Barba (PSOE); Manuel Fraga (AP); Jordi Solé (PCE-PSUC); y Miquel Roca (Minoría Catalana). La constitución fue aprobada en 1978 por las Cortes (31 de octubre) y por el pueblo español en referéndum (6 de diciembre), entrando en vigor el 29 de diciembre, tras ser sancionada por el rey.

Características de la Constitución

Consta de un preámbulo, 169 artículos distribuidos en once títulos y unas disposiciones finales. Como características generales, la Constitución tiene un carácter progresista en cuanto a sus principios y su imprecisión y ambigüedad será una de las causas de su éxito, al poder ser asumida por la mayor parte de los ciudadanos y opciones políticas. La nueva constitución proclamaba que la Soberanía Nacional reside en el pueblo español, la forma política es la monarquía parlamentaria y establecía la separación e independencia de los tres poderes:

  • Legislativo: Recae en las Cortes. Están formadas por dos cámaras, Congreso de los Diputados y Senado. Ambas elegidas por sufragio universal. Son depositarias de la soberanía nacional y elaboran las leyes.
  • Ejecutivo: El gobierno dirige la política interior y exterior de España. Puede presentar proyectos de ley a las Cortes. Las Cortes, a su vez, controlan al ejecutivo a través de la investidura del presidente del gobierno por los diputados y por la moción de censura y de confianza.
  • Judicial: Constituido por jueces y magistrados que administran la Justicia. Los máximos órganos del poder judicial son el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo y el Ministerio Fiscal; además, se crea el Tribunal Constitucional.

La gran novedad de la Constitución de 1978 es el reconocimiento pleno de las Comunidades Autónomas conjugando «la indisoluble unidad de la Nación española».

Otros aspectos relevantes del texto constitucional son el reconocimiento de los derechos humanos y las libertades y la igualdad de todos los españoles ante la ley. Recoge los derechos individuales como el derecho a la vida, a la integridad física, la libertad ideológica, religiosa y de culto, a la libertad de expresión, a la educación, a la justicia, etc. También se incluyen algunos derechos sociales como la protección a la familia, disponer de una vivienda digna, disfrutar del medio ambiente, derecho al trabajo, a la protección de la salud, etc. En cuanto a los deberes, debemos destacar la obligación de defender a la patria, la contribución a las cargas del Estado (impuestos), el deber de conocer el castellano, el deber de asistencia de los padres respecto a los hijos y el carácter obligatorio de la enseñanza básica.

Tras su debate en el Congreso y en el Senado, el texto final fue aprobado en el Pleno del Congreso de los Diputados y finalmente, el Proyecto de Constitución fue sometido a referéndum de los ciudadanos el 6 de diciembre de 1978. La Constitución quedó aprobada con un 87,87% de votos afirmativos.

Crisis de la UCD (1979-82) y Consolidación Democrática

En 1979, UCD volvió a ganar sin mayoría las elecciones generales (marzo) y las primeras elecciones municipales libres (abril) en número de concejales, pero en los ayuntamientos más importantes gobernó el PSOE al pactar con PCE y nacionalistas. El desarrollo del Estado de las Autonomías (aprobación de los estatutos vasco, catalán y andaluz) avivó los recelos de la ultraderecha, al tiempo que los altos mandos del Ejército eran el objetivo preferente de una sanguinaria ETA. Se aprobó el Estatuto de los Trabajadores (1980), pero Suárez, cuestionado y aislado por la propia UCD, dimitió (enero de 1981).

Su partido eligió como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo. Durante su sesión de investidura el 23 de febrero de 1981, el teniente coronel de la Guardia Civil Tejero dio un golpe de Estado y el capitán general de Valencia Milans del Bosch declaró el estado de Guerra y sacó los tanques a la calle. Las palabras del rey en televisión desmantelaron el golpe al apostar por las libertades.

Bajo Calvo Sotelo se aprobó la Ley del Divorcio y España entró en la OTAN, pero la crisis económica y la descomposición de UCD empeoraron, favoreciendo a PSOE y AP. Con la aplastante mayoría absoluta del PSOE de Felipe González en las elecciones generales de octubre de 1982 se cerraba la etapa centrista y la propia Transición.

Hubo una reconversión industrial y liberalización de la economía y entre 1985 y 1992 la economía creció, aunque también hubo movilizaciones y huelgas generales que reivindicaban mejoras salariales. Se modernizaron las infraestructuras y hubo importantes transformaciones a nivel educativo (leyes de Reforma Universitaria, 1983, y de Derecho a la Educación, 1986), cultural y sanitario (Ley General de Sanidad, 1986). El 1 de enero de 1986, España entraba en la Comunidad Económica Europea. Tras el escaparate mundial que fueron la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, llegó una crisis económica y estallaron escándalos políticos (corrupción entre los dirigentes del PSOE, los GAL, etc.), lo que supuso que en 1993 Felipe González perdiese la mayoría absoluta y que en las elecciones anticipadas de 1996 ganase José María Aznar (Partido Popular), quien tuvo que pactar con los nacionalistas para poder gobernar, lo que le llevó a ampliar las competencias autonómicas.

Para cumplir con las exigencias europeas y reducir el déficit, el Gobierno del Partido Popular liberalizó sectores económicos claves y privatizó empresas públicas, como Repsol o Telefónica. Además, flexibilizó el mercado laboral, controló el gasto público y moderó los salarios. En 1998 se promulgó la Ley de liberalización del suelo, que incentivó al sector de la construcción. España vivió un momento de crecimiento económico y de reducción del paro. En el año 2000, Aznar ganó por mayoría absoluta. Hubo críticas por el apoyo de España a la invasión estadounidense de Irak, que no tenía el respaldo de la ONU. El 11 de marzo de 2004, pocos días antes de las elecciones generales, un grupo islamista realizó el mayor atentado terrorista en la historia de España con 193 muertos y 2000 heridos. El hecho de que los dirigentes del PP asignaran a ETA la autoría del atentado y no al grupo islamista y la movilización de la izquierda dieron el gobierno al PSOE, gobernando José Luis Rodríguez Zapatero durante dos legislaturas (2004-2008 y 2008-2011).

En la primera legislatura, Zapatero ordenó la retirada de las tropas españolas de Irak y la economía se mantuvo estable y se redujo la tasa de desempleo. Zapatero impulsó un gran número de leyes de carácter social: Ley de dependencia, la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, incremento del salario mínimo, etc. También se revisaron varios estatutos de autonomía. La segunda legislatura estuvo marcada por la crisis económica de 2008: hundimiento de los mercados bursátiles y explosión de la burbuja inmobiliaria, con caída del sector industrial y del de la construcción y aumento del desempleo. El Estado incrementó su deuda y la Unión Europea exigió políticas de ajuste. Surgió el movimiento de los indignados del 15-M (marzo de 2011) que supondría la ruptura del bipartidismo y la creación de nuevos partidos políticos, como Ciudadanos y Podemos. El 20 de octubre de 2011, ETA anunció el cese definitivo de la violencia. En las elecciones de noviembre de 2011, Mariano Rajoy (PP) obtuvo la mayoría absoluta.

El primer Gobierno de Rajoy (2011-2015) estuvo marcado por la crisis económica: el Gobierno aprobó un gran recorte del gasto público y una de las mayores subidas de impuestos recientes. La quiebra de Bankia y la mala situación de otras sucursales impulsaron al Gobierno a realizar un rescate del sistema bancario con dinero público. El paro y la deuda pública aumentaron entre 2012 y 2013. Los casos de corrupción (como la Gürtel y los ERE) llevaron a una pérdida de credibilidad de la clase política y al inicio de nuevos movimientos de protesta (las mareas). A partir de 2014 hubo crecimiento económico que continuó en la segunda legislatura de Rajoy (2016-2018) a costa de mantener los recortes en el gasto social y la precariedad laboral.

En junio de 2014, Juan Carlos I abdicó en favor de su hijo Felipe VI.

En las elecciones de diciembre de 2015, el PP continuó siendo la primera fuerza política, pero la fragmentación política llevó a nuevas elecciones generales en junio de 2016, cuyos resultados tampoco fueron concluyentes. El 1 de octubre de 2017, el Gobierno catalán de Puigdemont celebró en Cataluña un referéndum ilegal por la independencia y nueve días después proclamó la Declaración Unilateral de Independencia, aunque suspendió su implantación de forma inmediata. En los meses siguientes, los líderes independentistas fueron encarcelados, lo que generó una importante escalada de la tensión.

En mayo de 2018, la condena por corrupción de la trama Gürtel, vinculada al PP, desembocó en una moción de censura y Pedro Sánchez (PSOE) fue investido presidente del Gobierno con el apoyo de Unidas Podemos y los partidos nacionalistas. Al no poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado, Pedro Sánchez convocó elecciones generales en abril de 2019, pero no logró mayoría y cobró protagonismo VOX. La imposibilidad de formar gobierno llevó a la repetición de elecciones en noviembre de 2019. En enero de 2020 se creó el primer Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. En marzo de 2020 se decretó la pandemia de la COVID-19, que generó un gran número de muertos y hospitalizados y una grave crisis económica.

Conclusión

Tras la muerte de Franco, entre julio de 1976 y junio de 1977 se desmantelaron las instituciones franquistas y se celebraron unas elecciones para la formación de unas Cortes democráticas, proceso que desembocó en la elaboración de la Constitución de 1978. Desde entonces, España ha vivido un desarrollo político, económico y social sin precedentes al amparo de su sistema político constitucional. La España de las Autonomías, plenamente integrada en la UE, es ya una democracia firmemente asentada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *