La guerra de columnas (Julio-Octubre 1936)

-1.

El bando republicano

Constituido por las clases más populares (obreros, campesinos sin tierra y empleados urbanos), influidos por asociaciones socialistas, comunistas y anarquistas, y definidos por la derecha como “rojos”. Junto a ellos las clases medias afiliadas a los partidos republicanos y sectores de la burguésía ilustrada, además de un nutrido grupo de intelectuales y artistas. Controlaba la cornisa cantábrica; el País Vasco (excepto Álava); la cuenca mediterránea, desde Gerona hasta Málaga; Castilla la Nueva, incluida Madrid; buena parte de Extremadura; parte de Aragón; Andalucía Oriental y la isla de Menorca. Contaba con importantes recursos económicos: los principales núcleos industriales y urbanos, las regiones de agricultura de exportación, las minas del norte y el oro del Banco de España. En cuanto a sus recursos militares, contaba con la mitad de las tropas y de las fuerzas de seguridad, con la mayor parte de de la flota y de la aviación; sin embargo, el gobierno recelaba de buena parte de sus oficiales por lo que no contó con ellos. En el aspecto político-social, el bando republicano se caracterizó por la inestabilidad. La sucesión de cinco gobiernos en tres años es buena prueba de ello (Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrio, José Giral, Francisco Largo Caballero y José Negrín). Esta inestabilidad, provocada por la fragmentación del poder político (múltiples juntas, comités, consejos y organismos revolucionarios, suplantaron al gobierno central a nivel local, provincial y regional, 


Ej.: el Consejo de Aragón, la Junta de Defensa de Madrid, el Comité Central de Milicias Antifascistas en Barcelona…), la aplicación de la revolución social (se colectivizaron las tierras en amplias zonas de Aragón, Valencia, La Mancha y Andalucía Oriental, así como la industria y los servicios más importantes en Asturias, Cataluña…; colectivizaciones que fueron legalizadas por las autoridades), y los enfrentamientos entre las distintas fuerzas que formaban el bando republicano (Ej.: “Fets de Maig”, en Mayo de 1937 en Barcelona, en los que se enfrentan el gobierno de la Generalitat, apoyado por socialistas y comunistas, con los anarcosindicalistas y el POUM por el edificio de Telefónica), dificultaron enormemente la dirección de la guerra.
El gobierno republicano se vería obligado a trasladarse, primero a Valencia (1936), después a Barcelona (1937), y finalmente al exilio. La ayuda exterior fue menor que la recibida por el otro bando. Contaron con la colaboración de la URSS, de las Brigadas Internacionales y el apoyo simbólico de México; pero las democracias occidentales decidieron no intervenir (Francia y Reino Unido crearon en Agosto de 1936 un Comité de No-Intervención y EEUU aprobó una Ley de embargo que afectó especialmente a la España republicana). 


-2.

El bando nacional

Constituido por monárquicos de derechas, falangistas, y tradicionalistas (carlistas), grupos católicos, militares conservadores, y por todos aquellos que se habían opuesto a las reformas de la República. Estaban apoyados por el fascismo y se definían como nacionales (por su defensa de la unidad de España) y católicos. Controlaba Galicia; Castilla la Vieja; Navarra; parte del País Vasco, de Aragón y de Extremadura; Andalucía occidental; Baleares (menos Menorca); Canarias y el Protectorado norteafricano. Sus recursos económicos eran inferiores: pequeñas zonas mineras e industriales y la principal zona cerealista del país. Sus recursos militares eran superiores: la mitad de los oficiales, la mitad de las tropas y de las fuerzas de seguridad, y el ejército de África -el más preparado y mejor equipado de la república-. En el aspecto político-social predominó desde el primer momento el orden, mantenido por la disciplina militar, y la obediencia a un único mando (primero a la Junta de Defensa Nacional presidida por el general Miguel Cabanellas y, a partir del 1 de Octubre del 36, al general Franco), lo que facilitó la dirección de la guerra. Recibíó ayuda exterior de Alemania, Italia y Portugal, de empresas norteamericanas (Ej.: Texaco), de voluntarios (portugueses, irlandeses…) y mercenarios (marroquíes). También contó con el apoyo del Vaticano y de la Iglesia Católica (Pastoral Colectiva de los Obispos en apoyo de los sublevados, 1 de Julio de 1937).

1ª) La “guerra de columnas” (Julio-Octubre del 36) y los combates por Madrid (Noviembre del 36-Marzo del 37):


hasta Octubre del 36, columnas de militares y de milicianos se desplazan rápidamente intentando controlar el mayor territorio posible. Los republicanos fracasan en sus intentos por recuperar las Baleares y las capitales aragonesas. Los nacionales lo harán en la conquista de Madrid. Mola desde el norte y Franco desde el sur avanzan sobre Madrid. El primero es detenido en Somosierra y Guadarrama; y el segundo, tras conquistar Extremadura y Toledo, en la ciudad universitaria y la Casa de Campo. Contra todo pronóstico Madrid resiste entre Octubre del 36 y Enero del 37. Este éxito defensivo es obra del comandante Rojo, que cuenta con la ayuda del pueblo madrileño, de los anarquistas catalanes (columna Durruti), de las Brigadas Internacionales y de la URSS, utilizando consignas para mantener alta la moral (“No pasarán”, “Madrid, tumba del fascismo”). Fracasado el intento de entrar en la capital, las tropas nacionales intentaron dos ofensivas por el norte y el sur para cortar las comunicaciones con Valencia: la batalla del Jarama (Febrero del 37), que terminó en tablas, y la batalla de Guadalajara (Marzo del 37), triunfo del reconstituido Ejército Popular de la República frente a las tropas italianas (el Corpo Truppe Volontarie). A partir de este momento, el frente se estabilizó en torno a Madrid.  


2ª) La campaña del norte (Marzo-Octubre de 1937):


tras la conquista de Irún y San Sebastián (Septiembre del 36) el norte había quedado aislado, sin posibilidad de recibir refuerzos. Franco concentra aquí sus esfuerzos, pero sin olvidar otros frentes (Ej.: los nacionales se apoderan de Málaga con ayuda de las tropas italianas). La ofensiva la lidera el General Mola. Entre Marzo y Junio cae Vizcaya (el 26 de Abril Guernica es destruida por la Legión Cóndor, el 19 de Junio cae Bilbao a pesar del “cinturón de hierro”), en Agosto lo hace Santander (frente a tropas italianas y navarras) y, en Octubre, Gijón y con él el resto de Asturias, tras una encarnizada resistencia protagonizada por las milicias obreras y sindicales. Los intentos republicanos por distraer la presión sobre el norte: ofensivas sobre Brunete y Belchite, en el verano del 37, fracasaron. La ocupación de la franja cantábrica proporciónó a Franco una importante industria siderometalúrgica y una rica zona minera, en la que Gran Bretaña tenía grandes intereses. 


3ª) El avance hacia el Mediterráneo: las batallas de Teruel y del Ebro (Diciembre de 1937-Noviembre de 1938):


Con la pérdida del norte quedaba un solo frente que iba desde los Pirineos a la costa malagueña. En Enero de 1938 se inicia la batalla de Teruel con una ofensiva republicana que consigue apoderarse de la ciudad. Fue un éxito efímero ya que los nacionales, al mando de Varela, la recuperan en Febrero del 38. Esta batalla ocasiónó a los republicanos la pérdida del 50% de sus efectivos humanos y el 30% del equipamiento empleado en la operación. Franco decide entonces ocupar el valle del Ebro (campaña de Aragón) para llegar al Mediterráneo y dividir la zona republicana. Tras apoderarse de Lleida (3 de Abril), llega al mar el 16 de Abril del 38 (conquista de Vinaroz). El 30 de Abril de 19 38 Negrín publicó su célebre programa de los Trece Puntos para buscar una salida negociada a la guerra; pero Franco respondíó que sólo aceptaba “la rendición sin condiciones”. Los republicanos se verán obligados a continuar con la guerra. Intentarán detener el avance nacional lanzando una gran ofensiva sobre el Ebro, en la provincia de Tarragona: la batalla del Ebro, que duró cuatro meses -del 25 de Julio al 16 de Noviembre del 38- y que fue un fracaso. Los republicanos perdieron más de un 50% de sus hombres y casi todo su equipamiento. El camino hacia Cataluña y Valencia había quedado abierto. A finales de 1938 el Comité de No-Intervención consiguió la retirada de los voluntarios que luchaban a favor de la república. La suerte estaba echada.


4ª) La caída de Cataluña y el hundimiento de la España republicana (Diciembre del 38-Abril del 39):


aislada Cataluña, irán cayendo rápidamente sus capitales: Tarragona, Barcelona (26 de Enero) y Gerona; y, poco después, los nacionales llegarán a la frontera francesa (9-10 de Febrero del 39). La caída de Cataluña supuso el derrumbamiento de las estructuras políticas y militares del Estado republicano. Sus autoridades (el presidente Azaña, Negrín y su gobierno, y los presidentes de Cataluña y el País Vasco) atravesaron la frontera y con ellos cientos de miles de personas -civiles y militares- ante el miedo de sufrir represalias. El presidente Azaña dimitíó en la embajada de París; el gobierno de Negrín volvíó a la zona republicana para continuar con la resistencia. Pero en Febrero del 39 Francia y Reino Unido reconocieron al gobierno de Franco y los republicanos comprendieron que la guerra estaba perdida. En Madrid se producen enfrentamiento entre los partidarios de negociar con Franco (el coronel Segismundo Casado, apoyado por los republicanos, los anarcosindicalistas y los socialistas, que se subleva el 5 de Marzo) y los partidarios de resistir (Negrín y los comunistas), que ensangrentó el bando republicano. Finalmente, tras la marcha de Negrín al exilio, el coronel Segismundo Casado entrega Madrid el 28 de Marzo de 1939. En los días siguientes se rinde el resto de la España republicana (el 30 lo hará Alicante y el 31, Murcia y Cartagena). El 1 de Abril el general Franco hizo público el comunicado del fin de la guerra sin condiciones.

La guerra tuvo importantes consecuencias: .1.Demográficas


La guerra provocó un incremento de la mortalidad (el número de víctimas oscilan entre las 300.000 y el millón, y fue mayor en la zona republicana) debido: – a las bajas en el frente por los combates – a la represión en ambos bandos: en el bando republicano se impuso un terror revolucionario que escapó del control del gobierno republicano (“paseos”, checas, saqueos e incendios de iglesias, requisas de bienes y propiedades…). Ej.: asesinato de presos de la cárcel modelo de Madrid en Paracuellos del Jarama; en el bando nacional, fue una represión institucionalizada, ya que la violencia extrema formaba parte de las directrices fijadas por los dirigentes de la sublevación, Ej.: asesinato de líderes de partidos de izquierdas y de sindicatos, intelectuales como García Lorca… – a las muertes producidas en la retaguardia, especialmente en la zona republicana, debido al hambre (aparecen las cartillas de racionamiento y el mercado negro) y a los bombardeos (Ej.: Barcelona sufríó 385 ataques aéreos con el resultado de cerca de 3.000 víctimas). También provocó grandes desplazamientos de población: refugiados (que huían del territorio en que se encontraban por temor a la persecución que podían sufrir por sus ideas, Ej.: cerca de un millón de refugiados en Cataluña y Levante en 1938) y exiliados (unos 430.000 españoles se marcharon al exilio: unos 13.000 niños fueron embarcados durante la guerra con destino a diversos países europeos y americanos y a la URSS; el resto abandonó España al finalizar la contienda, y se dirigíó a Francia, a América -Méjico, Argentina…- o a la URSS). .


2. Económicas


Fuerte reducción de la producción agrícola e industrial debido a las movilizaciones (Ej.: en la zona republicana fueron llamados a filas todos los hombres entre 17 y 35 años, unos 600.000), a pesar de que la población femenina, especialmente en la zona republicana, se incorporó al mundo laboral. La falta de alimentos fue una constante durante la guerra, especialmente en la zona republicana, provocando –como ya se ha comentado- un importante número de víctimas. La población también se vio muy desabastecida de productos de consumo, ya que los esfuerzos industriales se dirigieron esencialmente a la producción de armamento y avituallamiento militar. Además, la guerra significó la destrucción de gran parte de las infraestructuras y las comunicaciones.

.3. Políticas:

se implantó en España una DICTADURA personalista, dirigida por Franco, que sólo desaparecería con su muerte en 1975. 

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